TIEMPO Y DEVENIR EN EL MATERIALISMO FILOSOFICO
Fermín Huerta Martín
Es imposible que haya una relación entre lo finito y lo infinito.
Gustavo Bueno (La funesta manía)
En diversos artículos publicados principalmente en El Basilisco y El Catoblepas, el joven y brillante filósofo español Javier Pérez Jara ha tratado varias veces el tema que da titulo a este escrito.
Podríamos partir de la definición que da Gustavo Bueno en Ensayos materialistas de tiempo en la pág. 399: “La hora o el segundo, según esto, no son, propiamente, partes del tiempo, sino partes de un movimiento concreto (el del sol, el de un reloj) a partir del cual construimos o mensuramos los demás movimientos. Esta medida de unos movimientos por otros es el tiempo.”
Matiza el propio Javier en De la Física a la Metafísica: cuestiones sobre Teología Natural, Mecánica Cuántica y Cosmología. Publicado en el nº 72 de El Catoblepas:
“Empecemos, entonces, diciendo que el tiempo, desde el materialismo filosófico, es, básicamente, la medida de unos movimientos respecto de otros movimientos tomados como «reloj» (esta definición nos lleva, por tanto, a que sólo podríamos hablar de un tiempo universal si hubiera un «reloj universal»). El devenir es la codeterminación jorismática de los contenidos de una multiplicidad. ¿Cuándo hay devenir? Cuando los contenidos de una multiplicidad no se codeterminan «instantáneamente», sino que van codeterminándose sucesivamente (esto es, según un «jorismós»). Pero el devenir en el Universo está visto desde nuestros «filtros mundanos», ontológico-especiales, dados en función de la dialéctica entre los géneros de materialidad M1, M2 y M3. Es decir, el devenir de la materia cósmica no es un devenir indeterminado, sino métricamente establecido «según un antes y un después», por decirlo al modo de Aristóteles. Dicho de otro modo: es un devenir temporalizado, dado a nuestra escala operatoria y métrica. Por eso carece de sentido aplicar el tiempo a la materia ontológico general, en tanto en ella no podemos medir unos movimientos respecto de otros, sencillamente porque no podemos operar con sus cauces materiales, y éstos nos son enteramente indeterminados positivamente. Esto no significa que la materia ontológico general, al serle negada la temporalidad, por su carácter mundano, haya de ser concebida como una multiplicidad pura inmutable, «eterna», porque las ideas de inmutabilidad y eternidad son ideas metafísicas y contradictorias, como hemos defendido en otras ocasiones. Y, ad hominem, si la materia ontológico general fuese inmutable, entonces no podría haber surgido el Mundo. Cursos materiales en alguna forma de devenir tuvieron que confluir y codeterminarse para dar lugar a la conformación del Universo y de los sujetos operatorios humanos y animales. Pero sería gratuito, o en todo caso no habría fundamentos positivos, para pensar este devenir «según un antes y un después», porque como hemos dicho, las mediciones diacrónicas suponen las operaciones del sujeto operatorio midiendo unos movimientos primogenéricos respecto de otros, tomados como reloj. Unos movimientos, además, de materialidades holóticamente conformadas; es decir, en la forma de todos efectivos jorismáticos.”
Cabe una puntualización, dice Javier: ” Pero el devenir en el Universo está visto desde nuestros «filtros mundanos»”, habría que decir que no solo el devenir sino todo en el Universo está visto desde nuestros “filtros mundanos”.
Después de darle muchas vueltas a esta frase: “Pero sería gratuito, o en todo caso no habría fundamentos positivos, para pensar este devenir «según un antes y un después»”, confieso que soy incapaz de encontrar una situación de devenir a la que no se le pueda aplicar el antes y el después, llegar a ser, ir siendo, cambio, movimiento, proceso de ser, acontecer, pasar, fluir, generar, destruir, aumentar, disminuir, alterar, desplazar, etc. El mismo uso de los términos “curso”, “confluir”, “codeterminarse”, “conformación”, implican un antes y un después. Llega a decir Javier en el mismo artículo: “Dicho de otro modo: la materia ontológico general está «antes» del Universo, «en» el Universo, y «después» del Universo”. Es decir la Materia ontológico-general esta antes, en y después del Universo pero cuando no existe lo zootropico su devenir no tiene antes ni después.
El materialismo filosófico se encuentra entre la espada y la pared, por una parte admite: “Cursos materiales en alguna forma de devenir tuvieron que confluir y codeterminarse para dar lugar a la conformación del Universo y de los sujetos operatorios humanos y animales”, y consecuentemente debe aceptar la existencia de un Universo sin realidades zootropicas donde terminaron apareciendo los sujetos operatorios humanos y animales. Dice Gustavo Bueno en Ensayos materialistas (mi ejemplar en papel de esta obra esta apunto de desmoronarse de tanto manosearlo) pág. 412: “Me presento una situación pretérita del Cosmos, el Jurásico, con la tierra poblada de formaciones exóticas, helechos gigantescos, reptiles monstruosos, entre los cuales no hay ningún rastro de forma humana. Sin embargo, esta representación de un punto o intervalo de millones de años en la línea del tiempo, en el que todavía no aparece el punto correspondiente a mi conciencia, sólo es posible porque la línea entera temporal está ya dada, y esta Idea es solidaria de mi propia conciencia. Soy yo quien está presente sutilmente en el escenario Jurásico, que ciertamente, “pide su existencia” (con una suerte de argumento ontológico) anterior a la mía, pero que sólo por virtud de mi acto parece existir, sin que valga ahora hablar de una realidad presente en mi cerebro porque, ciertamente, ahora el Jurásico no existe.” Llega a decir Javier en su artículo Materia y racionalidad: sobre la inexistencia de la Idea de Dios publicado en El Basilisco 36: “El carácter antrópico de las materialidades holóticamente conformadas se puede ver sencillamente a través de los postulados de corporeidad, multiplicidad y recursividad holótica, dado que si los todos efectivos han de ser corpóreos, pues sólo así pueden ser “operados” y los cuerpos dependen de la kenosis ligada a los “filtros de percepción” de los sujetos operatorios, no cabe hablar, salvo metafísicamente, de totalidades exentamente de la existencia de los sujetos operatorios; sin operaciones de “juntar” y “separar” no se puede hablar de totalidades. No obstante, esto no va, bajo ningún modo, contra la objetividad de las totalidades, pues aquí hay que contar con el mecanismo de neutralización del sujeto operatorio; un mecanismo que se yergue contra el idealismo y que nos permite hablar, por ejemplo, de edades geológicas de la tierra con anterioridad al surgimiento de los animales con sistema nervioso, o aun más, de la recurrencia infinita de la materia cósmica en el tiempo.”
Si la línea temporal esta dada desde una época en que no existían sujetos operatorios humanos ¿Por qué no puede extenderse a lo anterior?, a antes de que “Cursos materiales en alguna forma de devenir tuvieron que confluir y codeterminarse para dar lugar a la conformación del Universo y de los sujetos operatorios humanos y animales”.
Si se me contesta que el tiempo solo puede aplicarse cuando existe lo zootropico, no podemos hablar de “edades geológicas de la tierra con anterioridad al surgimiento de los animales con sistema nervioso” y si podemos “neutralizar el sujeto operatorio” para esas épocas ¿Por qué no a otras? También me resulta contradictorio que diga: “no cabe hablar, salvo metafísicamente, de totalidades exentamente de la existencia de los sujetos operatorios” para luego decir: “No obstante, esto no va, bajo ningún modo , contra la objetividad de las totalidades”, en que quedamos ¿son objetivas o no?, en todo caso lo objetivo sería el trasfondo ontológico general de esas totalidades que se dan de forma ontológico especial. Si no hay totalidades sin sujetos operatorios, lo objetivo no puede ser la totalidad sino aquello que produce la totalidad y que persiste sin sujetos operatorios, aunque también se podría decir que sin sujetos operatorios no existe la objetividad. Llega a decir (sin duda en un lapsus) en su artículo La cosmología moderna como fuente de teorías metafísicas, monistas y míticas. Respuesta a José Antonio López Díaz, El Catoblepas 32: “El regressus, desde el mundo fenoménico temporal, a un punto o estado sin tiempo es irracional” pero eso es lo que propone cuando dice: “carece de sentido aplicar el tiempo a la materia ontológico general”, quizás quería decir devenir y no tiempo.
Dice también en El Ego Trascendental como Ego lógico en el materialismo filosófico, El Catoblepas 80: “acaso sería más justo hablar de la atemporalidad, negativa, pero no privativa, de la Materia ontológico-general, no en la medida en que sus contenidos se codeterminan simultáneamente (pues esto sería recaer en la Metafísica, y supuesto que M es inmutable, el mundo de la experiencia no podría haber surgido), sino en la medida en que sus contenidos se codeterminan sucesivamente, pero no según un antes y un después. ¿Cómo lo hacen entonces? Ignorabimus. Éste es precisamente, en Ontología General, uno de los contenidos fundamentales de la Docta Ignorantia del materialismo filosófico”
Para mi esto no es mas que traducir el problema de Kant: ¿Es limitado el mundo en el espacio y en el tiempo?, a otros términos, en vez de plantear el problema de cómo ha podido trascurrir una cantidad de tiempo infinita (o de devenir) se plantea el problema de cómo algo que se codetermina sucesivamente no lo hace según un antes y un después. Quizás esto se haga para poder hablar de un devenir sin duración, dice en su artículo Monismo, espiritualismo y Teología de El Catoblepas 68: “el tiempo es «la medida del devenir»”. Dice también en otro lapsus “resulta absurdo separar el tiempo del propio movimiento de materia” (De la Física a la Metafísica: cuestiones sobre Teología Natural, Mecánica Cuántica y Cosmología. Publicado en el nº 72 de El Catoblepas), pues si dice en ese mismo artículo “ Cursos materiales en alguna forma de devenir tuvieron que confluir y codeterminarse para dar lugar a la conformación del Universo y de los sujetos operatorios humanos y animales” y dice que el tiempo no se puede aplicar a la Materia ontológico-general, tiene que especificar la materia a la que se refiere.
En cualquier caso el problema es que con ambas respuestas, tanto la que afirma el materialismo filosófico como la que afirmase que ha trascurrido un tiempo infinito, se ponen a la misma altura que el que afirmase que el Universo surgió de la nada. Son todas igual de absurdas. Dado que yo también soy materialista puedo decir que me disgusta mas la solución de salir de la nada que las otras dos, pero pequeño consuelo es. Los que creen en Dios no están ajenos a esta cuestión, pues el problema del tiempo (o del devenir) se aplica a Dios de igual manera que al Universo o a la Materia ontológico-general (Decía Bertrand Russell en Por qué no soy cristiano: ”Si todo tiene que tener alguna causa, entonces Dios debe tener una causa. Si puede haber algo sin causa, igual puede ser el mundo que Dios”) El tener superpoderes no le libra del problema. En ese sentido, hay una cierta semejanza entre el ateo que afirma la eternidad de la materia (bien sea Materia ontológico-general, bien sea M1) y el creyente que afirma la eternidad de su Dios. Con su afirmación ambos intentan trascenderse, y parecen decir, no solo tengo razón ahora con mi opinión sino que dado que la materia o Dios han existido siempre y siempre existirán, puedo decir que he tenido razón siempre y que la tendré siempre. La pequeña diferencia estriba en que el creyente aspira a la semieternidad concedida a su alma, mientras que el ateo tiene que asumir su finitud.
¿Qué diferencia habría entre la tesis de una materia primogenérica eterna y la tesis de la Materia ontológico-general eterna?
La Materia ontológico-general es la chistera con la que sueñan todos los magos, solo es necesario decir la palabra mágica: ¡ANAMORFOSIS! Y de ella se puede sacar cualquier cosa, un átomo, una emoción, un numero. No importa que “no podamos operar con sus cauces materiales y estos nos son enteramente indeterminados positivamente” y que por lo tanto se postule que aquello que conocemos en alguna medida surge de lo que no conocemos en absoluto como una refracción. Tampoco importa que la distancia entre cualquier descubrimiento científico (protón, quark, etc.) y la Materia ontológico-general sea siempre infinita. Dice el Diccionario filosófico en su entrada Anamórfosis:
“Alternativa metodológica para el análisis de las transformaciones dadas en estructuras reales o lógico-materiales. No es una metodología que quepa aplicar escogiéndola entre las otras: sólo se justifica (apagógicamente) cuando las otras vías (emergencia, reducción) se consideren impracticables. Es una metodología que (una vez descartada la emergencia) presupone la aplicación previa de metodologías reductivas. Los pasos reductivos no son transitivos (aunque se comprenda la reducción gradual de la estructura de un organismo a sus partes anatómicas, la de estas partes a sus tejidos, éstos a sus células, y éstas a las moléculas y, a su vez, a los átomos y estructuras subatómicas, el retorno desde las estructuras subatómicas a la estructura orgánica seguirá presentándose como inviable, y habrá que decir que la vía de retorno está cortada). Si la fase regresiva de la reducción se supone firmemente establecida y, sin embargo, el progressus o retorno a la estructura problema parezca inviable, habrá que reconocer que la reducción no ha sido lograda, que la metodología reductora ha fracasado. Cuando esto sea así, sólo queda una salida: la de «triturar» -desestructurar, descomponer- las estructuras básicas de referencia, no para prescindir de ellas, sino para re-fundirlas (entre sí, y con terceros componentes tomados de su entorno) de suerte que el retorno pueda quedar restablecido. Esta salida es la anamórfosis. Los procesos de anamórfosis pueden clasificarse, atendiendo a dos criterios bien distintos relacionados, el primero con el terminus ad quem (con la estructura resultante) y el segundo con el terminus a quo de la anamórfosis (con los materiales de partida).” (…) “Cuando las estructuras básicas dadas en el regressus de una reducción imperfecta no permitan una desestructuración ulterior, la anamórfosis no podrá acogerse a categorías positivas y tendrá que apelar a la materia ontológico general, en su función de instancia crítica del sustancialismo que suele ir asociado a las «estructuras básicas primordiales» (las de la física subatómica, hadrones, leptones).“
No cabe osadía mayor que pretender negar el conocimiento científico (pues no otra cosa significa eso de que “la vía del retorno esta cortada”) para terminar refiriéndose a terceros componentes tomados de su entorno (como si estos no existieran cuando se usa la emergencia) que en ultima instancia se deben acoger a la Materia ontológico-general. La anamórfosis indeterminada o absoluta no es mas que pretender (usando una frase de Bueno): “Explicar un enigma por vía de un milagro es explicar lo oscuro por lo más oscuro todavía”
Dice Mario Bunge en su Diccionario de filosofía:
“Universo: El sistema de todos los existentes. Sin. Mundo, cosmos. El universo tiene algunas propiedades peculiares: es único y con existencia propia; no está situado entre otras dos cosas ; no interactúa con nada más; es eterno (a pesar de la infundada ecuación del Big Bang, o inicio de la expansión, con el nacimiento del universo); ocupa todo el espacio y su parte conocida se está expandiendo.”
Dice también en su artículo El método de la biología: “Así, mientras los electrones presumiblemente han estado por ahí desde toda la eternidad”.
¿Qué diferencia habría entre un Universo eterno de realidades primogenéricas (M1) de las que evolucionan M2 y M3 y el planteamiento del materialismo filosófico?
El problema del tiempo, del devenir y de lo eterno lo tienen igual ambos sistemas.
Dice Bueno en Ensayos materialistas pág. 180: “Pero es la Ontología especial la que nos preserva de atribuir a la Materia general cualquier atributo dado en el Mundo (p. ej., la Inteligencia). La única estrategia aquí abierta es la propia de la crítica trascendental: atribuir a la Materia general cualquier determinación especial (inteligencia, p. ej.) exige, por la symploké, irle atribuyendo todas las demás, hasta reobtener la duplicación exacta del Mundo.”
Y sin embargo el materialismo filosófico atribuye a la Materia ontológico-general atributos de la ontología especial como pluralidad, codeterminación y devenir. ¿Por qué? Como dice en la página 181: “es la Ontología especial la base más rígida para la disciplina crítica de la Ontología general.”
Dice después “la razón es corpórea” y luego dice “La conciencia racional, en tanto que ligada al Mundo, in medias res, sólo puede desarrollarse y avanzar con el proceso mismo del Mundo, haciéndose y deshaciéndose: no puede ir más allá del estado en el que el mundo se encuentra.”
Y esto lo demuestra en esos atributos que no puede dejar de traspasar de la Ontología especial a la general. Cabe preguntar, si de los tres atributos de la Ontología especial que atribuye a la general, el de devenir lo matiza diciendo devenir sin antes ni después, ¿se deben matizar los otros dos?
La pluralidad ¿es sin multiplicidad?, y la codeterminación ¿es autodeterminación?
Bueno construyó la Materia ontológico-general con la finalidad de superar determinados problemas que encontraba en el materialismo, para aglutinar sus respuestas a estos problemas (antimonismo, inconmensurabilidad, contradicciones, etc.) y de paso para tener una parcela de conocimiento que no le podían pisar los científicos y su conocimiento categorial. Esta opción tiene sus consecuencias, por ejemplo, si M2 surge de M1, M2 es “investigable” y existe la esperanza de dilucidarlo en su integridad, ahora bien si M2 depende directamente de la Materia ontológico-general el problema cerebro-mente quedará irresoluble para siempre, por cuanto M2 es una “refracción” de la Materia ontológico-general. No solo M2, dice Bueno en el Diccionario filosófico: “El análisis de la transformación de las estructuras subatómicas, a través de pasos graduados, en estructuras biológicas más complejas, acaso requiera la apelación a la idea de una anamórfosis absoluta como única alternativa al reduccionismo mecánico de la Biología.”
Dice Vidal Peña en el libro La filosofía de Gustavo Bueno pág. 25: “Otro problema particular vendría dado por la definición precisa del segundo género (M2), el de la interioridad. Si el autor de los Ensayos no se ofende, me permito decir que nunca he estado seguro de que la honestidad intelectual que le lleva, en esa obra, a reconocer la autonomía de dicho género haya ido siempre acompañada de una convicción profunda, aunque, desde luego, lo escrito en los Ensayos escrito está.”
Este intento de solución desde el materialismo filosófico no aporta prueba alguna (no se puede) y el argumento es muy endeble, porque si se basa en que el antes y el después lo pone el sujeto operatorio y en la Materia ontológico-general no hay totalidades ni sujetos ¿no estará poniendo también el sujeto lo demás, es decir: el devenir, la codeterminación y la pluralidad?
Y el método apagógico usado se ve obligado a elegir entre tres opciones absurdas, considerando a una un poco menos absurda.
Los problemas que da el tiempo no los da el espacio. El espacio debe ser necesariamente infinito, sino habría que plantearse que el Universo está encapsulado en un envoltorio aespacial. Pero esta infinidad espacial se da simultáneamente, unas partes no dependen de las otras para su existencia, un espacio que es un plenum de materia (y en esto están de acuerdo Bueno y Bunge). Si pudiéramos considerar al tiempo infinito de la misma manera, es decir dado simultáneamente, se eliminaría el problema de la infinidad recorrida, pero este planteamiento produce mas problemas de los que soluciona.
Y si por otra parte negamos la infinidad del tiempo, lo encerramos en unos limites atemporales. Que es precisamente lo que hace la teoría del Big Bang y el Materialismo filosófico. Al hacer surgir el tiempo de entes atemporales (la nada o la Materia ontológico-general).
Y quizás por todo ello terminamos eligiendo con prejuicios filosóficos aquel absurdo que nos parece menos absurdo y se adecua mas con nuestra manera de ver el mundo.
Esta cuestión del devenir a mi me parece fundamental, sigue vigente y lo estará siempre seguramente, pues quizás sea irresoluble para nuestros “filtros mundanos”.
Y así terminamos con algunas de las frases que han definido a la Materia ontológico-general desde el materialismo filosófico dichas por Javier:
Dice en El Basilisco 36: “Abismo insondable de la Materia ontológico-general”.
Dice en El Basilisco 35: “Reino de las sombras”.
Allí mismo habla del “problema complejísimo del tiempo en la Materia ontológico-general, en la prácticamente irresoluble cuestión del devenir en M “antes” de la aparición de Mi”.
Podríamos terminar como el cuento de Wittgenstein y decir “De lo que no se puede hablar, mejor es callarse”.
Pues hay que ver cuanto se puede escribir sobre algo de lo que no podemos saber nada.
INFORMACION
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Este artículo he intentado escribirlo varias veces, prácticamente cada vez que leía un texto de Javier relacionado con el tema. No se si el llegará a leerlo y menos aún confío en que me conteste, al fin y al cabo yo soy un simple aficionado y el un profesional académico. Le deseo lo mejor y que siga escribiendo tan claro y sobre temas tan interesantes, el es uno de los que garantizan la continuidad del Materialismo filosófico mas allá de la figura de su creador.
ResponderEliminar¿Os gusta la foto?
ResponderEliminarMuy bueno tu artículo. Javier Pérez Jara ha planteado el problema abierto que se presenta ante el devenir fuera del mundo, y yo creo que sin embargo está bien expuesto por él (y no como si fuera una fórmula mágica, como irónicamente exponés) el hecho de que el devenir de la materia surge como una conclusión racional, y aunque el devenir que conozcamos sea «a la manera» del tiempo, «como un antes y un después», también racionalmente vemos que no podemos considerar que sea esa clase de devenir, pues el devenir como antes y después es propio del mundo. Por lo que recuerdo, Pérez Jara ha puesto este problema como un caso de Ignoramus, ignorabimus!, y hay que reconocer ciertos límites en el conocimiento que hacen también a la docta ignorantia del materialismo filosófico.
ResponderEliminarFernando:
ResponderEliminarGracias por tu comentario, el tema me fascina desde hace tiempo, en mayo publique otro artículo sobre el tema: Tiempo en Bunge:
http://ferminhuerta.blogspot.com.es/2012/05/tiempo-en-bunge.html
En el dedicado a Javier ya pongo que puede que sea un tema irresoluble, no podemos hacer mucho más que dar palos de ciego.
Coincido contigo en que Javier lo ha expuesto magistralmente, ese no es el problema, Javier escribe con claridad y trata temas interesantes, aunque últimamente le he perdido la pista, sino las objeciones que menciono.
Un abrazo.
Hoy mismo he recibido la noticia de la publicación en El Catoblepas nº 128 de un artículo de Javier Pérez Jara titulado Mente y materia. Una exposición crítica de la filosofía de Bertrand Russell. [Intervención del autor en la ceremonia de lectura y defensa de su tesis doctoral titulada «Mente y materia. Una exposición crítica de la filosofía de Bertrand Russell», bajo la dirección de Francisco Rodríguez Valls, y ante el tribunal compuesto por los doctores Javier Hernández-Pacheco Sanz, Alfredo Marcos, Juan José Padial, Gemma Vicente Arregui y Gustavo Bueno Sánchez. El acto tuvo lugar en la Universidad de Sevilla el día 5 de Julio de 2012, recibiendo la tesis la calificación de sobresaliente Cum Laude por decisión unánime del tribunal.]
ResponderEliminarDeseo que la obra se publique para poder disfrutarla y felicito a Javier por su merecido doctorado, deseo así mismo que si no pertenece ya al glorioso cuerpo de funcionarios del Estado rama profesores de filosofía, lo consiga rápidamente para que asegurado el sustento (aunque recortado) pueda dedicarse plenamente a filosofar y publicar para seguir deleitándonos a sus seguidores.
Hola Fermín. Me llamo Dani. He estado leyendo tu blog. Antes de nada decir que no soy ningún experto en Gustavo Bueno, pero tal vez se pueda alcarar algunas cuestiones.
ResponderEliminarCuando afirmas "soy incapaz de encontrar una situación de devenir a la que no se le pueda aplicar el antes y el después"
En efecto, porque las configuraciones que ofreces son dadas a escala antrópica, esto es, según la materia ontológico especial. Lo que se sugiere desde el Materialismo Filosófico (M.F. en adelante) es que no podemos atribuir temporalidad a la materia ontológico general, porque no sólo no está dada a escala humana, sino que el sujeto corpóreo operatorio no puede operar en dicha escala, es lo que se quiere decir, con el hecho de que no hay fundamentos positivos. Positivos en el sentido de que no se puede operar con las manos. Por lo que no podemos atribuir un “antes y un después” en la escala ontológico general. Ahora bien, ¿Cómo es posible aplicar el “antes”, el “en” y el “después” del universo, a la materia ontológico general?
1º partiendo de cómo son las cosas en el momento en el momento en el que hacemos todo análisis
2º haciendo un ejercicio de regressus hasta llegar al límite gnoseológico. ¿Qué significa? Que al ser un límite no lo conocemos, pero lo hemos reconstruido partiendo de la situación actual in medias re (a partir de un momento determinado en el espacio tiempo. Justamente dado a escala antrópica).
Es lo que creo se vuelve a repetir una y otra vez durante todo el escrito, a saber: ¿Cómo es posible que en la materia ontológico general haya cursos codeterminaciones, y confluir si son conceptos dados a escala humana? Precisamente porque cuando hablamos de la materia ontológico-general lo hacemos como reconstrucción, es decir, se presupone que ha de darse así porque de lo contrario, tendríamos que admitir que nuestra confromación del mundo ha surgido de la nada. Lo cual es absurdo, porque de la nada no puede salir nada. es precisamente así como podemos emplear la anamórfosis; y no para sacar cualquier cosa como un mago. Primero hemos de posicionarnos desde el presente, y luego hacer una reconstrucción por regressus, para poder explicar lo que tenemos actualmente. La anamorfosis se emplea en esos términos, no en cualquier cosa. El ejemplo que pone G.Bueno es claro. No conocemos cómo era el jurásico, sólo podemos hacer una reconstrucción en función de los materiales desde los que partimos en la actualidad. La anamórfosis vendría a negar el emergentismo, en tanto que determinadas cosas surgirían de repente. Pero también al reduccionismo, que se considera erróneo como explicación, si no pudiese reconstruir a partir de las partes a las que se ha llegado por regressus.
Es lo que se quiere decir con lo de la vía está cortada. Está cortada porque están dadas a distintas categorías. No podemos pasar de estructuras químicas o físicas a estructuras biológicas. Precisamente porque corresponden a dominios diferentes de la realidad. De ahí que el M.F. diga que existe una pluralidad categorial científica: tantas categorías como ciencias.
Y con respecto a las totalidades ocurre algo parecido: Las totalidades son ideas objetivas precisamente porque los sujetos operatorios estarían segregados, lo que no es lo mismo que decir "exentamente de los sujetos"; que es el término que emplea Pérez Jara. Pérez Jara cuando usa el término exentamente, sugiere: al margen de… esto es, sin necesidad de los sujetos operatorios, pero no es eso lo que dice el M. F., el M.F.reconoce la posibilidad de segregar al sujeto operatorio pero necesita partir de ellos, como mínimo teniendo en cuenta las operaciones.
En fin no se si se ha aclarado algo, o por lo menos se haya empezado un posible razonamiento discursivo.
Un saludo.
Dani:
ResponderEliminarAnte todo te agradezco que leas mi blog y aún más que te tomes la molestia de escribirme. El tema elegido para tu comentario es de mis favoritos, el tiempo, no sabes cuantas veces me he despertado de madrugada y le he dado vueltas al asunto, hasta el punto de llegar a un cierto escepticismo sobre la posibilidad de resolución del problema.
Acabo de releer mi artículo, que es uno de mis favoritos de cuantos he publicado en mi blog. La verdad es que para contestar a tu comentario tendría que copiarte el artículo entero, porque de alguna manera estaríamos en el punto de partida que me motivó a escribirlo. Sin embargo la relectura ha sido fructífera, he caído en la cuenta de que en las definiciones que desde el MF se da del tiempo se insiste en el concepto de “medida” que no puede desligarse del sujeto operatorio, esto favorece la frase: “Por eso carece de sentido aplicar el tiempo a la materia ontológico general, en tanto en ella no podemos medir unos movimientos respecto de otros”. Para el MF habría dos formas de devenir el temporalizado propio de la Materia ontológico-especial y el no temporalizado de la Materia ontológico-general que sería un devenir sin un antes y un después. Pero yo estoy más en la línea que Bunge expuso en su opúsculo La teoría relacional y objetiva del tiempo físico, donde se relaciona el tiempo con los cambios y no tanto con la medida, dice Bunge: “El tiempo es real en la medida en que existan cosas que sufren cambios” o “El tiempo va creándose con los sucesos”. En este sentido la frase del MF: “Cursos materiales en alguna forma de devenir tuvieron que confluir y codeterminarse para dar lugar a la conformación del Universo y de los sujetos operatorios humanos y animales”, implica cambios, implica antes y después y por lo tanto implica tiempo, aunque no medida del tiempo, todo esto aunque no existan sujetos operatorios.
Para mí un devenir sin un antes y un después es un absurdo imposible. Ese antes y después es más básico de lo que sugiere el MF y debería estar a la misma altura que sus nociones de “curso”, “material”, “confluir” y “codeterminación” y por lo tanto ser aplicable a la MOG.
Soy consciente de que con eso la propuesta de explicación del MF del tiempo se esfuma y que queda a la misma altura que otras propuestas del tipo:
Dios creo el tiempo.
El mundo surgió de la nada espontáneamente hace un tiempo finito.
El tiempo pasado es infinito pero ha transcurrido.
El tiempo es infinito hacia atrás y hacia delante pero esta ya dado simultáneamente y es la conciencia humana espiritual la que deambula por estados congelados haciéndose la ilusión del transcurrir del tiempo.
¿Cómo lo ves?
Antes de nada advertir que la cuestión es enormemente difícil de tratar porque el tiempo está intersectado con la ontología, gnoseología, antropología y demás. No obstante, intentaré hacer un esfuerzo para aclarar las cosas, aunque no sea satisfactoria para el lector.
ResponderEliminarEmpezaré por el final. A mi juicio, no podemos poner a la misma altura las tesis que has puesto aquí, con las que propone el M.F. Las 4 tesis son de carácter metafísico alejadas de toda racionalidad posible. En efecto, el M.F. diría que cualquier ciencia que intentase explicar el tiempo -desde la ciencia y no desde la filosofía- fuera de la escala antrópica, es pura metafísica. En este sentido, sí que es cierto que las cosmologías actuales estarían a la misma altura que las tesis que propones. ¿Cómo la ciencia física puede hablar del origen del Universo antes del tiempo -por ejemplo en el Big Bang-, si el tiempo es un concepto imprescindible dentro de la física? Exactamente si la física se tomase en serio dicha explicación, dejaría de hacer ciencia y se convertiría en filosofía, más en concreto, en metafísica. ¿Por qué decimos que es metafísica alejada de lo racional? Porque no podemos reconstruir, desde esos puntos (Dios crea el tiempo, el mundo surgió de la nada, etc) el mundo tal y como se nos presenta a escala antrópica. Por tanto, hemos de poner un límite; y ese límite para el M.F., tal y como indicas correctamente, reside en la “medida” establecida por los sujetos corpóreos operatorios. De no poner estos límites, y de no hacerlo desde el sujeto corpóreo operatorio ¿dónde los pondríamos sin caer en soluciones absurdas?
ResponderEliminarAsimismo hemos de tener presente que la temporalidad no es creada por el devenir, sino que el devenir (al desbordar por completo las categorías científicas, por tanto, se presenta como idea filosófica) se da en diferentes escalas, entre ellas la antrópica o zootrópica, en forma de tiempo. Por tanto, el devenir no tiene por qué ser físico -o por lo menos, no únicamente- a diferencia del tiempo. Ahora bien, cuando Pérez Jara emplea el “antes y después” retomando a Aristóteles, lo hace, creo yo, como una forma de hablar, esto es, tomando la definición de Aristóteles como analogado -como mapa análogo- para poder entender la cuestión. Entonces, ¿por qué no podemos aplicar en sentido estricto el “antes y el después” en la M.O.G.? Porque, situándonos en la M.O.G. no hay referentes desde los cuales poder decir antes que… o después de… Sólo podemos hacerlo tomando como referente nuestro universo ya dado, construido (a nuestra escala) y desde ahí hacer la reconstrucción racional y presuponer que la M.O.G. está “antes” -lo pongo en entrecomillado porque me refiero a ella como idea racional para poder reconstruir-. esto no quiere decir, que el tiempo se esfume, en absoluto, sigue funcionando pero a escala antrópica. Por otro lado, en la frase, “cursos materiales en alguna forma de devenir tuvieron que confluir y codeterminarse para dar lugar a la conformación del Universo y de los sujetos operatorios humanos y animales … Precisamente el “tuvieron que”… expresa, de algún modo, una hipótesis racional desde la que poder reconstruir la idea de tiempo. Es decir, hemos de presuponer ese confluir y codeterminación previa -no como conceptos científicos a modo del tiempo, sino como ideas filosóficas racionales que desborda cualquier categoría científica- para no caer en explicaciones absurdas y contradictorias como pueda ser la de Dios, etc. etc.
ResponderEliminarAhora bien, qué problema observo en la definición de tiempo que ofrece Bunge y que tú retomas. Podría hacérsele la siguiente objeción (teniendo en cuenta que no conozco la obra de Bunge. Lo que no quita que no tenga interés en conocerla, sino que simplemente estoy en otros proyectos ahora mismo). Da la impresión de que Bunge hace que el tiempo sea un efecto de los cambios o sucesos. Dicho de otra manera, son los cambios y los sucesos los que causan el tiempo. Y es aquí donde veo un problema. ¿Qué se entiende por cambio o suceso? ¿Cómo pueden los seres humanos reconocer un cambio o suceso sin un concepto mínimo, aunque borroso, de tiempo? Además, Bunge emplea el termino de creación (el tiempo va creándose con…). La creación es un concepto cristiano arraigado a la idea de un Dios omnipotente que crea de la nada. Con ello no quiero decir que Bunge esté defendiendo la existencia de Dios, pero sí que está reconociendo implícitamente que el tiempo aparece de la nada como una creación del cambio. Es decir, al no recurrir a la “medida” llevada a cabo por los sujetos corpóreos operatorios, no logra explicar cómo es que de los sucesos pueda surgir el tiempo.
ResponderEliminarEn fin, esto es lo que considero acerca del asunto.
Un saludo, Dani.
Dani:
ResponderEliminarDices: “Porque, situándonos en la M.O.G. no hay referentes desde los cuales poder decir antes que… o después de… Sólo podemos hacerlo tomando como referente nuestro universo ya dado”
Naturalmente no podemos situarnos en la MOG, un Ego transcendental no sobreviviría en la MOG, en ese territorio tan hostil, sin oxígeno ni luz ni kenosis, no podría ver nada ni encontrar referentes. Pero entonces ¿Cómo podríamos describir algo así?:
“Cursos materiales en alguna forma de devenir tuvieron que confluir y codeterminarse para dar lugar a la conformación del Universo y de los sujetos operatorios humanos y animales”
Por supuesto lo hacemos cómodamente sentados en nuestra butaca marca MOE.
Javier Pérez Jara dice en El Catoblepas 28 Disputas ontológicas sobre temas cosmológicos:
“Aquí habría que señalar que la «eternidad» de la materia ontológico general está referida a su «intemporalidad», en tanto está fuera del tiempo”
Y en El Catoblepas 40 en La doctrina de los tres géneros de materialidad y las anamórfosis absolutas contra el emergentismo:
“En artículos anteriores de esta polémica ya defendí por qué sin el sujeto operatorio no habría espacio, ni tampoco vacío (sino que nos encontraríamos en «pleno terreno» de la materia ontológico-general, que es a-espacial)”
Sin embargo no necesito repetir la frase entera, solo te menciono una palabra “confluir” que usualmente significa “Juntarse en un mismo punto o lugar varias líneas, cosas o personas”. ¿Cómo es posible que en una entidad fuera del tiempo y a-espacial pueda haber cosas separadas que se mueven se juntan y forman algo diferente a lo que había?
¿No decíamos que no había referentes? Entonces de donde sacamos los cursos materiales en devenir que confluyen y se codeterminan ¿no son estos referentes?
Sobre Bunge, preguntas que se entiende por cambio o suceso, dice en su Diccionario de filosofía:
“Cualquier alteración o variación en una o más propiedades de una cosa. El cambio es la peculiaridad de los objetos materiales.
Cambio cuantitativo = cambio en el valor de una o más propiedades. Ejemplos: el movimiento, el acrecentamiento, el aumento de Ia población.
Cambio cualitativo = emergencia o inmersión de una o más propiedades de una cosa. Ejemplos: la “creación” y “aniquilamiento” de pares de electrones; transmutación de núcleos atómicos; combinaciones y disociaciones químicas; nacimiento y muerte de organismos; cambios estructurales dentro de los sistemas sociales.
Cambio evolutivo = emergencia de una clase (especie) o de cosas completamente nuevas. Ejemplos: la formación de nuevas especies y la de nuevas instituciones.
Preguntas ¿Cómo pueden los seres humanos reconocer un cambio o suceso sin un concepto mínimo, aunque borroso, de tiempo?
Pienso que los primitivos no necesitaban una noción de tiempo para comprobar cambios concretos (la lluvia, la noche, etc.), es a partir de estos acontecimientos cuando se puede generar la idea de tiempo y no al revés.
Sobre el concepto de creación en Bunge, dice en su diccionario:
“La formación, ya sea espontánea o dirigida, de algo nuevo. Ejemplos: la combinación química, la fecundación del óvulo, la invención v la formación de una nueva empresa de negocios. Según la mayoría de las religiones, la creatividad es una prerrogativa divina. Según el empirismo, los humanos sólo pueden, juntar o combinar elementos preexistentes, nunca formar algo radicalmente nuevo. El materialismo emergentista sostiene que la creatividad está generalizada en la naturaleza y en la sociedad. Pero, dado que niega lo sobrenatural, su creativismo no es creacionista. La emergencia de nuevas ideas puede explicarse, al menos en principio, como la autoorganización de nuevos sistemas de neuronas.”
Efectivamente para Bunge “El tiempo es el ritmo de los sucesos” “La distancia espacial es la separación entre las cosas, el intervalo temporal es la separación entre diferentes estados. Este es el germen intuitivo de nuestra teoría relacional del tiempo.”
Puedes profundizar en la formalización de estos conceptos de Bunge en el tercer tomo de su Tratado de Filosofía llamado El moblaje del mundo, es uno de mis tres libros de filosofía favoritos, los otros dos son Ensayos materialistas de Bueno y Sistema de la naturaleza de Holbach.
ResponderEliminarRecapitulando para no extenderme más, tenemos dos concepciones diferentes sobre la naturaleza del tiempo, la del MF que dice que el tiempo y el espacio surgieron de una entidad a-temporal y a-espacial, la MOG, que es una especie de Dios sin conciencia con el poder de la anamorfosis, esto acerca peligrosamente la postura del MF a los postulados 1 y 2 que yo expuse en mi anterior comentario, los tres tienen en común que el espacio y el tiempo surgen de cosas a-espaciales y a-temporales (Dios y la nada). Además introduce una ruptura entre MOG y MOE que si tengo tiempo comentare aparte.
Luego está la posición de Bunge más cercana al postulado 3, dice en su diccionario: “Universo: El sistema de todos los existentes. Sin. Mundo, cosmos. El universo tiene algunas propiedades peculiares: es único y con existencia propia; no está situado entre otras dos cosas; no interactúa con nada más; es eterno (a pesar de la infundada ecuación del Big Bang, o inicio de la expansión, con el nacimiento del universo); ocupa todo el espacio y su parte conocida se está expandiendo.”
La eternidad de la MOG es aplicada directamente por Bunge al Universo, ahorrándonos un ente, el tiempo (medible o no) se deriva directamente del movimiento y no de los sujetos operatorios. Pues el cambio y el movimiento han existido antes de la aparición de estos.
Hola Fermín. Esto se va a extender demasiado. he de volver a partirlo.
ResponderEliminaren ese territorio tan hostil, sin oxígeno ni luz ni kenosis, no podría ver nada ni encontrar referentes”.
Primero, la materia ontológico general no es un ente, ni una especie de cosa que quepa hispotasiar como si fuese una sustancia o como si lo que hubiese allí estuviese todo determinado definitivamente. La MOG es una idea (extraída como regressus) que rechaza el intento de afirmar que lo único existente es la materia mundana conocida y, ésta se agota en las materialidades positivas mundanas.
2º.- El MF no está describiendo. Cuando el MF afirma que tuvieron que confluir… no está describiendo lo que sucede o sucedió de manera positiva en la MOG, no es eso lo que a mi juicio quiere decir. Es más bien lo siguiente: dado que nuestro universo (dado a escala antrópica) está conformado por realidades materiales plurales, discontinuas e irreductibles las unas a las otras, sería absurdo presuponer la existencia de una MOG que fuese unitaria y continua. Y a partir de ahí se logre reducir toda la pluralidad a una sólo cosa. Esto no es lo que afirma el MF. La MOG es una idea crítica al monismo ontológico; porque de darse un monismo, sería imposible explicar cómo se ha conformado nuestro universo como pluralidad de partes materiales. Por tanto, puesto que nuestro universo es plural, la MOG lo ha de ser forzosamente.
3.- Con respecto a tu pregunta: “¿Cómo es posible que en una entidad fuera del tiempo y a-espacial pueda haber cosas separadas que se mueven se juntan y forman algo diferente a lo que había?” Repito, no es una entidad. Tomar la MOG como entidad es una sustancialización. Segundo, el teorema de Pitágoras por ejemplo, es a-temporal y a-espacial, porque su verdad no corresponde a la época griega, ni a Grecia como espacio físico, sino que lo desborda, es en este sentido cuando emplean el término trascendental. Sin embargo, a pesar de ser intemporal, y a-espacial hace referencia a términos, relaciones y operaciones que se juntan y se separan de otros términos, a saber, lados del triángulo e hipotenusa. La verdad del teorema sólo sería comprensible por medio de las operaciones llevadas a cabo por los sujetos corpóreos operatorios (SCO). Esto no quiere decir que el teorema estuviese dado antes de ser construido, en absoluto, su verdad se construye a partir de determinadas operaciones con figuras geométricas. Por tanto, no es un emergentismo que mantenga que el teorema surgió de la mente brillante de los pitagóricos. Por el contrario, tal y como he indicado, existen “cosas” que están fuera del tiempo y del espacio en las que sus partes se juntan y se separan, para así poder conformar le teorema.
4.- Asimismo dices: “¿No decíamos que no había referentes? Entonces de donde sacamos los cursos materiales en devenir que confluyen y se codeterminan ¿no son estos referentes?” Y más adelante dices como recapitulación: MF dice “que el tiempo y el espacio surgieron de una entidad a-temporal y a-espacial, la MOG, que es una especie de Dios sin conciencia”.
ResponderEliminar.- Los cursos materiales, la confluencia y codeterminaciones, no son referentes en sí mismo, no son referentes como tal. ¿De que podría ser referente un curso material que confluye y en la que sus partes se codeterminan? La cuestión es la siguiente. La MOG es una pluralidad de partes extra parte, y dado que hay partes, éstas se codeterminan. Estas codeterminaciones y demás son aspectos formales necesariamente vinculados a la materia. No podemos separarlos de ella. Pero además dices: “¿de donde los sacamos...?” No los sacamos. No se habla de causa-efecto. Están dadas eternamente como aspectos formales de la MOG. Estos aspectos formales eternos, intemporales y a-espaciales, están dados a una escala, y lo que nosotros contemplamos está dado a otra escala, no hay relación causa-efecto entre una escala y la otra. Los cursos materiales no crean nada, al modo en el que pueda crear Dios para el cristiano, no. Simplemente confluyen a una escala distinta de la nuestra. Se me ocurre poder explicarlo de la siguiente manera: un río visto desde fuera podría ser análogo a la confluencia en la MOG. Si nos ponemos unas gafas de bucear y nos sumergimos en ese río, veríamos esa confluencia de otra manera a como la veíamos antes de meternos en el río. Pues bien, no podemos decir que el río sea la causa de mi forma de observar las cosas a escala antrópica -a través de las gafas de buceo-.
.- Esto me conduce a la atribución que haces acerca de la MOG, a saber, lo identificas con el postulado 1 (Dios creó el tiempo) o con el 2 (el mundo surgió de la nada espontáneamente hace un tiempo finito). Primero, no es posible que estemos ofreciendo dos interpretaciones contradictorias acerca del MF. Una de las dos es errónea. El MF se muestra como un ateísmo militante. Por tanto, es errónea esa atribución que haces en la que equiparas la MOG con una especie de “Dios sin conciencia” o con la nada. Y no puede serlo por varias razones. La primera, la idea de Dios es una idea tardía en nuestra cultura, como unos 3000 años (nos referimos a la idea tal y como está arraigada en nuestra tradición). Se trata de una idea que quedaría encuadrada en M3 y no en la MOG, y mucho menos identificada con ella. Además, suponer que la MOG es Dios, implica concebir dicha MOG como una unidad, simple, perfecta, etc., y a mi juicio, en absoluto es eso lo que defiende el M.F. Todas estas atribuciones que hemos nombrado, son las que se han ofrecido -desde el monoteísmo- a Dios, desde Agustín de Hipona en adelante pasando principalmente por Tomás de Aquino. Entonces, si la MOG fuese simple, unitaria ¿cómo se conformaría nuestro universo como una pluralidad de partes en symploké? Esto no sólo es imposible sino contradictorio y absurdo. Y relacionarlo con la nada, es igualmente absurdo, la nada es una pseudo-idea, -del mismo calibre que un círculo cuadrado- que no tiene sentido.
ResponderEliminarEn cuanto a Bunge. Tomas la siguiente definición acerca de creación ofrecida por Bunge: “La formación, ya sea espontánea o dirigida, de algo nuevo”. Definición que hemos de vincular a la idea de tiempo, porque como en el anterior comentario expusiste: “El tiempo va creándose con los sucesos”. En este sentido, el tiempo y los sucesos tienen algo que ver con esa formación espontánea o dirigida. Pero ¿qué significa eso de espontáneo? Esto desde luego sí que está más cerca del creacionismo cristiano que cualquier otra tesis que hemos abordado; es más, claramente la encuadraría con el 2º postulado que has propuesto. Apelar a la espontaneidad no es explicar nada. Es lo mismo que decir Dios crea ex nihilo (de la nada). El mundo surgió espontáneamente. El tiempo surgió espontáneamente de los sucesos. ¿Qué es eso de que la fecundación de un óvulo es espontánea? O también “¿qué significa eso de la emergencia de una clase (especie) o de cosas completamente nuevas? Ejemplos: la formación de nuevas especies y la de nuevas instituciones”. Toda especie o institución ha de darse en función de materiales anteriores, y cómo nueva reorganización se van formando otras diferentes, pero no por emergencia. Dar una respuesta basada en la emergencia, es, a mi juicio impresentable, porque carece de rigor científico por todas partes. ¿Para qué una disciplina científica como la biología, o geología si al final vamos a apelar a la espontaneidad? En la fecundación de un óvulo no hay espontaneidad en absoluto, es un proceso biológico completamente determinado. Es tan carente de rigor como decir que el teorema de Pitágoras fue creado de manera espontánea. Dar esa respuesta me parece fuera de lugar.
ResponderEliminarY al final recurre a algo así como: "autoorganización de nuevos sistemas de neuronas”. Evidentemente esto es un reduccionismo psicologista que es insostenible. Frente a esto, el MF indica que las ideas provienen de conceptos técnicos, científicos y tecnológicos. Cuando estos conceptos no puedan ser definidos por medio de otros conceptos, se recurren a ideas que desbordan el campo de cada ciencia. Tesis que se opone frontalmente a aquellas teorías que afirman que las ideas provienen de un cielo platónico o surgen de la nada. Según Bunge, las ideas surgen espontáneamente de una organización de neuronas. Lo cual deja de lado completamente todas las relaciones y operaciones manuales de sujetos corpóreos ya que quedan reducidas a las neuronas. Si las ideas quedan reducidas a neuronas, ¿cómo se concibe un teorema? Parece claro que los teoremas no son algo que tengan que ver con lo psicológico, por tanto, según la concepción de Bunge no podríamos decir que la construcción de teoremas sean creativa.
Por último, los conceptos que emplea Bunge para el tiempo, a saber, “ritmo”, “distancia”, “separación”, “intervalos”, son todos ellos medidas escalares. Medidas que, si un ser primitivo no las tiene presente por medio de operaciones, no podrá diferenciar nada, al igual que no podemos diferenciar las divisiones de una célula a menos que hayamos construido un microscopio y podamos aplicar medidas de división y demás. Dicho de otra manera, las características de los instrumentos que se usan en la investigación no pueden disociarse de los hechos que se observan con ellos y en muchas ocasiones involucran teorías. Esta tesis implica que no podemos tomar como independientes la teoría de la praxis y viceversa. Si esto es así, ¿cómo un primitivo, sin una noción mínima de medida puede diferenciar el tiempo, el día de la noche o la lluvia de lo que no? Precisamente porque el tiempo no se reduce a algo puramente fenómenico, como hace Bunge, también implican relaciones y operaciones. La cantidad es una categoría de medida, que nos permite diferenciar cuando hay agua y cuando no. La división es otra categoría de medida, que nos permite dividir el día de la noche. ¿Por qué es así? Porque tanto la cantidad como la divisiones implican relaciones y operaciones. La gacela que va a ser atacada por un guepardo, tiene su unidad de tiempo, dado a su escala. Y ese tiempo queda establecido por la distancia en la que la gacela se encuentra del guepardo, la velocidad de éste y demás, para así poder huir del posible ataque.
ResponderEliminarY finalmente, sin extenderme, no hay ruptura entre MOG y MOE, porque se define como relación dialéctica entre una y otra. Dice G. Bueno: “Hay una circulación dialéctica -la dialéctica clásica del regressus-progressus- o, si se prefiere, una "realimentación" de la Idea de materia ontológico-general por las materialidades ontológico-especiales” Pág 284. Ensayos materialistas.
Un saludo.
Dani:
ResponderEliminarEmpiezas diciendo que la MOG es una idea, estamos de acuerdo, pero es una idea que remite a algo, ese algo que te resistes a llamar ente, sustancia, entidad, quizás te guste más una de las definiciones que da el maestro Bueno en Ensayos Materialistas (EM) pág. 378 donde habla de “proceso haciéndose”, en cualquier caso lo importante es lo que dice en Teoría del Cierre Categorial (TCC) pág. 1422: “Además, y esto es fundamental, los tres géneros con los que se pretende cubrir la totalidad de los contenidos del mundo no pueden considerarse como los tres géneros en los cuales se distribuye la realidad, porque la materia ontológico general M también es real, siendo así que desborda cada uno de los géneros y su conjunto.”
Si la MOG fuese solo una idea se llamaría Idea Ontológico General y el MF se llamaría Idealismo Filosófico, EM se llamaría Ensayos Idealistas, yo no hubiese comprado ese libro y tú y yo no estaríamos ahora hablando de todo esto.
Dices ¿de qué podría ser referente un curso material? Estábamos hablando de “referentes desde los cuales poder decir antes que… o después de…”
Dices: “no se habla de causa-efecto”, pues yo creo que sí, la frase es muy concisa “dan lugar”, en EM pág. 179 dice: “La Materia corpórea aparece así como un episodio de la MOG”, habla Jara también de “los tres géneros de materialidad no son eternos, sino que son un desarrollo de la MOG”
Dices: “El MF se muestra como un ateísmo militante”, sin embargo defiende dejar los crucifijos en las escuelas.
Fermin:
EliminarCuando afirmas “ese algo que te resistes a llamar ente, sustancia, entidad…” No me resisto por causas gratuitas. Primero porque tanto a la sustancia como al ente concebido desde la tradición filosófica (Aristóteles o Tomás de Aquino) se le han asignado cualidades como el estar constituido, o ser algo dado. Y siempre cabría preguntar a aquellos que defiendan dicha entidad: ¿Qué entienden por ente? La cuestión reside en que la definición que se ofrece es metafísica. Y lo es porque se sustancializa, porque se considera como una cosa dada, acabada; pero además se presupone unitaria, lo cual imposibilitaría toda relación y operación. Y si lo defensores del ente admitiese la relación, ésta también la dan como algo dado previamente. Así es como lo recoge G. Bueno en su obra Ensayo Materialista (EM):
“el monismo metafísico se edifica siempre sobre el prototipo de la unidad ontológica real del mundo, y, en consecuencia, debe siempre -incluso en las versiones antiespiritualistas, materialistas (que lo serán en el plano ontológicoespecial)- considerarse impulsado por un espiritualismo implícito, en la medida en que la unidad del Mundo es solidaria de la conciencia, núcleo siempre de la noción de "espíritu". Pág 47
De aquí se sigue, que no es un ente, ni una sustancia, de hacerlo se incurriría en monismo metafísico.
Y en la definición que recoges de la TCC, no se en dónde ves tú que la MOG sea un ente, o una sustancia. Lo único que se afirma ahí es que es real. Pero que sea real no significa que sea un ente, o sustancia. Asimismo lo que se afirma ahí es lo siguiente: los 3 géneros de materialidad no agotan el campo de lo que existe -en cuanto a materia mundana- y además que la MOG o M también es real, y desborda los géneros de materialidad y su conjunto. Pero de ahí no puedo afirmar que sea un ente.
EliminarDices: “Si la MOG fuese solo una idea se llamaría Idea Ontológico General”. Primero, la idea, hace referencia a la materia ontológico general, y no a la ontología como tal. Porque siguiendo tu esquema, lo llamaríamos Idealismo ontológico y no idealismo filosófico, porque según tu esquema, lo ontológico se predicaría de la idea. Pero desde el MF, la idea no se refiere a lo ontológico como tal, sino a la materia (que es lo que la idea predica), es decir, idea de la materia ¿Qué tipo de materia? Pues no la de los 3 géneros, sino la ontológica general. ¿Por qué? Porque se ha de tener una idea global (que de algún modo incorpore) los 3 géneros de materialidad sin que los reduzca los unos a los otros. Ahora bien, la MOG, es una idea, que implica muchas cuestiones, entre otras, la multiplicidad, la co-determinación y demás. Pero esta multiplicidad y co-determinación son formas de la idea que tenemos acerca de la materia ontológico general y que sólo las podemos concebir partiendo de la materia corpórea.
EliminarEfectivamente, el MOG no es un mero idealismo aunque lo incorpora, lo tiene en cuenta. Y no es un mero idealismo porque en líneas generales, el idealismo afirma que lo único existente son las ideas; cosa que el MF no afirma. Pero negar que lo único que exista sean las ideas, no significa eliminarlo de raíz, al contrario, lo incorpora por ejemplo en M3, pero este M3, a diferencia del idealismo, no está desvinculado de M2 y M1, precisamente la desvinculación implica que se considere el idealismo como doctrina metafísica, entre otras cosas.
Cuando dices: “la frase es muy concisa “dan lugar”, en EM pág. 179” y luego referencias dos fragmentos, en los que no aparece la expresión “dan lugar”. Las expresiones que aparecen son: “episodios de…” (por parte de G. Bueno) o “desarrollos de…” (por parte de Pérez Jara). Pero ni episodio, ni desarrollo, pueden interpretarse aquí como “dan lugar a” ni como causalidad. Un episodio, a mi juicio, se entiende mejor como una “variante de”… en el sentido de: a diferentes escalas.
EliminarY me da la impresión (es una forma de hablar) de que el problema reside en que interpretas la MOG como un ente o sustancia. Y al hacerlo le aplicas determinados atributos como la de poder operar, sólo así, podríamos decir: en efecto, la MOG causa el mundus aspectabilis. Y no es así. Porque lo que a mi juicio parece que estás haciendo, es lo que ya G. Bueno advirtió en su momento. En la misma pág. 180 y más adelante: “Esta tesis podría confundirse con una tesis metafísica ("Erase una vez la Materia incorpórea..."). Pero sólo podemos partir de la propia materia corpórea, como primer analogado, y la materia incorpórea se nos presenta como posibilidad de entender la propia realidad del Mundo corpóreo, en tanto que internamente móvil”. Ojo: afirma que la materia incorpórea se nos presenta como posibilidad de entender la propia realidad del mundo. Materia incorpórea como puede ser la distancia entre los cuerpos. Y aquí, la idea de posibilidad, sólo tiene sentido retrospectivamente
Dices: “si la MOG fuese simple, unitaria”, después de todas las críticas que Bueno hace en este sentido en EM negando la unidad del Mundo, en España frente a Europa y en el Diccionario filosófico dice en su pág. 27 «El materialismo filosófico es un pluralismo de signo racionalista, que postula sin embargo la unicidad del mundo en cuanto desarrollo de una materia ontológico general que no se reduce al mundo empírico.» Como curiosidad este fragmento no puede leerse en la edición de Internet del Diccionario, quiero creer que no es autocensura, sino uno de esos errores como el de la edición en papel del Diccionario donde la pág. 50 venia en una fotocopia suelta porque habían olvidado imprimirla. Otra curiosidad, mientras en España frente a Europa habla de “El MF es un sistema que implica una interpretación global del mundo”, esa frase en el Diccionario (en papel) dice: “El MF comporta una visión global del mundo”.
ResponderEliminarEl concepto de emergencia que yo uso es el de Bunge, lo puedes consultar aquí: http://books.google.es/books?id=JJRzEm5a8PgC&pg=PA58&lpg=PA58&dq=%22una+propiedad+de+un+sistema+es+emergente%22&source=bl&ots=VAp4vbtCnn&sig=M3uvwuiOy7xeheZVAhscQmC8T0Q&hl=es&sa=X&ei=Z3cPU_-vEOeH0AWJ0oCABQ&ved=0CC8Q6AEwAA#v=onepage&q=%22una%20propiedad%20de%20un%20sistema%20es%20emergente%22&f=false
No sé qué referentes usas tú de ese concepto.
Me hace gracia que hables de rigor científico, ya he dicho en otro lugar: “Gustavo Bueno, por el contrario, llega a decir que “las ciencias positivas no pueden pisar de ningún modo el terreno de la Materia ontológico-general”. Si M2 es una refracción de M (Materia ontológico-general) y M está más allá de la capacidad de conocimiento de las ciencias categoriales, el problema mente-cerebro no tendría solución científica, solo filosófica, pues solo la filosofía puede “tratar” con M. Así el problema se podría resolver filosóficamente, pero no científicamente, pues la “estructura” de M2 es una refracción de M, las ciencias categoriales nunca podrían comprender esa estructura inaccesible a sus capacidades”.
Una de las posturas (que denominarías reduccionista) fomenta la investigación en neurociencia la otra la clausura de los laboratorios y la especulación sobre la MOG.
Preguntas: “Si las ideas quedan reducidas a neuronas, ¿cómo se concibe un teorema? Parece claro que los teoremas no son algo que tengan que ver con lo psicológico, por tanto, según la concepción de Bunge no podríamos decir que la construcción de teoremas sean creativa.”
ResponderEliminarPara explicar todo esto habría que profundizar en la idea de Constructo de Bunge, te copio un fragmento de mi artículo El problema más importante del materialismo http://ferminhuerta.blogspot.com.es/2013/04/el-problema-mas-importante-del.html
Donde cito fragmentos del libro de Bunge Un mundo de sistemas, te puede servir de aproximación al tema:
“Lejos de ser un problema exclusivamente científico, se trata de un problema que también es filosófico.”
“Toda discusión acerca de si existe o no una sustancia mental, o de si los estados mentales son o no son estados cerebrales, exige una dilucidación previa de los conceptos generales de sustancia y estado, trabajo que la mayoría de los filósofos no se preocupa por realizar.”
“Se trata del materialismo emergentista, la doctrina según la cual (a) todos los estados, sucesos y procesos mentales son estados de, o sucesos y procesos que acaecen en, el cerebro de los vertebrados; (b) esos estados, sucesos y procesos son emergentes relativamente a aquellos de los componentes celulares del cerebro y (c) las llamadas relaciones psicofísicas (o psicosomáticas) son interacciones entre diferentes subsistemas del cerebro o entre aquéllos y otros componentes del organismo. Esta clase de materialismo es monista con respecto a la sustancia y pluralista con respecto a las propiedades.”
“Los sistemas neuronales son entidades ontológicamente irreducibles”
“Todo sistema neural plástico se llama psicón.”
“Es posible interpretar los estados y sucesos mentales como estados y sucesos de sistemas neurales y, por ende, tratarlos de forma matemática.”
“Las funciones (lo procesos) mentales cesan con la muerte de los correspondientes sistemas neurales.”
“Las funciones (procesos) mentales no pueden transferirse directamente (es decir, sin la intervención de un canal físico) de un cerebro a otro.”
“Hay una única mente siempre que haya un único supersistema plástico. Pero si se corta este último en dos, surgen dos sistemas plásticos, cada uno con su propia mente o sistema de funciones mentales”
“Es posible controlar lo mental precisamente porque no es inmaterial”
“No hay, ni puede haber, pruebas de la acción de una mente inmaterial sobre el cuerpo, porque la ciencia no tiene acceso a lo fantasmal. Epicuro lo supo hace veintidós siglos.”
“Los sucesos mentales acontecen en el cerebro. Sin embargo, la mente, concebida como el conjunto de todos los sucesos mentales, no está en ningún lugar.”
“Los procesos mentales están localizados allí donde se localice el correspondiente psicón.”
“¿Y qué sucede con las ideas? ¿También están en el espaciotiempo? La respuesta a esta pregunta ambigua depende de cómo se interprete “idea”. Si entendemos que las ideas son procesos de ideación, entonces las ideas están en el cerebro que las piensa, sólo ahí y durante el tiempo en son pensadas. En cambio, el llamado producto de uno cualquiera de esos procesos, vale decir, la idea en sí, no está en ningún lugar del espaciotiempo, porque no existe de forma independiente: sólo simulamos que es así. Por ejemplo, si bien pensar el número 3 es un proceso cerebral y, por consiguiente, un proceso localizado en el espaciotiempo, el número 3 no está en ningún lugar, porque se trata de una ficción que existe por convención o decreto, y esta simulación no incluye la propiedad de espaciotemporalidad. Lo que vale para el número 3 vale también para todas las demás ideas: concepto, proposición o teoría. En todos los casos abstraemos las propiedades neurofisiológicas del proceso concreto de ideación y obtenemos un constructo que, por convención, sólo posee propiedades conceptuales o ideales.
ResponderEliminarPara resumir: mientras que lo mental tiene lugar en una cabeza, las ideas en sí, puesto que no tienen ser independiente, no están en ningún lugar.”
“Los fenómenos mentales, son experiencialmente inmediatos, pero no son ni ontológica ni científicamente primarios: se trata de algo que debe ser explicado.”
“Suponemos que los pensamientos de toda clase son actividades de un sistema neural plástico”
“Pensar una proposición es (idéntico a) la activación secuencial de los psicones cuyas actividades son los conceptos que aparecen en la proposición en un orden determinado.”
“No puede haber dos pensamientos idénticos”
“Hay que distinguir el proceso creativo de sus materializaciones públicas”
“¿Qué sucede con una pieza musical durante el intervalo entre sus interpretaciones o entre las sesiones de audición, o después de que todo el mundo la ha olvidado? No existe. Si el recuerdo de la pieza ha desaparecido de todos los cerebros y todas sus partituras y grabaciones han sido destruidas, esa música ya no existe y no tiene posibilidades de resurrección, salvo por la improbable posibilidad de que sea reinventada.”
“La cultura no vive en los artefactos culturales, tales como los libros, ni en un fantasmal mundo inmaterial y autónomo: vive en los cerebros de quienes se preocupan por ella, de quienes la cultivan.”
“Las ideas, por tanto, no existen en sí mismas, como no existen los placeres ni los dolores, los recuerdos ni las intuiciones en sí. En todos los casos se trata de procesos cerebrales. Sin embargo, nada nos impide simular que existen ideas, que están “ahí” a disposición de quien las quiera tomar, que es lo que hacemos cuando decimos que alguien “descubrió” tal o cual idea. Simulamos que existen infinitos enteros, aun cuando sólo podemos pensar en un número finito de ellos”
“Mientras que la percatación sólo requiere de un sistema sensorial, la conciencia también requiere inteligencia, es decir, la capacidad de pensar y, además, de pensar en sucesos cerebrales”
“Un suceso consciente es una actividad cerebral que consiste en la monitorización (registro, análisis, control o seguimiento) de otra actividad cerebral”
“El sistema de monitorización guiará el establecimiento del psicón.”
“La conciencia no es una entidad sino un conjunto de estados de un SNC muy evolucionado.”
“La voluntad no es una entidad, sino una actividad neural”
“Todos los animales que poseen facultades mentales tienen derecho a ser llamados “personas””
“Los pacientes con el cerebro dividido tienen dos mentes, también tienen doble personalidad”
“Si un individuo adquiriese un cerebro nuevo mediante un trasplante, desaparecería tanto la personalidad del donante como la del receptor y surgiría una nueva personalidad.”
“El yo no es una entidad, sino un estado de una entidad, a saber, de un cerebro avanzado.”
Lo de la pieza musical lo puedes aplicar al teorema de Pitágoras.
ResponderEliminarDesde el MF también se ha matizado esto, dice Pérez Jara:
“Los elementos del tercer género de materialidad, al estar ligados sinectivamente a los contenidos del segundo género y del primero, no existen desde siempre, dado que las morfologías del primer género de materialidad, como totalidades jorismáticas, tuvieron un principio y tendrán un final, y por tanto también los contenidos terciogenéricos, ligados sinectivamente a estas morfologías de M2 y M1. Ello implica a que, por ejemplo, el teorema de Pitágoras, pese a ser «acrónico», no exista desde siempre; de igual modo que le ocurre a las Ideas (la Idea de Cultura no tiene más de 200 años, por ejemplo). (…) Si los elementos del tercer género puedo desaparecer, pese a ser ellos mismos acrónicos, es porque están ligados sinectivamente a elementos que sí están sometidos al cambio.”
Tal y como tú lo presentas cuando dices: “Por el contrario, tal y como he indicado, existen “cosas” que están fuera del tiempo y del espacio en las que sus partes se juntan y se separan, para así poder conformar el teorema.” Parece como si el teorema tuviera vida propia. Es el sujeto operatorio el que las junta y las separa y eso nos lleva de nuevo a la concepción de Bunge.
Fermín con respecto a lo último (e iré respondiendo poco a poco porque es muy denso):
EliminarComo puedes observar lo he puesto entrecomillado. Además si lees los párrafos anteriores, reconozco la necesidad del sujeto operatorio. Lo que quiero decir es que el teorema de pitágoras (que es lo que traté como cosa entrecomillas) está fuera del tiempo y del espacio y que lo empleé para responder a tu pregunta: "¿Cómo es posible que en una entidad fuera del tiempo y a-espacial pueda haber cosas separadas que se mueven se juntan y forman algo diferente a lo que había?". En efecto, el teorema de Pitágoras, no es una entidad (como tampoco lo es la MOG) pero sí que está fuera del tiempo y del espacio y ha sido construido juntando y separando elementos de figuras geométricas. es eso lo que quise decir. Dicho de otra manera, la fórmula del teorema de Pitágoras, no es independiente de los triángulos fenoménicos, corpóreos si quieres; sino que se parte de ellos para poder construir algo que no es espacial ni temporal -como es el caso del teorema de Pitágoras-.
Un saludo, y seguimos reflexionando a través del diálogo, al más puro estilo platónico, si se me permite la expresión.
Dani:
ResponderEliminarEsto no es una respuesta a tus últimos 5 comentarios, se me había quedado en el tintero ayer y hoy me he puesto a escribir y he visto tus nuevos comentarios, eres más rápido que yo contestando, sin duda eres más joven que yo y el cerebro te funciona mejor y más rápido, a mí me gusta imprimir tus comentarios, buscar bibliografía y sobre todo reflexionar sobre estos densos temas, en la medida en que las obligaciones diarias me lo permiten, lo que a veces puede retrasar mi respuesta, ni que decir tiene que estoy disfrutando enormemente con este “dialogo platónico”.
Un fuerte abrazo.
Dani:
ResponderEliminarQuiero hacer un comentario también sobre el tema del monismo al que te refieres. He dicho alguna vez que todos los materialistas somos monistas, entendiendo el término de la siguiente manera: si las únicas “cosas” que pueden existir en el mundo en el plano más general son materia y espíritu, todos los que negamos una de estas dos “cosas” seriamos monistas y los que acepten las dos “cosas” serian dualistas o pluralistas, en este sentido el MF y el ME (materialismo emergentista) son monistas, ahora bien, esto no prejuzga lo que la materia debe ser en cada sistema filosófico, para el MF la MOG es una pluralidad infinita de contenidos indeterminados que se codeterminan.
(Definitivamente he perdido la portada, contraportada y lomo de mi ejemplar en papel de Ensayos materialistas, se han despegado sin remedio, no han resistido mis manoseos y relecturas, cuantos buenos ratos me ha proporcionado este pequeño trozo de materia desde que lo compre hace 24 años).
Dices: “puesto que nuestro universo es plural, la MOG lo ha de ser forzosamente”. Sin embargo esta conclusión solo es posible si previamente se niega el reduccionismo (como hace Bueno), por mi parte considero que como dice Bunge: “Un Universo formado por átomos de una única clase podría ser infinitamente complejo”. Bunge profundiza en esto en su libro El moblaje del mundo. Como mínimo es un ejercicio interesante de realizar desde cualquier materialismo, aunque sea para negarlo.
Dani:
ResponderEliminarCreo que una parte del problema de la posibilidad de denominar como ente o sustancia a la MOG es puramente lingüístico, que la MOG es algo para el MF queda demostrado con el mero hecho de que tiene un nombre que se refiere a algo que no es solo palabras o solo ideas, se apela a la tradición filosófica para negarse a llamar ente o sustancia a la MOG. Parece ser que al llamar a la MOG sustancia se la da por acabada y unitaria. Sobre lo de unitaria ya te he expuesto la contradicción de Bueno sobre el tema. Sobre que una sustancia es algo dado y acabado, sinceramente a la luz del conocimiento científico actual esto no se puede mantener para ninguna cosa, bastaría para ello los conocimientos que nos aporta la mecánica cuántica del mundo atómico y subatómico del cual están constituidas las cosas, para comprobar que no hay nada “acabado”. Ilustremos la cuestión con un ejemplo, un libro, parece claro que un libro es una sustancia, un ente, algo acabado, sin embargo los libros son también procesos, pueden tener “enfermedades” (hongos), se pueden desgastar (como mi ejemplar de EM), se pueden destruir (recientemente ardió un almacén con 40.000 libros), los libros interaccionan con el ambiente y con las personas, pienso ahora en todos los libros que leyó el Che Guevara que configuraron sus pensamientos y ayudaron a “cambiar” el mundo, porque las ideas de igualdad, libertad y justicia que motivaron a actuar al Che no provenían de una refracción de la MOG sino de lecturas de libros concretos que tocaron sus manos (y de otras cosas claro, como sus viajes o las conversaciones que tuvo).
¿Dónde está lo acabado?
Si no podemos nombrar la MOG por ser un proceso, no podemos nombrar nada, pues todo es un proceso. Lo curioso del caso es que el MF recoge esto al decir que el mundo no es Eterno y que las determinaciones de la MOG (como MOE) aparecen y desaparecen. En este contexto ¿Cómo puede haber algo dado y acabado?
Lo metafísico no es pretender sustancializar un proceso, lo metafísico es creer que hay cosas que no son procesos.
Dani:
ResponderEliminarLa definición de TCC de que es real venía a cuento de que es una idea que se refiere a algo que no es una idea, ya que tú decías en el mismo párrafo “no es un ente” y “es una idea”.
Sobre el “dan lugar”, como sabes la frase aparece en “Cursos materiales en alguna forma de devenir tuvieron que confluir y codeterminarse para dar lugar a la conformación del Universo y de los sujetos operatorios humanos y animales”, que ya hemos repetido varias veces, las otras frases por mi elegidas, desde mi punto de vista, son similares y vienen a significar lo mismo. Necesariamente tiene que haber causalidad, algo (MOG, un proceso) produce algo (MOE, otro proceso diferente). Y esto necesariamente debe ser así, porque si no, implicaría una de estas dos cosas, que la MOG ha sido siempre MOE, eternizando esta, cosa que niega el MF, o que la MOG nunca ha sido MOE, cosa que niega la experiencia. Si el problema es de nuevo de palabras y no quieres usar causalidad y si “variante de…” o “en el sentido de: a diferentes escalas”, el problema no se soluciona, pues ¿cómo entender “variante” o “escala” sin espacio ni tiempo?
No veo contradicción entre partir de la propia materia corpórea y que la MOG cause MOE, pues claro que debemos partir de la materia corpórea o del Ego transcendental, esto no se discute, pero entonces ¿Qué pasa cuando no había Egos ni materia corpórea?¿Cómo funcionaba?
ResponderEliminarPodéis seguir la polémica en el blog de Dani Curiosidades secretas:
http://curiosidadessecretas.blogspot.com.es/2014/02/tiempo-desde-el-materialismo-filosofico.html?showComment=1394038583790#c4809048269695416941
Fermín:
ResponderEliminarPodemos seguir aquí si prefieres (no quiero que pienses que lo hice para desviarlo a mi blog).
Si lo puse es porque me parece muy interesante y quiero tenerlo.
No he respondido antes porque he estado liado y porque he de revisar las objeciones que me haces y responder. He visto que te me has adelantado esta vez; lo cual me parece fenomenal porque así exiges que esté al día y tenga que hacerlo con mayor presura. Pero tampoco quiero, por presura, no arguementar correctamente.
En fin, seguiré releyendo cuidadosamente tus objeciones, al tiempo que releeré las tesis del MF.
Un fuerte abrazo..
Dani:
EliminarSeguimos la charla en el blog que quieras, yo te contestare donde publiques tu comentario, tomate tu tiempo, no daré más replicas hasta que vuelvas a comentar, ahora estoy liado con un par de artículos relacionados con la mecánica cuántica que quiero publicar en mi blog en los próximos meses, me dedicare a ellos hasta que me escribas.
Un abrazo.
Fermín esto es un pequeño adelanto aunque he de seguir profundizando porque lo que objetas requiere tiempo y es muy difícil de tratar, sin embargo, ahí dejo algo hasta que pueda seguir avanzando.
ResponderEliminarA tu indicación:
“pero luego dices “y ese algo se funda en los 3 géneros de materialidad”, tomare el “funda” como una forma de hablar, dado que efectivamente el conocimiento de MOG se funda en la MOE, pero ontológicamente es al revés, la MOG funda la MOE”. Con respecto a esto estoy totalmente de acuerdo contigo.
Pero después añades:
“vuelves a usar 5 veces la palabra “idea” para referirte a la MOG, hasta el extremo de llegar a decir “de la idea surgiría la materia corpórea”.
Con esto, me das a entender que soy yo el que hago la derivación siguiente: de la idea surge la materia. Y no es eso lo que quiero decir. Lo que estoy diciendo es que quien hace eso, son los propios idealistas metafísicos. Por tanto, ¿qué es lo que digo? Lo que estoy diciendo es que en el ámbito epistemológico (del conocimiento) lo que conocemos es una idea de la MOG. ¿Cómo se construye dicha idea? A través de la MOE, esto es, como trituración de ésta, al reconocer que la MOE no es toda la materia. Ahora bien, ¿qué es la MOG en sentido gnoseológico? Un límite, es decir, no podemos no podemos dar una respuesta positiva, científica; ¿Qué es lo que conocemos de la MOG en sentido ontológico? los modos o escalas en los que se ha dado la MOG, esto es, los 3 géneros de materialidad. Pero cuidado, con esto no estoy diciendo que la MOG sea la MOE, ya que hemos mantenido anteriormente que la MOE no es toda la materia. Por tanto, sólo podemos afirmar que es una pluralidad de partes materiales, (y subrayo lo de materiales) porque de no admitir la pluralidad no podríamos conocer nada de nuestro mundo (remito al principio de symploké). Pero de aquí no podemos, a mi juicio, suponer que la MOG sea un ente o una sustancia, porque de hacerlo, estaríamos presuponiendo que es posible conocerla positivamente o que estamos ante un monismo de la sustancia. De manera que, la MOG, o M o Materia Trascendental o materia indeterminada no cabe concebirla como sustancia absoluta salvo que estemos interpretándola como principio unitario -desde una interpretación dogmática-. Pero tampoco podemos concebirla como algo físico, meramente corpóreo, puesto que de hacerlo, estaríamos reduciendo la MOG a M1, cosa que tampoco es lo que afirma el MF (G. Bueno en su obra: Materia). La MOG “desborda cualquier determinación formal positiva” (en papel creo que es la pág. 45), “expresión universal de la estructura común analógica de los más diversos tipos de regressus particulares que, partiendo de marcos categorialmente conformados (biológicos, físicos, sociales, psicológicos), alcanzan una materialidad abstracta y homogénea en el ámbito de su propio contexto” (En papel creo que es la página 46 de la obra: Materia).
Finalmente pude conocer presencialmente a Javier, así lo expliqué en Facebook:
ResponderEliminarEl pasado 15 de febrero de 2018 se celebró en la Sala Gran de la Facultad de Filosofía de la Universitat de Barcelona el debate Ciencia, Filosofía e Ideología Enfoques Materialistas. Organizado por Lino Camprubí y en el que participaron:
Gustavo Esteban Romero Esteban Romero, Laura Nuño de la Rosa y Javier Pérez Jara.
Vaya por delante que mi principal interés al asistir era conocer en persona a Gustavo y Javier simplemente porque les he leído con cierta asiduidad. A Laura no la conocía ni la había leído nunca y a Lino si lo conocía de Internet y había leído algo, tuve la oportunidad de saludarle y fue superamable conmigo lo que le agradezco mucho y espero me sirva para leerle más. Por supuesto salude a Gustavo quien me pareció un dandy del saber, un aristócrata del conocimiento, hizo la exposición más clara y asequible de las tres ponencias. Su ponencia podría haber sido suscrita en un 90% por Mario Bunge, sin embargo no podemos hablar ya de un simple discípulo de Bunge, Gustavo ha evolucionado del bungismo original y ya es otra filosofía, sobre todo al aceptar el eternalismo. No puedo decir lo mismo de Javier, su exposición está inscrita en la más pura ortodoxia del Materialismo Filosófico de Gustavo Bueno, incluso me atrevo a decir que si no fuera por el acento andaluz podía haber cerrado los ojos y haberme sacado la espinita que llevo por no haber podido ver nunca presencialmente a Gustavo Bueno. Era Gustavo Bueno reencarnado el que hablaba por la boca de Javier incluso con algunos de los dejes característicos de Bueno. Considero a Javier el mejor discípulo del maestro Bueno y ahora que él ya se ha diluido de nuevo en la Materia Ontológico-General, Javier tiene una gran responsabilidad en hacer avanzar el Materialismo Filosófico. Ahora que lo he escuchado presencialmente puedo decir que tiene esa chispa filosófica que tenía su maestro, ese interés rotundo por la filosofía con mayúsculas, pasión pura.
Como decía al principio mi principal interés no era escuchar lo que decían Javier y Gustavo sino como lo decían, que cara ponían (si podéis ver el video del evento no os perdáis las caras contenidas de Gustavo ante alguno comentarios de los otros ponentes), sus acentos andaluz y argentino, porque el contenido del mensaje ya estaba implícito en su obra y allí puede encontrarse a un nivel asequible.
Sobre el desarrollo del debate, al ser una temática tan amplia, daba para hablar de casi cualquier cosa, supongo que con el sano criterio de atraer un mayor publico presencial o en sus visualizaciones por Internet. Para mí la parte más interesante fue cuando se habló de Parménides y Javier “ataco” el eternalismo de Gustavo quien contesto con su habitual tranquilidad y contundencia.
Quizás no fue el debate que algunos esperábamos, de confrontación entre el Materialismo Filosófico y el Materialismo Sistémico aunque hubo pinceladas de ello. Había desigualdad en la mesa 3 representantes del MF y uno del MS. Para un debate más igualado se tendría que haber escogido solo a Gustavo y a Javier y haberlo centrado en algunos temas particulares, pero eso hubiera restado público seguramente. De todas formas observo recientemente por Internet un fructífero intercambio de ideas entre ambos materialismos promovido por gente como Emerson Salinas Caparachin Salinas Caparachin o Gerardo Primero Primero, una idea de la que yo soy partidario hace años.
En conclusión, un evento bien organizado y publicitado, por lo que cabe felicitar a Lino y a los ponentes por participar y habernos dado lo que comenta Bergson “la ciencia nos promete el bienestar, a lo sumo el placer. Pero la filosofía podría darnos ya la alegría”.
La grabación del evento se puso en Youtube donde Javier comento lo siguiente:
ResponderEliminarBuenas a todos. Quisiera agradecer de nuevo a Lino, Gustavo y Laura la oportunidad que tuvimos de entablar un pequeño y amistoso debate que, si bien no pudo zanjar gran cosa (para una exposición más elaborada, cada uno deberíamos de haber usado la duración de un discurso de Fidel Castro para exponer nuestras ideas, sus fundamentos y las críticas a las opciones alternativas, pero entonces temo que nuestra audiencia se habría resentido), sí movilizó algunos problemas e ideas filosóficas de primera magnitud. Zanjar problemas filosóficos milenarios por este medio parece aún más osado (aunque siempre podría ser peor y encontrarnos “debatiendo” por Twiter, como es común en muchos pseudodebates de la actualidad entre personalidades famosas). Sin embargo, me gustaría apuntar algunas consideraciones sobre algunos de los problemas que se han discutido tanto en el debate como posteriormente.
A mi juicio, carece de sentido filosófico decir que la “ciencia” no nos informa de los géneros de materialidad tal como los entiende el MF, dando a entender con ello que son algo así como una ficción ontológica, dado que un análisis gnoseológico mínimo de la actividad científica nos muestra que estos géneros se encuentran en el núcleo de toda actividad científica, la cual se mueve a través de unos sujetos corpóreos dotados de vida psicológica que operan con unos términos físicos (por ejemplo los aparatos macroscópicos del físico en su laboratorio). Dichas operaciones arrojan, bajo determinadas circunstancias, verdades científicas (M3) que, aunque por supuesto inseparables de los términos físicos (M1) y la operaciones del científico (M2), tienen una serie de propiedades ontológicas que las hacen irreductibles a los otros géneros de materialidad.
Sigue:
ResponderEliminarDicho con otras palabras: las ciencias implican los tres géneros de materialidad, y no uno, dos o cuatro. Ahora bien, ¿qué tiene que decir un físico, en cuanto físico, de la estructura ontológica de las leyes de la lógica, del estatuto ontológico de los teoremas matemáticos, o sobre qué es la verdad en general? Desde el materialismo que defiendo, la pluralidad e irreductibilidad de unas ciencias respecto de otras se apoya en la estructura plural y discontinua de la materia, que el MF ejemplifica con la idea platónica de Symploké, tal como es presentada en El Sofista.
Por otra parte, querer reducir las estructuras y leyes lógicas y matemáticas a meros procesos psíquicos es un reduccionismo psicologista típico del siglo XIX que ha recibido unas críticas tan contundentes como justas. Si los bungianos no defienden este psicologismo (por ejemplo porque el emergentismo se opone al reduccionismo), ¿cuál es para ellos el estatuto ontológico de las estructuras abstractas, conceptos, ideas etc.? Apelar por ejemplo aquí a la neurociencia sería salir del paso con un puro círculo vicioso, porque las neurociencias implican esas estructuras, de modo similar a como un físico no puede dar ni un paso sin matemáticas, aunque en cuanto físico desconozca por completo el estatuto ontológica de éstas.
Nuestros conocimientos más fundamentales sobre las estructuras terciogenéricas M3 implican, de modo necesario, a la materia física M1 y a la actividad psíquica M2 de los sujetos corpóreos dotados de sistema nervioso, así como recíprocamente: cada género de materialidad implica a los restantes. Aunque con discontinuidades ontológicas presentes entre ellos, son inseparables.
El reconocimiento ontológico de estos géneros de materialidad no implica en absoluto su hipóstasis, al modo de los Tres Mundos de Popper o lo Tres Reinos de Simmel, dado que el núcleo de la ontología especial del MF implica que M1, M2 y M3, aunque dimensiones de materialidad irreductibles unas a otras (tesis que se sostiene de modo apagógico, no por ninguna obsesión, como sostiene Fermín sin dar más argumentos de semejante encapsulamiento psicologista), son, necesario es volver a repetirlo, estructuralmente inseparables; forman una unidad empírico-trascendental: la unidad del Mundo (o Universo). Dicho de otro modo: la vida psíquica, o las verdades matemáticas, tienen propiedades ontológicas distintas de la materia física, pero no pueden existir sin ésta (y de ahí mi definición de materialismo en general como negación de la posibilidad y existencia de vivientes incorpóreos).
Sigue:
ResponderEliminarLa materia física, tanto la que se nos muestra fenomenológicamente (“el mundo organoléptico”), como a través de los aparatos macroscópicos del físico, sus cálculos matemáticos, etc., está “filtrada” o dada a escala de los sujetos operatorios humanos y su particular modo de conocer e interactuar operatoriamente con el mundo.
Decir que esto es idealismo, como algunos seguidores de Bunge han sostenido a veces, es un hombre de paja. El universo que estudiamos a través de las ciencias, la filosofía y otras instituciones es totalmente real, no es “mental”, pero tampoco es una realidad absoluta cuyas morfologías características quepa hipostasiar al margen de los sujetos operatorios. Ni formas, ni colores, ni vacios fenoménicos, perspectivas o valores existirían sin los sujetos operatorios, pero igualmente es una quimera metafísica pretender hipostasiar, por ejemplo, a los quarks y leptones como las unidades absolutas de las que se compone lo real; eso sería volver a la metafísica presocrática y los callejones sin salida tanto del reduccionismo como del emergentismo.
Desde el MF, el Universo no es el universo absoluto de la metafísica del realismo ingenuo: es el universo antrópico (o zootrópico en general), donde la materia cósmica se encuentra dada a escala o filtrada por los sujetos operatorios, y éstos dados a escala de dicha materia cósmica (sujetos orgánicos dotados de una peculiar anatomía y sistema nervioso centralizado estimulados en un ecoentorno físico etc.).
El MF, al negar que este universo sea el universo absoluto, niega por tanto que éste “agote la realidad”, por eso postula de modo dialéctico y no dogmático la realidad actualista de una Materia ontológico general (M) que desborda a cada género de materialidad y su conjunto (los analizados por la ontología especial: M1, M2 y M3).
El conocimiento de esta materia es fundamentalmente negativo, que no cabe confundir con la negación del conocimiento: M es una pluralidad infinita de contenidos desconocidos que se codeterminan de modo discontinuo, que no es inmutable, y la cual no puede ser sometida a procesos de creación o aniquilación, dado el carácter de pseudoidea de la Nada absoluta, como también apunté en el debate.
Sigue:
ResponderEliminarNo, las ciencias no informan de la existencia de esta Materia Trascendental, porque es una cuestión ontológica que, apoyándose desde luego en los resultados de las ciencias positivas (la “filosofía como saber de segundo grado”, en el MF, o la “filosofía científica” informada por las ciencias, en el MS de Bunge y Gustavo), las desborda.
La realidad de la Materia ontológico general tambien arroja luz sobre un problema ontológico y gnoseológico fundamental, a saber, el de los “niveles de complejidad”. El intento, por parte del materialismo emergentista, de hacer surgir niveles de complejidad ontológica (como el mundo fenomenológico) de niveles ontológicos con una supuesta complejidad mucho menor (como por ejemplo los elementos postulados en el “Universo primigenio”), supone confundir la complejidad ontológica con la gnoseológica, hipostasiando los elementos físicos más “simples” de los que se tratará de hacer surgir, por sucesivos niveles de emergencia, nada más y nada menos que la vida psíquica, las matemáticas, la filosofía...
Este monismo metafísico jerarquizado cae en la ingenua ilusión de los que creen en los trucos de un prestidigitador sacando un conejo (“emergentemente”) de una chistera (¿la singularidad primordial del Big bang? ¿El vacío cuántico? ¿Los quarks y los leptones?). Pero cuando postulamos de modo dialéctico la existencia de procesos materiales desconocidos que desbordan nuestro mundo zootrópico, los fantasmas metafísicos del reduccionismo y el emergentismo comienzan a desvanecerse. Por eso, en ontología general el MF es más fuerte en lo que niega que en lo que afirma.
Soy totalmente consciente de que es una utopía tratar de zanjar estos problemas (que se encuentran entre los más profundos y difíciles de la filosofía) en un mensaje de un hilo de Youtube, pero me pareció que estas consideraciones podrían ser pertinentes en este pequeño debate. Por mi parte, planeo escribir próximamente un artículo con algunas breves consideraciones sobre el materialismo sistémico de Bunge, aunque también introduciendo algunos comentarios críticos sobre el “eternalismo” de la teoría del universo bloque sostenida por Gustavo. Por limitado que sea un artículo sobre un tema tan vasto y complejo, siempre resultará más esclarecedor que lo que pueda apuntar ahora por Youtube. En fin, un saludo a todos, ¡y perdón por un mensaje tan largo!
En un Facebook comente que lo de los géneros de materialidad era fruto de una obsesión antirreduccionista de Gustavo Bueno, lo cual motivó la cita de Javier. Yo le conteste y Javier tuvo la amabilidad de darme la replica:
ResponderEliminarMuchas gracias Fermín por tus comentarios. Me gustaría apuntar que el MF demuestra la existencia de la Materia ontológico general (entendida no como una entidad, sino como una infinita pluralidad discontinua de contenidos) de un modo apagógico, por tanto no postulatorio o dogmático. Dicho brevemente: el análisis riguroso y sistemático del Mundo refleja que las diversas entidades que lo componen pueden clasificarse en tres grandes géneros o dimensiones de materialidad: M1, M2 y M3. A su vez, el análisis de estos géneros demuestra que no pueden ser hipostasiados y que por tanto, aunque discontinuos en algunos aspectos, son inseparables entre sí, formando una unidad, precisamente la unidad del Mundo.
Esta inseparabilidad afecta de modo decisivo a los sujetos operatorios, por ello el MF afirma que el Mundo no es una realidad absoluta, sino “filtrada” o dada a escala de los sujetos operatorios humanos y animales: es el Mundo antrópico o zootrópico.
En muchos sitios, incluido brevemente en este debate de Youtube, he argumentado por qué no se puede hipostasiar a M1. Esto significa que si los sujetos operatorios fuesen borrados del mapa, el Mundo des-aparecería en cuanto a sus morfologías, que como digo se encuentran recortadas o dadas a escala animal. Si no se apelase a la existencia de cursos materiales desconocidos que desbordan tanto al Mundo antrópico como a cada contenido de éste tal como se nos muestra, caeríamos en un nihilismo metafísico totalmente contradictorio. El Mundo que des-aparece no da paso a la Nada, sino a la Materia ontológico general.
En resumidas cuentas, el Universo zootrópico no es una realidad autocontenida absoluta; es el resultado de procesos de la Materia ontológico general filtrados por los sujetos operatorios.
Por ello, la génesis absoluta de la materia física, la materia psíquica y la materia eidético-esencial no podrá ser nunca explicada de modo absoluto. Ni por el MF ni por ningún otro sistema de pensamiento: las explicaciones del emergentismo o del reduccionismo son en realidad pseudoexplicaciones que propiamente no explican nada. ¿La materia física brotando ex nihilo de la singularidad primordial del Big bang? ¿El psiquismo brotando ex nihilo de la actividad electroquímica de un organismo dotado de sistema nervioso? ¿Las leyes de la lógica o las estructuras matemáticas brotando ex nihilo de la actividad de los sujetos operatorios en el Mundo?
Termina:
ResponderEliminarEvidentemente, cada vez podemos saber más sobre las correlaciones entre contenidos psíquicos y la fisiología y anatomía del sistema nervioso de un organismo, los estímulos que recibe del entorno, su génesis evolutiva, etc. Pero eso no es explicar la génesis absoluta del psiquismo en general, sencillamente porque éste tiene propiedades ontológicas distintas a las de la materia física. Y si considerásemos que la materia física agotase la realidad, no veo modo de explicar la aparición del psiquismo sin caer en lo que llamé la ilusión del prestidigitador.
En cuanto al “presentismo”, creo que sería más correcto hablar de “actualismo”, tanto contra las metafísicas posibilistas como contra el eternalismo.
Por si es de interés, recientemente he escrito sobre estos problemas filosóficos en: http://www.academia.edu/31008865/Principios_y_problemas_abiertos_del_materialismo_discontinuista
Pareces saber bastante de los dos sistemas filosóficos. Te quería preguntar si es tan superior el sistema de Gustavo Bueno al de Mario Bunge. Lo digo porque Bueno en este video dice que Bunge, estaba preso del proposicionalismo y que no se enteraba de nada, un corto de inteligencia, individuo corto( haciendo referencia al congreso donde se cruzaron y discutieron). https://youtu.be/fkTNTvsa08s?t=3378
ResponderEliminarCreo que si con proposicionalismo se refiere a que solo importan las proposiciones, Bueno se equivoca en su critica a Bunge, ya que esa no es su visión de la ciencia. Creo que por lo que he leído de Gustavo Bueno(poco) no conocía por completo el sistema de Mario Bunge, me refiero a su Tratado Filosófico, como mucho leyó obras menores,como explicar sino ese desprecio que muestra sobe Bunge.
Este mismo desconocimiento puede ser aplicado a otros discípulos que hablan de Bunge , como Perez Jara, el cual parece atribuir y criticar a Bunge una idea de emergencia que el no utiliza, entre otros errores.Creo que la diferencia esta en los instrumentos y el lugar que ocupan en las ciencias, Bueno parece darle mayor peso a estos y Bunge no tanto.
¿Que diferencia importantes crees que estos dos sistemas tiene con sus ideas constituyentes?. Gracias por tu tiempo.
Gran artículo, Fermín. Me parece que hay mucha razón en lo que dices.
ResponderEliminarYo quisiera añadir rectificaciones a los argumentos que he visto en Pérez Jara, Carlos Madrid y talvez Bueno aunque no pondría las manos al fuego.
Se dice que antes y después de los sujetos zootrópicos no tiene sentido hablar de tiempo o de mundo (pero mundus spectabilis), pero sería muy aventurado. Si las determinaciones mundanas son reales y no habido ningún cambio más allá de la desaparición de los sujetos, pues sería equivalente a apagar la luz en mi habitación. Evidentemente lo que hay ahí no ha desaparecido. Claro que este supuesto es muy condicionable y ya si hablamos de que los sujetos nunca existieron, sí sería arbitrario compararlo con una habitación con la luz apagada.
Por otro lado, hay que darse cuenta de que el mundo tiene cierto principio antrópico o zootrópico que nos da la posibilidad de hacer un regressus que permite hablar de tiempo, aunque no en rigor, antes de los humanos (después podría proceder mi metáfora con la luz) siempre que lo entendamos como una reconstrucción desde el presente, para luego el correspondiente progressus. Y no por eso es subjetiva o arbitraria; sin él sí que sería arbitrario hablar de estas cosas.
También quiero decir que si hay que postular que la Materia Ontológica es eterna, no en el sentido teológico que implica inmutabilidad, sino en el negativo, es decir que es inadecuada para predicarle temporalidad (y espacialidad), para evitar antinomias, aporías y demás problemas, pues creo que esos son buenos motivos para hacerlo. Esto no es magia ni misticismo, es crítica racional. Además no sería la primera, todos los de M3 (como los números) son relativamente atemporales, incluso Bunge admite eso, sin dejar de estar codeterminados.
Asimismo, no veo problemas en postular un tiempo infinito (al menos un infinito potencial), es una posibilidad contra la que es difícil argumentar certeramente y el sistema debería estar abierto a ella.
Tampoco creo que la palabra de nadie, mucho menos la de Bueno (aunque sea infinitamente más docta y excelsa que la mía), sea palabra de Dios, por eso pienso que los embates del Filomat contra la cosmología contemporánea son algo injustos. Carlos Madrid tacha a toda de teoretecismo y otros simplemente de sofisma. Sí hay motivos para ser escépticos con ella, pues los cursos de sus entidades no están a escala operatoria (hasta hace poco ni se había observado un agujero negro), pero también para no creerse todo lo que digan estos caballeros, sin faltar a su excelsitud. No hay que andar diciendo irracional a la ligera, más cuando hay criterios (que no son apodícticos, la verdad sea dicha) para inclinarse a la cosmología.
¿Qué más decir? Debo resaltar que el Filomat pretende ser una filosofía honesta y por ello se compromete a que hay límites en el conocimiento, no solo por nuestras faltas, sino de manera ontológica por la symploké. No hay que verlo como el sistema absoluto que pretende decir todo de todos los temas (en muchas cosas, de hecho, no hay doctrina). Es por eso que la vía de la anamórfosis existe de manera provisional en muchas ocasiones, hasta que la vía de reducción o emergencia se pueda recorrer con criterios positivos. Pero resulta que en el problema de M1 y M2, al menos en los hards problems, no podría haber otra porque cuentan con propiedades ontológicas diferentes. Los intentos de reducción contemporáneos nos conducen a absurdos ontológicos (véase la Teoría de la información integrada) o simplemente a soluciones que sí se acercan más al milagro, es decir, emergencias que no son más que una manera cortés de llamar a una creación ex nihilo.
En cierto sentido tienes razón al mencionar que la Materia Ontológica es equivalente a la chistera que todo mago quisiera tener, no dista mucho del Dios de los agujeros, pero la verdad es que es una explicación legítima y creo que ello implica por recurrencia que cualquier explicación no es más que una explicación de la chistera o de los agujeros.
Un saludo.
Fernando: creo que tus opiniones son muy interesantes y merecen una audiencia mayor que la que este modesto blog puede ofrecerte. Te animo a que plantees estas cuestiones en el Facebook Asociación "materialismo filosófico" UCM. Tiene un nivel alto de discusión en general, en el hemos discutido mucho los buenistas y los bungistas ( y los que somos una mezcla de ambos).
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