miércoles, 26 de enero de 2011

MANUEL GUTIERREZ RUIZ


















Manuel junto con otros presos en la prisión de Córdoba en 1962.








MANUEL GUTIERREZ RUIZ



Fermín Huerta Martín







“Cuento mi vida política, de cuando yo era joven, para recordar a los jóvenes de hoy que la democracia no nos cayo del cielo, no nos la regalaron, la tuvimos que ganar a fuerza de sacrificios, huelgas, detenciones, palizas, cárcel y a veces dando la vida, como algunos camaradas después de la Guerra Civil. Luchando por la libertad y los derechos de los trabajadores. Yo solo puse un pequeño grano de arena en esa lucha. Le pido a los jóvenes que no se duerman en los laureles, que luchen por la libertad democrática y cuando haya elecciones que no se queden en casa y vayan a votar, que los votos son vitaminas para tener una democracia saludable, y que voten al partido que de corazón luche por los trabajadores.”



Manuel Gutiérrez, enero de 2011.







Nació en 1937 en Puente Genil, hijo de José Gutiérrez, trabajador en el campo y Rosario Ruiz, ama de casa, tenían pequeñas tierras que no daban para vivir, por lo que tenían que trabajar de jornaleros. Vivian en la Ribera Baja, en un grupo de 7 viviendas llamado El Rinconcillo, tenían algunos olivos, en la tierra sembraban melones y trigo.
Manuel era el mayor de 7 hermanos, no llegó a ir al colegio, su padre le enseñó lo básico hasta los 11 años, después Antonio García, un vecino que vivía a unos 3 kilómetros le enseñó algo mas.
Trabajaban desde pequeños, cuidaban pavos, cabras, cerdos. Su primer sueldo fueron 2 pesetas con 10 o 11 años cogiendo aceitunas.
Con 13 años su padre compró una yunta de bueyes y labraban su pequeño terreno y a veces otros cobrando.
Con 15 o 16 años labraba de día y por la noche cuidaba los bueyes. Hasta los 18 años.
Después fue a segar a la campiña, avena, trigo, cebada, pero el cambio de trabajo fue muy duro, al decírselo a su padre, este le dijo que cambiara de trabajo, fue al cortijo El Rincón (provincia de Sevilla) a 7 Km. de su casa y pidió trabajo de regador, tenia algo de experiencia. Esto sucedía hacia 1954 en junio o julio.
Hasta 1951 los cortijos eran de secano normalmente, después Franco hizo el Plan de estabilización de los riegos y con motobombas sacaban agua del Río Genil. Esto facilitó la creación de puestos de trabajo al no existir maquinaria.
En el cortijo llegó a haber 17 cuadrillas de 20 o 25 personas cada una.
El Rincón tenía unas 500 fanegas de tierra (según el marco de Castilla, una fanega de tierra equivale a 4.225 metros cuadrados), plantaban algodón, maíz, remolacha, ricino, cacahuetes, chopos, etc.
A los 18 años empezó de regador. Al principio se regaba usando el método de las tornas, en 1954 el cortijo cambio de dueños y al año siguiente el nuevo propietario decidió cambiar el regadío por tornas al regadío en cadena. Por este motivo el dueño trajo un técnico de riego para enseñar el nuevo sistema a los trabajadores. Así llego Andrés Cantón de unos 45 años como encargado de riego. Andrés coge a Manuel para nivelar la tierra para el riego. Ambos entablaron relación y empezaron a mantener charlas. Un día el hijo de Andrés de 10 años le trajo el bocadillo a su padre, y se pone a comer junto a Manuel, el padre le dice a su hijo : “¡Que duro esta el pan!”, el niño le responde:”¡Si lo hubieras pillado en la cárcel!”, a lo que el padre responde:
"¡Hombre niño, que pensara Manuel de mi!” Le explica el motivo por el cual estuvo en la cárcel: La guerra le pillo joven, en el bando republicano, al terminar fue a la cárcel, allí contacta con el PCE (Partido Comunista de España) y es adoctrinado, haciéndose posteriormente militante de partido.
Llega al cortijo para “sembrar semillas”, buscar gente y preparar células del partido.
Buscaba gente joven sin antecedentes penales y que no hubieran vivido la guerra civil, se informaba de los padres de los jóvenes con los que contactaba.
Por aquel entonces Manuel creía que Franco había salvado a España del comunismo y Andrés le despierta del sueño irreal en el que vivía.
Andrés contactó con 10 o 12 trabajadores del cortijo para que entrasen en el PCE, daba charlas a grupos sobre la lucha obrera, la unión de los trabajadores para derrocar a Franco y conseguir democracia, trabajando para que la juventud se enterase de la verdad.
En 1956-1957 realizan un primer intento de acción obrera. Andrés ha ido a Córdoba donde se entera que las tarifas del sueldo han subido de 34 a 40 pesetas al día. El Sindicato Vertical enviaba las tarifas a los dueños de los cortijos y estos las aplicaban cuando querían, lo que era ilegal, en su cortijo llevaban un mes de retraso en la actualización de las tarifas. Andrés trajo 3 tarifas impresas, una fue para Manuel para informar a las cuadrillas. Un día quedaron en el patio del cortijo todas las cuadrillas a comer para debatir sobre el tema. Después de deliberar deciden reclamar todos juntos el aumento legal que les correspondía y si no se marcharían todos. En estas, llega el encargado principal preguntando que pasaba. Andrés no estaba. Pregunta: “¿Quién me puede explicar?”, Manuel, Felipe Cabaña y Manuel Osuna, los tres que tenían las tarifas impresas, se levantan y le enseñan las tarifas. El encargado les dice: “¿Para esto venís todos? Solo teníais que habérmelo traído y yo se lo hubiera enseñado al dueño”.
En ese momento llega el dueño del cortijo en su coche y pregunta que es lo que pasaba.
Le enseñan las tarifas y dice que no sabia nada del cambio de las mismas. Dice:”¡Esto es la revolución!, ahora mismo, los que quieran trabajar que vayan saliendo y los que no que se queden aquí.”
Como en un goteo, primero los manijeros de las cuadrillas y luego los obreros empezaron a salir todos y solo quedaron los tres que tenían las tarifas impresas. Les lleva a un despacho, les paga la diferencia que les debía desde la subida de las tarifas, cogió el libro verde donde se anotaban los nombres de los que no podían volver a trabajar en su cortijo y los despidió. Al resto empezó a pagarles la nueva tarifa a partir de ese momento.
En el cortijo El Rincón estuvo 3 años del 54 al 56.
El mismo día encontró trabajo en otro cortijo cercano llamado Salybusca, cobrando ya las nuevas tarifas.
Para volver a su casa desde el nuevo cortijo tenía que atravesar el cortijo El Rincón, al cabo de un tiempo de ser despedido, un día que llovía mientras volvía a casa atravesando El Rincón en bicicleta se paró para refugiarse en uno de los edificios, estaba empapado, al rato apareció el encargado del cortijo y dijo: “Hombre, artillero (así apodaba a Manuel), ¿Qué haces tu aquí?, ven, pasa al despacho.”
Llamó a su mujer y le dijo que le trajera un pantalón y una camisa secas y se las dio a Manuel para que se cambiara. Manuel le replicó que como es que le daba esa ropa entre tanta gente que había allí también empapados, el encargado le dijo: “Usted se merece la ropa seca, los otros no”.
En Salybusca estuvo entre 1956 y 1959.
En 1959 fue al servicio militar donde estuvo 18 meses, acabando en 1960.
Entre 1960 y 1961 trabajó en el cortijo Cuatrovientos.
En este periodo de tiempo, estando de matanza en casa de su suegro es citado a ir al cuartel de la Guardia Civil, allí le preguntan por Andrés Cantón.
-Es el encargado de riego del cortijo que había trabajado.
-¿Qué tal es?
-Muy formal.
-¿De que hablaban?
-Me contaba muchas cosas, chistes.
Cantón había sido detenido por esa época y tenía una foto con gente del cortijo, entre ellos Manuel. Como estaba mas cerca que los otros en la foto solo le llamaron a declarar a el. Sacaron la foto para que la viera.
-¿Dónde se hizo esta foto?
-En un cortijo, se celebraba la fiesta del Acabo de la aceituna en el cortijo Mataperros, le invitamos a un vaso de vino y se hizo una foto con nosotros.
Cantón había sido delatado por algún detenido, sin embargo el no delato a Manuel.
En 1962 trabajaba talando olivos, en los días 25, 26 y 27 de mayo se declara una huelga general en Puente Genil, las huelgas en España en ese año empezaron en Asturias en abril y se extendieron por muchos sitios, en Puente Genil se reivindicaba subida de sueldos tanto para los jornaleros del campo como para los trabajadores de las fabricas que existían en el lugar, como la fabrica de tejas. Durante 3 días se dejo hacer a los “piquetes informativos” que sin usar la violencia animaban a secundar la huelga a los habitantes de Puente Genil, no hubo represión por parte de las autoridades, en aquel momento en Puente Genil había 4 o 5 células de 3 personas del PCE, las células se componían de la siguiente manera, había un tesorero que recogía la cuota de 10 pesetas, había un encargado de prensa que se encargaba de recibir la publicación Mundo Obrero y leía los periódicos, y estaba el enlace que se encargaba de comunicarse con los enlaces de otras células.
Manuel era el enlace de su célula y se comunicaba con otro enlace del pueblo para que se conocieran lo menos posible entre ellos, luego había un enlace que se comunicaba solo con los enlaces. El enlace en Córdoba era Ernesto Caballero Castillo que llegaría a ser elegido para el Congreso de los Diputados en 1989.
La huelga transcurrió sin violencia por ninguna de las dos partes implicadas, pero la policía puso infiltrados de paisano entre los huelguistas con la finalidad de detectar a los cabecillas. Una vez recogida la suficiente información, al cuarto día de la huelga, la Guardia Civil pasó a detener a los que consideraba cabecillas de la huelga, los detenidos eran entregados a una Brigada policial, que eran los encargados de interrogar y torturar a los prisioneros. El enlace que se comunicaba con Manuel, tras ser torturado, terminó delatando a Manuel, diciendo que Manuel tenía un grupo de 12 personas que pagaban la cuota al partido, lo dedujo de la cantidad de dinero que Manuel entregaba.
El 28 de mayo de 1962 detienen a Manuel en su casa, lo llevan al pajar del cuartel de la Guardia Civil que era donde tenían a todos los detenidos esperando ser interrogados.
En el interrogatorio, esta sentado frente a una mesa y le preguntan: “¿Cuál es su relación con el PCE?”, Manuel responde: “Ninguna”. El policía comenta: “Ya tenemos un chulo, un enterado, estos son buenos actores”, le preguntan por el nombre de la persona que le había delatado y responde que no lo conoce.
Le agarran por el pelo, comienzan a arrastrarlo por la habitación, el policía se queda con los pelos en la mano, le pegan con un instrumento denominado “pichatoro” en la espalda varias veces, le comienzan a empujar de un policía a otro (había 4 policías en la habitación), pegándole una primera ronda de tortazos. El jefe del grupo para la sesión de tortura y vuelve a sentar a Manuel en una silla y le da un cigarro y vuelve a preguntar, le dice: “Lo sabemos todo, te han delatado”. Manuel lo vuelve a negar. El inspector manda traer al delator y le pide que lo explique todo, el delator le dice a Manuel que lo cuente todo por que si no le iban a machacar. El delator dice que había entregado a Manuel un paquete de octavillas para convocar la huelga, un paquete de periódicos de Mundo Obrero y un paquete de libros prohibidos. Ante esta situación, Manuel decide autoinculparse para salvar dentro de lo posible a terceras personas.
Viéndose perdido declara al inspector:
-Voy a hacer mi verdadera declaración.
-¿Le entregaron 3 paquetes?, ¿se declara comunista afiliado?
-No, únicamente he organizado una colecta entre un grupo de personas para recoger
dinero para las familias de los presos políticos.
-¿Usted es un comunista?, ¿ha entregado el contenido de los paquetes?
Después de la tortura, Manuel entra en un estado de tranquilidad y relajamiento que le permitió pensar lo que iba a decir.
-Yo recogía el dinero, pero no he entregado nada de los paquetes.
-¿Se tiraron las octavillas?
-Si, yo solo. Hice varios letreros para pedir democracia, libertad y “fuera Franco”.
En realidad cada miembro de la célula hizo varios letreros con distinta letra, pero los policías creyeron que todos los había hecho Manuel, sin percatarse del detalle de los diferentes tipos de letras.
-¿Puedes justificar lo que dices?
-Las octavillas las tire yo, los otros dos paquetes los tengo escondidos sin repartir, para hacer pensar a mi enlace que estamos mas organizados de lo que en realidad estamos. No he hablado de ideas comunistas a la gente que me daba el dinero para ayudar a las familias de los presos.
Le obligan a dar los nombres de aquellos que habían entregado dinero.
Cuando termina el interrogatorio, es llevado al pajar y se encuentra con todos los detenidos. Reconoce a muchas personas de la zona de las que desconocía su afinidad ideológica, a otros si que conocía su pertenencia al PCE.
La Guardia Civil detuvo y custodió a los prisioneros pero no torturó a nadie.
Por la mañana a las 7 le llama un Guardia Civil, junto con un sargento y dos números de la Guardia Civil montan en un Jeep y es conducido a su casa de la Ribera Baja. En el camino a su casa se cruza con su madre que iba a buscar noticias sobre el, la madre no le ve dentro del coche.
Mientras viajaban, el sargento le habla:
-Manuel, parece mentira, con todo lo bonito que es esto, en lo que te has metido, en cambio a aquellos que mandáis el dinero se lo están pasando en grande en la costa y vosotros ahora vais a la cárcel.
-A usted quisiera pedirle un favor, que le agradeceré toda la vida. Mi padre ha tenido una embolia y esta muy delicado, le pediría por favor que le de la menos importancia que pueda al hecho de mi detención, por que si a mi padre le pasa algo por mi culpa no me lo perdonaría nunca.
-Esto tenias que haberlo pensado antes de meterte en líos.
Llegan a su casa, Manuel ve a su padre a lo lejos saliendo de la vivienda con un bastoncillo, se queda parado mirando a su hijo y los guardias civiles.
Manuel se adelanta y le da un beso a su padre, el sargento llega a su lado y toca amistosamente la espalda de su padre y dice:
-No se preocupe usted, el niño se ha metido en unos líos que tenemos que aclarar pero que no tienen mucha importancia.
Su padre respira un poco aliviado. El sargento comenta:
-Vamos a lo nuestro.
-Papá, tenemos que subir al pajarillo.
Que era un pajar pequeño donde guardaban la paja de la burra. Estaba encima de la cuadra de la burra.
Manuel sube por un estrecho agujero a buscar los paquetes, el pajar tenía una ventana donde poder salir y por un momento a Manuel le pasa por la cabeza escapar de la casa y refugiarse en el monte donde ya llevaba unos días escondido otro camarada: Miguel Osuna, que posteriormente huiría al extranjero, pero piensa en las consecuencias que eso tendría en su padre y decide no huir. Sube posteriormente el sargento también junto con un guardia civil.
-¿Dónde están esos paquetes?
Manuel saca los paquetes de entre la paja, y el sargento ordena que se registre todo el sitio.
Se registra el pajar sin encontrar nada mas y bajan.
El sargento se despide de su padre.
-No se preocupe usted por su hijo.
Vuelven al cuartel de la Guardia Civil y es encerrado de nuevo.
En el cuartel había un lavabo, para ir, se tenía que pedir permiso pues estaba fuera del lugar de encierro, un camarada que había ido al lavabo a la vuelta le dice a Manuel que hay unos cuantos detenidos del campo junto al lavabo esperando declarar. Manuel pide permiso para ir al lavabo y al pasar junto a los detenidos hace una seña a uno para que fuese también al lavabo. Una vez dentro los dos, Manuel le dice:
-Tenéis que declarar lo siguiente, no sabéis nada de comunismo, no habéis tirado octavillas ni leído nada prohibido, únicamente habéis dado 10 pesetas cada uno para ayudar a las familias de los presos políticos. Díselo a los demás.
Al salir pasa la información a los detenidos pendientes de declarar y en el momento del interrogatorio declaran todos lo mismo. Que daban dinero para ayudar a las familias de los presos políticos. Este ultimo grupo de detenidos, al declarar todos lo mismo, no fueron torturados.
En el grupo faltaba un detenido que llegó mas tarde al cuartel y no había recibido la información sobre lo que tenía que declarar, al interrogarlo dijo que no conocía a Manuel y fue torturado. Se trae a Manuel para un careo entre ambos, ya que Manuel había dado los nombres de los que le habían entregado 10 pesetas cada uno, entonces Manuel le dice que el le había dado el dinero para las familias de los presos y finalmente el detenido lo reconoce.
Durante su estancia en el pajar del cuartel de la Guardia Civil un chico del pueblo les llevaba la comida a los presos. Un día le preguntan:
-¿Qué se dice de nosotros en el pueblo?
-Que tenéis unos cojones así de grandes.
Estuvieron 3 días detenidos en el cuartel de la Guardia Civil y el día 1 de junio ingresan en la cárcel provincial de Córdoba 22 detenidos en Puente Genil.
Durante 3 o 4 días estuvieron en celdas de 4 o 5 personas, allí había células comunistas de Castro del Río, Montilla, Palma del Río, Pedro Abad y Córdoba.
De las celdas los pasan a otra zona de la cárcel sin celdas. Había unos 35 presos políticos juntos de la misma zona.
Tenían un encargado de la nave que llevaba desde los años 44-45 en la cárcel acusado de suministrar comida y provisiones a los maquis.
En el patio convivían presos comunes y políticos.
En la cárcel, por las tardes, los funcionarios repartían un vaso de vino por persona, y los presos comunes pedían a los presos políticos que no bebían, que cogieran el vaso para ellos, con lo que algunos se emborrachaban y había peleas. Un día los presos políticos decidieron no coger vino ninguno de ellos. Al preguntar un funcionario por el motivo de tal acto y conocer la respuesta, decidieron separar en el patio los presos comunes de los políticos.
Además del patio tenían una sala de televisión. La comida en prisión era muy mala.
A veces enviaban curas jóvenes recién salidos del seminario para darles charlas sobre moralidad y después mantener diálogos con los detenidos, una especie de bautismo de fuego para que conocieran gente que les podía plantar cara y responder desde posiciones alejadas del catolicismo.
Entre los presos se encontraba Luis Romero Huertes, que se dedicaba a mediar entre los presos cuando surgían problemas entre delatados y delatores, explicando que no todo el mundo aguanta la tortura igual y que había que ser comprensivo con los que habían hablado, Manuel consideraba a Luis pacificador, organizador, honrado y buena persona, dejó en los presos su sello de honestidad, el señor Romero emigraría
posteriormente a Barcelona donde sería uno de los fundadores de Comisiones Obreras, activista sindical y miembro del PSUC entre otras cosas, tal como relata en su libro Textos biográficos.
Recuerda también a José Navas Palomo, que posteriormente llegaría a ser teniente de alcalde en Puente Genil, al que recuerda como muy buen compañero. En una propaganda realizada por el PCE para las elecciones municipales de 1979 para Puente Genil en las que el iba como cabeza de lista pueden leerse estas palabras suyas:
“Paisanos y amigos:
Me siento en la necesidad de dirigirme a ti compañero, en un momento tan histórico para la vida política y social de nuestro pueblo, después de largos años sin Municipio Democrático, ha llegado el momento de que así sea. El próximo día tres de Abril será una fecha histórica para nuestro pueblo, pues de esta fecha depende que la Democracia llegue al último rincón de nuestros hogares, pero para conseguirlo hace falta elegir a los hombres que en verdad han luchado durante muchos años por el restablecimiento de las libertades y la convivencia ciudadana. Nosotros como hombres de una Partido serio, responsable y con un gran sentido de la responsabilidad, nos presentamos por primera vez ante el pueblo.
Somos hombres jóvenes que nada tenemos que ocultar del pasado, pero si estamos dispuestos a responder ante el futuro y ante vosotros. Nuestro dinamismo, nuestra entrega y honradez seguiremos poniendo de manifiesto en todo momento.
Si te decides a depositar tu Voto por nuestra candidatura, siempre encontrarás un equipo de hombres a tu disposición dispuestos a colaborar por el bien común de nuestro pueblo.
Un saludo.”
Tras unos meses de cárcel pasó un tribunal militar a tomarles declaración a todos los presos políticos.
Aunque Manuel no recuerda los nombres ni la graduación de los integrantes del tribunal, cabe la posibilidad de que se encontrara cara a cara con el Coronel Enrique Eymar Fernández (conocido como coronel inquisidor) que era juez instructor del Tribunal Militar Especial Nacional de Actividades Extremistas desde 1958 hasta 1964, dos años antes, en 1960 ya se había personado en esa misma prisión para instruir idénticas causas.
Manuel entró en la sala junto con dos presos mas. Les leen las declaraciones firmadas por los presos y les preguntan si están de acuerdo. El primer preso dice que no, que había firmado bajo tortura y les enseña a los miembros del tribunal la espalda apaleada. El tribunal militar se sorprende al ver las cicatrices de los golpes en la espalda. Entonces les dicen que hagan una declaración libre sin coacción, los dos presos que acompañan a Manuel cambian la declaración firmada bajo torturas, pero Manuel hizo la misma declaración que había firmado.
Durante los 7 meses y medio que estuvo en la cárcel no tuvo ni sentencia ni condena, esto quería decir que estaban en la cárcel sin saber cuando tiempo iban a estar ni cuanto les faltaba para salir.
Sale de la cárcel el 11 de enero de 1963.
Se casa el 1 de abril de 1964 con Encarnación, que fue su novia desde el 15 de mayo de 1956, se conocían desde pequeños pues se criaron cerca, vivían a unos 2 kilómetros de distancia.
Emigran a un pueblo de Barcelona el 16 de abril de 1964.
A los dos o tres meses de llegar le dice su mujer que había venido un guardia civil para que se presentara en el cuartel. Al llegar le recibe un sargento catalán.
Al salir de Puente Genil tenía que decir a donde iba.
De esta manera se informó de su llegada en el cuartel del pueblo donde residía. El sargento le pide que le explique lo que le pasó en Puente Genil. Manuel le contesta lo que ellos ya sabían. El sargento le dice:
-Yo no me voy a meter con usted para nada, solo le pido que no me traiga comunistas al pueblo.
Al cabo de 2 años, trabajando de albañil en un hotel de la localidad que era del alcalde, haciendo un remiendo, se puso a hablar con el dueño y le dijo que vivía realquilado en una habitación de una casa y que buscaba vivienda, en aquella época había trabajo pero no había vivienda en ese pueblo.
El alcalde le contesta:
-Le doy una vivienda sin pagar, pero tiene usted que entrar de guardia urbano, puede trabajar de paleta por la mañana y de urbano por la tarde de 2 a 10, le pagamos la vivienda la luz y el agua.
Le dijo que si. Al cabo de unos días le llama el alcalde y le dice que por ley tenían que solicitar los antecedentes de los que optaban a cargos públicos y que le habían informado que había estado en la cárcel y por eso no podía ser urbano.
Finalmente el alcalde le consiguió una vivienda de alquiler, a través del secretario del alcalde, un piso nuevo a estrenar. En 1969 pudieron comprar un piso nuevo.
Por los años 1970-1971 le avisan para pasar por el cuartel de la Guardia Civil. Habían cambiado de sargento y el nuevo militar al repasar los expedientes que tenía en los archivos vio el de Manuel y le mandó llamar.
-Usted lleva aquí unos cuantos años, pidió una plaza de urbano pero no se la pudieron dar, por mi se la daría pero por ley no puede ser funcionario ni tener permiso de armas, etc., por los antecedentes que tiene. Ahora bien, podríamos borrar su expediente con la siguiente condición, si a usted no han venido ya a buscarlo del PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya) seguramente vendrán, si me avisa a mi cuando vengan a verlo para que yo pueda detenerlos le hago a usted borrón y cuenta nueva en el expediente.
Manuel le dijo que si.
Al cabo de unos meses llaman a la puerta de su casa y al abrir se encuentra con Gabriel Márquez y Francisco Saban, ambos habían estado en la cárcel de Córdoba con el, comieron en su casa y le piden que organice el PSUC en su nuevo pueblo, pues no tenían a nadie allí del partido. Manuel les explica el reciente encuentro con el sargento de la Guardia Civil.
-Os estábamos esperando el sargento y yo, estoy vigilado y no puedo hacer nada.
Les da el nombre de otra persona sin antecedentes para realizar la tarea. Ellos le dan el nombre de su enlace, un ferroviario.
La persona propuesta organizó el partido en el pueblo y supo atraer a mucha gente.
Manuel no iba a las reuniones que organizaban, por precaución, excepto una vez.
Nunca fue militante con carnet de PSUC pero si afiliado a CCOO (Comisiones Obreras), llegó a ser delegado sindical de su empresa.
En 1982 y con motivo de su cargo de delegado sindical de CCOO en su empresa tuvo que ir a Barcelona y estuvo en la sede del sindicato en la Plaza Urquinaona, donde se reencuentra con Luis Romero con quien mantiene una breve charla.
Era la época de la separación del PCC (Partit dels Comunistes de Catalunya) del PSUC y Luis había optado por esta nueva formación política porque prefería su línea ideológica. Como siempre, hablaba tranquilo y pacifico.
Puede decirse que estos han sido los principales episodios políticos (por lo menos los mas épicos) en la vida de Manuel. Personalmente me ha sorprendido enormemente la capacidad de sacrificio de Manuel y camaradas, luchadores incansables a los que no se les doblegaba la rodilla fácilmente, arriesgaron su vida intentando cambiar una situación injusta a pesar del horizonte incierto, a pesar de las represalias que podían caer sobre ellos, tuvieron el valor de enfrentarse a un enemigo mucho mas fuerte que ellos y lo hicieron desde sus limitaciones que superaron con su coraje.
Son por todo ello un ejemplo a seguir.




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