viernes, 27 de enero de 2012

LA ONTOLOGIA MATERIALISTA DE MARIO BUNGE



















LA ONTOLOGIA MATERIALISTA DE MARIO BUNGE

Fermín Huerta Martín


Aunque el tercer volumen del Tratado de Filosofía de Mario Bunge se publicó en 1977 en inglés, han tenido que pasar 34 años para que se editara en español, algunas de las peripecias de su edición ya las comenté en un artículo anterior, aquí voy a centrarme en el contenido, que es realmente lo importante de la cuestión.
Voy a empezar por copiaros una colección de frases sacadas del libro que darán una idea del tipo de materialismo con el que tratamos:
Pág. 62. Existe sólo un universo.
Pág. 64. Los Corolarios 1.5 y 1.6 fueron formulados originalmente por Epicuro y luego reafirmados por Lucrecio en forma de postulados: “La materia es indestructible” y “La materia no puede crearse”.
Otro axioma del atomismo griego era que todo objeto era o bien básico (simple), o está compuesto de objetos básicos (simples). Adoptaremos esta hipótesis de que existen unos ladrillos básicos de los cuales todo --desde las moléculas a las estrellas y desde la célula al ecosistema-- está compuesto, porque ha resultado enormemente fructífera en la ciencia moderna.
Pág. 65. Siempre que haya suficientes copias de ellos, incluso unos pocos individuos básicos darán origen tanto a la numerosidad como a la variedad: éste fue un descubrimiento fundamental de los atomistas griegos e indios: multum ex parvo (mucho a partir de poco).
Un universo formado por átomos de una única clase podría ser infinitamente complejo.
Pág. 71. El universo no posee entorno.
Pág. 81. En nuestras teorías de la sustancia, el mundo es un individuo, pero no es solamente un individuo más: es la entidad que tiene como componentes a todas las demás entidades.
Pág. 87. La sustancia sin forma no existe.
Pág. 91. Tampoco existen propiedades “negativas” poseídas por elementos fácticos, tales como las cosas o los sucesos.
Pág. 93. No existen los universales en sí mismos.
Pág. 96. El pensamiento es una función del cerebro.
Pág. 103. Los conjuntos de instantes, marcos de referencia, unidades de fuerza y valores de fuerza son infinitos.
Pág. 106. No hay cosas inherentemente contradictorias.
Pág. 112. No hay propiedades aisladas o ilegales.
Pág. 133. Nosotros seguimos la tradición de los atomistas griegos y admitimos la existencia de propiedades emergentes.
Pág. 143. No son las cosas sino nuestros modelos de ellas los que poseen propiedades matemáticas.
Pág. 149. La totalidad de las cosas es un conjunto incontable.
Pág. 152. El mundo es una cosa.
Pág. 156. Los constructos son ficciones, no entidades. En consecuencia, no son parte del mundo real, aun cuando participen en nuestras representaciones de éste.
Pág. 194. Hemos supuesto que hay un número infinito de cosas.
Pág. 195. La variedad especifica de la realidad es infinita, su variedad genérica es finita.
Pág. 196. El universo consiste en esa cosa que es la suma física de todos los existentes concretos o materiales. Desde luego, ésta es una respuesta materialista.
Pág. 202. Los constructos existen en la medida que haya seres racionales capaces de pensarlos.
No existen cosas generales: todo existente real es un individuo.
Pág. 205. El nuevo panorama del mundo físico sintetiza el atomismo con el plenismo, al suponer que cada rincón del mundo está pleno de cosas, si bien la materia y la radiación sólo existen en unidades discretas o cuantos y no en todas partes.
Pág. 255. El nuestro es el mejor de los mundos posibles. El nuestro es el único mundo posible.
Pág. 269. Todas las cosas están en flujo.
No hay cambios aparte de las cosas que cambian ni hay, por cierto, cosas que no cambien.
Pág. 298. El concepto general de energía es una noción ontológica genuina por una razón diferente: porque designa una propiedad universal.
Pág. 306. El eterno retorno no existe.
Pág. 311. Todo proceso es legal.
Pág. 312. Todo proceso tiene principio(s) y final(es).
Pág. 313. El mundo no tiene principio ni final.
Pág. 320. El principio de interacción universal es falso.
Pág. 325. El mundo o universo es un sistema.
Pág. 331. La permanencia es un caso particular, excepcional, del cambio.
Nuestra versión del dinamismo va un paso más allá de la de Demócrito, para quien los átomos no estaban sometidos al cambio.
Pág. 332. El mundo como totalidad está en flujo, aunque no como un sistema simple y altamente integrado o cosmos.
Pág. 333. Tanto la ciencia contemporánea como nuestra ontología se decantan por un punto medio entre los extremos del organicismo (“Todas las cosas van juntas y forman un bloque sólido”) y el atomismo (“Todas las cosas van cada una por su cuenta”). Ninguna parte del universo está aislada (ninguna carece completamente de vínculos), pero todas las cosas están aisladas en algún aspecto respecto de las demás cosas.
Pág. 343. Nuestra ontología no admite objetos que ni son cosas, ni propiedades de las cosas, ni relaciones entre las cosas.
Pág. 344. La concepción relacional: el espacio y el tiempo no son objetos con existencia independiente, sino una red de relaciones entre los ítems fácticos: las cosas y sus cambios.
Pág. 347. Las cosas básicas son elementales, no poseen partes.
Pág. 348. Hay cosas básicas interpuestas entre dos cosas separadas cualesquiera: el universo es denso, constituye un plenum.
Pág. 352. Hemos supuesto que las cosas básicas son reales y que son los constituyentes fundamentales de todos los objetos concretos.
Pág. 362. No hay ni espacio sin cosas ni cosas sin espacio.
Pág. 366. Las dos teorías de la relatividad nos han enseñado que cada cosa tiene su  tiempo propio, de suerte que no hay un tiempo universal. (Lo habría si el universo pulsara como totalidad, pero no es el caso).
Cada cosa está conectada con alguna otra (pero de ningún modo con todas las demás).
Pág. 379. Elimínese a todos los sujetos y no quedará traza del aquí o del allí, del ahora o el después.
Pág. 389. No hay ninguna flecha del tiempo.
Pág. 391. El futuro no actúa, por lo cual no hay precognición, no hay flujo de información proveniente de los sucesos futuros.
Pág. 392. No es posible regresar al pasado.
Las máquinas del tiempo son imposibles.
No se puede influir ni en el futuro ni en el pasado, porque ninguno de ellos existe en el instante presente.
Pág. 397. A causa de que el principio afirma la independencia mutua de las cosas no conectables, si fuera falso no quedaría cosa alguna cuasi aislada del resto del universo. En consecuencia no se podría conocer nada, el concepto mismo de individuo resultaría ocioso. En lugar de ser un sistema el universo sería un bloque.
No estamos obligados a renunciar a los principios ontológicos que están sólidamente arraigados en la ciencia sólo porque algún fragmento ocasional y separable de investigación científica los contradice.
Este tomo lleva por titulo El moblaje del mundo y consta de una introducción y 6 capítulos que se llaman: la sustancia, la forma, la cosa, la posibilidad, el cambio, el espaciotiempo.
Se trata de un intento de construir una ontología materialista, científica y exacta. Para ello recurre en ocasiones a símbolos especiales y determinadas operaciones, esta es la parte mas árida del libro, por lo menos para los que no estamos habituados a tratar con ellos, pero lo que esos símbolos intentan exactificar son en muchas ocasiones “pensamientos comunes” del ideario materialista (de una determinada rama del materialismo) por lo menos esa es la sensación que he tenido en diversos momentos de la lectura. Con algunos de esos pensamientos comunes me he identificado en algún momento y he reflexionado sobre ello, por ejemplo en la frase “Un universo formado por átomos de una única clase podría ser infinitamente complejo”, estas cosas aumentan la satisfacción de la lectura.
Digo que es un intento porque no todos están de acuerdo con el planteamiento de Bunge, por ejemplo Gustavo Bueno dice en el segundo tomo de su Teoría del cierre categorial pág. 16: “Es pues este concepto de “filosofía exacta” el que consideramos poco fundado, y muy oscuro y confuso, precisamente en medio de la claridad y distinción con la que Bunge nos lo presenta. Esta claridad y distinción es aparente, tal es nuestra tesis”. Recuerdo también la interesante polémica que mantuvo Bunge con Jesús Mosterín sobre los individuos concretos, decía Mosterín “Un in-dividuo es aquello que nosotros decidimos no-dividir con el escalpelo de nuestro pensamiento. El mundo, por si mismo, no está dividido de un modo unívoco con independencia de nuestra intervención”.
Por  lo que a mi respecta El moblaje del mundo es un libro de ontología del mismo nivel que Ensayos materialistas de Gustavo Bueno, y  aunque ambos libros tratan de ontología materialista y necesariamente tienen cosas en común, tras esta primera lectura, me parece que la diferencia entre ambos sistemas se basa en la distancia que deciden mantener del conocimiento científico. En este sentido podríamos decir que las ataduras del sistema de Bunge con la ciencia son mucho mas fuertes que las que mantiene Bueno. No se si el hecho de haber estudiado originariamente Física (Bunge) y Filosofía (Bueno) tiene algo que ver, decía Bunge en su artículo Mi trayectoria epistemológica: “Desde un principio estudié física por razones filosóficas. Pero cuando me pareció que había adquirido una sólida formación científica empecé a enfocar la filosofía de una manera científica. De manera que terminé siendo un filósofo entre los científicos y un científico entre los filósofos, lo cual, me temo, no me hizo simpático ni a unos ni a otros”.
Para mi siempre han sido las dos variedades mas interesantes del materialismo contemporáneo. La diferencia era que hasta ahora no había podido profundizar en la ontología de Bunge al mismo nivel que la de Bueno.
Confieso que incluso antes de haber leído este libro ya me sentía mas atraído por las posturas de Bunge, por supuesto la filosofía puede volar todo lo lejos que quiera de la ciencia, pero una cosa es postular unos “ladrillos básicos de los cuales todo está compuesto” que podrían estar a tiro de piedra de un acelerador de partículas (como por ejemplo el LHC) y otra cosa es postular una Materia ontológico-general (MOG) absolutamente fuera del alcance de las ciencias categoriales, lo cual tampoco significa que la ontología de Bueno la considere imposible, al contrario, la veo igual de factible que la de Bunge. Pero cuando una filosofía se separa tanto de la ciencia, se iguala con una teología o mitología. Podríamos decir, la filosofía debe ir un paso por delante de la ciencia, pero no una infinidad de pasos por delante.
Como ya he dicho en alguna ocasión, decir que la mente (M2) emerge de la materia (M1) es una suposición investigable, decir que la mente es una refracción de la MOG es imposible de investigar (lo cual no quiere decir que sea falsa).
Pero este no es el lugar para una comparación a fondo de los sistemas filosóficos de Bunge y Bueno, algo que por otra parte seria harto interesante.
Resumiendo, El moblaje del mundo es un lectura recomendable (espero que mi selección de frases ayude a convencer al indeciso) aunque a veces ardua. Debemos felicitarnos de su publicación por Gedisa Editorial auque sea con un retraso de mas de tres décadas.



INFORMACION

Otros artículos míos relacionados con Mario Bunge:

BIBLIOGRAFIA DE MARIO BUNGE

http://ferminhuerta.blogspot.com/2010/03/bibliografia-de-mario-bunge.html

BREVE ENCUENTRO CON MARIO BUNGE
 http://ferminhuerta.blogspot.com/2010/04/breve-encuentro-con-mario-bunge.html

EN BUSCA DE LA ONTOLOGIA PERDIDA
 http://ferminhuerta.blogspot.com/2011/11/en-busca-de-la-ontologia-perdida.html

CRITICAS DE GUSTAVO BUENO A LA CAUSALIDAD EN MARIO BUNGE http://ferminhuerta.blogspot.com/2011/12/criticas-de-gustavo-bueno-la-causalidad.html

LA ONTOLOGIA MATERIALISTA DE MARIO BUNGE
http://ferminhuerta.blogspot.com/2012/01/la-ontologia-materialista-de-mario.html