miércoles, 26 de diciembre de 2012

MEDICINA PARA MÉDICOS


















MEDICINA PARA MÉDICOS

Fermín Huerta Martín


Si hubiéramos sido bien diseñados, o sea, con conocimiento e inteligencia, y si nuestro cuerpo fuese tan sabio como se ha dicho que lo es, no nos enfermaríamos.
Filosofía para médicos. Mario Bunge, pág. 59.


He terminado de leer uno de los últimos libros publicados del maestro Mario Bunge, se trata de Filosofía para médicos publicado por Gedisa que con este ha publicado ya 10 libros del filósofo argentino.
El interés de Bunge por la medicina no es nuevo como se puede comprobar ojeando su Bibliografía. Pero lo cierto es que en los últimos años ha mostrado una creciente dedicación por el tema, como se demuestra por el número de conferencias dadas sobre medicina desde 2010. Ignoro si el interés es puramente filosófico o se ha producido por un incremento del trato con los médicos debido a su avanzada edad.
Son 200 páginas estructuradas en 11 capítulos:
Medicinas tradicionales, Medicina moderna, Enfermedad, Diagnosis, Medicamento, Ensayo, Tratamiento, Prevención, Ética médica, ¿Ciencia, técnica o servicio?, y Referencias bibliográficas. Donde Bunge repasa un poco la historia de la medicina, la transición de las medicinas primitivas y arcaicas a la medicina moderna. Hace hincapié en la importancia de la filosofía en la medicina, pág. 123: “La historia de la medicina muestra que la medicina está saturada de filosofía”, pág. 124: “Si quieres medicación, ayuda a la investigación. Y si quieres investigación, cultiva una filosofía que la promueva.” pág. 146: “Postulados filosóficos admitidos por lo médicos: El paciente existe en el mundo exterior al médico. La enfermedad es un proceso real. Toda las enfermedades son cognoscibles en principio. Todas las enfermedades se manifiestan como signos y a veces también como síntomas. Todo trozo de conocimiento terapéutico es una verdad objetiva, auque acaso sólo parcial o aproximada. Todas las enfermedades son tratables. Todo tratamiento consiste en manipular variables reales. No hay terapias naturales: todas son artificiales. Hay terapias superficiales y radicales. Las terapias superficiales son típicas de las medicinas precientífica.”
Nos informa de la importancia de los receptores, pág. 33: “Los receptores, de los que hay más de 2000 clases, constituyen la clave de la farmacología científica.”
Considera que la psiquiatría científica es: pág. 71 “la rama mas atrasada de la medicina”.
Nos dice Bunge también pág. 81: “El principal motivo de la dificultad del problema del diagnóstico es que es inverso: se trata de remontar de síntomas a mecanismos, de efectos a causas, de productos a insumos, del presente al pasado, de conclusión a premisas. Y como se verá mas adelante, los problemas inversos son mucho más difíciles que los directos, porque tienen soluciones múltiples o ninguna.” Lo que le hace decir pág. 83: “ El buen médico es un híbrido de Hércules Poirot con Sherlock Holmes”. Es curioso porque poco antes de leer este libro tuve un pensamiento similar, la diferencia es que yo en lugar de pensar en esos clásicos detectives a los que he disfrutado leyendo pensé en un personaje mas contemporáneo, un doctor House que solucionase el problema, un familiar mío pasó 13 días hospitalizado (box de urgencias, unidad de cuidados intensivos, habitación) y pude comprobar como el caso se adecuaba a la naturaleza compleja de los problemas inversos. El diagnostico era un episodio de hiponatremia, disminución de la concentración de sodio en sangre que estuvo a punto de hacerle entrar en coma, por las informaciones que tuve los médicos estuvieron realizando pruebas medicas  para “remontar de efectos a causas”, con el objetivo de descartar alguna de las posibles 11 causas que cita la Wikipedia de esa alteración. La cuestión es que consiguieron salvarle la vida auque a día de hoy se desconoce que fue lo que le produjo esa bajada de sodio. En general y visto desde fuera los procedimientos y normas que pude comprobar se adecuan a lo expuesto por Bunge en su libro. Normas como los Principios que enumera en la pág. 57: “ El ser humano es un sistema de subsistemas. Todos los subsistemas del cuerpo humano están conectados entre sí. Toda enfermedad es una disfunción de uno o más órganos. La salud mental es la del cerebro. La salud individual y la condición social se entrelazan. El médico debe evitar el pensamiento sectorial.”
Por que Bunge piensa pág. 123: “La medicina ha progresado en la medida en que ha abrazado la cosmovisión secular, racionalista, materialista, cientificista y humanista”.
Bunge hace algunas anotaciones que son plenamente actuales en los países con recortes sanitarios y privatizaciones, pág. 123: “Allí donde no es un bien público, la atención médica científica puede ser objeto de graves distorsiones”. Lo que nos llevaría a la necesaria unión de la “estrategia cientificista y una ética humanista”, pág. 131.
Con este he leído 46 libros de Bunge, son 200 páginas deliciosas escritas con una concisión, contundencia, capacidad de síntesis, de ir al grano, con la dosis suficiente de erudición y de compromiso de divulgación que conforma un libro que puede ayudar tanto a  médicos como a pacientes (es decir, a la totalidad de la especie humana), da a conocer cual es el punto de vista de un filósofo que considera; “En el curso del siglo XVII la medicina descarta definitivamente a la religión y a la magia, y se adapta a la visión del mundo materialista (secular) así como a la gnoseología racionalista y empirista” pág. 47, “La biología y la medicina modernas no son vitalistas ni reduccionistas, sino más bien materialistas emergentistas.” pág. 48.
En resumidas cuentas un libro absolutamente recomendable. Lo único que lo empaña es una edición en la que he encontrado un puñado de errores (alguno se me ha podido escapar) que paso a copiaros:


El libro ya empieza mal de un principio, en la página 11 viene el Índice y en él hay un desfase de dos páginas de cada contenido, pues en la página 11 según el Índice tendría que venir el Prefacio, en la 13 viene el Prefacio y tendría que estar la Introducción y así con todos los capítulos. 
Pág. 35. Dice: la minera la química, debería decir: la minera y la química.
Pág. 39. Cita Robert Park (200) y es (2000).
Pág. 43. Cita a Feddi y es Freddi.
Pág. 56. Falta cerrar paréntesis después de la palabra ambulancias.
Pág. 70. Dice funcioes en lugar de funciones.
Pág. 76. Pone VHI y es VIH.
Pág. 95. Se cita Bunge 2000 y hay tres referencias de Bunge en ese año. Se repite el error en la pág. 127 y 133.
Pág. 95. Se cita Kahneman 2011 pero en las referencias bibliográficas solo hay Kahneman 1982.
Pág. 100. Dice probabiidad, debería decir probabilidad.
Pág. 101. Dice La probabilidades, debería decir Las probabilidades.
Pág. 109. En la primera frase la segunda “inversos” debe ser “directos”.
Pág. 128. Se cita van Bas van Fraassen y es Bas van Fraassen.
Pág. 149. Dice praxixología y es praxiología.
Pág. 154. Se cita Bunge 2004 y hay dos referencias en ese año.
Pág. 157. Cita a Cherki y es Cherkin.
Pág. 158. Se cita Bunge 2009 y hay dos referencias en ese año.
Pág. 171. La cita de Dilthey pone 1959 y en la bibliografía pone 1949.
Pág. 171. Se cita Bunge 1999 y hay dos referencias en ese año.
Pág. 183. Se cita Amiguelet y es Amiguet.
Pág. 202. La cita Charles Eddy (1882) esta equivocada, el año es 1982 y el nombre David M. Eddy.

viernes, 30 de noviembre de 2012

LOS LIBROS DEL SEÑOR J.
















LOS LIBROS DEL SEÑOR J.

Fermín Huerta Martín


La casualidad ha querido que algo de lo que hablaba en mi artículo Fervoroso creyente, fervoroso agnóstico, fervoroso ateo, se materializara ante mis narices de la manera mas sorprendente y radical. El pasado día 22 de septiembre de 2012 tuve la suerte de ir a la 61ª Feria del libro de ocasión antiguo y moderno de Barcelona, la felicidad fue doble pues me acompañó mi amigo Ramón Martín y al placer de la visita libresca se unió el placer de la conversación. A los que amamos los libros, pocos planes nos pueden parecer mas a apetitosos que visitar una librería, un mercadillo o como en este caso una feria dedicada a los libros. En el tercer o cuarto puesto de venta que visitábamos reconocí inmediatamente el peculiar diseño de portada del libro Materialismo y ciencia de Mario Bunge, estaba encima de una pila de libros no demasiado bien ordenada y sin ningún papel identificativo referente a la temática o autor, los libreros de viejo van comprendiendo que tienen que clasificar sus existencias de libros para facilitar el ojeado de los mismos. En este caso, tal hecho no se daba, los libros parecían presentar una unidad, un conjunto, solo por un cartel que anunciaba su precio, 1 libro 10 euros, 3 libros 25 euros y 6 libros 40 euros. Ante el reclamo visual del libro de Bunge me acerqué inmediatamente, hace tiempo que conseguí Materialismo y ciencia, puedo decir que quizás fue uno de los libros mas buscados por mi en una época de mi vida, primero lo conseguí en fotocopias (en parte en la Biblioteca de Catalunya y en parte en la Biblioteca Nacional) y posteriormente en su única edición hasta el momento de Ariel del año 1981 gracias a Internet (la librería y biblioteca mas grande del mundo), ahora parece que existe un proyecto de reedición por parte de Laetoli de este y otros libros de Bunge.
Un vistazo rápido a los libros que rodeaban el escrito por Bunge me hizo reconocer enseguida una unidad mas profunda que la del mero cartel de precios, aquella unidad no la había dado el librero (conscientemente al menos) porque entonces hubiera puesto como mínimo 2 letreros encima de los libros: Filosofía y Ciencia, la unidad la daba la temática de los mismos, si la memoria no me falla había libros de la siguiente temática: divulgación científica, filosofía de la ciencia, marxismo, filosofía, critica a la religión y a las pseudociencias. Al ir ojeándolos surgió un nuevo indicio de unidad, en la primera página de cada libro podía verse una marca de tinta puesta con un tampón  a modo de ex libris, donde ponía el nombre de un (imagino) matrimonio, dirección y número de teléfono, también venia la fecha de compra del libro, su precio en pesetas y euros, así como en algunos, un punto rojo adhesivo en el lomo inferior. Muchos de aquellos libros ya los tenía yo, enseguida me vino una imagen mental surrealista imposible, me dio la impresión de estar contemplando los libros de mi propia biblioteca vendidos después de mi muerte. Cuando me sobrepuse a la impresión empecé a revisarlos y a escoger los que quería comprar, si en física importa el espacio y el tiempo, en la afición a los libros importa el espacio (para guardarlos) el tiempo (para leerlos) y el dinero (para comprarlos), si yo poseyera estas tres cosas hubiera comprado todos sus libros que no tenía, pero como no es así aproveché la oferta y compré 6 libros, para que tengáis una idea del material comprado aquí os lo copio:
En busca de lo real. La visión de un físico. Bernard d´Espagnat
Matemáticas, ciencia y epistemología. Imre Lakatos
Fundamentos de la matemática. Albert Dou
Ensayos sobre el pensamiento científico en la época de Einstein. Gerald Holton
Critica de la Religión y del Estado. Jean Meslier
Al día siguiente sentí una gran curiosidad y con la inestimable herramienta de Google investigué al anterior propietario de los libros, aquí lo llamaré el señor J., apenas encontré información sobre el, la fecha de su muerte en este mismo año, a que se dedicó laboralmente y algunas cartas al director publicadas en diversos periódicos, de estas últimas deduje el perfil que había sospechado debía de tener por los libros que compraba, cartas criticas con la religión, la pseudociencia, a favor del racionalismo  y del conocimiento científico.
Los libros viejos habían servido de nexo de unión de dos personas que no se habían conocido nunca y que sin ellos seguramente nunca se conocerían. De todo esto me vino otra imagen mental, recordando una idea de Dawkins podríamos parafrasearla y decir: el hombre es el medio que usa un libro para pasar de una biblioteca a otra.
Naturalmente ignoro las circunstancias concretas que rodean este ejemplo particular, no se quien heredó sus libros, si su mujer o hijos, ni cuales fueron los motivos de su venta, motivos económicos (siempre tan prioritarios) motivos de espacio (el saber si ocupa lugar), o el que fuese. El caso es que la biblioteca del señor J. (si no estoy equivocado, técnicamente una colección de libros no se considera una biblioteca hasta que no llega a los 1000 volúmenes, no se si la del señor J. reunía este requisito, la mía todavía no llega a esa cantidad), esa colección de papeles impresos que atesoró durante años se ha roto,  ignoro si en su totalidad o en parte, dado que deduzco que el señor J. era ateo como yo, no puedo decir que esté contemplando el acontecimiento desde ningún más allá, y se entristezca por ello. Ni le puedo dar el mensaje de que los libros suyos que he comprado estarán bien hasta que yo muera o tenga que venderlos para comer. Lo único positivo del caso es el conocimiento concreto de esta persona fallecida como ejemplo de ser humano existente con similares inquietudes intelectuales que las mías (un “yo mismo” en un estado mas avanzado). Presupongo siempre la existencia de muchas personas con aficiones intelectuales, no profesionales (profesores, catedráticos, investigadores, etc.).
Seguramente algunos de sus libros habrían tenido antes otro dueño y espero que después de mi tengan mas dueños.
Recientemente se están difundiendo cada vez mas los llamados e-book o libro electrónico, este verano mi mujer me regalo uno por cumplir 50 años, al comentárselo a una compañera de trabajo, me decía: ¿No echas de menos el tacto, el olor del libro?, y le contesté que no, lo importante es la comunicación del contenido y en ese aspecto el libro electrónico cumple como el de papel. La verdad es que yo mismo he quedado sorprendido de mi adaptación al mismo. Lo primero que leí con el fue el trabajo de fin de máster  presentado por Heriberto Janosch González titulado Efectos del estrés de aislamiento social en la tasa cardíaca, la temperatura corporal y la actividad circadiana en ratas macho viejas. Y ahora estoy disfrutando de Historia del materialismo de Federico Lange.
El disfrute es similar al del papel, sin el inconveniente de estar sujetando un libro de 500 páginas, sino un aparatejo que pesa menos de 200 gramos. Todo esto viene a cuento de que si estos artilugios modernos hubieran existido desde la época en que el señor J. empezaba a comprar libros y los hubiera ido guardando en sucesivos libros electrónicos o en ordenadores personales, no hubiéramos llegado a esta situación, el heredero se hubiera limitado a quedarse el libro electrónico o borrar el contenido para venderlo “limpio”, o venderlo con el contenido, pero en este ultimo caso solo habría un conocedor de los libros del señor J., mientras que la multiplicidad de soportes que implican los libros de papel hacen que la exhibición publica (impúdica si no es consentida) que supone la venta de una biblioteca pueda repercutir en cada uno de los compradores por separado.
Puede que con el tiempo lleguemos a ese panorama y los libros de papel estén solo en museos.
La cuestión es que todo el conocimiento acumulado por el señor J. se ha perdido para siempre, quedan sus cartas a los periódicos y sus charlas con amigos. Ya no queda su biblioteca que ha sido dispersada, ahora los libros que se vendan irán a otras bibliotecas. Todo lo que el señor J. no haya objetivado (escrito, grabado, etc.) se perderá irremediablemente para siempre.
Ahora cuando yo lea sus libros me será imposible evitar pensar: ¿Qué reflexiones tuvo el señor J. mientras leía este libro?






sábado, 27 de octubre de 2012

SUPERSTICIÓN Y RAZÓN EN GUSTAVO BUENO




















SUPERSTICIÓN Y RAZÓN EN GUSTAVO BUENO

Fermín Huerta Martín

Sabed pues, amigos míos, sabed que todo lo que se declara y todo lo que se practica en el mundo para el culto y la adoración de los dioses no son más que errores, abusos, ilusiones e imposturas; todas las leyes y las órdenes que se publican bajo el nombre y la autoridad de Dios, o de los dioses, verdaderamente sólo son invenciones humanas, al igual que todos estos bellos espectáculos de fiesta y de sacrificios, o de oficios divinos, y todas estas otras prácticas supersticiosas de religión y de devoción que se hacen en su honor.
Jean Meslier


En su artículo ¡Dios salve la razón!, incluido en el libro Dios salve la Razón, Ediciones Encuentro, Madrid 2008, Gustavo Bueno escribía:
“El cristianismo, al oponerse a las supersticiones, estableció un canon de racionalidad que salvó en los siglos sucesivos, y en numerosas ocasiones, a la razón de la «hemorragia supersticiosa».” También dice mas recientemente en El Basilisco 42: “Fue la Iglesia católica, a través de la Teología y de la Filosofía escolástica la que, entre las demás confesiones, mayor  “cantidad de racionalismo” y limitación de las supersticiones tradicionales pudo incorporar”
Ya en mi artículo La unión de los ateos es posible y deseable, dije que debería poner:  “las supersticiones cristianas, al oponerse a otras supersticiones…”. En el verano de 2012 tuve la ocasión de comprar una edición facsímil del libro Reprobación de las supersticiones y hechicerías (1538), escrito por Pedro Ciruelo, esta obra se podría decir que es un intento del maestro Ciruelo por confirmar las palabras del maestro Bueno, palabras dichas mucho tiempo después de morir Ciruelo pero que parecen haber estado flotando en el aire durante los últimos 2000 años y han anidado en muchas cabezas desde entonces, incluso en cabezas de materialistas ateos como Bueno.
Mi tesis por el contrario es que el catolicismo no supone ningún freno a las supersticiones, sino un cambio de una colección de supersticiones independientes o con algún grado de conexión en algunos casos, con un sistema altamente integrado de supersticiones, y que consecuentemente habría que valorar desde fuera  de estos dos grupos de supersticiones, desde un bando que al menos aspire a la racionalidad (para que no suene presuntuoso la afirmación de que tal racionalidad se ha conseguido), habría que valorar, digo, si ese cambio de una superstición a otra supone un avance, un retroceso o un estancamiento en la situación, según la naturaleza  de los casos concretos de supersticiones que se traten, todo ello visto desde una posición que aspirase a ser no supersticiosa.
La manera del maestro Ciruelo de “superar las supersticiones” consiste en asociarlas al diablo, haciéndolas merecedoras de pecado por atentar contra el primer mandamiento, así son perseguibles por “prelados y  jueces, eclesiásticos como seglares”. De esta manera esa supuesta superación no es mas que una asimilación, integra una serie de supersticiones en un sistema supersticioso (catolicismo), pero no las supera, puesto que no las niega ni las da por imposibles, simplemente les busca una causa común proveniente de su propia megasuperstición (el diablo) y de esta manera las unifica y fagocita. Dice Ciruelo en la pág. 50: “ Luego creer en aquella vanidad y quererse regir por ella en sus cosas es superstición de agüero y pecado mortal; y aunque haciendo aquello le salga a bien, es por inspiración del diablo con quien tiene pacto secreto.”
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica en su entrada: 2110 : “El primer mandamiento prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor que se ha revelado a su pueblo. Proscribe la superstición y la irreligión. La superstición representa en cierta manera una perversión, por exceso, de la religión. La irreligión es un vicio opuesto por defecto a la virtud de la religión.
2111 La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22).
 2116: Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone ‘desvelan’ el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a ‘mediums’ encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.”
Copio dos ceremonias descritas en el libro de Ciruelo, una es considerada supersticiosa y la otra un remedio moral y espiritual.
Remedio moral y espiritual contra la tempestad de nublados, pág. 119:
“El remedio moral y espiritual es: que luego que vean venir la mala nube al tañer de las campanas, se vengan los clérigos a las iglesias y se vistan sus sobrepellices y estolas, y acudan luego tras ellos todos los principales hombres y mujeres de cada parroquia con candelas benditas encendidas, y se junten en la nave y capilla mayor de la iglesia delante el altar donde está el Santísimo Sacramento; y abierto el altar, pongan el libro Misal a la parte del Evangelio, abierto por las imágenes del “Te igitur”. Y abran con mucha reverencia el tabernáculo del Santísimo Sacramento de manera que se parezca la custodia o la arca del Corpus Christi; mas no la saquen fuera de su tabernáculo. Estén las hachas o cirios todos encendidos y principalmente el cirio pascual bendito; y si hay reliquias de santos en la iglesia, tráiganlas todas al altar puestas a los lados del Santo Sacramento. Puestas todas estas cosas en orden, los sacerdotes estén de rodillas en las gradas del altar, y toda la gente con devoción se humillen a tierra, demandando a Dios misericordia y socorro en tanto trabajo y peligro, y suplicándole que por su infinita potencia haga disolver aquella mala nube y libre aquella su familia y los términos de aquel lugar del daño que podrá hacer aquella tempestad. Y los clérigos a medio tono canten los salmos del “canticum grado” y “miserere mei Deus”, y “qui habitat in adjutorio”, y “Deus misereatur nostri”, y “libera me de inimicis, Deus meus”. Y otros algunos salmos que hagan al propósito. Tras los salmos digan los cuatro Evangelios, y después comiencen devotamente la letanía de los santos y hagan su procesión por la claostra o por el cuerpo de la iglesia; y en fin de la letanía digan las colletas y oraciones más apropiadas al caso, y las oraciones de aquellos santos cuyas reliquias o imágenes tienen en los altares y capillas de la iglesia. Mientras que esto hacen y dicen los clérigos, la otra gente debe secretamente rezar devociones por las horas o por sus cuentas y rosarios, según que supieren, teniendo intención de rogar a Dios y a sus santos que por su misericordia envíe socorro y ayuda del cielo contra aquella tempestad. Y mi parecer es que los sacerdotes no salgan fuera de la iglesia para hablar con la nube mala, ni saquen las santas reliquias ni menos el Santísimo Sacramento fuera a la tempestad, porque con más devoción hablarán con Dios dentro de la iglesia que no de fuera, y mas presto será oída su oración en el cielo delante de Dios”.
Pág. 122:
“La común manera destos engañadores es, que el conjurador se hace juez y delante de su audiencia comparecen dos procuradores, el uno por parte del pueblo, que demanda justicia contra la langosta, el otro pone el vicario del obispo o la justicia del rey por parte de la langosta o la oruga o el pulgón, etc. Después de muchas acusaciones que pone el procurador del pueblo y respuestas que hace el procurador de la langosta; y dados sus términos de probanzas de la una parte y de la otra, hácese luego proceso; y, a la fin, el maldito juez da su sentencia contra la langosta, en que dentro de tantos días se vaya de todo el término de aquel lugar, so pena de excomunión “latae sententiae”, etc. Acontece muchas veces que el diablo, por cegar y engañar a los pueblos que tales cosas consienten, haga venir en efecto lo que promete el conjugador, y por sus secretas operaciones con cosas naturales hace huir de allí las langostas y las otras sabandijas. Mas los santos doctores, todos conformes sin contradicción de alguno dellos, dicen que esta manera de echar la langosta es supersticiosa y mala por dos razones: la una es porque se arma pleito y causa contra criaturas brutas que no tienen seso ni razón para entender las cosas que les dicen; y, así, es operación de vanidad, y juntamente es pecado de blasfemia en hacer burla y escarnio de la excomunión que usa la Iglesia Católica contra solos los malos hombres contumaces y rebeldes a la obediencia que deben a los prelados de la Iglesia.”
Solo desde un punto de vista que acepte como verdad las tesis católicas tiene sentido decir que el catolicismo supuso un freno a las supersticiones, pero un materialista ateo de ninguna manera puede aceptar esto, por lo tanto ver un freno o una superación de las supersticiones donde no hay sino una continuidad o asimilación de las mismas es muy sospechoso. Para el maestro Ciruelo es supersticioso todo lo que se sale de las normas católicas pero Bueno no puede esgrimir este argumento.
Desde una posición no supersticiosa, como el materialismo ateo, ninguna de las dos ceremonias descritas tienen capacidad causal para conseguir lo que se proponen, pues Dios no existe y el Diablo no existe, por lo tanto si funcionan será por otro motivo que habrá que investigar o por simple casualidad, el que lucha contra la superstición debe realizar esta operación. Por eso incido en que Bueno no puede considerar un freno de la superstición a la Iglesia Católica sino un continuador de la misma, si valora que el catolicismo es una superstición sistematizada, yo lo puedo comprender y valorar a su vez, pero la única manera de pensar que el catolicismo es un freno a la superstición es considerarlo no supersticioso, pero esto no puede hacerse de ninguna manera desde una posición materialista.
Cuando desde posiciones materialistas y ateas se habla de “superior racionalidad de la dogmática cristiana respecto de sus alternativas coetáneas” es que algo falla, en este caso lo que falla es el significado que da Bueno a los términos Razón y Superstición (al hacer hincapié en el aspecto funcional de los mismos), define Bueno la racionalidad: “Termino prácticamente sinónimo de razón. No obstante, hay autores que distinguen entre racionalidad y razón: por ejemplo, la razón se definiría como una facultad, mientras que la racionalidad sería el ejercicio de dicha facultad o bien la cualidad de aquello que es obra de la razón. La racionalidad no adopta una forma única, sino que podemos hablar de una racionalidad científica, filosófica, técnica, económica, etc.

La racionalidad, desde el materialismo filosófico, no se concibe como si fuera una capacidad o facultad psicológica derivada de la estructura subjetiva (espiritual o cerebral) de un sujeto operatorio, animal o humano. La racionalidad se concibe como característica de dominios en los cuales se encadenan operaciones y grupos de operaciones que tienen lugar entre términos distintos delimitados en el espacio antropológico (cosas, animales, hombres), tales que den como resultado un sistema de instituciones objetivas (suprasubjetivas, por tanto) a través de las cuales las operaciones entre cosas, entre animales o entre hombres, pueden dar lugar a resultados que ajustan unos con otros de un modo recurrente. Una danza ceremonial, en torno a una hoguera, puede considerarse racional o funcional desde coordenadas adecuadas.

La racionalidad se circunscribe al terreno de las instituciones humanas, pero no por ello hay un corte dicotómico entre la racionalidad humana y la conducta de los hombres primitivos (en contra de la teoría de Lévy-Bruhl sobre la «mentalidad prelógica primitiva»). Ni siquiera cabe una dicotomía entre la conducta racional humana, moldeada sobre operaciones con entidades distintas del sujeto y la conducta de ciertos animales a los cuales los etólogos reconocen hoy un carácter raciomorfo.

Lo que no queda incorporado a las redes de la racionalidad operatoria institucional es arracional, pero no es por ello irracional. Los pueblos maya predecían los eclipses con precisión. Pero eso no era ciencia. Además se basaban en la mitología y su predicción se debía a que habían pasado años y años, como los babilonios, estableciendo una relación empírica entre el sol y la sombra. Esto no es ciencia, aunque no por ello es irracional. No se trata de una verdad demostrada: se dieron cuenta de que es así, pero no dieron las causas, las razones internas de eso. La irracionalidad sólo puede darse en el marco de lo que es racional, es decir, de las instituciones (lo irracional surge en el proceso de confluencia de diferentes instituciones racionales, a la manera como lo irracional en Geometría apareció en la confluencia de las categorías de la Aritmética que pretendían medir la diagonal del cuadrado con el lado y las categorías de la Geometría, que declaraban inconmensurables estos segmentos determinados en el cuadrado)”.
,En primera aproximación la razón se tiene que relacionar (decía Bueno en Symploké: “Razonar es relacionar”) con la posibilidad y la verdad, algo imposible no será racional y algo posible pero falso tampoco, los criterios de racionalidad de cosas posibles y verdaderas es mas complejo de abordar. De hecho los verdaderos problemas con el racionalismo empiezan cuando tratamos con cosas, hechos, procesos, etc., que son posibles y verdaderos (si son verdaderos es porque son posibles). Pero no representa ningún problema al racionalismo enfrentarse con cosas imposibles o posibles pero falsas. Digamos que no pasan el primer filtro necesario para que lleguen a ser un problema. Si las palabras que motivan este texto hubiesen sido dichas o escritas por un creyente católico no me hubiera molestado en contestarlas, al fin y al cabo dentro de su error (visto este desde la posición materialista) el creyente despliega una posición coherente que incluye el adueñarse de la racionalidad (apoyándose por ejemplo en la entrada 159 del catecismo que dice: “A pesar de que la fe esté por encima de la razón, jamás puede haber contradicción entre ellas. Puesto que el mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe otorga al espíritu humano la luz de la razón, Dios no puede negarse a sí mismo ni lo verdadero contradecir jamás a lo verdadero» (Concilio Vaticano I: DS 3017). «Por eso, la investigación metódica en todas las disciplinas, si se procede de un modo realmente científico y según las normas morales, nunca estará realmente en oposición con la fe, porque las realidades profanas y las realidades de fe tienen su origen en el mismo Dios. Más aún, quien con espíritu humilde y ánimo constante se esfuerza por escrutar lo escondido de las cosas, aun sin saberlo, está como guiado por la mano de Dios, que, sosteniendo todas las cosas, hace que sean lo que son”. Sin embargo las palabras las pronuncia uno de los mas grandes materialistas ateos españoles de todos los tiempos.
La consecuencia de dejar de relacionar la razón con la posibilidad y la verdad es una serie de afirmaciones como estas “una danza ceremonial, en torno a una hoguera, puede considerarse racional o funcional desde coordenadas adecuadas”, “en la Teología católica, hay tanto o más racionalismo como el que podamos encontrar en las ciencias positivas modernas”, “la conducta de los soldados que jamás aciertan con sus disparos será irracional”. Tomemos este ultimo ejemplo, desde nuestra posición, que un soldado acierte o falle en sus disparos no altera la racionalidad del proceso, lo que nos haría hablar de irracionalidad sería por ejemplo que el soldado intentase acertar a la Luna con su fusil, aquí nos encontramos ya ante una imposibilidad de la cual extraemos su irracionalidad, lo curioso del caso es que Bueno adopta una postura muy próxima a la nuestra en su prologo al libro Astrología de Isaac Amigo, basta con leer estos fragmentos:
“Presuponemos que la astrología carece de todo fundamento científico, los astrólogos proceden apoyados en principios ridículos”, “¿No es paradójico --por no decir ilógico-- el auge de la astrología en una sociedad urbanizada y democrática en la que los individuos están acostumbrados al razonamiento, al cálculo y al análisis, así como también al debate y a la crítica?”, “falta evidente de fundamento de la astrología”, “la fe en la astrología es una superstición”, “la confianza otorgada por la gente al horóscopo no será un confianza científica, sus motivaciones pasan por encima de los conocimientos científicos, por ello habrá que considerarla “indocta””.
Considero que las criticas que Bueno realiza a la astrología con el apoyo del conocimiento científico debería extrapolarlo a su critica al catolicismo con el apoyo de la ciencia y sobre todo de su posición filosófica materialista-atea. Dicho de otra manera, desde una posición materialista-atea no se puede hablar de racionalidad del catolicismo, excepto en cuestiones puntuales del tipo de cuando la conferencia episcopal española hace una campaña publicitaria para conseguir dinero vía impuesto de la renta, que sería una actuación muy racional (mas que por ejemplo rezar para que les toque la lotería). Quien afirma la idea de Dios como clase vacía, como hace Bueno, no puede después hablar de racionalidad de algo cuya base es imposible y falsa. De la misma manera que dice en la pág. 24 de El Basilisco nº 42 “Cuando las operaciones  segundogenéricas no tienen respaldo primogenérico se convierten en delirios irracionales”, de la misma manera toda la teología católica carece del respaldo de la existencia de Dios y consecuentemente es un delirio irracional. Como materialista-ateo esta es la postura que tendría que defender y no la que defiende que es mas próxima a una posición confesional.
Es curioso que cuando Bueno estaba obligado a escribir en coordenadas confesionales (Filosofía. Sexto curso, 1958) por imposición franquista (a pesar de que el era ya ateo en aquella época, dice en Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religión pág. 26, “cuando cursé los dos últimos años de bachillerato, en Zaragoza, cristalizó en mí la decisión de calificar explícitamente a la dogmática católica, entonces reinante, como un conjunto de mitos y de imposturas inventados por los sacerdotes para engañar a los niños o al pueblo). En Filosofía. Sexto curso decía cosas como esta: “Este saber total (el saber religioso) no es racional, como lo es el saber científico, sin que por ello haya de pensar que el saber religioso sea irracional. Hay que decir que es supranacional, o praeterracional. Pues el saber religioso se funda, no en la razón, edificada sobre los datos sensoriales, sino en la Revelación.”
Y ahora que puede escribir sin esa imposición nacional-católica se empeña en hablar de la “cantidad de racionalismo” del catolicismo.

viernes, 28 de septiembre de 2012

DESARROLLOS ALTERNATIVOS
















DESARROLLOS ALTERNATIVOS

Fermín Huerta Martín
(Escrito en 1993)


El cristianismo es campo abonado para la floración de herejes porque sus heterogéneos y contradictorios elementos constitutivos posibilitan la génesis de desarrollos alternativos, en función de las necesidades materiales y espirituales de las clases o grupos sociales que los generan, sin olvidar la configuración psicológica y moral de los heresiarcas.
Gonzalo Puente Ojea

Sin herejes el teólogo dogmático carecería, en gran medida, de materia.
Gustavo Bueno

Quisiera intentar demostrar en este artículo dos cosas fundamentales con respecto al cristianismo y la herejía:

1- Que la existencia de herejías prueba que los cristianos lejos de estar universalmente iluminados por la luz del Espíritu Santo en lo que respecta a su fe y a su interpretación de las escrituras, han utilizado y utilizan la razón para estos fines (una capacidad de razonar  muy peculiar por supuesto, mezclada con bastantes aspectos irracionales).
2- Que todos los denominados desarrollos alternativos del cristianismo (así nos referimos también a las herejías) han de considerarse en igualdad de condiciones a la hora de un estudio objetivo y externo del tema, independientemente de número de adictos, su existencia o no actual, o su importancia histórica, dados que los criterios internos para definir dogmas o “errores” son subjetivos e interesados, y cuando se llega al extremo de autoproclamarse infalibilidad para tratar estos temas se llega al subjetivismo máximo.
Para mi, tanto la herejía como la ortodoxia son interpretaciones sobre supuestos hechos o sobre determinados textos, resultado del planteamiento de problemas a la hora de crear la teología cristiana, la legitimación de la ortodoxia solo es una autolegitimación pues no hay señales externas que así lo justifiquen.
La autolegitimación se consigue o por medio de democracia “especial” (concilios) o de poder (jerarquía).
Así se puede repetir que en las discusiones teológicas hay mucho de discusión racional (mezclada de muchas otras cosas). Y es que no se puede dudar de la fe de los herejes, en muchas ocasiones mas “ejemplar” que la de los “ortodoxos”.
La ortodoxia es solo una de las posibles combinaciones de soluciones a los problemas teológicos planteados. Quizás la mas ecléctica e integradora, pero una mas.
Si todos parten de la misma fe y creencia del mismo Dios y de los mismos supuestos hechos, el Espíritu Santo les tendría que haber inspirado la misma teología, al no ser así se demuestra el ingrediente racional en la naturaleza de la discusión teológica. Y aquí es donde aparece un elemento discordante en el bando religioso, porque a mi entender existe una ruptura entre el hombre racional que apela a la razón como norma ultima para la discusión y el hombre religioso que apela a la fe. Pudiendo llegar a hacer imposible la comunicación entre estas dos “partes” cuando se apela a las normas ultimas que rigen sus discursos. Y esto puede aplicarse no solo al cristianismo sino al resto de las religiones, que no quedan exentas a su vez de sus cismas, herejías, etc.
Ese elemento discordante es el hecho de creer apelar a razones sobrenaturales en las discusiones teológicas sin darse cuenta de que en el fondo es una clase de reflexión racional (a secas) aunque este disfrazada y mezclada con aspectos incomprobables.
Echando una mirada a 40 desviaciones, herejías o desarrollos alternativos del cristianismo podemos encontrar que los temas principales de “desviación” se pueden englobar en tres grandes grupos que son: la Trinidad, Jesús y  cuestiones de jerarquía o burocracia.
A modo de ejemplos:
Trinidad. La ortodoxia viene a decir:
La Trinidad es una. Las personas divinas son realmente distintas entre si. Las personas divinas son relativas unas a otras.
Las herejías dicen:
- Padre, Hijo y Espíritu Santo, una sola persona con tres nombre distintos.
- Personas divinas diferentes del Padre, no son mas que una prolongación de este.
- El Espíritu Santo no procede del Padre y del Hijo.
- El Espíritu Santo es inferior al Padre y al Hijo.
- Se niegan las tres personas divinas.
Jesús. La ortodoxia dice:
Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre, Posee dos naturalezas, divina y humana. Hijo único del Padre.
Las herejías dicen:
- Jesús hombre adoptado por Dios al bautizarse.
- El hijo es desemejante en esencia a Dios.
- En Cristo el espíritu es sustituido por el Logos Divino.
- Jesús no es consustancial con el Padre.
- Cristo no es plenamente Dios.
- El cuerpo físico de Jesús era un fantasma engañoso.
- Cristo no es ni divino ni humano.
- Cristo solo divino.
- Jesús fue un simple profeta, no resucito.
- Las dos naturalezas de Cristo, divina y humana fundidas en una sola.
- Cristo una sola energía o actividad.
- Cristo dos naturalezas y una sola voluntad divina.
- Hijo subordinado al Padre.
- En Cristo lo divino y lo humano no esta separado.
- El mismo Padre habría sufrido la pasión de la Cruz.
Y por fin el grupo de cuestiones de jerarquía o burocracia.
Así dicen los herejes:
- La obediencia papal se delega en el soberano.
- Se condena la jerarquía eclesiástica y la posesión de bienes por parte del clero.
- Superioridad del concilio sobre el Papa.
Es esencialmente en este ultimo apartado, burocrático o jerárquico donde la cosa es mas dolorosa para el que ejerce el poder eclesial. Pues de asuntos teológicos se puede discutir, pero cuando la herejía cuestiona el poder para aquel que lo ejerce entonces el asunto se vuelve intolerable. Para poner un ejemplo actual y citando de nuevo a Puente Ojea: “la teología de la liberación es mucho mas una cuestión de poder que de doctrina”.
Al realizar esta exposición de herejías es cuando podemos comprobar lo dicho al principio al respecto de que al definirse la ortodoxia católica como un conjunto de dogmas o de opiniones decididas en un momento, se pueden hacer combinaciones con las consideraciones heréticas, para sacar cuantas ortodoxias se quieran.
Y ahora es cuando toca hablar de cual es el proceso mediante el cual se “decide” que es herejía y que es ortodoxia. Esto significa principalmente hablar de concilios. Porque basta echar un vistazo a la lista de concilios y sus temas preferentes para saber que esto es así.
Nicea I - Arrianismo
Constantinopla I - Apolinarismo
Efeso - Nestorianismo
Calcedonia - Eutiquianismo
Constantinopla II - Origenismo
Braga - Priscilianismo
Constantinopla III - Monotelismo
Nicea II - Iconoclastas
Constantinopla IV - Focio

Sirvan de ejemplos.
Según el diccionario de teología de L. Bouyer (con visto bueno de un censor católico del año 1971):
“Las decisiones conciliares se suponen siempre tomadas por unanimidad, incurriría en cisma la minoría que no se adhiriese a la mayoría verdaderamente representativa del espíritu del cuerpo episcopal  en su conjunto, mientras que una mayoría simplemente numérica no puede prevalecer sobre las reservas fundadas de una minoría que sea considerable no solo por su importancia material sino por la cualidad representativa de sus opiniones sobre la verdadera fe de la iglesia. En una situación de este genero es de presumir que el soberano pontífice rehusaría ratificar una decisión mayoritaria.”
O sea es como si en una democracia solo sirviese la mayoría absoluta aplastante para gobernar. Es especialmente curioso el párrafo que dice: “incurriría en cisma la minoría que no se adhiriese a la mayoría verdaderamente representativa”, curiosa democracia de la amenaza.
En este párrafo se puede  ver como en los concilios se ejemplariza el proceso racional que sustituye la “supuesta” inspiración del Espíritu Santo para la concordia (de existir esa inspiración la unanimidad sería siempre real). Así las desviaciones heréticas son decididas por mayorías.  
En cualquier caso el funcionamiento de estas unanimidades y mayorías representativas es lo suficientemente impreciso como para sospechar juegos de poder y amenazas cismáticas en los concilios.
Cuando he hablado de que el hombre religioso ejercita la razón aunque mezclada con otras cosas, me refería a cosas surgentes del cuerpo religioso y que de alguna manera fija los márgenes sobre los que puede discurrir dicha razón. Cuanto mas pequeño es el margen fijado que uno toma, mas aceptable es la opinión que se ejercita, pudiendo llegar a ser una tímida disconformidad o un principio  de herejía suave, al aumentar el margen de movimiento nos encontramos con herejías grandes en desacuerdos. Esto se observa repasando algunas de las herejías enumeradas mas atrás, algunas podrían ser aceptadas  por el cristiano de base despistado en asuntos teológicos, otros sin embargo le serian inaceptables sin reflexión. Pues bien, estos márgenes que el hombre religioso acepta serian cuestiones como: la naturaleza y poderes de Dios, su forma de actuar, la interpretación de las escrituras, su relación personal de confianza y obediencia a la jerarquía, etc., etc.
Al preguntar a un cristiano por estas cuestiones, podemos hacer un dibujo al hilo de sus respuestas y al final saber cual es el hueco que deja a su razón para manejar elementos o formar disensiones o simplemente acatar y callar.
El hombre no religioso no parte de estas limitaciones y por lo tanto puede ejercitar su razón con mas libertad y sin estrechuras.
Resultaría insoportable que en el campo no religioso alguien se autoproclamara (ya fuera persona o grupo) como infalible, haría el ridículo y no se le escucharía, la fe y la noción de rebaño hace que se trague con esto y con mucho mas.
Por esto desde una visión externa a estas disputas, como sería mi posición de ateo, hay que respetar no solo las diferentes religiones entre si sino las diferentes ramas de cada religión, o sea a ortodoxos y herejes por igual.
Y esto es así porque la supuesta legalidad u ortodoxia de determinados grupos religiosos basados en su aceptación mayoritaria o cantidad de poder, nos es indiferente, pues este solo es un dato accidental al proceso, que podía haber recaído en cualquier otro desarrollo alternativo.
El espíritu critico tiene que sobreponerse a estas influencias “ambientales” para ejercitar libremente su función critica, y no debe confundir el éxito o fracaso de lo que estudia con su fundamentación teológica. Este sencillo ejercicio debería bastar para darse cuenta de que las autolegitimaciones no pueden tener valor universal por muy mayoritarias que sean. Y al no descubrir “pruebas objetivas” que decantaran la flecha de la verdad sobre alguna en concreto, estamos obligados a respetar todas.

miércoles, 29 de agosto de 2012

FERVOROSO CREYENTE, FERVOROSO AGNOSTICO, FERVOROSO ATEO





















FERVOROSO CREYENTE, FERVOROSO AGNOSTICO, FERVOROSO ATEO.

Fermín Huerta Martín

Mientras preparaba la publicación en mi blog de los artículos de julio y agosto del presente y recortado (por lo menos aquí en España) año 2012 hice un descubrimiento que me dejo estupefacto. Una vez agotados los artículos nuevos o por lo menos escritos en el transcurso del presente año, si no quería incumplir la promesa o el objetivo expuesto en Leer es disfrutar, escribir es sufrir, de publicar un artículo al mes, no me quedó más remedio que recurrir a mis viejos artículos mecanografiados.
Escribo cosas relacionadas con la filosofía desde 1985, aunque mi interés por la filosofía empezó antes, en 1977 con 15 años ya tenía “charlas filosóficas”, dos de las personas con las que iba al colegio terminaron estudiando la carrera de Filosofía, una de ellas es profesor en la actualidad, si la memoria y los apuntes que manejo no me fallan, el primer libro de filosofía que compré y leí, fue La genealogía de la moral de Friedrich Nietzsche en 1978 con 16 años. El motivo por el cual un adolescente que por aquel entonces leía a Agatha Christie, H. P. Lovecraft y Franz Kafka se puso a leer filosofía es bien curioso, en aquella época era un enfermizo  lector de comics, me gustaban mucho los de superhéroes (luego vinieron los de autor, Corben, Moebius, etc.), fui un coleccionista obsesivo, en la actualidad han hecho películas de la mayoría de los tebeos que leía en aquella época, incluso recientemente de Los Vengadores que eran mis favoritos. En una de mis visitas a la biblioteca se me ocurrió consultar en un diccionario la palabra “superhéroe”, en su lugar encontré “superhombre”,  en una de las definiciones se hablaba de que ese era uno de los cuatro temas de que hablaba Friedrich Nietzsche en su obra, los otros tres eran: el eterno retorno de lo idéntico, la muerte de Dios y la voluntad de poder. Pensando que los conceptos superhombre y superhéroe eran similares decidí comprarme un libro de Friedrich Nietzsche. Por aquel entonces era usual que muchas librerías tuvieran una estantería dedicada a la colección El libro de bolsillo de Alianza Editorial, dentro de la cual había varios libros de Nietzsche. Así que un día entré en una librería (ya desaparecida, en su lugar pusieron un “todo a cien”,un síntoma de los tiempos) y no recuerdo si era el único libro  que había de él o lo elegí por casualidad, el caso es que me compré La genealogía de la moral, ahora mismo ( el ahora del primer borrador escrito a bolígrafo del presente texto) tengo el libro en mis manos (dentro de 20 años quizás alguien dirá: tengo el archivo en mis manos dentro de mi libro electrónico), la mitad del libro se ha despegado en dos partes de su encuadernación primitiva, está lleno de frases subrayadas y también alguna anotación, todo con lapicero, en la actualidad me parece un sacrilegio subrayar un libro, los lectores empedernidos tenemos que ser conscientes de un dato fundamental, corroborado cada vez que compramos un libro de segunda mano, llegará un día en que tendremos que vender nuestros libros para poder comer, o bien, moriremos y nuestros hijos o mujer terminaran malvendiéndolos para ganar espacio y colocar cosas más decorativas. Hay otras alternativas, pero para mí son utópicas. Nunca olvidaré una experiencia que tuve hace años, cuando era joven y visitaba el Mercado de San Antonio de Barcelona (un lugar donde comprar y vender libros), escuché a un hombre mayor(rondaría los 70) intentando vender su biblioteca acumulada durante toda su vida, le contaba al supuesto comprador que tenía dos hijos, uno periodista y otra doctora, ninguno de los dos quería sus libros.
Lo que hagan con mis libros después de muerto importa poco, lo que me parece insoportable es deshacerse de ellos en vida. Por eso recuerdo siempre el dolor de ese hombre en ese momento.
Moraleja:  preserva tus libros pues serán leídos por otros. Solo si tu persona termina siendo objeto de estudio, tiene alguna utilidad futura el subrayado o las anotaciones, sino haz como yo y toma notas en hojas aparte.
No me resisto a copiaros el contenido de una de las páginas (la 109) de mi ejemplar de La genealogía de la moral, subrayada y anotada con la palabra “Superhombre”, dice lo siguiente:
“Alguna vez, sin embargo, en una época más fuerte que este presente corrompido, que duda de sí mismo, tiene que venir a nosotros el hombre redentor, el hombre del gran amor y del gran desprecio, el espíritu creador, al que su fuerza impulsiva aleja una y otra vez de todo apartamiento y todo más allá, cuya soledad es malentendida por el pueblo como si fuera una huida de la realidad--: siendo así que constituye un hundirse, un enterrarse, un profundizar en la realidad, para extraer alguna vez de ella, cuando retorne a la luz, la redención de la misma, su redención de la maldición que el ideal existente hasta ahora ha lanzado sobre ella. Ese hombre del futuro, que nos liberará del ideal existente hasta ahora y asimismo de lo que tuvo que nacer de él, de la gran náusea, de la voluntad de la nada, del nihilismo, ese toque de campana del mediodía y de la gran decisión, que de nuevo libera la voluntad, que devuelve a la tierra su meta y al hombre su esperanza, ese anticristo y antinihilista, ese vencedor de Dios y de la nada --alguna vez tiene que llegar…”
Durante muchos años consideré que Nietzsche no era una buena opción como lectura iniciática en filosofía (pensaba que era mejor opción Bertrand Russell por ejemplo),pero después comprendí que  enfrentarse a una lectura compleja pero interesante es como un termómetro vital, indica la capacidad de superación y de estimulo frente al que simplemente suspende la lectura por vagancia mental o cualquier otra excusa.
La genealogía de la moral, que estaba en las antípodas de mis lecturas y de mis pensamientos, pues yo por aquella época era un fervoroso creyente católico, que rezaba cada noche, hablaba mucho con Dios (eran monólogos no diálogos) y le pedía algo cada día, La genealogía de la moral, digo, fue el libro culpable de que me aficionara a la filosofía y abandonase poco a poco mi creencia católica, pues después de el vino Así habló Zaratustra (tarde un año en leerlo y no debí captar mas del 1% de su contenido, creo recordar que una vez Gustavo Bueno dijo que ese libro le constaría entenderlo a un recién licenciado de filosofía) y luego todo lo demás, búsqueda de libros (algo ya de por si fascinante) y lecturas de nuevos autores, Tierno Galván, Puente Ojea, Bertrand Russell, Karl Popper, Mario Bunge, Gustavo Bueno, etc., por citar los mas importantes.
Este es resumido, el contenido de la primera transición de creyente a agnóstico.
Desde 1982 escribo un Diario filosófico, que recoge principalmente los libros que compro, los que leo, las reacciones a esa lecturas, lo que escribo y pensamiento de índole filosófico. Con el tiempo ese Diario me es de gran ayuda para cuando falla la memoria, también para reírse de uno mismo, al leer cosas ridículas escritas en la juventud (pensándolo bien sigo escribiendo cosas ridículas).
Gracias a esa información, puedo ahora saber cuando empecé a escribir filosofía, antes había escrito alguna que otra cosa, relatos cortos en su mayoría, alguna cosa publiqué en un fanzine, el resto fueron autoediciones hechas a fotocopia y repartidas entre los amigos (sin duda un suplicio para ellos). El caso es que el día 28 de marzo de 1985 recoge mi diario “El lunes pasado concebí las bases de lo que tenía que ser un breve escrito titulado: Utilización errónea de los conceptos absolutos: Universo, Infinito, Dios y Nada”. Me cuesta imaginarme un título mas pretencioso y grandilocuente. Luego sigue: “Mas tarde amplié estos pensamientos y he desarrollado lo que sería mi primer Sistema Filosófico definido, hasta ahora solo tengo una dificultad teórica, el concepto tiempo en el momento de hablar de la duración del universo que se contiene a si mismo. Espero resolverlo para poder escribir mi sistema completo”. 27 años después esa “dificultad teórica” sigue presente y peor de irresoluble. Tres años después terminé mi primer artículo filosófico de 22 páginas, titulado Consideraciones filosóficas. Desde entonces he escrito cuando he tenido una necesidad imperiosa, por aquello que contaba en Leer es disfrutar, escribir es sufrir, de que leer era mas satisfactorio y menos esforzado. Un artículo en 1989, 3 en 1990, 1 en 1991, 1 en 1992, 3 en 1993, 1 en 1994, 1 en 1995, 1 en 1997, 1 en 1999, 1 en 2001, 1 en 2002, 2 en 2005, 2 en 2006, 3 en 2009, 6 en 2010, 9 en 2011, aunque disperso en todos estos años esta el esfuerzo para elaborar la dos bibliografías que finalmente publiqué en el blog, de mis dos autores favoritos, Gustavo Bueno y Mario Bunge. Con el blog me obligo a escribir.
Toda esta excursión de palabras viene a cuento de la segunda transición, de agnóstico a ateo, como decía al principio, ojeando los artículos antiguos para publicarlos en el blog, caí en la cuenta de que en el artículo escrito en 2001 (Dios y el mal) todavía me declaraba agnóstico, en el primero de 2009 (Gustavo Bueno y los crucifijos) ya afirmaba mi ateismo. En los 5 artículos que separan uno de otro (8 años) no tengo pistas. Recuerdo aquella época, pero curiosamente no tengo anotaciones en el Diario filosófico sobre la transición, Confieso que si hay un autor que me influyó en esta segunda transición fue Gustavo Bueno, sus libros son lectura imprescindible en español sobre el tema, también el tipo de argumento que expuse en mi artículo Dios y el mal (espero publicarlo) me terminaron de decidir.
La cuestión es que hasta ahora cuando he publicado algún artículo de la época agnóstica he cambiado la autoafirmación de agnóstico por ateo, una forma de “actualizarlo”, sin embargo escribí algún artículo sobre el agnosticismo que lógicamente no puedo “actualizar” de la misma manera y que al releer ahora considero que tiene un mínimo de calidad como para publicarse.
Así que explicando el titulo puedo decir que he sido un fervoroso creyente un fervoroso agnóstico y un fervoroso ateo. Las dos transiciones han sido por culpa de lecturas y reflexiones (conclusión rápida: si no quieres perder la fe, no leas ni pienses). Las dos transiciones se han alargado en el tiempo y han representado un cambio de postura intelectual que podría considerarse una metamorfosis vital, con todo lo que eso conlleva, aceptar que estabas equivocado, que defendías una postura errónea, pero de eso se desprende algo absolutamente positivo, como es el hecho de haber sido capaz desde unas coordenadas determinadas de haber visto la validez de una argumentación hecha desde otras coordenadas distintas y hasta contrapuestas, pudiendo abrazar esta nueva posición como propia. También es muy positivo (o al menos a mi me lo parece) el hecho de que cuando discuto con un creyente o un agnóstico, puedo ponerme en su lugar para comprender su postura, porque yo he sido como el, lo he vivido, conozco el estado mental desde el que me discuten. Por supuesto esto no quiere decir que mi postura sea superior o que ese mero hecho me de la razón, pues también  podría darse el caso inverso de un ateo que se convierta al agnosticismo y después abrazara alguna creencia religiosa, el cual estaría en la misma posición que yo, con respecto a comprender al otro.
Yo no descarto volver a cambiar de opinión, solo me tienen que convencer con un buen argumento, si es posible que no incluya la amenaza del castigo.
Mientras tanto la vida pasa y tenemos que seguir atentos a los acontecimientos del mundo, acontecimientos de toda índole, políticos, artísticos, científicos, filosóficos, etc., pues de ellos hemos de seguir extrayendo conclusiones que alimenten o contradigan nuestras posturas, nunca podemos abandonar una posición critica aun dentro de una cosmovisión determinada, seria como un equilibrio entre el “dogmatismo” de defender una “ortodoxia” determinada y la alerta “critica” necesaria para poder cambiar de opinión sobre el tema que sea, cuando se presentan unas argumentaciones sólidas. Todo ello inmerso en un proceso que solo termine con la muerte. Esto no es incompatible con el fervor de defender una posición en un momento determinado.

martes, 31 de julio de 2012

LOS CIENTIFICOS SIN DIOS






















LOS CIENTIFICOS SIN DIOS

Fermín Huerta Martín
(Escrito en 1994)


En el libro Los científicos y Dios, el señor Antonio Fernández Rañada pretende fundamentar su tesis de que la ciencia es neutra frente a la religión y que la practica de la ciencia ni aleja al hombre de Dios ni lo acerca a el. Por su parte Mario Bunge en su libro Seudociencia e ideología expone la tesis de que ciencia y religión se excluyen mutuamente porque hacen afirmaciones contradictorias. Como quiera que ambos señores son físicos y están interesados en la filosofía, sería interesante averiguar por que motivos divergen tanto en sus afirmaciones.
Empecemos por exponer las opiniones de Bunge en síntesis y después analizaremos que hace Rañada para superar esas afirmaciones.
Para Bunge la ciencia excluye a la religión por:
1- Los miembros de una iglesia están unidos por compartir creencias  y practicas que no han sido consagradas por la investigación científica. Los miembros de una comunidad científica están unidos por una actitud critica y exploratoria así como por un fondo de conocimientos que han pasado pruebas conceptuales y empíricas.
2- Toda religión incluye dogmas acerca de entes sobrenaturales o de procesos como resurrección o reencarnación, que están fuera del alcance de la ciencia o son tenidos por imposibles.
3- El pensamiento religioso no hace uso de la matemática.
4- La religión no hace uso de las ciencias facticas. Muchos dogmas religiosos (la Tierra es plana, el Sol gira sobre la Tierra, las especies biológicas fueron creadas, el alma es separable del cuerpo) han sido refutados por la investigación científica.
5- Toda teología contiene dogmas antes que teorías.
6- Todo sistema de valores religiosos está dominado por la creencia en entes sobrenaturales en lugar de confiar en el poder del hombre para alcanzar la verdad por la investigación.
7- La eficacia de las practicas religiosas (sacrificio, oración) nunca ha sido comprobada experimentalmente.
8- La fe religiosa descansa sobre la autoridad, la revelación y la gracia, ninguno es científicamente aceptable.
¿Cómo se las arregla Rañada para superar estas objeciones de Bunge a la relación ciencia/religión?
Básicamente utiliza tres argumentos:
1- El relato bíblico es simbólico y necesita una interpretación, no se puede leer literalmente.
2- Niega la ortodoxia religiosa.
3- Cree que hay dos vías de conocimiento, la de la sutileza y la geométrica.
En efecto, en la pág. 135 nos dice: “El mito cristiano de la creación esta escrito en lenguaje poético y no debe interpretarse literalmente. Hoy comprenden todos que eso es absurdo.”
Con esta sencilla formula elimina todas las objeciones del nº 4 de Bunge. Cuando la ciencia descubre la “verdad” de cada una de esas cuestiones, el mito bíblico alcanza su verdadero significado, claro que bien mirado la otra opción que queda es la de reconocer que lo que literalmente dice la Biblia es falso. Por lo tanto se tiene una formula de convalidar siempre las “sagradas escrituras”, cuando no concuerdan con la ciencia  basta con advertir que la escritura es simbólica.
Su punto 2 niega la ortodoxia religiosa.
Así nos presenta numerosos ejemplos de científicos que aunque teniendo ideas religiosas, no se acaban de amoldar del todo con ninguna iglesia. O critica directamente al catolicismo, como en la pág. 283, por insistir en las respuestas inmutables. Este punto es importante, pues sabe que decidido a conservar la mayor cantidad de ciencia posible no puede aceptar por completo ninguna religión.
En el punto 3 expone su creencia en dos vías de conocimiento representadas en lo intelectual y lo vital. Nos advierte en la pág. 171, las dos vías son necesarias para aproximarnos a lo que son las cosas, cada una por su lado da una visión deformada y pobre.
Entre estos dos últimos puntos se puede encontrar material para desmontar el resto de los puntos de Bunge.
1- No es necesario ser miembro de un iglesia para aceptar la idea transcendente.
2-3-5-6-7-8, son posibles si existen dos vías de conocimiento no reducibles mutuamente, en la que cada una tiene su parcela.
Sin embargo estos tres planteamientos de Rañada tienen sus aspectos negativos que los hacen dudosos por lo menos.
1. Interpretación de textos.
a) Si antes se aceptaba la literalidad y ahora no, se debe ni mas ni menos al progreso científico y no al religioso, no hay otra opción que el “simbolismo” de los textos por que si no hay que reconocer que son falsos.
b) Evita que exista un criterio de verificación o falsación,  esto nunca sucede si cuando se presenta el conflicto se adopta la interpretación del texto al hecho o teoría científica pertinente.
c) Las interpretaciones no tratables científicamente (al no poder apelarse por su literalidad), pueden al menos ser sospechosas, y aquí podemos incluir partes muy importantes del cristianismo como la muerte o resurrección de Jesús y aun su misma existencia.
Claro que también se puede compaginar a gusto literalidad e interpretación, todo a la carta.
Por nuestra parte sostenemos que la apelación a la interpretación no es mas que una treta dialéctica para salvar en ultimo extremo a la Biblia, si a el le parece evidente el hecho simbólico de la Biblia se debe, o bien a que ha sido educado en esa idea, o porque la necesita para no echar por tierra lo que representa, no se entiende de otra forma esa “evidencia” que nosotros no vemos.
Basta con remitirnos a una época mas cercana que la actual, al momento de la divulgación de las ideas evolucionistas, como es principios de siglo, para encontrar un texto como el siguiente que explica admirablemente lo que pensamos:
Pág. 35 del libro de L. Gámbara El hombre y la teoría de la evolución:
“Dos puntos de interrogación propuestos a los secuaces de la Revelación.
¿Si el cuento bíblico respondiera en todo o al menos en parte siquiera a la verdad, sería él susceptible de tales desmentidas? ¿Qué clase de Revelación divina puede invocar el recopilador del Génesis, desde el momento que se tienen pruebas irrefutables para demostrar el absurdo, la falsedad de sus afirmaciones? La inmensa importancia de estos puntos fue reconocida, como es sabido, por los teólogos católicos, que gastaron ríos de tinta con el objeto de armonizar con argumentos especiosos las conclusiones más radicales de la ciencia con las conclusiones de tradición hebraica.
Pero inútilmente; porque, como observa Huxley, las palabras deben tener su significado también  en el idioma hebraico, ni puede darse un idioma tan flexible que pueda admitir interpretaciones tan diferentes y a veces opuestas. ¿Y en verdad, por qué traducir épocas allá donde dice días, y por qué traducir en esta forma precisamente  hoy, cuando la geología, interrogando las capas del subsuelo ha comprobado la edad milenaria del planeta? ¿Si es verdad que la ciencia de los teólogos católicos goza de la prerrogativa de conocer secretos divinos, por qué hasta ayer, puede decirse, ha permitido que la palabra días (que debería ser un error de quien escribió el Génesis bajo dictado de Dios) siguiera á producir la equivocación , y por qué, digo, no han dado los teólogos católicos, desde el principio la interpretación  “científica” que dan ahora? ¿Y por otra parte, cómo puede concebirse que una Revelación, en la forma con que las entienden los católicos, tenga necesidad de tiempo en tiempo de correcciones para sostenerse? ¿Se querrá por los católicos admitir que Dios haya deliberadamente colocado algo de inverosímil en los pormenores del relato bíblico, para tener el pretexto de provocar la incredulidad humana, y así “endurecer el corazón de los hombres” y mandarlos a casa del Diablo?
¿Por qué (el estudioso no lo ignora) otras imposibilidades también, después de la que hemos confutado antes, relativa a la edad del hombre, están escritas en el cuento hebraico? ¿Es posible, en efecto, lo que el redactor del Génesis da como verdad, que las plantas hayan  sido creadas en el tercer día, es decir antes que el Sol, la Luna y las estrellas que aparecieron en el cuarto?
A este respecto las desmentidas de los naturalistas son absolutamente categóricas. El estudioso sabe muy bien que existen plantas que no dan semillas sin la intervención de los insectos. Dicho esto ¿cómo no se habrían extinguido estas plantas si el Génesis hace crear los insectos en el quinto o sexto día? Otro ejemplo: se sabe que los animales domésticos descendieron de formas salvajes. Y bien, según el Génesis, estos animales constituyen una creación directa.
En el sexto día “Dios hizo los animales feroces de la tierra, según su especie: y los animales domésticos según su especie”. Y por otra parte ¿Cómo podían existir sobre la tierra animales domésticos, si el hombre que los había domesticado estaba todavía in mente Dei?
¿Y que diremos de la precedencia que el Génesis da a la aparición de las aves antes que los reptiles; y de las ballenas consideradas como peces?
De manera, que concluyendo diremos con el ilustre Canestrini las ideas expuestas en el Génesis “aparecen la expresión natural de nuestros mecanismos psicológicos”. Está en la naturaleza humana “la tendencia de personificar las causas desconocidas y de atribuir el origen de las cosas a los seres divinos.” (…) “.
En otro momento el señor Rañada quiere justificar el lado metafórico de los textos bíblicos comparándolos con  obras literarias, pág. 136. Cuando no debería olvidar que estos últimos no tienen la pretensión de ser sagrados o revelados. Además da la casualidad que los ejemplos que expone, “como citara de plumas” (pájaro cantor), con su muerte a cuestas, deben ser necesariamente metafóricos, por que es su interpretación literal la que no tiene sentido (a no ser surrealista) mientras que los textos bíblicos tuvieron muchos siglos sentido sin necesidad de interpretación.
2. Niega la ortodoxia religiosa.
El señor Rañada no se toma a las religiones desde un punto de vista ortodoxo, esto parece algo generalizado en muchos pensadores que dan por sentado que las visiones ortodoxas de las religiones son asfixiantes, pero ciertos aspectos de la religión les gustan hasta el punto de querer salvarla a toda costa (la inmortalidad del alma, un referente absoluto ético, etc.). Parece como si después de todo, los científicos fuesen de una pasta diferente a la de los demás mortales y no encajasen con los dogmas religiosos de las religiones establecidas (siempre hay excepciones claro esta). Así nos ofrece una lista de opiniones “personales” en materia religiosa de científicos que forman un grupo de desviaciones doctrinales (o incluso herejías, usando la óptica interna de cada religión).
Esto los coloca fuera del ámbito de los ateos y agnósticos por supuesto, pero también fuera de las religiones tradicionales, que aunque los pueden ver con buenos ojos (no como a las cabras incrédulas) no dejaran de considerarlos como ovejas descarriadas del rebaño, es lo que yo denomino opción Gardner, escoger lo que te gusta de una religión y rechazar lo demás, lo que  puede verse como una tercera vía entre los creyentes y no-creyentes, o como una modalidad de creyentes. De cualquier manera esto nos revela que los hábitos críticos se mantienen en estos científicos ávidos de transcendencia metafísica, porque no se tragan todo de cualquier manera proveniente de las religiones.
3. Las dos vías de conocimiento.
Esta es la pieza que le falta para completar el rompecabezas, no puede admitir que todo sea racionalizable pues pondría en peligro sus anhelos transcendentales, por ello apela a la vieja tradición de las dos vías de conocimiento, la racional y la vital.
De esta manera da juego a sus deseos, por una parte garantiza la parcela científico-racional de su vida, no hay que olvidar que el señor Rañada es físico, y por otra parte satisface sus deseos transcendentales reservados al pensamiento vital, que trata con conceptos e ideas que están de alguna manera mas allá de la razón.
Para este tipo de dualismo del conocimiento existe una constante que también practica el señor Rañada y que consiste en buscar limites a la razón o a la ciencia, como en este caso apelando al principio de Heisenberg o al teorema de Godel. Así caemos en la típica paradoja de dar credibilidad a una parte de la ciencia, aquella que parece ponerse limites a si misma, y negamos otra parte de teorías, las que dan autoexplicaciones, como en el ejemplo aducido por Rañada de las teorías del surgir de la nada del Universo, a estas sabe criticarlas, con criterios perfectamente validos por otra parte, pero no así a sus dos ejemplos de los limites de la ciencia contra los que no menciona las criticas que también racionalmente podemos hacerles.
Como ejemplos de los limites de la ciencia apela en ocasiones a ejemplos como estos:
1- ¿Alguien podría reducir La Gioconda o La Venus del espejo a sucesiones de argumentos racionales?
2- ¿Podría hacerlo con las cantatas de Bach o con los cuartetos de Beethoven?, pág. 171.
3- ¿Debo ir al cine o a un concierto?
4- ¿Por qué se enamoraron Calisto y Melibea?
5- ¿Es mejor Bach o Mozart?
6- ¿Debe existir la pena de muerte?
7- ¿Por qué me emociona esta canción y aquella no?
8- ¿Merece la pena vivir?, pág. 257.
Como se ve hay una mezcla de cuestiones de las que trata de sacar partido, intentaremos esclarecer a que pertenece cada una de estas cuestiones.
La cuestión nº 1 y 2 relativa a reducir a sucesiones de argumentos racionales unos cuadros o composiciones musicales, habría que saber que entiende el señor Rañada por sucesiones de argumentos racionales. La obra en si misma puede ser analizada en sus componentes materiales de pintura en un caso y de sonido en otro, pero evidentemente lo que hace bella una obra de arte solo se da cuando hay una inteligencia apreciándola, por ello habría que conocer en cada sujeto observante su historia estética, que constaría de dos partes, una neurofisiológica referida a su capacidad neuronal por adquirir información y otra de su educación estética (pictórica o musical en cada caso) que modifica al tiempo su base neurofisiológica. Como estos dos últimos puntos son de una dificultad enorme en el caso de la educación estética e imposible en el caso de conocer totalmente la base neurofisiológica de su cerebro (hasta hoy en día) la respuesta al señor Rañada sería que no. No es posible hoy en día reducir a sucesiones de argumentos racionales un cuadro o una sinfonía.
La cuestión 3, necesitaría un trabajo similar al anterior, además de ensayar un criterio de intensidad de placer estético para averiguar cual es esa intensidad en el cine o en el concierto y después poder responder.
La cuestión 4, el asunto del amor esta dando primeros resultados experimentales científicos, como se puede leer en recientes artículos que habla de la química del amor (El País, febrero y mayo de 1993). Naturalmente es un ámbito a desarrollar.
Cuestión 5, para este asunto habría que apelar a 3 otra vez y coger el criterio de intensidad de placer estético de cada persona, la dificultad vendría cuando se intentase un criterio universal de esta norma. Bajo nuestro punto de vista no existen criterios universales estéticos, por lo tanto la pregunta solo puede responderse a nivel individual (sin excluir el empate). Si una vez conocidas todas las respuestas, se quiere dar una respuesta estadística, no dejaría de ser eso, una respuesta estadística.
Cuestión 6, esta podría decirse que es ética y por lo tanto filosófica, al igual que la estética, no creemos que existan criterios universales éticos, en el sentido de que si existen criterios universales para saber la verdad sobre la naturaleza de un elemento químico, en base al número de protones del núcleo atómico por ejemplo. Por lo tanto no es una cuestión científica.   
Cuestión 7, volveríamos al punto 3.
Cuestión 8, este punto es también filosófico y la ciencia poco puede decir sobre el, sin salir de sus presupuestos científicos.
Todo esto nos parece indicar que hay un plan establecido previamente, cuya finalidad consiste en mostrar la validez de esas dos vías de conocimiento al enseñarnos los limites de una de ellas para tratar toda la realidad, como cuando en la pág. 282 se muestra escéptico de la explicación científica de la sensación del color.
En la pág. 136 enlaza su punto 1 de interpretación de textos con su punto 3 de las dos vías, al decir que los mitos religiosos tratan de transmitir lo necesario para una vida adecuada a una visión muy precisa del mundo. Están elaborados pensando en el hombre, de modo vital no intelectualmente.
Con todo lo dicho podríamos llegar a las siguientes conclusiones:
- El tono general del libro nos da la impresión de que está mas encaminado a demostrar que la ciencia y la religión son compatibles mas que incompatibles o neutrales. Contradiciendo así su mismo postulado inicial, que solo en apariencia sería neutral.
- El señor Rañada intenta salvar el hecho transcendente y por eso recurre a todo esto que aquí hemos criticado, quizás utilizando su lenguaje diremos que le ha valido el lado emotivo al intelectual al resolver esta cuestión.
- Es necesaria la solución vital para elegir a Dios pues la racional  y científica mas que neutral, es improductiva para crear a Dios pues la ciencia no puede tratar con causas metafísicas. Así la neutralidad es una excusa para introducir lo vital.
Podríamos acabar diciendo que este libro aquí comentado es como una gran parafernalia con la que el señor Rañada intenta justificar una idea que tal vez le inculcaran de pequeño o que como un bello sueño a desarrollado en su vida, frente a la frialdad de las formulas físicas el señor Rañada a querido justificar de alguna manera la atractiva y calida metafísica.

sábado, 30 de junio de 2012

DISCUSION SOBRE LAS PSEUDOCIENCIAS






















DISCUSION SOBRE LAS PSEUDOCIENCIAS

Fermín Huerta Martín



Entre abril de 2007 y septiembre de 2010 mantuve una discusión con Luis y Ho sobre diversas cuestiones relacionadas con el tema de las pseudociencias, se puede leer integra aquí http://grupobunge.wordpress.com/2006/11/28/breve-encuentro-con-mario-bunge/
Por su interés os la copio:

“Luis Dice:
abril 9, 2007 a las 8:13 pm | Responder
Hola amigos, los felicito por esta maravillosa página. Soy lector desde hace mucho tiempo de las obras de Mario Bunge, cuyo rigor, precisión, y claridad convierte a la filosofía en una disciplina interesante y enriquecedora.

Escribo este mensaje en forma crítica y escéptica, no sobre Bunge, pero sí sobre la organización “Alternativa Racional a las Pseudociencias”. Mis razones son las siguientes:

1)Aclaro que no creo que existan los fenómenos paranormales, o al menos, los considero extremadamente improbables.

2)Estoy de acuerdo con la crítica a la pseudociencia y a la charlatanería, siempre que esta crítica sea racional, científica, educativa y respetuosa de la lógica y de la dignidad humana (es decir, que no suponga insultos personales a los creyentes o “investigadores” en estas áreas). No tenemos que ser soez ni vulgares para que nuestra crítica sea eficaz.

3)Como Bunge ha explicado, el escepticismo correcto es el metodológico, es decir, el que se emplea como duda ante las afirmaciones no probadas (no solo sobre lo paranormal, sino en cualquier área). Este es el mismo concepto que aparece en las páginas “escépticas” (aunque no lo aplican)

Sin embargo, si analizamos críticamente la literatura “escéptica”, nos encontraremos con los siguientes aspectos:

a)Los “escépticos” de lo paranormal, no dudan de ello sino que niegan su existencia. Luego, por definición, no serían escépticos sino pseudoescépticos (al hacerse pasar por escépticos, cuando no lo son). (No critico que se niegue de lo paranormal, sino que denuncio la impropiedad con la que usan el término escéptico)

¿Puedo ser escéptico de la virgen maria, a la misma vez que afirmo categóricamente que existe y que hay que rezarle todos los días? Evidentemente no. Así mismo, ¿puedo ser escéptico de la virgen maría a la misma vez que asevero categóricamente que no existe, y que todo el que crea en ello es un crédulo, un magufo, un irracional? Evidentemente no estoy siendo escéptico, porque no estoy suspendo mi juicio al respecto, sino que afirmo con contundencia su inexistencia. Tengo un juicio ya formado al respecto, no una duda.

Esta es la razón por la cual, en el diccionario de filosofía, Bunge afirma: “El escepticismo metódico debiera ser la norma de todas las búsquedas racionales: solo se duda cuando existe alguna razón para dudar” (Luego, si no hay razón para dudar, no tendría sentido dudar. Por ejemplo, los científicos no son escépticos de la existencia de los planetas, sino que afirman categóricamente que existen)

¿Somos escépticos de que existe internet? No. Por el contrario, estamos convencidos de que existe y lo afirmamos con seguridad. De la misma manera, si asevero que todo lo paranormal es falso, o en lenguaje “escéptico”: que es una memez, una chorrada, una irracionalidad, etc. no estoy dudando, sino aseverando firmemente mi juicio al respecto.

Repito, me parece válido negar la existencia de lo paranormal (con base por ejemplo a su incompatibilidad con leyes científicas conocidas), pero en ese caso no estaríamos actuando como escépticos de lo paranormal, ya que no dudamos de su existencia, sino que la negamos (basándonos en la ciencia). Es deshonesto hacer pasar nuestro juicio formado en contra de lo paranormal como actitud “escéptica” o de duda.

b)Los “escépticos” se autocalifican de defensores de la racionalidad, la lógica, la ciencia, etc. pero emplean conductas irracionales. Por ejemplo, califican despectivamente a los creyentes en pseudociencias como “magufos”, “ignorantes”, etc. ¿Cuando se ve en la literatura científica académica semejantes apelativos?

c)No son autocríticos ni críticos de otros escépticos: Nunca verán a James Randi criticando a Martin Gardner, ni Susan Blackmore criticando a Ray Hyman, ni a éste último criticando a Richard Wiseman, ni a Javier Armentia criticando los trabajos de Ares de Blas. (Esto es muy curioso, ya que es constumbre entre los científicos criticarse entre sí en la búsqueda de la verdad. ¿Por qué lo “escépticos” se comportan de esta manera?) En este punto, se comportan como una cofradía que se protege a sí misma y se apoya mutuamente, y no se cuestiona críticamente su propia conducta (aunque sí la de los demás)

d)En sus críticas, usan argumentos ad hominem (sea directamente a través de motes como magufos o charlatanes; sea en forma indirecta a través de ironías, burlas, que eufemísiticamente ellos llaman “sentido del humor”)

Por ejemplo, si algún defensor de lo paranormal hace una crítica objetiva al pseudoescepticismo, el pseudoescéptico inmediatamente responde con algo parecido a esto: “el magufo y creyente en pseudociencias dice que nosotros…” (lo cual supone de entrada una descalificación). Generalmente, a esto le sigue una larga lista de falacias en latin (ya que impresionan más al lector común) que supuesta o realmente cometió el “magufo” en su réplica. Pero el fondo de la cuestión casi nunca se toca. La crítica puede ser correcta, pero el pseudoescéptico solo se queda en las falacias, en la descalificación, y en la defensa a ultranza de su posición, sin ponderar objetivamente la legitimidad de la crítica efectuada por el “magufo”.

e)Tienen un inexplicable fanatismo por lo paranormal y parapsicológico. En su literatura, no se analizan temas científicos complejos, sino que continuamente se habla de ovnis, fantasmas, duendes, reencarnación, astrología, la Tierra hueca, la curación por la fe, y temas similares. Si estos temas son memeces o irracionalidades, ¿por qué tanto interés por ellos? ¿Por qué malgastar su tiempo, intelecto y esfuerzo en tales asuntos? ¿Por qué esa fijación con este tema? Ellos podrían argumentar que su finalidad es educar al gran público… pero de ser así, ¿por qué califican al que cree en tales cosas, que son precisamente el gran público, como crédulos, magufos, estúpidos, irracionales, ignorantes, etc? Es como si yo quisiera educar a mi hijo llamándole imbécil, retrasado mental, infeliz, bestia… (en este caso, no solo estaría demostrando mi mala educación y mi talante soez y vulgar, sino mi incapacidad de razonar lógica y rigurosamente sin ofender personalmente a mi destinatario)

f)Los pseudoescépticos, en general, no hacen experimentos sobre lo paranormal, en otras palabras, no investigan sobre estos temas. Esto es consistente con su fuerte creencia pseudoescéptica de que lo paranormal es una memez, una estupidez, una idiotez. Pero no es consistente con la actitud escéptica real (ver más abajo el ejemplo de Carl Sagan)

La “investigación” pseudoescéptica consiste únicamente en leer lo que hacen los partidarios de lo paranormal, y criticarlo (acusándolo de fraude, aunque no presenten pruebas; o señalando errores metodológicos, muchas veces falsos).

Sin embargo, un verdadero buscador de la verdad, un escéptico crítico real de mente abierta, estaría dispuesto a realizar experimentaciones científicas en asuntos paranormales. Un ejemplo de ello es Carl Sagan (quien era realmente escéptico de lo paranormal, aunque no pseudoescéptico), quien en su libro “Cerebro de Broca” sugirió el siguiente experimento (que cualquiera puede hacer) para probar la existencia de la proyección astral: ” Se le pide a un amigo que, en nuestra ausencia, coloque un libro en algún elevado e inaccesible estante de la librería, de modo que no sea posible ver su título. Si creemos experimentar una experiencia proyectiva, flotemos hasta la parte alta de la habitación y entonces podremos leer el título del libro en cuestión. Cuando nuestro cuerpo vuelva al estado normal de vigilia y podamos indicar correctamente lo leído, tendremos una prueba fehaciente de la realidad física de la proyección astral. Desde luego, no debe existir ningún otro posible medio de conocer el título del libro, como por ejemplo entrar solapadamente en la habitación cuando nadie nos observe o recabar información de nuestro amigo o cualquier otra persona enterada del asunto. Para evitar esta última posibilidad, el experimento debe realizarse “doblemente a ciegas”, es decir, que la selección y ubicación del libro debe hacerla alguien a quien no conozcamos y que a su vez no nos conozca en absoluto, y ésta será precisamente la persona encargada de juzgar si nuestra respuesta es correcta.” (Cerebro de Broca, p.p. 35 y 36)

Sagan agrega que, hasta donde él tiene conocimiento, nadie a obtenido una evidencia positiva usando un experimento como este.

Pero adviértase que Sagan señala que, en caso de ser positivo el experimento, “tendremos una prueba fehaciente de la realidad física de la proyección astral”. En otras palabras, Sagan está dispuesto a aceptar el fenómeno si la experimentación lo prueba como cierto. No niega dogmáticamente la posiblidad de su existencia a priori (aunque él pudo pensar que tal fenómeno no era probable) Y no mete sus prejuicios y creencias personales como argumento para rechazar o tergiversar la evidencia (en caso de que ésta se obtuviera). Por el contrario, PROPONE un experimento que nos permite salir de dudas (para el escéptico real, que duda del tema)

Pongo esta referencia, como criterio de distinción entre el verdadero escéptico ( que ama y busca la verdad, así sea contraria a sus prejuicios más íntimos, y está dispuesto a aceptar la evidencia en caso de que exista) del pseudoescéptico, que niega con violencia todo lo que sea paranormal y hace juicios negativos a priori (aunque llamándose al mismo tiempo “escéptico”).
Después de haber tratado con pseudoescépticos por más de 10 años, de conocer a fondo su literatura y sus actitudes, puedo recomendarle a todo lector lo siguiente:

1)Familiarizarse con el pensamiento crítico.
2)Aplicar lo aprendido sobre pensamiento crítico contra los propios escépticos. Es decir, evaluar críticamente la literatura “escéptica”, especialmente buscando la presencia de falacias, las premisas tácitas, las contradicciones, el tipo de lenguaje que usan, la forma de responder a las críticas, etc. En otras palabras, ser escéptico de los “escépticos” (Este punto es el más importante. En mi experiencia, quienes hacen estos sistemáticamente, dejan progresivamente de ser pseudoescépticos, y se transforman en verdaderos pensadores críticos)

3)Buscar literatura y páginas web donde se critique el falso escepticismo, y evaluar objetivamente la pertinencia y legitimidad de tales críticas (más abajo pongo algunos links de interés)

4)Aplicar el pensamiento crítico a todas las actividades, no solo a lo paranormal. (No caer en la trampa pseudoescéptica de creer que pensamiento crítico es sinónimo de crítica a lo paranormal. En realidad, la crítica a lo paranormal es UNA de las muchas aplicaciones del pensamiento crítico)

5)No dejarse intimidar por la fraseología ad hominem pseudoescéptica (especialmente, por las acusaciones de magufo, charlatán, pseudocientífico, crédulo, etc.) Tener el valor de formarse sus propias opiniones, en base al exámen crítico de todos los temas y de toda literatura (incluyendo la pseudoescéptica)

El fenómeno del pseudoescepticismo ha sido estudiado en profundidad, aunque en español no se encuentran muchas referencias al respecto. Sin embargo, puedo referir algunas páginas donde se puede profundizar más si el lector lo desea .
Sobre los pseudoescépticos:
 http://ojo-critico.blogspot.com/2006/06/luis-alfonso-gamez-arp-y-el-fraude-de.html

Otro link complementario del anterior:
 http://www.fraudesparanormales.com/index.php?option=com_content&task=view&id=430&Itemid=45

Lo que el escepticismo debería (y no debería) ser:
 http://www.fraudesparanormales.com/index.php?option=com_content&task=view&id=76&Itemid=45

En inglés:
 http://en.wikipedia.org/wiki/Pseudoskepticism

Síntomas del escepticismo patológico (inglés):
 http://amasci.com/pathsk2.txt

También, la extensa respuesta del Dr.Gary Schwartz a la recensión que hizo Ray Hyman de su investigación con “médiums” es bastante pertinente y elocuente, no porque el Dr.Schwartz tenga razón en su trabajo (no creo que su trabajo pruebe necesariamente la mediumnidad ni lo paranormal), sino porque se demuestra la sutil, habilidosa manipulación pseudoescéptica de Ray Hyman en su recensión:
 http://www.enformy.com/Gary-reHymanReview.htm

Por último, una controversia sobre el “efecto de marte” desenmascaró algunas actitudes de los pseudoescépticos norteamericanos. (La importancia de este link, no es si el “efecto de marte” existe o no, algo que no creo, sino las actitudes pseudoescépticas que se manifestaron allí y que son pertinentes para ilustrar mi punto):
 http://www.discord.org/~lippard/kammann.html

Saludos y felicitaciones nuevamente por esta excelente página!

Fermín Huerta Dice:
abril 21, 2007 a las 3:00 pm | Responder
Luis:

Sigo el orden de los puntos de tu intervención, en la medida de lo posible te responderé con textos de Bunge:
 a) Si bien en su entrada “duda” del diccionario de Bunge dice: la duda es el sello del escepticismo. En la entrada “escepticismo” empieza diciendo: La familia de doctrinas de acuerdo con las cuales una parte o todo el conocimiento es dudoso e incluso falso. Con mas detalle, dice Bunge en Crisis y reconstrucción de la filosofía pág. 183, sobre los cinco puntos en que esta de acuerdo los escépticos filosóficos, punto 2: exigencia de datos pertinentes a favor o en contra de cualquier afirmación referente a hechos, de allí la profunda sospecha (cuando no el directo rechazo) de las afirmaciones concernientes a lo sobrenatural y lo paranormal.
 Tu partes de la premisa de que por definición el que niega no es escéptico, y en base a ello planteas tu argumentación, a mi me parece que a veces el uso de las palabras modifica sus definiciones, este puede ser un caso de ello. Por que si nos remontamos a su significado original, dice el Diccionario de filosofía de Ferrater Mora (del que Bunge dijo que era el mejor diccionario de filosofía) en su entrada “escepticismo”: el vocablo “escéptico” significa originariamente “el que mira o examina cuidadosamente”, así tendríamos que si nos atuviéramos a esa definición ni los que dudan ni los que niegan serian escépticos por que ya hacen algo mas que mirar o examinar.
 Ahora bien, estoy de acuerdo contigo en que si en vez de dos términos usáramos tres (afirmación, duda y negación) podríamos precisar mejor nuestras posiciones.
 b) Magufo e ignorante no serian términos despectivos sino descriptivos si son ciertos cuando se aplican, si por magufo entendemos quien ejerce o “investiga” una pseudociencia. Sobre el termino “ignorante” dice Bunge en Elogio de la curiosidad pág. 180:” …no olvidemos la raíz más profunda del pensamiento mágico: la ignorancia de la ciencia y de la técnica”.
 Si alguien me habla del horóscopo y la astrología y yo le llamo ignorante, en este caso ignorante de la ciencia astronómica y es cierto que no sabe nada de astronomía, no lo estoy insultando sino definiendo, ahora bien si me demuestra que conoce todas las objeciones que la astronomía pone a la astrología, pero no las toma en cuenta, entonces no le podre llamar ignorante, le podre llamar irracional, adicto al pensamiento mágico, etc.
 c) Te puedo dar dos ejemplos de criticas de escéptico a escéptico. Gustavo Bueno en Symploké pág. 27 critica a Bunge y Gardner. Yo mismo publiqué en La alternativa racional nº 21 un artículo criticando a Martin Gardner.
 d) Me remito a lo dicho en el punto b.
 e) Dice Bunge en Crisis y reconstrucción de la filosofía pág. 184. “Sin embargo, en todos los tiempos, ciertos escépticos han puesto sobre sus hombros la carga pública de criticar algunos de los delirios y falsedades que se hacen pasar por descubrimientos científicos. Este capítulo constituye un esfuerzo más en esa dirección. Recomiendo a todo aquel que esté interesado en esta empresa consultar las publicaciones Free Inquiry y The Skeptical Inquirer.”
 f) Dice Bunge en Crisis y reconstrucción de la filosofía pág. 191: “ Ni es necesario realizar un solo experimento parapsicológico más para averiguar si, tal vez, una médium extraordinaria puede enviar o recibir mensajes sin medios físicos de ninguna clase: sabemos, gracias a la psicología biológica, que el pensamiento no es una cosa sino un proceso cerebral y, como tal, es tan intransmisible como la digestión o el dolor.”
 Pág. 193: “ Los escépticos no están obligados a perder el tiempo en actividades tan ruinosas como leer la mente o el vudú para saber si éstas funcionan o no.”
 Para finalizar me gustaría hacerte unos comentarios, sino fuera porque comienzas tu texto elogiando a Bunge y negando los fenómenos paranormales, el resto del texto parece más propio de un creyente que de un escéptico. Hay disueltas en tus palabras algo así como una descalificación a todo el movimiento escéptico mundial. Terminas diciendo cosas como “ser escéptico de los ´escépticos´ “ y transformarse en verdaderos pensadores críticos. Me gustaría saber más cosas sobre que es para ti eso.
 Para finalizar te recuerdo por si no lo sabes que Bunge es miembro del CSICOP desde finales de los años 70, organización americana similar a Alternativa Racional a las Pseudociencias, de esta es socio de honor, es también consultor de los escépticos de Quebec. Y que por lo tanto cuando criticas al movimiento escéptico organizado lo debes incluir a el.
 Termino con una frase suya sacada de su artículo ¿Qué son las seudociencias? Publicado en el diario La Nación el 19 de febrero de 2001:
 “ Las seudociencias son como las pesadillas: se desvanecen cuando se las examina a la luz de la ciencia. Pero mientras tanto infectan la cultura y algunas de ellas son de gran provecho pecuniario para sus cultores.”
 Un saludo.
 
Ho Dice:
junio 18, 2010 a las 11:53 pm | Responder
Preciamente Fermin Huerta no entendio nada del pseudoescepticismo…. simplemente con esto: “el resto del texto parece más propio de un creyente que de un escéptico.”
 Ni hablar:” Dont feed de troll psedoskeptik”
 ONG=$$$

Ho Dice:
junio 18, 2010 a las 11:56 pm | Responder
“Los escépticos no están obligados a perder el tiempo en actividades tan ruinosas como leer la mente o el vudú para saber si éstas funcionan o no.”
 MMMM… pero entonces por que tanta farsa con el skeptikal inquirer y sus refritos de lo mismo…
 O la parafernalia de alucine y enajenación para desacreditar lo paranormal.
 Si tanto les vale lo paranormal, lo “seudo” por que no dejan de ir a conferencias, promocionales, …. y mas consumismo ideologico para las masas…..
 Pseudoescéptico = “Spaguettidiota” (Su obsesión con el spaguetti volador)

Ho Dice:
junio 19, 2010 a las 12:06 am | Responder
“Magufo e ignorante no serian términos despectivos sino descriptivos si son ciertos cuando se aplican, si por magufo entendemos quien ejerce o “investiga” una pseudociencia.”
 -Bueno si las cosas son así, vale la pena decir que los pseudoescépticos SI son “spaguettidiotas” (algo como piramidiotas). Por tanto usando tu lógica mecanicista, entonces “spaguettidiota” no es un peyorativo. Pues concuerda con las caracteristicas de los pseudoescepticos. Entonces por tanto es valido.

“Si alguien me habla del horóscopo y la astrología y yo le llamo ignorante, en este caso ignorante de la ciencia astronómica y es cierto que no sabe nada de astronomía, no lo estoy insultando sino definiendo, ahora bien si me demuestra que conoce todas las objeciones que la astronomía pone a la astrología, pero no las toma en cuenta, entonces no le podre llamar ignorante, le podre llamar irracional, adicto al pensamiento mágico, etc”

- Pero entonces si acordamos nuevamente la lógica falacista y cuadrada: Evidentemente se puede llamar ignorante también a aquellos porfanos de la medicina, la psicología y demás que como Bunge suelen “creer” saber mas, por tanto deducimos que es un mitomano, mentiroso y por demás un ignorante en cuestiones medicas que repite como periquito. No es médico ni psicologo. Pero el falacista pseudoescéptico usara su treta tramposa como: falacia de autoridad. O simplemente afirmara: “que quieres que la gente sea irracional” cuando uno no menciono nada por el estilo.

Efectivamente vemos que los mismos pseudoescépticos se contradicen. Todo lo que dice Bunge, Popper, Randi, Sagan y demás es verdad. Principio del Dogmatismo…. claro ellos según lo refutaron en el skeptikal o en ARP con argumentos insustanciales.
 Según ellos no son dogmaticos, ¿ustedes les creen? ¿seran capaces de NO mentir? No lo creo son humanos o seran ¿robots?…

Ho Dice:
junio 19, 2010 a las 12:12 am | Responder
“Para finalizar te recuerdo por si no lo sabes que Bunge es miembro del CSICOP desde finales de los años 70, organización americana similar a Alternativa Racional a las Pseudociencias, de esta es socio de honor, es también consultor de los escépticos de Quebec. Y que por lo tanto cuando criticas al movimiento escéptico organizado lo debes incluir a el”

-¡Claro que se incluye!. Este argumento es una falacia de autoridad (si esas falacias que tanto usan los pseudoescépticos).
 Es común que se afirme la supremacia de Mario Bunge con: “tiene un puñado de doctorados”… Esos doctorados solo son Honoris Causa, los cuales no son academicamente validos mas que en un contexto determinado de y para un grupo de personas. Es decir los doctorados Honoris Causa no son por algun descubrimiento genial ni nada por el estilo, son mas de tipo humanista. El Doctor Bunge solo cuenta con un Doctorado real de su carrera.
 ¿Y si consultor que tiene que ver?

Ho Dice:
junio 19, 2010 a las 12:14 am | Responder
“Te puedo dar dos ejemplos de criticas de escéptico a escéptico. Gustavo Bueno en Symploké pág. 27 critica a Bunge y Gardner. Yo mismo publiqué en La alternativa racional nº 21 un artículo criticando a Martin Gardner”
 -¿Que tipo de crítica hiciste? Yo diria que mas bien es de pseudoescéptico a pseudoescéptico.

Ho Dice:
junio 19, 2010 a las 12:17 am | Responder
En realidad son pocas o nulas las críticas de psueoescépticos a pseudoescépticos. Son como el cometa Halley o como un eclipse lunar.

Fermín Huerta Dice:
junio 21, 2010 a las 6:25 pm | Responder
Ho:
 Dices:
 “Los escépticos no están obligados a perder el tiempo en actividades tan ruinosas como leer la mente o el vudú para saber si éstas funcionan o no.”
 MMMM… pero entonces por que tanta farsa con el skeptikal inquirer y sus refritos de lo mismo…
 O la parafernalia de alucine y enajenación para desacreditar lo paranormal.
 Si tanto les vale lo paranormal, lo “seudo” por que no dejan de ir a conferencias, promocionales, …. y mas consumismo ideologico para las masas…..”
 Cada organización escéptica tendrá en sus estatutos los principios que regulan su actividad, por ejemplo ARP-SAPC dice:
 “ARP – Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) impulsa el desarrollo de la ciencia, el pensamiento crítico, la educación científica y el uso de la razón; promueve la investigación crítica de las afirmaciones paranormales y pseudocientíficas desde un punto de vista científico y racional, y divulga la información sobre los resultados de estas investigaciones entre la comunidad científica y el público en general.
 Para el desarrollo de sus objetivos, ARP-SAPC realiza, entre otras, las siguientes actividades:
 -Mantiene relaciones con otras entidades de fines similares.
 -Establece convenios con instituciones y organizaciones.
 -Organiza foros, conferencias y congresos.
 -Fomenta la investigación y la publicación de estudios sobre las
 materias objeto de su interés.
 -Informa a la opinión pública sobre los fraudes que pudiesen cometerse
 al amparo de las prácticas pseudocientíficas y asesora al ciudadano
 víctima de esos fraudes.
 -Mantiene un fondo documental especializado.
 -Mantiene un equipo de gente interesada en el análisis crítico de lo
 paranormal y los hechos situados en los límites del saber científico,
 fomentando especialmente la investigación sobre fenómenos
 acontecidos en territorio español.
 -Otorga premios y distinciones como reconocimiento a la labor de
 personas o instituciones que colaboran en la consecución de sus
 fines sociales.
 ARP – SAPC es una entidad sin ánimo de lucro.”
 No estar obligados no quiere decir que lo tengan prohibido.
 Dices:
 “Magufo e ignorante no serian términos despectivos sino descriptivos si son ciertos cuando se aplican, si por magufo entendemos quien ejerce o “investiga” una pseudociencia.”
 -Bueno si las cosas son así, vale la pena decir que los pseudoescépticos SI son “spaguettidiotas” (algo como piramidiotas). Por tanto usando tu lógica mecanicista, entonces “spaguettidiota” no es un peyorativo. Pues concuerda con las caracteristicas de los pseudoescépticos. Entonces por tanto es valido.”
 Naturalmente siguiendo mi “lógica mecanicista” si me defines con una palabra que se ajusta a la actividad que realizo, no lo considerare peyorativo, si consigues definirme “spaguettidiota” de forma que comprenda lo que significa te diré si lo soy o no.
 Dices:
 “Si alguien me habla del horóscopo y la astrología y yo le llamo ignorante, en este caso ignorante de la ciencia astronómica y es cierto que no sabe nada de astronomía, no lo estoy insultando sino definiendo, ahora bien si me demuestra que conoce todas las objeciones que la astronomía pone a la astrología, pero no las toma en cuenta, entonces no le podre llamar ignorante, le podre llamar irracional, adicto al pensamiento mágico, etc.”

- Pero entonces si acordamos nuevamente la lógica falacista y cuadrada: Evidentemente se puede llamar ignorante también a aquellos porfanos de la medicina, la psicología y demás que como Bunge suelen “creer” saber mas, por tanto deducimos que es un mitomano, mentiroso y por demás un ignorante en cuestiones medicas que repite como periquito. No es médico ni psicologo. Pero el falacista pseudoescéptico usara su treta tramposa como: falacia de autoridad. O simplemente afirmara: “que quieres que la gente sea irracional” cuando uno no menciono nada por el estilo.”
 Evidentemente Bunge no es médico ni psicólogo, es filosofo, una profesión que le obliga a saber de esas y otras profesiones, ¿o es que de medicina y psicología solo pueden opinar los licenciados en esas disciplinas? La cuestión no es conocer de que eres licenciado para saber de que puedes opinar, sino si esas “opiniones” están fundamentadas o no, y para eso hay que leer sus libros y artículos y después juzgar, y esto lo pueden hacer libremente los licenciados respectivos como de hecho ocurre frecuentemente.
 Dices:
 “Efectivamente vemos que los mismos pseudoescépticos se contradicen. Todo lo que dice Bunge, Popper, Randi, Sagan y demás es verdad. Principio del Dogmatismo…. claro ellos según lo refutaron en el skeptikal o en ARP con argumentos insustanciales.
 Según ellos no son dogmaticos, ¿ustedes les creen? ¿seran capaces de NO mentir? No lo creo son humanos o seran ¿robots?…”
 Si los vas a llamar dogmáticos entonces nos podemos ahorrar el termino pseudoescépticos.
 Dices:
 “Para finalizar te recuerdo por si no lo sabes que Bunge es miembro del CSICOP desde finales de los años 70, organización americana similar a Alternativa Racional a las Pseudociencias, de esta es socio de honor, es también consultor de los escépticos de Quebec. Y que por lo tanto cuando criticas al movimiento escéptico organizado lo debes incluir a el”

-¡Claro que se incluye!. Este argumento es una falacia de autoridad (si esas falacias que tanto usan los pseudoescépticos).
 Es común que se afirme la supremacia de Mario Bunge con: “tiene un puñado de doctorados”… Esos doctorados solo son Honoris Causa, los cuales no son academicamente validos mas que en un contexto determinado de y para un grupo de personas. Es decir los doctorados Honoris Causa no son por algun descubrimiento genial ni nada por el estilo, son mas de tipo humanista. El Doctor Bunge solo cuenta con un Doctorado real de su carrera.
 ¿Y si consultor que tiene que ver?”
 No pretendía dar esa información como argumento de autoridad sino para que Luis supiese que Bunge era un escéptico (o pseudoescéptico) MILITANTE.
 Dices:
 “Te puedo dar dos ejemplos de criticas de escéptico a escéptico. Gustavo Bueno en Symploké pág. 27 critica a Bunge y Gardner. Yo mismo publiqué en La alternativa racional nº 21 un artículo criticando a Martin Gardner”
 -¿Que tipo de crítica hiciste? Yo diria que mas bien es de pseudoescéptico a pseudoescéptico.
 En realidad son pocas o nulas las críticas de psueoescépticos a pseudoescépticos. Son como el cometa Halley o como un eclipse lunar.”
 Por si no has leído mi artículo crítico con Gardner lo he incluido recientemente como comentario a una entrada titulada Adiós a Martin Gardner en el blog
 http://razonatea.blogspot.com/
 Luis argumentaba que NUNCA había critica de escéptico a escéptico y yo le ponía 2 ejemplos que demostraban que había ALGUNA critica, que sean pocas no te lo discuto.
 Toda esta historia viene de la frase de Luis:
 “a)Los “escépticos” de lo paranormal, no dudan de ello sino que niegan su existencia. Luego, por definición, no serían escépticos sino pseudoescépticos (al hacerse pasar por escépticos, cuando no lo son). (No critico que se niegue de lo paranormal, sino que denuncio la impropiedad con la que usan el término escéptico).”
 A lo que yo le respondí:
 “Ahora bien, estoy de acuerdo contigo en que si en vez de dos términos usáramos tres (afirmación, duda y negación) podríamos precisar mejor nuestras posiciones.”
 Dice Bunge en Crisis y reconstrucción de la filosofía, pág. 203:
 “El escéptico razonable suspende su creencia sólo mientras el problema que tiene entre manos merece ser investigado, porque las pruebas disponibles a favor o en contra de la hipótesis en cuestión no son concluyentes. Pero si la hipótesis en cuestión es teóricamente plausible, además de poseer un fuerte apoyo empírico, el investigador la declara verdadera, al menos como una buena aproximación y provisoriamente, y se dedica a otro problema.”
 Quizás si merecemos otro nombre que no sea “escépticos” aquellos que negamos lo paranormal.
 Un saludo.

Ho Dice:
julio 21, 2010 a las 7:59 am | Responder
Zeteticismo vs escepticismo (pseudoescéoticismo). Asi lo abordaremos ahora.
 Un Zetetico no es nignún magujo ni ningún spaguettidiota. No son los extremos de la moneda.

Ho Dice:
julio 21, 2010 a las 8:09 am | Responder
“Cada organización escéptica tendrá en sus estatutos los principios que regulan su actividad, por ejemplo ARP-SAPC dice:
 “ARP – Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) impulsa el desarrollo de la ciencia, el pensamiento crítico, la educación científica y el uso de la razón; promueve la investigación crítica de las afirmaciones paranormales y pseudocientíficas desde un punto de vista científico y racional, y divulga la información sobre los resultados de estas investigaciones entre la comunidad científica y el público en general.”

-Perdona ¿cual investigación?
 -Es solo una organización lucrativa.

“No estar obligados no quiere decir que lo tengan prohibido.”

-¿?

“Naturalmente siguiendo mi “lógica mecanicista” si me defines con una palabra que se ajusta a la actividad que realizo, no lo considerare peyorativo, si consigues definirme “spaguettidiota” de forma que comprenda lo que significa te diré si lo soy o no.”

-No se trata de si tu consideras que lo eres, lo has demostrado lo suficiente. Pastafarian.

“Evidentemente Bunge no es médico ni psicólogo, es filosofo, una profesión que le obliga a saber de esas y otras profesiones, ¿o es que de medicina y psicología solo pueden opinar los licenciados en esas disciplinas? La cuestión no es conocer de que eres licenciado para saber de que puedes opinar, sino si esas “opiniones” están fundamentadas o no, y para eso hay que leer sus libros y artículos y después juzgar, y esto lo pueden hacer libremente los licenciados respectivos como de hecho ocurre frecuentemente.”

-El hecho de que lo oblige a saber de tal o cual disciplina no lo hace inmunea cometer errores.
 -Es evidente que es lo mejor que sean licenciados, por que saben lo que estudiaron.
 -Perdona pero los pseudoescépticos muchas vece juzgan trabajos sin siquiera ser expertos, sin siquiera saber lo minímo de anatomia.

“Si los vas a llamar dogmáticos entonces nos podemos ahorrar el termino pseudoescépticos.”

-Nop, va ligado, eso de ahorra dejaló a la navaja de Occam.

Dices:
 “Para finalizar te recuerdo por si no lo sabes que Bunge es miembro del CSICOP desde finales de los años 70, organización americana similar a Alternativa Racional a las Pseudociencias, de esta es socio de honor, es también consultor de los escépticos de Quebec. Y que por lo tanto cuando criticas al movimiento escéptico organizado lo debes incluir a el”

“No pretendía dar esa información como argumento de autoridad sino para que Luis supiese que Bunge era un escéptico (o pseudoescéptico) MILITANTE.”

-Es una falacia de autoridad lo consideres o no.
 -No pretendias, pero esta ahí.
 -Si Bunge es un escéptico, los que no lo son: los blogeros..

“Luis argumentaba que NUNCA había critica de escéptico a escéptico y yo le ponía 2 ejemplos que demostraban que había ALGUNA critica, que sean pocas no te lo discuto.
 Toda esta historia viene de la frase de Luis:
 “a)Los “escépticos” de lo paranormal, no dudan de ello sino que niegan su existencia. Luego, por definición, no serían escépticos sino pseudoescépticos (al hacerse pasar por escépticos, cuando no lo son). (No critico que se niegue de lo paranormal, sino que denuncio la impropiedad con la que usan el término escéptico).”
 A lo que yo le respondí:
 “Ahora bien, estoy de acuerdo contigo en que si en vez de dos términos usáramos tres (afirmación, duda y negación) podríamos precisar mejor nuestras posiciones.”
 Dice Bunge en Crisis y reconstrucción de la filosofía, pág. 203:
 “El escéptico razonable suspende su creencia sólo mientras el problema que tiene entre manos merece ser investigado, porque las pruebas disponibles a favor o en contra de la hipótesis en cuestión no son concluyentes. Pero si la hipótesis en cuestión es teóricamente plausible, además de poseer un fuerte apoyo empírico, el investigador la declara verdadera, al menos como una buena aproximación y provisoriamente, y se dedica a otro problema.”
 Quizás si merecemos otro nombre que no sea “escépticos” aquellos que negamos lo paranormal.
 Un saludo.

-Si estoy de acuerdo, su nombre es: neopositivistas.
 Es mas pueden quedarse con psueudoesceptico, yo mejor me considero Zetético.

Fermín Huerta Dice:
julio 21, 2010 a las 5:03 pm | Responder
HO:
 Preguntas: “-Perdona ¿cual investigación?”.
 Repasa los índices de El Escéptico y de La Alternativa Racional y lo sabrás.
 Dices: -Es solo una organización lucrativa.
 No pertenezco a la organización, solo soy suscriptor de la revista, pero para mi y visto desde fuera te diría dos cosas: Primera, su labor no tiene precio ni serán nunca justamente recompensados por ella, y segunda, seguramente pierden dinero con esta actividad.
 Dices:” “No estar obligados no quiere decir que lo tengan prohibido.”
 -¿?”.
 Viene de aquí:
 “Los escépticos no están obligados a perder el tiempo en actividades tan ruinosas como leer la mente o el vudú para saber si éstas funcionan o no.”
 MMMM… pero entonces por que tanta farsa con el skeptikal inquirer y sus refritos de lo mismo…”
 No estar obligado a hacer algo no quiere decir tener prohibido hacerlo. ¿Lo entiendes ahora?
 Me llamas Pastafarian y gracias a esa palabra he podido descifrar un poco lo de “spaguettidiota”,
 Te lo copio por si no lo sabes:
 “Aunque el culto es realmente una parodia que realizó Henderson en una carta abierta al Departamento de Educación de Kansas, ha logrado una gran difusión en internet y tiene numerosos seguidores. Con la misiva, Henderson pretendía quejarse de la inclusión de la Teoría de la Creación en las clases de ciencias, junto con la Teoría Evolutiva de Darwin, y solicitaba que también se incluyera su religión FSM en las clases.”
 Dices: “-El hecho de que lo obligue a saber de tal o cual disciplina no lo hace inmunea cometer errores.”
 Completamente de acuerdo contigo.
 Dices: “-Es evidente que es lo mejor que sean licenciados, por que saben lo que estudiaron.”
 Completamente de acuerdo contigo.
 Dices: “-Perdona pero los pseudoescépticos muchas vece juzgan trabajos sin siquiera ser expertos, sin siquiera saber lo mínimo de anatomía.”
 No se que pseudoescépticos lees tu, los que leo yo si son expertos de lo que hablan.
 Dices: “-Es una falacia de autoridad lo consideres o no.
 -No pretendías, pero esta ahí.”
 Al igual que Bunge opino que el argumento de autoridad no da razones y, por consiguiente no puede persuadir a un racionalista.
 Suerte con tu Zeteticismo, entendido como:
 “El Zeteticismo es la aproximación crítica, no dogmática, pero con mente abierta y curiosa sobre diversos fenómenos, teorías e hipótesis no ortodoxas dentro de la ciencia. El zetético busca examinar objetivamente la mejor evidencia que puedan ofrecer esas teorías heterodoxas y frecuentemente es crítico de las posiciones dogmáticas y de los pseudo-escépticos profesionales por lo cual el zetético con razón es considerado el ¨escéptico de los escépticos¨.”
 Te respondo con dos frases de Bunge de dos libros cuya lectura te recomiendo:
 Seudociencia e ideología pág. 59:
 “La duda es un punto de partida o una etapa de tránsito, no de llegada”
 Racionalidad y realismo pág. 18:
 “Vivimos, y a menudo morimos, animados por nuestras creencias, no por nuestras dudas o críticas.”
 Para terminar, no me considero neopositivista, sino materialista.
 Un saludo.

Ho Dice:
septiembre 12, 2010 a las 6:28 am | Responder
Fernando:
 “Repasa los índices de El Escéptico y de La Alternativa Racional y lo sabrás.”
 *Si te refieres a el escepticismo científico, de científico no tiene nada, es una epistemología y punto.
 “No pertenezco a la organización, solo soy suscriptor de la revista, pero para mi y visto desde fuera te diría dos cosas: Primera, su labor no tiene precio ni serán nunca justamente recompensados por ella, y segunda, seguramente pierden dinero con esta actividad.”
 *No pierden dinero, es similar a argumentar que por ejemplo: Greenpeace pierde dinero, aunque si lo hace, eso se copena con ganacias. Volviendo al tema, suelen obtener mayores ingresos en la actualidad que lo que mismo que critícan.
 “No estar obligado a hacer algo no quiere decir tener prohibido hacerlo. ¿Lo entiendes ahora?”
 *¿Entonces por que tratar de prohibir lo demás?
 “Me llamas Pastafarian y gracias a esa palabra he podido descifrar un poco lo de “spaguettidiota”,
 Te lo copio por si no lo sabes:
 “Aunque el culto es realmente una parodia que realizó Henderson en una carta abierta al Departamento de Educación de Kansas, ha logrado una gran difusión en internet y tiene numerosos seguidores. Con la misiva, Henderson pretendía quejarse de la inclusión de la Teoría de la Creación en las clases de ciencias, junto con la Teoría Evolutiva de Darwin, y solicitaba que también se incluyera su religión FSM en las clases.”
 *Hecho.
 “No se que pseudoescépticos lees tu, los que leo yo si son expertos de lo que hablan.”
 -Generalmente los de los Blogs, James Randí, Richard Dawkins, entre otros no son expertos precisamente.
 *Al igual que Bunge opino que el argumento de autoridad no da razones y, por consiguiente no puede persuadir a un racionalista.
 *El pseudoescpeticismo lo suele usar al igual que el fundamentalista religioso.
 Suerte con tu Zeteticismo, entendido como:
 “El Zeteticismo es la aproximación crítica, no dogmática, pero con mente abierta y curiosa sobre diversos fenómenos, teorías e hipótesis no ortodoxas dentro de la ciencia. El zetético busca examinar objetivamente la mejor evidencia que puedan ofrecer esas teorías heterodoxas y frecuentemente es crítico de las posiciones dogmáticas y de los pseudo-escépticos profesionales por lo cual el zetético con razón es considerado el ¨escéptico de los escépticos¨.”
 *Ah bueno, gracias.
 Te respondo con dos frases de Bunge de dos libros cuya lectura te recomiendo:
 Seudociencia e ideología pág. 59:
 “La duda es un punto de partida o una etapa de tránsito, no de llegada”
 Racionalidad y realismo pág. 18:
 *Precisamente, si es un punto de transito, se debe atravesar y no quedarse con lo que Bunge dijo.
 “Vivimos, y a menudo morimos, animados por nuestras creencias, no por nuestras dudas o críticas.”
 *Esa frase es aplicable hasta para el pseudoescepticismo.
 “Para terminar, no me considero neopositivista, sino materialista.
 Un saludo.”

Fermín Huerta Dice:
septiembre 13, 2010 a las 6:11 pm | Responder
Ho:

Primero de todo, me llamo Fermín no Fernando.

Dices:

“Repasa los índices de El Escéptico y de La Alternativa Racional y lo sabrás.”
 *Si te refieres a el escepticismo científico, de científico no tiene nada, es una epistemología y punto.

Estábamos hablando de: “la investigación crítica de las afirmaciones paranormales y pseudocientíficas desde un punto de vista científico y racional”. Y yo te remitía a los índices para que vieras los ejemplos de esa labor.
Dices:

*No pierden dinero, es similar a argumentar que por ejemplo: Greenpeace pierde dinero, aunque si lo hace, eso se copena con ganacias. Volviendo al tema, suelen obtener mayores ingresos en la actualidad que lo que mismo que critícan.

Finalmente el tema de si pierden o ganan dinero con su labor es una cuestión empírica que solo ellos mismos pueden solventar, nuestros pareceres respectivos y contrapuestos son incapaces de solucionar el problema sin contrastar con las fuentes a debate.

Dices:

“No estar obligado a hacer algo no quiere decir tener prohibido hacerlo. ¿Lo entiendes ahora?”
 *¿Entonces por que tratar de prohibir lo demás?

¿Quién habla de prohibir nada?

Dices:

“No se que pseudoescépticos lees tu, los que leo yo si son expertos de lo que hablan.”
 -Generalmente los de los Blogs, James Randí, Richard Dawkins, entre otros no son expertos precisamente.

En algunos temas de los que hablan si son expertos. Habría que especificar.

Dices:

*Al igual que Bunge opino que el argumento de autoridad no da razones y, por consiguiente no puede persuadir a un racionalista.
 *El pseudoescpeticismo lo suele usar al igual que el fundamentalista religioso.

El escepticismo es justo lo contrario que el fundamentalismo religioso.

Dices:

“La duda es un punto de partida o una etapa de tránsito, no de llegada”
 *Precisamente, si es un punto de transito, se debe atravesar y no quedarse con lo que Bunge dijo.

Mezclas cosas que no tienen nada que ver. La duda es lo transitable no lo que Bunge dice.

“Vivimos, y a menudo morimos, animados por nuestras creencias, no por nuestras dudas o críticas.”
 *Esa frase es aplicable hasta para el pseudoescepticismo.

Claro que es aplicable, como que esta dicha por un pseudoescéptico (usando tu terminología).

Un saludo.”