viernes, 29 de mayo de 2020

¿HENRI BERGSON CATÓLICO?





















¿HENRI BERGSON CATÓLICO?
Fermín Huerta Martín

PLANTEAMIENTO
El pasado 5 de mayo de 2020, recibí  en el servicio Google alertas por e-mail, el aviso de un artículo titulado Bergson y la felicidad, un fragmento del mismo dice: “De esto se deduce, a mi juicio, que la emoción y la finitud temporal son el núcleo de la felicidad desde una interpretación de la filosofía bergsoniana que, como dice Gustavo Bueno, también puede ser considerada como un materialismo pluralista, aunque teóricamente es un espiritualismo”. Dado que yo mantengo una interpretación materialista de la filosofía de Bergson me interesó mucho esa afirmación, más todavía si pensamos que yo escribí un artículo titulado Esbozos de Gustavo Bueno en Henri Bergson, donde comparo aspectos de las filosofías de ambos autores, el pensar que el propio Bueno compartía mi opinión me produjo una inmensa alegría. Me propuse rastrear las fuentes de dicha información y encontré un video en YouTube titulado La felicidad en el emergentismo de Lucrecio, Bruno y Bergson, donde Bueno dice: “Hemos citado con una interpretación mucho más arriesgada dentro de este materialismo pluralista al propio Bergson. La evolución creadora es una evolución progresista, esencialmente progresiva y además evolutiva, Bergson no se puede decir sin más ni más que sea materialista aunque realmente lo es, su biografía parece ser que incluso cuando murió parece ser que se convirtió al catolicismo (…) si era católico no era materialista. Yo me remito a sus libros más importantes, La evolución creadora, Las dos fuentes de la moral y la religión, en donde se puede leer a Bergson enteramente, dadas sus referencias constantes de la biología de la física, etc. En absoluto se habla de un dios transcendente, más bien dios  está haciéndose y creándose en el propio devenir,  la perspectiva de Bergson es claramente yo creo materialista de hecho, aunque luego teóricamente no lo fuera.”
Esta pista me llevó a buscar algún texto suyo referente a esto y encontré este fragmento de su libro El mito de la felicidad: “Materialismo pluralista como emergentismo. Habría que repetir aquí las consideraciones generales que hemos expresado en el párrafo anterior a propósito del materialismo pluralista en general. Y habría que reconocer que también podría apoyarse en argumentos plausibles la orientación ascendente (progresista, evolucionista) que asumiese ese materialismo pluralista. No es fácil, por lo demás, señalar concepciones del Mundo, históricamente documentadas, que pudieran servir de ejemplos explícitos de un materialismo pluralista evolucionista. Sin embargo cabe afirmar que se aproximan a él concepciones tales como la del “evolucionismo creador” de Henri Bergson (La evolución creadora, 1907) o la del emergentismo de Samuel Alexander (Espacio, tiempo y deidad, 1920). Aunque ni Bergson ni Alexander hayan hecho hincapié en su pluralismo, ni siquiera en su materialismo (ambos se declaran espiritualistas, e incluso monistas), sin embargo cabría interpretar su espiritualismo como un nombre utilizado para marcar su oposición precisamente al materialismo monista. Y cabría considerar su monismo como una intención desmentida por sus propios sistemas, por el creacionismo y por el emergentismo respectivamente. Tanto la evolución creadora de Bergson como la evolución emergente están calculadas para dejar de lado las teorías transformistas que trabajan en el supuesto de la derivación lineal necesaria de los niveles superiores (o considerados tales, como puedan ser los organismos vivientes) respecto de los inferiores (sistemas anorgánicos); supuesto que implica una continuidad o uniformidad de materia, en la que consiste el componente monista del transformismo de Darwin, de Haeckel o de Ostwald. Pero cuando la tesis que se defiende se presenta precisamente como la negación de esa continuidad de la transformación; cuando se subraya que la vida es un novum en la materia y se dice que los sistemas inorgánicos, en su quimismo, no son vera causa, sino, a lo sumo, condición de los organismos, ¿no se está reconociendo el pluralismo de la materia?” Pág. 297.
En su libro El ego trascendental pág. 123 dice: “Por cierto, un sentimiento oceánico al que Bergson también se refirió en La evolución creadora: Un fluido bienhechor nos baña, del que podemos sacar la fuerza para trabajar y para vivir. De este océano de la vida en donde estamos sumergidos, aspiramos sin cesar hacia algo… La filosofía no puede ser más que un esfuerzo para fundirse de nuevo con el Todo” (Bergson, en su vida privada, acabó identificando este “Todo” con Dios, y al morir se confesó católico, aún cuando no se bautizó por deferencia a sus compatriotas judíos durante la época de ocupación de Francia por los nazis; ver Iturroz S. J. El cristianismo de Bergson, Razón y Fe, 127, 1943.)” Este artículo que cita Bueno es una muestra del interés que este tema tenía ya en aquella temprana fecha, he encontrado otras referencias similares como los textos: Bergson reported catholic de 1937,   Henri Bergson é morto cattolico? de 1941, Bergson Died a Roman Catholic de  1941, Floris Delattre on Bergson´s Catholicism de 1941, La conversión de Bergson de 1941, Bergson´s Christianity de 1941, ¿Se convirtió Bergson? De 1943, Bergson aux frontières du catholicisme  de 1950, desgraciadamente no he podido acceder al contenido de ninguno, pero son la prueba del interés por este tema.
Lo expuesto por Bueno en el video refleja una situación curiosa, Bueno cae en la cuenta de que parece haber una contradicción aparente entre la obra de Bergson (expuesta en sus libros) y algunas de sus opiniones personales (que dio a conocer en conversaciones privadas). Por su obra, Bergson (a ojos de Bueno, y yo coincido) es materialista, por sus actos personales no puede ser materialista, esto se sintetiza admirablemente en la frase de Bueno “si era católico no era materialista”. Y eso lo dice un autor como Bueno declarado ateo y defensor del catolicismo, especialmente en sus últimos años de vida (ver mi Gustavo Bueno y los crucifijos). Esta aparente contradicción la viví intensamente mientras leía los libros de Jacques Chevalier: Bergson y el padre Pouget y Conversaciones con Bergson. Sobre el autor (1882-1962) cabe decir que fue un filósofo francés amigo de Bergson, católico devoto, llegó a ser Ministro de educación en 1941 bajo el régimen de Vichy. El dato de católico devoto es muy importante, Chevalier está muy interesado en “fomentar” un acercamiento de Bergson a esta confesión. En cualquier caso hay una falta clara de neutralidad en el tema, lo cual queda puesto de manifiesto en un par de casos que se encuentran en Conversaciones con Bergson, por ejemplo en la pág. 92 Chevalier pone en boca de Bergson lo siguiente: “sería un cargo de conciencia para mí publicar cosa alguna que pudiese apartar a una sola alma de su creencia”, sin embargo en la pág. 103 le puntualiza: “Esto podría hacer creer que me preocupo, antes de escribir o de publicar, de no ofender tal o cual creencia. No he tenido esta preocupación…”. El segundo ejemplo son todas las puntualizaciones que a partir de la pág. 97 le presenta a Chevalier al respecto de unas lecciones que dio en su curso sobre Bergson.

TESTAMENTO
Suele mencionarse su testamento como ejemplo de esta supuesta “conversión” al catolicismo, escrito el 8 de febrero de 1937 copio aquí la reproducción que Chevalier hace en su libro Bergson y el padre Pouget: “Mis reflexiones me condujeron cada vez más cerca del catolicismo, en el que veo la culminación completa del judaísmo. Me hubiera convertido si no hubiese visto prepararse en estos años (en gran parte, ¡ay!, por la falta de un cierto número de judíos desprovistos de sentido moral) la formidable ola de antisemitismo que va a desplegarse sobre el mundo. He querido permanecer entre los que serán mañana los perseguidos. Pero espero que un sacerdote católico tenga a bien, si lo autoriza el cardenal arzobispo de París, venir a rezar sus oraciones en mis funerales. En caso de que esta autorización no fuese concedida, convendría dirigirse a un rabino, pero sin ocultarle y sin ocultar a nadie mi adhesión moral al catolicismo, así como el deseo expresado por mí en primer lugar de contar con las oraciones de un sacerdote católico.”
ÍNDICE
Independientemente de esto está claro que Bergson sentía una cierta atracción por el catolicismo como se pone de manifiesto a lo largo de todo el libro de Chevalier. La iglesia católica no parece valorar del mismo modo su acercamiento pues incluyó en su Index librorum prohibitorum (Índice de libros prohibidos) sus obras Ensayos sobre los datos inmediatos de la conciencia, Materia y memoria, y La evolución creadora, en junio de 1914. En la pág. 49 de Conversaciones comenta Imbart de la Tour: “El único punto débil de su sistema es no haber colocado a la inteligencia en su verdadero lugar, como ha hecho Santo Tomás. Sin duda es por esto por lo que su obra ha sido incluida en el Índice. Bergson quedó muy impresionado de ello, creyendo que se trataba en este caso de una condenación dogmática, cuando en realidad no se trata más que de una prevención. Pediremos a Roma que sea retirada esta condenación.” En la pág. 211 de ese mismo libro dice refiriéndose a Las dos fuentes de la moral y de la religión: “Supe que ciertos espíritus intransigentes querían poner en el Índice el último libro de Bergson”. Curiosamente este dato revela una realidad, los dos planos en que se mueve Bergson, por una parte el Bergson filósofo y por otra el Bergson persona, el primero con una obra concreta, expuesta en sus libros, cursos y conferencias y que está claro que merece la reprobación de la jerarquía católica como se demuestra por su inclusión en el Índice. Mal que pese a muchos el catolicismo no puede entenderse al margen de esta jerarquía, a la que Bergson llega a referirse como funcionarios, de la misma manera que el misticismo no puede entenderse al margen de la religión según Bergson. El catolicismo no es solo Cristo (decía Unamuno que era filosofía griega más derecho romano, en Las dos fuentes de la moral y la religión dice Bergson que “El cristianismo está cargado de filosofía griega”) es también Papas, cardenales, obispos, concilios, Inquisición, excomulgaciones, hogueras, Índice, etc., (ver mi artículo Clero anticlerical).
El mismo Bergson se encarga de dejar claro ambos planos, dice en la pág. 101: “El Bergson que hablaba entonces podría expresar un sentimiento personal; pero, por esto mismo, no era ya el Bergson filósofo. Este aplica un cierto método, se atiene a los resultados de este método y debe a ello toda la confianza que se quiere depositar en él. No tiene derecho a exponer al público ideas que éste creerá, equivocadamente, haber sido obtenidas por el mismo método y que merecen, por tanto, el mismo género de confianza.” En pág. 213 dice: “Como filósofo, yo no podía hacer caso alguno de los datos de la revelación. Esto habría anulado la confianza que se debe otorgar a mis conclusiones sacadas de la experiencia.”
Esto nos lleva a una situación muy curiosa, casi paradójica, las dos posibles respuestas a la pregunta que sirve de título a este artículo podrían ser ciertas al mismo tiempo, el Bergson filósofo no es católico, eso parece claro, pero el Bergson persona podría contestarse que sí es católico de sentimiento o casi. Por lo tanto, cada partidario de una respuesta podría acogerse a uno de los dos Bergson para poder acertar la cuestión. Sin embargo voy a profundizar un poco en los detalles de este Bergson persona casi católico para saber si la respuesta afirmativa tiene realmente opciones de ser válida.
RELIGION
Nos cuenta Chevalier en Conversaciones pág. 367: “En mi infancia, recibí una enseñanza judía muy reducida, con una enseñanza especial de la Biblia, para la iniciación judaica, que semeja, mutatis mutandis, a la primera comunión católica. Pero todo esto apenas hizo presa en mí, y viví largo tiempo en la indiferencia de estas cuestiones. Luego, poco a poco, un trabajo interior me fue dominando. Llegó un día en que me encontré en presencia de mí mismo; entonces, comprendí la importancia de la cuestión religiosa, cuyo sentido se me había escapado hasta aquel día. La historia me hacía ver que el Evangelio operó un corte en la Humanidad. Los místicos me dieron el sentido.” En Bergson y el padre Pouget pág. 39 dice que “en su infancia, había recibido, con la mira de su iniciación judaica, una enseñanza religiosa reducida y de escasa duración, que apenas hizo mella en su espíritu. Luego, peor que la hostilidad, la indiferencia (…) No ha habido, en mí, conversión en el sentido de iluminación súbita. Me he acercado a ella poco a poco. Y, sin embargo, hubo ciertamente una desarticulación: no fue otra que la lectura de los místicos”. Me imagino que esto fue paralelo a esto otro, Conversaciones pág. 296: “Mi gran descubrimiento fue el de la vida interior, que mi formación científica, mecanicista, me había hecho desconocer e incluso ignorar. Una vez descubierta la vida interior, la supervivencia del alma se me apareció como infinitamente probable, encerrando, a decir verdad, toda la certeza que puede alcanzarse en temas que no se verifican directamente por la experiencia.”
Dice en Conversaciones pág. 279: “Me puse a leer a los místicos  y me interesé por ellos hacia 1908. Cosa curiosa, el primero de los místicos al que leí fue madame Guyon; me interesó vivamente, pero no me satisfizo más que a medias, porque, en ella, advertía algo demasiado personal, y yo deseaba encontrar un sentimiento más interior, de esa interioridad profunda, despegada de si, desinteresada y perfecta, que constituye el amor. He aquí lo que encuentro en los grandes místicos católicos, y en los dos más grandes de entre ellos, Santa Teresa y San Juan de la Cruz.”
Conversaciones pág. 296: “Llegue a Dios, en cierto modo sin quererlo, por el estudio de los místicos: hemos de creer que mi espíritu estaba presto entonces para recibir las pruebas.”
Pág. 358: “Al lado de lo demostrable, como en matemáticas, existe lo mostrable, es decir, lo que es susceptible de convertirse en objeto de experiencia…Y, cuando pienso en ello, comprendo lo que usted decía: tenía que venir a estos objetos, porque lo que concierne a Dios y al más allá –dejando a un lado la revelación--, no podrá ser presentado como cierto si no hay, de estas mismas cosas, una experiencia. Por ello, debía acercarme a los místicos. “
Pág. 206: “Mi libro es, en efecto, un libro de filosofía. Bien entendido que, mientras yo lo escribo, no admito otra fuente de verdad que la experiencia y el razonamiento. En estas condiciones, quiero probar a los filósofos que existe una cierta experiencia, llamada mística, a la que deben,  en tanto que filósofos, hacer apelación, o de la que, al menos, deben hacer algún caso. Si ofrezco, en estas páginas, algo nuevo, es esto: intento introducir la mística en filosofía como procedimiento de investigación filosófica. He procurado demostrar que no hay solidaridad entre la aceptación de este método de investigación y la fe de un dogma, cualquiera que sea.”
Pág. 210: “Los que me han iluminado, son los grandes místicos, como Santa Teresa y San Juan de la Cruz, esas almas singulares, privilegiadas. Hay en ellas, lo repito, un privilegio, una gracia. Los grandes místicos me ofrecieron la revelación de lo que yo había buscado a través de la evolución vital, sin haber logrado encontrar. La convergencia sorprendente de sus testimonios no puede explicarse más que por la existencia de lo que percibieron. Tal es el valor filosófico del misticismo autentico. Nos permite abordar experimentalmente la existencia y la naturaleza de Dios, nuestras relaciones con él, y el progreso del Universo.”
Pág. 230: “¿Se distinguen los místicos de los locos? ¿Quién nos garantiza que dicen la verdad? 1º La prueba de que los místicos no son locos, es que se desenvuelven en lo temporal tan bien como en lo espiritual. Vea usted Santa Teresa. 2º ¿La prueba de que dicen la verdad? La encuentro en la concordancia que existe entre los diversos místicos cristianos, entre sus experiencias propias y originales, así como también, aunque en menor grado, entre estos testimonios y los de los místicos no cristianos. Si se rehúsa dar crédito a esta concordancia,  entonces la propia ciencia se viene abajo.”
Como se puede ver, el procedimiento de “descubrimiento” o de “aproximación” de Bergson al catolicismo es muy peculiar. De alguna manera se puede resumir con la frase de Conversaciones pág. 247: “por la luz natural de la razón, he llegado a las conclusiones que la fe enseña”. Es como si de repente dos realidades diferentes, la terrenal y la celestial, con dos vías de acceso diferentes, la razón y la fe, encontrasen un puente que las uniera, por un lado el método experimental del lado de la razón y por otra la experiencia de los místicos en el bando celestial y Bergson los une.
Hemos de tener una doble suposición, llegados aquí, primera que Chevalier es sincero en su transcripción de las conversaciones, algo que ya hemos dudado anteriormente y segunda que Bergson es sincero en el proceso que nos narra. El resultado es un camino atípico para acceder a Dios, la vía Bergson. Supone de algún modo, usando la vía racional, llegar a las conclusiones que los mortales que no son Bergson consiguen por medio de la fe. Sin embargo, de alguna manera, esta aproximación atípica al contenido de la fe que debía desembocar en el catolicismo no se completó en ningún momento, bajo mi punto de vista. Veamos porque pienso así. Dice en Bergson y el padre Pouget pág. 44: “Para franquear entonces el umbral, para adherirse plenamente a Cristo a y su Iglesia, le quedaban todavía por resolver ciertas dificultades, ante las cuales su espíritu permanecía en suspenso.”
DUDAS
Pág. 81:” ¿Impone el dogma la creencia en el Infierno, en el Purgatorio, en el Paraíso, como si fuesen tres cosas claramente definidas? Entonces, ¿Qué es el fuego del infierno?
Pág. 82: “Pero la presencia real de Cristo en la Eucaristía, la resurrección de los cuerpos…: he aquí cosas que no acabo de comprender.”
Conversaciones con Bergson pág. 215: “El pecado original: no pude llegar a comprenderlo. Toda falta proviene de nosotros, y no nos es imputable más que en la medida en que proviene de nosotros. ¿Cómo puede quedar comprometida nuestra responsabilidad por el pecado de un antepasado desconocido? ¿Cómo la falta que él cometió puede sernos imputable? He tratado, pero en vano, de resolver la dificultad con una teoría de tiempo… No he tenido éxito.”
Pág. 266: “Tenía pensado hacerme católico. Pero ahora, ya soy demasiado viejo. Tendría escrúpulo en aceptar todo lo que la Iglesia enseña y manda que creamos y no me siento absolutamente dispuesto a ello.”
Pág. 307: “Si yo fuese más joven, me habría hecho católico. Pensé en ello. Los lazos de familia no me detendrían. Pero, teniendo que escribir me resultaría muy penoso entrar en conflicto con la Iglesia.”
Chevalier intenta convencerle con este argumento:
307:”El temor a un conflicto entre usted mismo y la Iglesia católica es un temor sin fundamento, porque sus sentimientos  son enteramente católicos; y si, por ventura, lo que usted pudiese escribir no es aprobado por ciertos teólogos, incluso por ciertas Congregaciones romanas, Santo Oficio o Índice (cuyas decisiones son ante todo disciplinarias y no están de ningún modo revestidas de la infalibilidad que pertenece tan sólo a las decisiones solemnes del magisterio supremo de la Iglesia), no habría lugar para atormentarse en conciencia…”
Pág. 336:”Si no me he convertido, si no me he bautizado todavía, la razón esencial estriba ante todo en que no me siento suficientemente joven: es difícil, a mis años, plegarse a una disciplina estricta; si no me acomodase a ella, tendría necesariamente que romper, y haría entonces más daño al catolicismo dejándole que el servicio que le hubiese prestado al entrar en él.”
Pág. 366: “¿por qué no me hago católico? Veo en esto dos obstáculos. El primero, la dificultad que experimento para transformar un acto de adhesión en un acto de obediencia, cosa completamente nueva para mí (…) el segundo, me pregunto si puedo abandonar este judaísmo en el que fui educado (…) ¿no es más religioso permanecer en él?”
SUPERVIVENCIA
Es muy ilustrador de su pensamiento también, el tema de la supervivencia tras la muerte, aunque previamente cabría hablar de la preexistencia de las almas, dice en la pág. 55 de Conversaciones preguntándole sobre el tema: “Es una pregunta a la que solo la experiencia puede contestar. Ahora bien, la experiencia no me ha enseñado nada a este respecto.” En la pág. 69 dice: “Tengo dificultad para creer que nuestra alma sea creada ex nihilo por la fusión de dos semicélulas. La solución podría encontrarse quizá en la distinción entre alma psíquica y el alma razonable: ésta sería creada en ocasión de la otra; pero la otra, el alma psíquica, preexiste en cierta medida.” Finalmente en la pág. 332 dice: “No encuentro absolutamente nada en la experiencia que me incite a pensarlo. La preexistencia se me aparece como una hipótesis puramente gratuita: a decir verdad, como una quimera.”
Sobre la supervivencia del alma, pág. 361: “Ya en 1896 había llegado a la creencia en la supervivencia como conclusión de mi libro Materia y memoria (…) en un principio, la supervivencia se me apareció como independiente de toda religión”, y en la 363: “Yo no llegué a Dios por la consideración de la otra vida, sino que esto vino a completar aquello, aun a pesar de que la supervivencia a la que se llega por la psicofisiología sea de naturaleza muy indeterminada. El alma sobrevive al cuerpo porque no está unida al cuerpo. ¿En qué forma? Puedo llegar a decir con este método: en una forma personal, por la razón muy simple de que veo que la memoria es antes obstaculizada que favorecida por el cuerpo. De suerte que, si el alma sobrevive al cuerpo, incluso por las razones que percibo, es con la memoria, y aun, debería decir, con un reforzamiento de la memoria; por tanto, hay que admitirlo, con su personalidad. Pero para ir más lejos, hay que contar con las enseñanzas de la religión.”
Voy a poner todavía otros dos ejemplos sacados de su obra y con 20 años de diferencia, en su texto El alma y el cuerpo de 1912 recogido en su libro La energía espiritual dice: “Si hubiera equivalencia entre lo cerebral y lo mental, la conciencia podría seguir los destinos del cerebro y la muerte ser el final de todo: por lo menos la experiencia no diría lo contrario, y el filósofo que afirma la supervivencia estaría reducido a apoyar su tesis sobre alguna construcción metafísica –cosa generalmente frágil-- . Pero si, como hemos intentado mostrar, la vida mental desborda la vida cerebral, si el cerebro se limita a traducir en movimientos una pequeña parte de lo que pasa en la conciencia, entonces la supervivencia se vuelve tan verosímil que la carga de la prueba corresponderá a aquel que niega.”
En las dos fuentes de la moral y de la religión 1932: “Quedaremos muy incompletamente informados sobre las condiciones de la supervivencia, y en particular sobre su duración: ¿es por un tiempo? ¿es para siempre? Pero habremos encontrado un punto al que puede asirse la experiencia, y llegará a ser posible una afirmación indiscutible, así como un eventual progreso de nuestro conocimiento. Esto por lo que se refiere a lo que llamaríamos la experiencia de abajo. Transportémonos ahora a lo alto: tendremos una experiencia de otro género, la intuición mística. Ésta vendría a ser una participación en la esencia divina. Ahora bien, ¿se reúnen acaso estas dos experiencias?  La supervivencia que parece asegurada a todas las almas por el hecho de que, aquí abajo, una buena parte de su actividad es independiente del cuerpo, ¿se confunde con la supervivencia en que vienen, aquí abajo, a insertarse las almas privilegiadas? Sólo una prolongación y una profundización  de las dos experiencias nos lo dirá: el problema debe seguir abierto.”
El tema es muy importante, sobre todo el matiz que introduce en el texto de 1932: “las almas privilegiadas”, esto supone una “discriminación” de unas almas en relación a otras. Como dice en la pág. 361 “la supervivencia a la que se llega con la psicofisiología sea de naturaleza muy indeterminada”. Evidentemente habría que dar un relato, una explicación del devenir de estas almas tras la muerte del cuerpo, dice: “¿es por un tiempo? ¿es para siempre?” Como no responde y no da la explicación, de alguna forma parece acogerse al esquema católico a su manera, como posible continuación de su propuesta que termina en los límites de la experiencia. Incluso en este supuesto se podría acoger a una versión no espiritualista del mismo. La materialidad que recoge nuestra conciencia (yo más memoria) debe tener un desarrollo post mortem (en mi texto Teoría filosófico-onírica de los dos lados, hago  una propuesta), que posiblemente termine como la materia corporal, en su disolución, destrucción, desaparición o conversión en componentes que ya no mantengan esa conciencia activa. Quizás Bergson no queriendo hacer ese ejercicio de desarrollo simplemente se acogió de alguna forma al planteamiento católico pero a su manera. Puede que el testamento pro ceremonia del cura sea su particular manera de “conversión” o de “acatamiento” con la finalidad de disfrutar de las partes amables del catolicismo como puede ser la inmortalidad espiritual junto a sus admirados místicos en la contemplación eterna de Dios. No lo sabremos nunca. A menos que de ser cierta su apuesta nos lo encontremos en el más allá y se lo preguntemos.
Así tenemos que a pesar de todas las aproximaciones al catolicismo que se quieran y todo lo católico de corazón que se quiera, la verdad es que si hubiera querido hubiera dado el paso y se hubiera convertido, se hubiera bautizado. Puede que Bergson sintonizara con una parte del cristianismo, con la parte amable, en parte representada por los místicos, pero el catolicismo es un pack no divisible y todos los intentos de Chevalier por suavizar la peor imagen del catolicismo, sintetizados en su comentario de la pág. 307 antes expuesto, donde intenta ningunear las partes menos “simpáticas” del catolicismo, no consiguen terminar de convencer a un Bergson que a pesar de todas las simpatías que le producen las partes amables, sabe muy bien que hay otras partes que no puede aceptar, por lo menos mientras le quede algo de espíritu crítico y de un cierto funcionamiento cerebral. Bergson ama su método y su libertad, sabe que una aceptación plena del catolicismo acabaría con ambas cosas y por eso no lo hace.
En la pág. 293 dice: “Es uno de los accidentes más lamentables de la historia que los judíos no hayan seguido a Cristo”. En esta frase Bergson peca de una ingenuidad impropia de un pensador de su naturaleza. Principalmente porque ese “accidente” es una experiencia, no un dato subjetivo ni una revelación. Los judíos esperaban al Mesías, si Jesús hubiese sido el Mesías es imposible que el pueblo judío no lo hubiese reconocido así. El hecho de experiencia de no reconocerlo como Mesías es suficiente para demostrar que no lo es. Por lo tanto su afirmación en esa misma página de que el judaísmo no es más que la preparación del cristianismo también es absolutamente falsa. Para mi este es uno de los argumentos más elementales en contra del cristianismo, otro sería que de existir realmente el Espíritu Santo el cristianismo nunca se hubiera fragmentado en las tres grandes corrientes que existen hoy en día, católicos, ortodoxos y protestantes.
CATOLICISMO
El catolicismo implica dos aspectos muy importantes, uno exterior y burocrático que incluye los ritos de paso como bautizo, primera comunión, confirmación, boda por la iglesia, entierro católico, que es pura exterioridad y otro aspecto interior que es el ámbito de la fe. El primer aspecto es fenoménico y puede dar lugar a engaños, por ejemplo yo he cumplido con todos los ritos de paso católicos (menos el último), pero soy ateo, no cumplo con el segundo aspecto, empecé a perder mi fe cuando en mi adolescencia (ver mi artículo Fervoroso creyente, fervoroso agnóstico, fervoroso ateo) leí a Nietzsche. Está claro que Bergson no cumple con el primer aspecto. Sobre el segundo aspecto, el de la fe, el convencimiento interior, tiene una característica que es que debe dominar cualquier otro aspecto intelectual que tratemos, me explico, un cosmólogo ateo y uno católico pueden ser igual de competentes en sus teorías científicas, pero el cosmólogo católico necesariamente debe completar sus teorías creyendo que en última instancia, es Dios la causa del Big Bang o es Dios la causa de la eternidad del universo, pero no cualquier Dios, sino el Dios católico, que no es el de Aristóteles o el de Plotino, el Dios católico implica a Jesús y al Espíritu Santo, casualmente he encontrado una cita gracias al Google books en el libro Filosofía cristiana en el pensamiento católico de los siglos XIX y XX, pág. 355 donde dice:” A. D. Sertillanges, un filósofo tomista eminente teólogo de prestigio, se había encontrado con Bergson desde 1901. Se había propuesto conducirlo a la Iglesia y lo consideraba como un catecúmeno, que se preparaba para el bautismo. Publicó valiosas contribuciones sobre la vida espiritual del filósofo. Por lo demás, no ocultó en ellas que Bergson se negaba a reconocer públicamente la divinidad de Cristo: “Tengo mis motivos para no decidirme por este camino” Tal fue la declaración de Bergson a Sertillanges”. Este hecho lo invalida como católico pleno que nunca negaría  la divinidad de Cristo, un católico tampoco pediría las oraciones de un rabino en ninguna circunstancia, esto denota a mi juicio cierta desesperación por tener un símbolo “formal” que facilite una posibilidad de trascendencia, pero un símbolo que se da tras su muerte, cuando esto no implica ya ninguna renuncia a lo ya publicado, ni ningún acatamiento o disciplina. Parece como si en el tramo final de su vida hubiera recurrido a uno de sus autores más admirados Blaise Pascal, y hubiera utilizado su famosa apuesta de Pascal. Pero incluso en este caso no es un gesto suficiente de cara a la ortodoxia católica, que creo que quedaba muy lejos de los pensamientos de Bergson.
Por lo tanto ya no estamos hablando de un creyente católico ni siquiera cristiano, hablamos de otra cosa, el gesto sería más bien dirigido al propio Dios católico, pero a una versión de ese Dios liberado de los aspectos burocráticos de su Iglesia. Lo curioso es que un Dios así no necesita de ninguna ceremonia ni formalismo, pues puede leer nuestros pensamientos y saber en todo momento lo que creemos. Para mí, la petición del sacerdote en su funeral es un síntoma de debilidad, casi de miedo, como el testamento se hizo en febrero de 1937 y el murió en enero de 1941 tuvo tiempo para replantearse la cuestión, pero parece ser que no lo hizo. Por lo tanto no fue fruto de un arrebato de última hora ante el temor a la muerte y si lo fue estuvo extendido en el tiempo por lo menos los tres años y pico desde que lo escribió hasta que murió.  Es una concesión con la intención de conseguir algo, un tipo de salvación eterna que completaría lo expuesto en su obra filosófica, esta obra, mientras él vivía se supeditaba a la experiencia, por mediación de los místicos encontró un puente para extender esa experiencia pero sin abandonarla, tras su muerte, si siguió existiendo su conciencia y esta se encontró frente a Dios (no sabemos cuál) o no, la verdad es que terminó comprobando mediante una experiencia su hipótesis, si no hubo supervivencia ni encuentro divino, de alguna forma este hecho sigue siendo una experiencia pero ya sin sujeto receptor de la misma (si eso es posible).
CONCLUSION
Es evidente que Bergson tuvo una atracción, una pulsión, un gran interés por el catolicismo, se puede decir que “era católico de corazón” o que “estaba en el umbral”, pero lo cierto es que no llegó a convertirse ni a bautizarse. Nunca llegó a abrazar la fe como se demuestra por todas las dudas expuestas y por su método especifico de acercamiento a Dios por mediación de los místicos. La misma distinción filósofo/persona  es indicativo de la cuestión.
Mi conclusión final sería que Bergson nunca llego a ser un católico pleno, no abandonó su racionalidad filosófica, de alguna manera vislumbro una semejanza entre los resultados que iba obteniendo con sus investigaciones filosóficas y ciertas partes doctrinales del cristianismo, pero el salto de la razón a la fe que implicaba abandonar su método experimental nunca lo dio. Por lo tanto podría decirse que la clasificación de Bueno de Bergson dentro de la categoría de materialismo pluralista seria correcta, pues Bergson como mínimo plantea  dos tipos de materialidad que no son mutuamente reducibles (en el sistema de Bueno son tres) aunque Bergson (al igual que Bueno) introduce elementos en su filosofía que desbordan las categorías científicas (por lo menos de momento), incluso sus propios planteamientos del concepto “materia”  en ambos autores resultarían extraños desde concepciones establecidas desde la física, o contendrían elementos que desbordarían esta disciplina científica. Pero en el proceso sigue habiendo una “racionalidad” ahora ya filosófica, que debe descartar entidades espirituales estipuladas por Bueno como vivientes no corpóreos, que toman decisiones de premios o castigos según determinadas normas en base a determinadas conductas. Por lo menos mientras no sea posible una “experiencia” en ese sentido. Por lo que a mí respecta, desde mi perspectiva materialista, esta polémica no disminuye en nada la importancia de su obra, al contrario, la enriquece, toda la tensión dialéctica que se respira en Conversaciones entre el Bergson filósofo y el Bergson persona, lo engrandece aún más, por su honestidad al plantearse tan claramente estas (desde nuestras coordenadas) aparentes contradicciones. Nada de lo que hubiera hecho a nivel personal hubiera anulado la importancia de por ejemplo sus reflexiones sobre la duración. Sigue Bergson siendo un filósofo inmenso  y una persona entrañable y humana.
Otros artículos míos sobre Henri Bergson:

Henri Bergson y la antinomia del tiempo
Henri Bergson y el eternalismo
Bibliografía de Henri Bergson en español
Los cursos de Henri Bergson
Facebook sobre Bergson
Esbozos de Gustavo Bueno en Henri Bergson
http://ferminhuerta.blogspot.com/2018/09/esbozos-de-gustavo-bueno-en-henri.html







viernes, 15 de mayo de 2020

MARIO BUNGE Y DAVID BOHM






MARIO BUNGE Y DAVID BOHM
Fermín Huerta Martín

Si bien el método científico es analítico, de cuando en cuando la comunidad científica es barrida por vientos holísticos, especialmente cuando la ciencia no consigue desvelar la composición real y el funcionamiento interno de ciertas cosas.
El moblaje del mundo. Mario Bunge.

En sus magníficas memorias, Mario Bunge (1919-2020)  describe su relación con David Bohm (1917-1992), Bunge estaba suscrito a Physical Review, en 1952 leyó algo de Bohm y decidió escribirle, intercambiaron varias cartas sobre la reformulación de Bohm de la mecánica cuántica y Bohm le invito para ir a conversar cara a cara, le consiguió a Bunge una beca posdoctoral del Conselho Nacional de Pesquisas Físicas do Brasil durante 6 meses en 1953. Bunge paso el primer mes preguntando y objetando sobre los artículos de Bohm (a quien Bunge define en primera instancia como de “prodigiosa imaginación y nervios a flor de piel”), dice en una entrevista: “Al principio fui muy entusiasta de la teoría de Bohm y la enseñé en Buenos Aires primero y después Estados Unidos -la idea de variables ocultas- pero de pronto me di cuenta que no servía para nada, no era como creía Bohm la teoría causal, porque él no deducía la distribución de probabilidades, sino que lo suponía, que era el mismo modo que la teoría de Copenhague. Además, no sugería experimentos nuevos, ni siquiera parecía susceptible de verificación experimental. Entonces cambié de problema de trabajo y me propuse formular la mecánica cuántica habitual, en términos puramente objetivos, en términos de cosas físicas. Esta tarea me llevó un par de años. Tuve la suerte de conseguir una beca Humboldt y pasé un año muy productivo en Freiburg, al sur de Alemania, escribiendo mi libro Foundations of Physics, en el que axiomatizo una pila de de teorías básicas, entre ellas la mecánica cuántica no relativista.” En su libro Ser, saber, hacer Bunge insiste: “Yo la adopté y expliqué en mis cursos, cuando Bohm respondió a mi satisfacción las treinta objeciones que le expuse”. En otra entrevista comenta Bunge:
“Los científicos suelen escribir artículos, no libros, y eso hice yo. Pero mi primer libro filosófico, sobre el problema de la causalidad, salió de mis discusiones con David Bohm, el autor de dos artículos publicados en 1951 en Physical Review.”
Continua Bunge en sus memorias diciendo que “Bohm le convirtió pero que al repensar sus trabajos y sus respuestas en el curso de la década siguiente y al discutir las ideas de Bohm con otros físicos mi fe en ellas se fue evaporando.”
Posteriormente ambos se encontraron en 1958 en Bristol, en 1961 en Londres y posteriormente en Buenos Aires y Montreal, donde Bunge se negó a gestionarle una invitación a su universidad, terminando su relación.
Yo mantengo que esa influencia temprana marco su noción de cuantón a través del concepto de campo-psi de Bohm. El campo-psi sería un paso intermedio entre la propuesta onda/corpúsculo y el cuantón. Dice Bunge en Ser, Saber, Hacer:
“La física cuántica no es local y, por tanto, los componentes de un sistema no son separables “Once a system, always a system”. Por ejemplo, si un sistema se divide en dos partes que se alejan mutuamente a gran distancia, lo que se le hace a una de ellas repercute en la otra, como si ambas siguieran unidas (…) este es un hecho contraintuitivo, tanto como el aspecto ondulatorio de las “partículas”, el efecto túnel y la sustancialidad del vacío. Pero resulta natural si se piensa que la teoría cuántica es una teoría de campos. En todo caso, la no-localidad es parte del paquete cuántico, tan desconcertante para el sentido común, como excitante para la imaginación científica. Al fin y al cabo, no es más extraño  que la flotación de los barcos, la propulsión a chorro, el nacimiento de los fotones o la levitación electromagnética.”
Aunque a veces he criticado que Bunge no proponga ningún mecanismo para el entrelazamiento cuántico (Bunge y el colapso) bastan dos propuestas suyas para fabricar uno. Una pareja de cuantones entrelazados que forman un sistema al separarse estarían unidos (por el campo-psi)  y podría comunicarse por medio de lo planteado en El moblaje del mundo pág. 226 (capítulo 4, sección 2.5. Criterios de posibilidad) donde dice: “la mecánica relativista excluye la posibilidad de que haya partículas superlumínicas (taquiones). Pero la teoría no tiene nada que decir acerca de entidades no corpusculares que viajen más rápido que la luz”.
Bunge acusa a Bohm de cosmovisión globalista (holista), irracionalista, idealista y de usar un lenguaje oscuro. Cita como ejemplo de todo ello su libro La totalidad y el orden implicado, que leí en 1988, en el verano de 2014 leí Los sueños de los que está hecha la materia que incluía un texto de Bohm lo que me motivó a releer el libro de este autor, mientras lo releía conseguí las memorias de Bunge y la tentación fue demasiado fuerte así que abandone la lectura de Bohm y me puse con Bunge, tras leer lo que Bunge dice sobre Bohm y terminar sus memorias recobre el interés por terminar la relectura de La totalidad, puse las críticas de Bunge a Bohm (holista, irracionalista, idealista y oscuro) a bailar en mi cabeza mientras terminaba de leer su libro. La relectura de La totalidad y el orden implicado, me ha producido un estremecimiento sostenido en el tiempo, una especie de escalofrío que me viene cuando leo algo profundo e interesante, buena filosofía, su lectura ha sido un tanto discontinua, pues no podía digerir lo que leía sin rumiarlo y esto me hacía parar de leer muchas veces.
Está claro que es un texto holista, pero no creo que Bohm (por lo menos en ese libro) sea ninguna de las otras tres cosas, no veo idealismo por ningún sitio, basta mirar su Diccionario filosófico, en su entrada Idealismo, leerla y comprender que por lo menos en lo que respecta al libro que nos ocupa, la acusación de idealismo no tiene por dónde cogerse. Su apelación a la oscuridad solo la entiendo suponiendo las continuas apelaciones de Bohm a lo “incognoscible”, es decir más que a como lo dice, la oscuridad vendría de lo que propone, en cierto sentido, la propuesta de Bohm rompe determinados esquemas mentales de Bunge muy apegados a la ciencia, como si fuera de estos solo fuese posible la oscuridad. Mucho más difícil de aceptar me ha parecido su acusación de irracionalismo, solo con una visión muy estrecha de “razón” ligada a la ciencia y a lo comprobable y experimentable, se puede hablar de irracionalidad de la propuesta de Bohm. Al menos Bohm intenta dar una explicación del entrelazamiento (de hecho da dos explicaciones, ver mi artículo El campo-psi de David Bohm), cosa que Bunge no ha hecho (Ver mi texto Bunge y el colapso). La cuestión es ¿es científica la propuesta de Bohm? ¿Y si las ciencias tal como las conocemos ahora estuviesen limitadas finalmente para explicar la realidad? ¿Y si las propuestas filosóficas no fuesen verificables? En alguna ocasión he criticado la postura de Gustavo Bueno sobre el tema mente-cerebro, elogiando la posición de Bunge pues hace avanzar la ciencia (ver mi texto El problema más importante del materialismo), considero que la ciencia no ha agotado su capacidad de avanzar en este tema, pero mi posición actual se ha aproximado más a la de Bueno como queda explicado en mi reciente artículo Teoría filosófico-onírica de los dos lados, el principal culpable de este acercamiento a Bueno en este tema ha sido la lectura de la obra completa de  Henri Bergson que me descubrió entre otras cosas las similitudes en algunos aspectos de su ontología con la de Bueno (ver Esbozos de Gustavo Bueno en Henri Bergson).
Esto nos sitúa ante un debate que me fascina y preocupa desde hace años, la propuesta de Bohm en este libro me parece que tiene similitudes con algunos aspectos de la ontología del filósofo español Gustavo Bueno (1924-2016), en especial con su concepto de Materia ontológico-general. Baste leer por ejemplo lo que dice en la página 257: “Nuestra propuesta de comenzar con el orden implicado como básico significa que lo que es primario, existente independientemente, y universal, se tiene que expresar según el orden implicado. De modo que estamos sugiriendo que es el orden implicado el que es autónomamente activo, mientras que, como  indicamos antes, el orden explicado fluye de una ley del orden implicado, por lo que es secundario, derivado, y solamente apropiado dentro de ciertos límites concretos. O, para ponerlo de otra manera, las relaciones que constituyen la ley fundamental están entre las estructuras plegadas que se entremezclan e interpenetran mutuamente y por completo, a través de la totalidad del espacio, antes que entre las formas abstractas y separadas que se manifiestan a nuestros sentidos (y a nuestros instrumentos).
¿Cuál es, pues, el significado de que, en el orden explicado, se nos aparezca el “mundo manifiesto”, aparentemente independiente y existente por sí mismo? La respuesta a esta cuestión viene indicada por la raíz de la palabra “manifiesto”, que procede del latín manus, que significa “mano”. En esencia, lo que es manifiesto es lo que puede tenerse en la mano: algo sólido, tangible y visiblemente estable. El orden implicado tiene su campo en el holomovimiento, que es, como hemos visto, vasto, rico, y en un estado de flujo sin fin o de pliegue y despliegue, con muchas más leyes que las que sólo hemos conocido vagamente, y que incluso, en último extremo, pueden ser incognoscibles en su totalidad. Siendo esto así, no puede asirse como algo sólido, tangible y estable para los sentidos (o para nuestros instrumentos). Sin embargo, como ya hemos indicado antes, se puede suponer que la ley de la totalidad (holonomía) es tal que, en un cierto suborden, dentro de todo el conjunto del orden implicado, existe una totalidad de formas que tienen una aproximada especie de recurrencia, estabilidad y separabilidad. Evidentemente, estas formas son capaces de aparecer como los elementos relativamente sólidos, tangibles y estables que forman nuestro “mundo manifiesto”. El suborden especialmente distinguido que hemos indicado, en el cual se basa la posibilidad de este mundo manifiesto, es pues, en efecto, lo que queremos decir cuando hablamos del orden explicado (…) Las cosas que aparecen ante nuestros sentidos son formas derivadas, y su verdadero significado solamente se puede ver cuando consideramos la plenitud, en la cual se engendran y sostienen, y en la cual acabarán desvaneciéndose.”
En Ensayos materialistas, Bueno utiliza un desplegable que titula Tabla de correspondencias entre los géneros de materialidad  y conceptos filosóficos de diferentes sistemas, en el apartado de Materia (M) sitúa la idea del Bien de Platón,  el Uno neoplatónico, la Sustancia de Espinoza, el Noúmeno de Kant y la Materia infinita del Diamat. No es difícil ver que el Orden implicado de Bohm podría estar en esa lista. Tampoco es difícil ver que no se puede acusar de irracionalistas a todos los de la lista. En su libro cita a Zenón, Kant, Aristóteles, Protágoras, Parménides, Demócrito, Leibniz o Piaget entre otros, en su juventud leyó a Marx, Engels y Lenin. En el presente libro se identifica parcialmente con la filosofía de Whitehead, algunas de sus propuestas me recuerdan al mencionado Bueno, a Bergson, incluso hay semejanzas con el monismo neutral de Russell. Finalmente sí parece que pasó de la influencia de Marx a la de Hegel, Bunge puntualiza con su obra Lógica. Desde luego si terminó en una fase idealista no es el caso del presente libro aquí analizado.
La cuestión me parece fundamental, ¿Cuánto se debe alejar de la ciencia una propuesta filosófica para poder llamarla irracional?, no considero irracional la ontología de Bueno ni tampoco la de Bohm, creo que la razón filosófica vuela más lejos que la razón científica, tiene menos ataduras y más peligros. ¿Cómo repercute la elección filosófica en el progreso científico? Da la casualidad que tanto Bohm como Bunge eran físicos. ¿Tiene un límite el conocimiento científico? ¿Llegara un momento en que una determinada filosofía no podrá fomentar más el progreso científico porque este habrá llegado a su límite?
Podría darse el caso de tener filosofías que ya hubieran encontrado “la verdad” pero que por el momento (o quizás nunca) no pueden ser comprobadas científicamente. Aquí podríamos incluir la filosofía del propio Bunge que pudiendo ser cierta no deja de contener cuestiones que es posible que nunca se puedan comprobar científicamente, como por ejemplo afirmaciones del tipo: “hay una infinidad de cosas” o “el mundo no tiene principio ni final”.
Al inicio de El moblaje del mundo (para mí su obra más importante) reflexiona sobre las relaciones entre la metafísica y la ciencia. Llegaba a decir: “Tanto la ciencia como la ontología indagan la naturaleza de las cosas, pero mientras que la ciencia lo hace en detalle y, por tanto, produce teorías  que se prestan a la comprobación empírica, la metafísica es extremadamente general y sólo se la puede controlar por medio de su congruencia con la ciencia.” Es en la “congruencia” donde puede haber la discusión sobre su significado y alcance para aceptar o rechazar una propuesta ontológica. Después continuaba con una lista de principios ontológicos que se presentan a la investigación científica, todos ellos “congruentes” con la ciencia claro está, esto implica naturalmente supeditar todo a la ciencia, la parte positiva es que tratamos con lo “operable”, manipulable de alguna manera ahora o en el futuro, el problema es que la realidad ultima no tenga esta propiedad, que no pueda ser tratada empíricamente.
¿Ha pecado Bohm en su obra La totalidad y el orden implicado de excesiva incongruencia con la ciencia? Parece que a ojos de Bunge así es. Yo creo que no, que simplemente se ha arriesgado exponiendo una propuesta de cosmovisión del mundo que al igual que tantas en la historia de la filosofía no es inmediatamente operable científicamente. Pero esto no la convierte en irracional.

“Como los científicos, los metafísicos buscaban –y buscan— la unidad en la diversidad, las pautas en el desorden, la estructura entre el amorfo montón de los fenómenos y, en algunos casos, hasta un sentido, dirección o finalidad en la realidad como totalidad.”
El moblaje del mundo





domingo, 3 de mayo de 2020

EL CAMPO-PSI DE DAVID BOHM





















EL CAMPO-PSI DE DAVID BOHM

Fermín Huerta Martín


El mundo en conjunto es objetivamente real y que, hasta donde ahora sabemos, puede considerarse que tiene una estructura analizable y descriptible de forma precisa de complejidad ilimitada.
David Bohm



En sus artículos Una interpretación sugerida de la teoría cuántica en términos de variables “ocultas” I y II (A Suggested Interpretation of the Quantum Theoty in Terms of “Hidden” Variables I y II, Physical Review 85 nº 2, 1952) que son incluidos en el interesante libro Los sueños de los que está hecha la materia, que recogen “los textos fundamentales de la física cuántica y cómo revolucionaron la ciencia” cuya edición e introducción es a cargo de Stephen Hawking, el físico David Bohm expone una serie de interesantes propuestas (algunas se me escapan dado el nivel de la formulación matemática), voy a centrarme en una: el campo-psi.
Para intentar perfilar la naturaleza de esta entidad paso a copiaros algunos de los usos que Bohm le da en su artículo doble:
609. En el análisis final no hay, por supuesto, ninguna razón por la que sobre una partícula no debiera actuar un campo-psi, igual que un campo electromagnético, un campo gravitatorio, un conjunto de campos mesónicos, y quizá también otros campos que aún no se han descubierto. (…) Pues igual que el campo electromagnético obedece a las ecuaciones de Maxwell, el campo-psi obedece a la ecuación de Schrödinger. (…) Es en relación con las condiciones de contorno que aparecen  en las ecuaciones de movimiento  donde encontramos la única diferencia fundamental entre el campo-psi y otros campos, tales como el campo electromagnético.
610. Otra diferencia importante entre el campo-psi y el campo electromagnético es que mientras que la ecuación de Schrödinger es homogénea en psi, las ecuaciones de Maxwell son inhomogéneas en los campos eléctrico y magnético. Puesto que las inhomogeneidades son necesarias para dar lugar a la radiación,  esto significa que nuestras ecuaciones actuales implican que el campo-psi no es radiado ni absorbido, sino que simplemente cambia de forma mientras su intensidad integrada permanece constante. (…) Así, en la sección 9 demostraremos que se pueden postular consistentemente inhomogeneidades  en la ecuación que gobierna psi, que solo producen efectos importantes a distancias muy pequeñas y efectos despreciables en el dominio atómico. Si tales inhomogeneidades están realmente presentes, entonces el campo-psi estará sujeto a ser emitido y absorbido, pero solo en relación con procesos asociados con distancias muy pequeñas. No obstante, una vez que el campo-psi haya sido emitido, obedecerá simplemente en todos los procesos atómicos a la ecuación de Schrödinger con muy buena aproximación. Sin embargo, a distancias muy pequeñas, el valor del campo-psi dependería en alguna medida, como en el caso del campo electromagnético, de la localización real de la partícula.
619. Si una de las rendijas está cerrada, el potencial “mecano-cuántico” es correspondientemente alterado, porque el campo-psi ha cambiado, y la partícula puede entonces llegar a ciertos puntos a los que no podía llegar cuando ambas rendijas estaban abiertas. La rendija es así capaz de afectar al movimiento de la partícula solo indirectamente, a través de su efecto en el campo-psi de Schrödinger.
632. Puesto que el movimiento de la partícula es fuertemente afectado por su campo-psi, debemos resolver primero este campo con la ayuda de la “ecuación de Schrödinger”.
639. Ahora en nuestra interpretación, el sistema va a describirse por un campo de ondas tetradimensional pero objetivamente real que es una función de x e y, y por un correspondiente punto representativo tetradimensional, especificado por las coordenadas, x, del electrón y la coordenada, y, del aparato. Puesto que el movimiento del punto representativo está determinado en parte por fuerzas producidas por el campo-psi que actúa sobre las variables del aparato y del electrón, nuestro primer paso para resolver este problema es calcular el campo-psi. Esto se hace resolviendo la ecuación de Schrödinger, con las condiciones de contorno adecuadas sobre psi.
644. El proceso de interacción con un aparato diseñado para medir el observable Q transforma efectivamente el campo-psi del electrón que, de cualquiera que fuera antes de que tuviera lugar la medida, pasa a ser una función propia psi q (x) del operador Q.
646. El proceso de medir un observable no proporciona ninguna información inequívoca sobre el estado que existía antes de que tuviera lugar la medida; pues en una medida semejante, el campo-psi se transforma en una en la práctica impredecible e incontrolable función propia, psi q (x), del “observable” medido Q. Esto significa que la medida de un “observable” no es realmente una medida de una propiedad física que pertenezca al sistema observado únicamente. Más bien, el valor de un “observable” solamente mide una potencialidad incompletamente predecible y controlable que pertenece tanto al aparato de medida como al propio sistema observado. Como mucho, una medida semejante proporciona información inequívoca solamente en un nivel de precisión clásico, donde la perturbación del campo-psi por el aparato de medida puede despreciarse.
647. Cuando el campo-psi se altera de esta manera, grandes cantidades de momento pueden transferirse a la partícula por el campo-psi cambiante.
648. La razón es que en el proceso de interacción con el aparato de medida, el campo-psi se altera de tal manera que puede dar al electrón un momento correspondientemente grande, lo que transforma parte de la energía potencial de interacción de la partícula con su campo-psi en energía cinética.
648. El espacio no está realmente vacío, sino que contiene un campo-psi objetivamente real que puede actuar sobre la partícula.
649. El campo-psi es capaz de llevar la partícula al reposo y transformar toda la energía cinética en energía potencial de interacción con el campo-psi.
649. La retirada de las paredes altera el momento de la partícula de forma indirecta, debido a su efecto sobre el campo-psi, que actúa sobre la partícula. Así, una vez retiradas las paredes empiezan a formarse dos paquetes de ondas que se mueven en direcciones opuestas y finalmente quedan completamente separados en el espacio. (…) El momento de la partícula final está determinado por la forma inicial del campo-psi y por la posición inicial de la partícula.
653. En el curso de una interacción semejante el potencial “mecano-cuántico” sufre rápidas y violentas fluctuaciones, que tienden a hacer que la órbita de la partícula deambule por toda la región en la que el campo-psi es apreciable.
655. Si medimos la posición de la primera partícula, introducimos fluctuaciones incontrolables en la función de onda para el sistema completo, que, a través de fuerzas mecano-cuánticas, producen correspondientes fluctuaciones incontrolables en la posición de cada partícula. Así, puede decirse que las fuerzas “mecano-cuánticas” transmiten instantáneamente perturbaciones incontrolables de una partícula a otra a través del medio del campo-psi.
656. La razón por la que en nuestra interpretación no aparecen contradicciones con la relatividad  pese a la transmisión instantánea de momento entre partículas es que ninguna señal puede transmitirse por esta vía. Pues una transmisión de momento semejante solo podría constituir una señal si hubiera algún medio práctico de determinar exactamente que habría hecho la segunda partícula si no se hubiera observado la primera partícula;  y como hemos visto, esta información no puede obtenerse mientras sea válida la forma actual de la teoría cuántica. (…) Es posible que la aplicación de los criterios usuales de covariancia Lorentz no sea adecuada cuando deja de ser válida la interpretación usual de la teoría cuántica.  Incluso en relación con la teoría gravitatoria, la relatividad general indica que la limitación de velocidades a la velocidad de la luz no necesariamente se da de forma universal. Si adoptamos el espíritu de la relatividad general, que es tratar de hacer las propiedades del espacio dependientes de las propiedades de la materia que se mueve en dicho espacio, entonces es perfectamente concebible que la métrica, y por consiguiente la velocidad limite, puede depender del campo-psi tanto como del tensor gravitatorio.
659. Un sistema mecano-cuántico como una síntesis de una partícula descriptible de forma precisa y un campo-psi definible de forma precisa que ejerce una fuerza sobre esta partícula.
668. De Broglie consideraba el campo-psi como un agente que “guía” a la partícula, y por ello se refería a psi como onda “piloto”.
Baste esta selección de textos para comprender que el campo-psi podría solucionar dos problemas abiertos de la mecánica cuántica: el entrelazamiento cuántico y el principio de indistinguibilidad que se da en los experimentos con interferómetros. Sobre el entrelazamiento, el campo-psi soluciona el problema de hacia dónde debe ir la “señal” cuando sucede el primer colapso de la función de onda, de lo contrario habría que especular cual es el mecanismo que lo realiza, ¿la señal se emite en todas direcciones? Entonces surge otro problema, si esta “señal” toca otra partícula que no es su pareja ¿Cómo sabe cuándo activarse?, debería llevar un “código de barras” que le identificase y así poder realizar la unión  entre el colapso de la primera partícula, la “señal” y el colapso de la segunda partícula. El campo-psi soluciona esta cuestión pues al ser una especie de plastilina estirable se convierte en un canal por el que transcurrir la señal.
Pero finalmente usamos el término señal a pesar de Bohm, que prefiere decir “En la interpretación usual de la teoría cuántica no hay un modelo conceptual similar que demuestre en detalle cómo la segunda partícula, que se supone que no interacciona en modo alguno con la primera partícula, es pese a todo capaz de obtener o bien una perturbación incontrolable de su posición o una perturbación incontrolable de su momento, dependiendo de qué tipo de medida decida realizar el observador sobre la primera partícula.”, pág. 654, sigue en la página siguiente 655 “Si medimos la posición de la primera partícula, introducimos fluctuaciones incontrolables en la función de onda para el sistema completo, que, a través de fuerzas mecano-cuánticas, producen correspondientes fluctuaciones incontrolables en la posición de cada partícula. Así, puede decirse que las fuerzas “mecano-cuánticas” transmiten instantáneamente perturbaciones incontrolables de una partícula a otra a través del medio del campo-psi.”, y dice en la siguiente “La razón por la que en nuestra interpretación no aparecen contradicciones con la relatividad  pese a la transmisión instantánea de momento entre partículas es que ninguna señal puede transmitirse por esta vía”.
Bohm se escuda en “una trasmisión de momento semejante…” una especie de truco para no llamar señal a algo que produce cambios en algo. Pero por lo menos su campo-psi crea la autopista que une las dos partículas, aunque no circulen “señales”. Como curiosidad, en su libro La totalidad y el orden implicado, si utiliza esa palabra, por ejemplo en la página  159 donde dice: “¿Cómo, pues, el sistema lejano recibe instantáneamente una “señal” que le muestre que se va a medir una nueva variable, para que pueda responder de acuerdo con ella?”. También en ese libro da una explicación del entrelazamiento basado en la filosofía expuesta en él y dice en la pág. 261: “Tenemos que contemplar cada una de las “partículas” que constituyen un sistema, más como la proyección de una realidad “de más de tres dimensiones” que  como una partícula separada que existe junto con todas las demás en un espacio tridimensional común.”
El segundo aspecto hace referencia a los experimentos que se mencionan por ejemplo en el libro Física cuántica interferencias, correlaciones y realidad de Valerio Scarani, describe allí el mencionado principio de indistinguibilidad y lo define como: “Las interferencias aparecen cuando una partícula puede tomar varios caminos con tal de llegar a un mismo detector, siempre que los caminos sean indistinguibles después de la detección” y continua: “En los montajes 1 y 2, hay un solo camino que conduzca a cada detector, por consiguiente, al detectar una partícula, sabemos exactamente el camino que ha tomado. Es una situación de distinguibilidad, por lo que ningún efecto de interferencia se manifiesta. En los montajes 3 y 4, en cambio, al detectar una partícula después del segundo separador, no hay modo de saber por qué camino ha llegado, puesto que hay dos caminos posibles. Estos dos caminos son indistinguibles y los efectos de interferencias están presentes. Finalmente, hemos visto que las interferencias desaparecen de nuevo al detectar la presencia de la partícula en uno de los dos caminos. De forma más general, estas desaparecen si la partícula deja algún tipo de huella a su paso, puesto que esta huella destruye la indistinguibilidad de los dos caminos.” La mención en nuestra selección corresponde a lo dicho en 619.
Recientemente he encontrado una explicación alternativa a la aquí expuesta y bastante más radical desde mi punto de vista:
“¿Cómo sería el experimento de Wheeler? De modo simplificado, un fotón es disparado "sabiendo", por el arreglo experimental, que, tras interactuar con un divisor de ondas (cuya función es "dividir" la trayectoria del fotón en dos ramas, A y B), se medirá, al llegar a un detector, como una partícula.
Sin embargo, el "engaño" del físico estadounidense consistió en colocar un segundo divisor de ondas en la mitad de la trayectoria de una y solo una de las ramas. Lo que sucede entonces es que el fotón que "se sabía" que iba a tener una propiedad corpuscular al llegar al segundo divisor muestra una propiedad ondulatoria. Pero lo sorprendente es que también modifica a la segunda rama, como si, de alguna manera, una información hubiera retrocedido en el tiempo hasta el primer divisor para cambiar la propiedad del fotón, que, ahora, "viaja" como una onda en ambas ramas (recordando que solo fue intervenida una de las dos posibles trayectorias).
Pasado indeterminado
Una explicación para la interpretación del experimento, pero que no cuenta con demasiados adeptos, dice Vanni, podría ser la retrocausación : "Una posibilidad es pensar que al colocar el segundo divisor la información del cambio de configuración del arreglo experimental del 'modo partícula' al 'modo onda' viaja al pasado, produciendo un cambio de las propiedades corpusculares del fotón a propiedades ondulatorias, y entonces empieza a viajar como onda, como efecto en el pasado de una causa futura. De ahí que por medio de la mecánica cuántica se podría afectar el pasado debido a una causa futura".
Aunque no podamos descartar nada en Física pues bastantes sorpresas nos ha dado ya a lo largo de la historia esta ciencia, pienso que una propuesta como la del campo-psi de David Bohm merece la pena tenerla en cuenta.
ARTICULOS DE ESTE BLOG DEDICADOS A LA MECANICA CUANTICA:
D´ESPAGNAT FILÓSOFO
MATERIALISMO Y ENTRELAZAMIENTO CUÁNTICO
REFLEXIONES SOBRE "TEORÍA CUÁNTICA Y REALIDAD"
DUDAS SOBRE LOS ESTADOS GHZ
OSCILACIÓN CUÁNTICA COORDINADA
BUNGE CUÁNTICO
BUNGE Y EL COLAPSO




viernes, 10 de abril de 2020

TEORÍA FILOSÓFICO-ONÍRICA DE LOS DOS LADOS





















TEORÍA FILOSÓFICO-ONÍRICA DE LOS DOS LADOS
Fermín Huerta Martín

“Todos los días suceden en el mundo cosas que no se explican por las leyes que conocemos de las cosas. Todos los días, habladas durante un momento, se olvidan, y el mismo misterio que las ha traído se las lleva, convirtiéndose el secreto en olvido. Tal es la ley de lo que tiene que ser olvidado porque no puede ser explicado. A la luz del sol, continúa siendo normal el mundo visible. El ajeno nos acecha desde la sombra.”
Libro del desasosiego. Fernando Pessoa.

1
La realidad consta como mínimo de dos lados. Ambos de diferente naturaleza pero igualmente materiales. Para el hombre esto se traduce en una actividad en un lado que se desarrolla cuando se está despierto y otra actividad en el otro lado que se desarrolla mientras dormimos. Definiremos a ambos puestos como lado 1 el despierto y lado 2 el dormido. El cerebro es el órgano que enlaza ambos lados. El sueño es el instrumento físico que utiliza el cerebro para reducir su actividad en el lado 1 y así potenciar la actividad del lado 2. La memoria y el yo residen en el lado 2 pero solo pueden tener una experiencia física por mediación del cerebro y la materia del lado 1. Anexo 1.
2
“Ha sido sólo un momento, y me he visto. Después, ni siquiera sé decir ya lo que ha sido. Y, por fin, tengo sueño, porque no sé por qué, creo que el sentido es dormir.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

“Esta manera de enfocar el fenómeno del sueño tiene ciertas consecuencias heurísticas. Le quita algo de misterio al fenómeno. No tenemos que buscar tan penosamente una explicación ya que podríamos considerar el sueño como el estado “normal” o “basal” del cerebro, y que lo raro fuese estar despierto. No tenemos porqué sugerir que ese estado de sueño sea esencial para la “estabilización de los rastros de los recuerdos”, para “recargar las sinapsis” (…) sólo tenemos que “explicar” el estado consciente (…) podríamos decir que el estado consciente es la manera que tiene el animal de preservar el estado inconsciente (…) el estado de alerta, la atención, sobrevienen para que el animal pueda “hacer su vida” (…) habiendo logrado estos fines, habiendo hecho que el milieu intérieur sea tan óptimo como sea posible, el estado consciente ya no es necesario y el cerebro puede pasar otra vez a su estado basal.” Pág. 380.
EL CEREBRO. C. U. M. Smith.
“El estado de vigilia es aquel que nos importa prácticamente, mientras que el sueño es lo más ajeno a la acción, lo más inútil del mundo. Como, desde el punto de vista práctico, es un accesorio, somos llevados a considerarlo, desde el punto de vista teórico, como un accidente. Apartemos esa idea preconcebida, y el estado de sueño nos aparecerá al contrario como el substratum de nuestro estado normal. Él no se sobreañade a la vigilia: es la vigilia la que se obtiene por la limitación, la concentración y la tensión de una vida psicológica difusa, que es la vida del sueño. En un sentido, la percepción y la memoria que se ejercen en el sueño son más naturales que las de la vigilia: la conciencia se entretiene allí en percibir por percibir, en recordar por recordar, sin ninguna preocupación por la vida, desinterésense: por ello mismo pasan del yo de la vigilia al yo de los sueños, menos tenso, pero más extenso que el otro. El mecanismo de la vigilia es entonces el más complejo, el más delicado, también el más positivo de los dos, y es la vigilia, mucho más que el sueño, lo que reclama una explicación.” Pág. 139.
La energía espiritual. Henri Bergson.
3 ANESTESIA
“A pesar de que se administran anestésicos a millones de pacientes cada año, los mecanismos farmacológicos que producen la pérdida de conciencia y la analgesia se conocen mal.”
Anestesiología. Investigación y ciencia,  nº 105.
Peter M. Winter, John N. Miller.
“Si se llega a probar la hipótesis de que la pérdida de conciencia por la anestesia está causada por la inhibición del movimiento de los electrones en los microtúbulos (diminutos tubos de pared proteínica que forman el esqueleto de las células), entonces podrían darse procesos cuánticos no-algorítmicos que hiciesen surgir la conciencia.” Pág. 154.
El problema cerebro-mente. Enric Trillas.
“Tales procesos se desarrollarían en los microtúbulos, partes de las células en las que, según el anestesiólogo Hameroff, las aplicaciones anestésicas indican que se inhibe el movimiento de los electrones al suprimirse la conciencia.” Pág. 205.
El problema cerebro-mente. Ramón Pascual.
3A
La anestesia no anula la conciencia, la anestesia desactiva los mecanismos cerebrales que el lado 1 utiliza para contactar con la conciencia que se encuentra en el lado 2.
3B
“Un camino importante hacia la respuesta de preguntas relativas a las bases físicas de la consciencia surge de un examen de lo que precisamente desconecta dicha consciencia de forma muy concreta. Los anestésicos generales tienen precisamente esa propiedad –completamente reversible, si las concentraciones no son demasiado altas—y es un hecho notable el que la anestesia general puede ser inducida por un gran número de sustancias completamente diferentes que parecen no tener ninguna relación química entre sí (…) A medida que los gases anestésicos se difunden entre las células nerviosas individuales, sus propiedades dipolares eléctricas (que no tienen mucho que ver con sus propiedades químicas comunes) pueden interrumpir de este modo las acciones de los microtúbulos (…) Como apoyo para las sugerencias de que es el citoesqueleto el que está directamente afectado por los anestésicos generales, puede comentarse que no son sólo los “animales superiores”, tales como los mamíferos o los pájaros, los que quedan inmovilizados por dichas sustancias. Un paramecio, una ameba, o incluso el mantillo verde de las ciénagas es afectado de forma análoga por los anestésicos del mismo tipo y concentración aproximada (…) Presumiblemente, para que la consciencia aparezca en general no es un citoesqueleto como tal lo que es relevante, sino alguna acción física esencial que la biología se las ha arreglado astutamente para incorporar en la actividad de los microtúbulos. ¿Cuál es esta acción física esencial? (…) es a través del control citoesquelético de las conexiones sinápticas como esta interfase cuántico/ clásico ejerce su influencia fundamental sobre el comportamiento cerebral.”Pág. 391.
Las sombras de la mente. Roger Penrose.
4
Esta teoría está filosóficamente justificada en el segundo género de materialidad de Gustavo Bueno y en el “cono” de Henri Bergson. De hecho la figura geométrica del cono, que termina en un punto, nos viene bien como imagen, mejor aún seria dos conos  unidos por ese punto. El punto seria el cerebro y los dos conos serían los dos lados de la realidad. Los sueños serian la actividad en el otro lado del cono, donde no rigen las normas o la lógica que existe en el lado contrario. Quisiera dejar claro que ambos lados pueden ser perfectamente materialidades de diferente orden ontológico, no hablo de materia/espíritu sino de diferentes materias.
5
“Sueño es la fusión con Dios, el Nirvana, sea en las definiciones lo que fuese; sueño es el análisis lento de las sensaciones, sea usado como una ciencia atómica del alma, sea dormido como una música de la voluntad, anagrama lento de la monotonía.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

Mientras trabajaba en la elaboración de este texto sucedió una cosa sorprendente, buscaba frases relativas al sueño en el libro de Fernando Pessoa llamado Libro del desasosiego,  frases que pensaba usar para acompañar mis reflexiones, el libro lo empecé a leer en 1986, por alguna razón que desconozco dejé de leerlo, tengo anotaciones hasta la página 48, leía simultáneamente el libro de Piaget 6 estudios de psicología y debió interesarme más porque después continué con su  Psicología y epistemología. El caso es que el libro durmió (con algún manoseo) en mi biblioteca hasta que decidí leerlo en el verano de 2019. En otro lugar he escrito las impresiones que me produjo su lectura global. Lo interesante aquí es el contenido de la entrada 267, pues era ni más ni menos  que un resumen en toda regla de mi teoría. Comprenderéis mi sorpresa y hasta estupefacción. Hay un nexo de unión entre Pessoa y yo, se trata de Bergson, en alguna parte he leído que fue seguidor suyo, quizás la lectura de Bergson le llevara a esa reflexión o quizás es una reflexión ajena a esa lectura. En mi caso está claro que fue la lectura de Bergson (y lecturas científicas sobre estos temas) la que me hizo entender partes de la obra de Bueno que no aceptaba y de la mezcla de estas dos influencias surge el presente texto.
Confesada ya la falta de originalidad de mi teoría procedo a copiar la entrada 267 de Pessoa que tan extraña y maravillosa sensación me produjo su lectura.
6 (267)
“Pienso a veces con una satisfacción (en bisección) en la posibilidad futura de una geografía de nuestra conciencia de nosotros mismos. A mi modo de ver, el historiador futuro de nuestras propias sensaciones podrá quizás reducir a una ciencia exacta su actitud para con su conciencia de su propia alma. De momento, estamos en el principio de este arte difícil —arte todavía; química de las sensaciones en su estado alquímico por ahora. Este científico de pasado mañana sentirá un escrúpulo especial por su propia vida interior. Creará de sí mismo el instrumento de precisión para reducirla a analizada. No veo dificultad esencial en fabricar un instrumento de precisión, para uso autoanalítico, con aceros y bronces sólo del pensamiento. Me refiero a aceros y bronces realmente aceros y bronces, pero del espíritu. Y tal vez así mismo deba ser construido. Será quizás preciso concertar la idea de un instrumento de precisión, viendo materialmente esa idea, para poder proceder a un riguroso análisis íntimo. Y naturalmente será necesario reducir también el espíritu a una especie de materia real con una especie de espacio en el que existe. Depende todo esto del aguzamiento extremo de nuestras sensaciones interiores, que llevados hasta donde pueden ser, sin duda revelarán, o crearán, en nosotros un espacio real como el espacio que existe donde están las cosas de la materia, y que, además, es irreal como cosa. Ni siquiera sé si este espacio interior no será tan sólo una nueva dimensión del otro. Tal vez la investigación científica del futuro venga a descubrir que todo son dimensiones del mismo espacio, ni material ni espiritual por eso. En una dimensión viviremos como cuerpo; en otra viviremos como alma. Y hay quizás otras dimensiones donde vivimos otras cosas igualmente reales de nosotros. Me gusta a veces dejarme poseer por la meditación inútil del punto hasta donde esta investigación puede llevar. Tal vez se descubra que aquello a lo que llamamos Dios, y que tan patentemente está en otro plano que no la lógica o la realidad espacial y temporal, es un modo nuestro de existencia, una sensación de nosotros mismos en otra dimensión del ser. Esto no me parece imposible. Los sueños también serán tal vez o también otra dimensión en que vivimos, o un cruce de dos dimensiones; como un cuerpo vive en la altura, en la anchura y en la longitud, nuestros sueños, quién sabe, vivirán en lo ideal, en el yo y en el espacio. En el espacio, por su representación visible; en lo ideal, por su presentación de otro género que la de la materia; en el yo, por su íntima dimensión de nuestros. El propio Yo, el de cada uno de nosotros, es quizás una dimensión divina. Todo esto es complicado y a su tiempo, sin duda, será aclarado. Los soñadores actuales son tal vez los grandes precursores de la ciencia final del futuro. Pero eso no viene al caso. Hago a veces metafísica de éstas, con la atención escrupulosa y respetuosa de quien trabaja de veras y hace ciencia. Ya he dicho que hasta es posible que esté haciéndola realmente. Lo esencial es que yo no me enorgullezca mucho de esto, dado que el orgullo es perjudicial para la exacta imparcialidad de la precisión científica.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.
7 PENROSE
“Estoy convencido de que nunca estoy despierto. No sé si no sueño cuando vivo, si no vivo cuando sueño, o si el sueño y la vida no son en mí cosas mixtas, intersecadas, de las que mi ser consciente se forme por interpenetración.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

La teoría de Penrose sobre la conciencia, expuesta por ejemplo en Las sombras de la mente, es un buen ejemplo del modelo que nos gustaría para nuestra teoría filosófico onírica. Aunque se le puede acusar de ser una mera especulación, el autor propone una teoría sobre la mente compatible con la investigación científica, postula además los posibles mecanismos de existencia y funcionamiento, nuestra teoría solo modificaría un aspecto de la teoría de Penrose. Para nosotros, las tubulinas (o el retículo vesicular presináptico que Penrose cita de Eccles) no generarían la mente sino que serían las responsables de contactar con la mente. Lo importante es el modelo de explicación que aúna la especulación filosófica con la ciencia. Lejos de explicaciones espiritualistas.
En el libro citado de Penrose habla de “materia mental” y de una “mente” dualista que es (lógicamente) externa al cuerpo. Este no es nuestro caso, la materia mental no es estrictamente externa y está por ver a que leyes se somete. Mi propuesta no es algo “externo” al cuerpo, hay contigüidad de contacto en esas tubulinas o lo que sea, entre los dos lados. Lo que implica que esa materialidad contacta con la otra dentro del cerebro. Comenta Penrose “Es difícil, sin embargo, argumentar contra un punto de vista semejante de un modo riguroso, puesto que por su propia naturaleza está despojado de reglas claras que la permitirían someterse al argumento científico.” Este es clarísimamente el reto al que nos enfrentamos, extender la cientificidad al lado 2. Penrose lo dice admirablemente: “qué lugar podría llegar a encontrarse dentro de una ciencia que indudablemente se extenderá mucho más allá del ámbito limitado que admite hoy (…) debemos buscar mucho más profundamente dentro de las estructuras “materiales” físicas y reales que constituyen los cerebros (…) no hay en definitiva otra solución que sondear más profundamente en las verdades que realmente yacen en las raíces de la Naturaleza (…) Incluso si de hecho hay efectos importantes de una naturaleza cuántica que son esenciales para el funcionamiento de los microtúbulos y para la acción cerebral consciente, podría no ser fácil demostrar su presencia mediante experimentos concluyentes”, y esta es nuestra postura.

8
“Para mí, el cerebro es como una plancha llena de agujeros, que dejan pasar la conciencia pero no la crean” Conversaciones con Bergson, J. Chevalier.



Imaginemos una figura como la anterior, con dos departamentos de igual tamaño separados por una lámina por la mitad horizontalmente, la parte superior está llena de agua, la inferior esta vacía. Si el separador fuese una trampilla, todo el contenido de la parte superior podría pasar a la inferior, si el separador no puede moverse pero podemos realizar agujeros por donde puede haber un trasvase de contenido de uno a otro lado. Esto es lo que realiza el cerebro con cada microtúbulo, un poro por el que puede circular contenido de uno a otro espacio. A más conexiones neuronales mayor conciencia, las neuronas después intentan reconstruir mediante conexiones la unidad original del “líquido” contenido arriba y ahora vertido abajo.  Al nacer el cerebro del niño comienza a hacer contactos con el lado 2 (el superior en la imagen). Aquí podríamos usar la imagen que utiliza Antonio Dopazo en Bergson y el problema de la creación “alma universal como interioridad sin conciencia”. Los poros del cerebro contactarían con el contenido de 2 vacío de todo registro, las experiencias adquiridas en 1 empezaran a llenar de registros (memoria) el lado 2 personal del sujeto. Quizás como plantea Bergson este registro es total y se conserva integro. De alguna manera ese registro es personal e intransferible, debe haber algún mecanismo (pues no hay que olvidar que estamos hablando de una forma de materialidad) que garantice esto. Que garantice el acceso a una porción virgen de contenido en 2. Que garantice el mantenimiento de la misma porción durante toda la vida del sujeto. Queda finalmente abierto el asunto del destino post mortem de esta porción una vez utilizada ¿Qué puede ocurrir con ella?
Pueden darse varias opciones:
Que el registro se borre y pueda ser utilizado por otro individuo. Quizás cada persona tenga un código de acceso diferente que garantice su accesibilidad individualizada.
Que el registro ocupado siga existiendo una vez rotos los lazos con el lado 1. Pero sin posibilidad de aumentar el registro, lo cual solo es posible en el contacto con el lado 1, inutilizado tras la muerte del individuo. Dice un insigne representante del Materialismo Filosófico:
 “¿Qué ocurre con los contenidos psíquicos en la muerte cerebral? El materialismo filosófico no puede aceptar ni que pervivan ni que se aniquilen”
Principios y problemas abiertos del materialismo discontinuista. Javier Pérez Jara.
¿Podemos hablar en este caso de supervivencia de la mente tras la muerte del cuerpo?
Cabe la posibilidad de que exista lo que denomino supervivencia onírica, esto se deduce del planteamiento que he realizado a lo largo del presente artículo sobre la importancia de los sueños, como actividad del yo en el lado 2 cuando la conexión con el lado 1 esta disminuida pero no desaparecida.
¿Persistirá así indefinidamente esta actividad onírica tras la muerte? Si la memoria se conserva intacta tiene un material asegurado para construir sus historias-sueño. La clave está en saber si ese yo-memoria tendría algún tipo de autonomía exclusiva en el lado 2 tras la desconexión total con el lado 1. Es decir en saber si ese lado 2 sería una interioridad con conciencia o con registros de conciencia pero sin conciencia. Evidentemente la cuestión está abierta. Si algún día podemos construir una maquina capaz de operar con este tipo de materialidades quizás sea posible contactar con memorias completas de personajes históricos muertos y solucionar todos los enigmas pendientes de la historia de la humanidad.
También es factible que este registro separado del lado 1 se disuelva gradualmente como parece el destino de toda materialidad.
9
“Quiero sentir al sueño llegar como vida, y no como reposo.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

En nuestra ontología dualista, el lado 2 solo puede “manifestarse” en contacto con el lado 1, durante la vigilia el lado dominante es el 1, durante el sueño el lado dominante es el 2, pero en ninguno de ambos casos hay separación total de ambos. El yo y la memoria son partes materiales del lado 2. Para operar en el lado 1 necesitan las conexiones que las neuronas establecen en el cerebro con el lado 2. Las “entradas” con información se producen en el lado 1 a través de los sentidos y de ahí parten las necesidades de búsqueda para la acción en la memoria del lado 2. No podemos suscribir la afirmación de Bergson de que la memoria lo registra todo. En todo caso postulamos una asimetría entre los contactos neurales y el contenido del lado 2. Para que hubiese una simetría completa en ambos lados, debería haber un contacto total entre los dos lados, cosa que no ocurre. Precisamente es el incremento en el número de conexiones lo que establece el concepto de evolución intelectual, desde el ser más primitivo al ser humano actual.
Para Eccles la memoria esta codificada neuralmente en el cerebro (lado 1), dice en El yo y su cerebro pág.425 “La mente autoconsciente puede provocar actividades cerebrales que resultan efectivas a la hora de retirar información de los bancos de datos que probablemente se hallan ampliamente distribuidos por la corteza cerebral (…) La información recuperada se interpreta desde las áreas de relación del cerebro y se contrastan con los resultados esperados en virtud de lo que podríamos denominar la función de reconocimiento de memoria de la mente autoconsciente. En virtud de este reconocimiento de memoria, la mente autoconsciente puede descubrir que la recuperación del banco de datos es errónea.” Esto supone una duplicidad, pues la mente autoconsciente (lado 2) es el árbitro que dilucida cuando un recuerdo es correcto, lo que implica que debe existir allí también. Para nosotros, la memoria está en el lado 2 codificada de algún modo, durante la vigilia los entramados neuronales monitorizan la mente autoconsciente. Cuando uno busca una palabra olvidada (en mi caso, palabras recurrentes que olvido, tallarines, diabético, castidad), se puede tener una imagen o contexto de lo buscado, pero falta el nombre, no se da con él, la parte del circuito neural que debe contactar con la parte de la memoria que lo almacena sufre alguna disfunción, tras un esfuerzo de búsqueda se restablece la función o se consigue un enlace alternativo, se encuentra el nombre olvidado, pues durante la vigilia la memoria solo es posible en la unión de los dos lados. Al ser ambos materiales pueden existir malfuncionamientos en ambos lados, al recordar la palabra olvidada puede darse error, creer que se ha recordado correctamente y no ser así. Se tendrá que recurrir a otras formas para comprobar el recuerdo, preguntar a alguien, buscar en un diccionario, en Internet, etc.
Así la palabra “tallarines” esta espacialmente en el lado 2, pero el requerimiento de búsqueda parte del lado 1 que es el que recibe el estímulo que inicia la acción. La memoria no está duplicada.
El que el yo y la memoria habiten el lado 2 no quiere decir que sean lo mismo. Cuando la interacción de los dos lados requieren la búsqueda de una palabra, esta se encuentra codificada (si es el caso) en el lado 2 área memoria, pero no en el lado 2 área yo. El yo del lado 2 es en última instancia quien decide si es la palabra correcta o no, pero no porque disponga de una memoria interna propia y duplicada que le habilite a tomar esa decisión. Por eso pueden darse los errores, el yo puede equivocarse al tomar una respuesta por correcta.
10 PREGUNTAS
¿Por qué las células nerviosas no se reproducen? Pág. 27.
No se ha obtenido una respuesta firme a la pregunta ¿Cuál es la base física de la memoria? Pág. 34.
¿Cómo puede un sistema constituido por unidades si/no, inflexibles, dar una respuesta flexible capaz de adaptarse? Pág. 131.
¿Cómo pueden ser convertidos los efímeros flujos de iones de los impulsos nerviosos, que tan solo duran unos pocos milisegundos, en un rastro que puede durar toda la vida?¿Cómo puede un tal engrama convertirse otra vez en potenciales de acción dinámicos durante el proceso de recordar?¿Qué forma podría adoptar un engrama que poseyese tales cualidades? Pág. 354.
El cerebro. C.U.M. Smith.
¿Cómo se pasa de eventos físicos a eventos psíquicos? Pág. 267.
¿Cómo pueden reducirse a procesos cerebrales y términos neurocientíficos, esto es, moléculas, potenciales de acción y circuitos, los pensamientos y las emociones? Pág. 269.
El problema cerebro-mente. Francisco Mora
11 IGNORANCIAS
Cuando se consiga un teoría física del cerebro. Pág. 270.
Los neurobiólogos no tienen casi la menor idea sobre los posibles orígenes del pensamiento simbólico. Pág.279.
Las relaciones entre mente y materia no están resueltas, sino tan solo almacenadas, en la teoría del comportamiento. Pág. 305.
El problema de la memoria individual, espera todavía a su Darwin. Los Galápagos del cerebro están todavía por visitar, o si lo han estado todavía tenemos que aprender sus lecciones. Pág. 341.
El estudio de los procedimientos que tiene el cerebro para aprender, no nos responderá fácilmente a la pregunta de dónde almacena el cerebro la información que ha aprendido, o bajo qué forma se almacena esta información. Pág.350.
La neurofisiología solo nos ayuda a explicar el comportamiento de otros, y de nosotros mismos, en tanto en cuanto nos podemos observar “desde el exterior”: no ilumina la naturaleza de nuestra propia experiencia individual. La dicotomía entre mente y cerebro, experiencia y comportamiento es mucho más profunda que esto. El neurofisiólogo solo podría demostrar unos ciertos potenciales de acción y unas ciertas reacciones químicas a nivel sináptico. Pág. 392.
El cerebro. C. U.M. Smith.
El sistema en conjunto tiene propiedades que superan las previsibles en un simple sistema modular. Pág. 53
Aún no es posible dar una explicación completa del desarrollo de ninguna parte del cerebro y mucho menos del cerebro en conjunto. Pág. 69.
Las benzodiacepinas son el tipo de fármacos psicoactivos más ampliamente recetados, no obstante, todavía estamos sin conocer su mecanismo de acción. Pág. 90.
Vale la pena señalar que nadie tiene la más remota idea acerca del porqué las rutas del sistema nervioso muestran esa sorprendente tendencia a cruzarse. Pág. 116.
Problema real, de qué manera, exactamente, analiza el cerebro la información. Era como si la representación pudiera ser un fin en sí misma en lugar de servir a una finalidad más sutil. Como si lo que el córtex hiciese fuese complacer a algún geniecillo  que estuviera sentado en el interior de la cabeza y supervisara las imágenes que se movían a través del córtex. A lo largo de este artículo  demostraremos que, cuando menos para la visión, el mundo está representado en una forma muchísimo más distorsionada, cualquier geniecillo que intentara entresacar información  de la proyección cortical acabaría perplejo y desconcertado. Pág. 116.
Desconocemos el sustrato biológico de la fatiga cerebral, de su aparición al prolongarse el estado vigil y de su desaparición. Pág. 206.
El cerebro. Libros de Investigación y ciencia.
Por extraño que parezca, no entraña ninguna ventaja, desde un punto de vista evolutivo, que algunos tipos de dolor sean conscientes. Pág. 501.
El yo y su cerebro. Popper y Eccles.
Es impensable el paso de la física del cerebro a los correspondientes hechos de conciencia. Pág.80.
La apariencia subjetiva o la cualidad experiencial de lo mental, aún está fuera del ámbito de cosas que pueden ser explicadas con los principios científicos con que contamos. Pág. 80.
No tenemos ni el menor atisbo de una teoría general que nos explique por qué una cierta operación física del sistema nervioso central humano da lugar al tipo de conciencia que produce. Pág. 81.
Las ciencias no demostraran probablemente nunca la intimidad del funcionamiento cerebral. Pág. 262.
Ciertamente las neurociencias actuales están todavía muy lejos de aportar una hipótesis integrada del funcionamiento cerebral que permita explicar en términos neuronales los fenómenos más complejos (procesos mentales). Pág. 266.
Ningún área es destino final común del procesamiento del cerebro. No hay en la corteza cerebral teatro alguno en el que se represente el acto final, ni lugar o morada para un supremo analizador ajeno o propio al cerebro. La corteza cerebral parece ser como una madeja sin principio ni fin. Pág. 279.
Desconocemos, verdaderamente, cómo funciona el cerebro. Pág. 288.
Desvelar la lógica de los procesos cerebrales, que subyacen a los procesos mentales, requerirá de una nueva y diferente aproximación científica a la que se ha seguido hasta ahora. Las neurociencias están faltas de una revolución. Pág. 288.
El problema cerebro-mente. Varios autores.
12 SUEÑO
El sueño puede deberse a una inhibición activa de la conciencia, pudiera no ser un mero relajamiento de la tensión cerebral; sino un estado de actividad diferente. Pág. 379.
Muchas neuronas corticales están bastante más activas durante el sueño que en estado consciente. Pág. 380.
El cerebro. C.U.M. Smith
El ritmo del metabolismo cerebral es relativamente constante tanto de día como de noche e incluso puede verse ligeramente aumentado durante los periodos de sueño de la noche. Pág. 85.
Actividad llena de misterio que son los sueños. Pág. 206.
La necesidad biológica de soñar no parece imponerse, puesto que, al parecer, perturba el descanso reparador del organismo. Pág. 206. Las neuronas no descansan mientras dormimos,  tienen una actividad diferente de la que efectúan cuando estamos despiertos. Pág. 206.
Se comprende mal como puedan los sueños constituir una ventaja evolutiva. Pág. 206.
El cerebro. Libros de Investigación y ciencia.
El sueño sigue siendo, en muchos de sus aspectos, una incógnita. Pág. 17.
Todos tenemos una experiencia personal de lo que es el sueño, pero su origen, sus mecanismos y su significado funcional siguen siendo en gran parte un misterio. Pág. 21.
Durante el sueño tiene lugar una compleja actividad en el encéfalo: la actividad neural y mental puede llegar a ser mayor en ciertas fases del sueño que en vigilia. Quedan aún muchas incógnitas por resolver y todavía no se puede responder satisfactoriamente a preguntas tales como ¿Qué sucede en el cerebro durante el sueño? O ¿por qué se necesita tanto dormir? Pág. 21.
El EEG del sueño REM es muy similar al de vigilia (…) esta similitud es sorprendente si se considera que dichos estados son tan distintos desde un punto de vista comportamental. Pág. 38.
Tradicionalmente se ha supuesto que el sueño sirve para el reposo y la restauración del desgaste que el organismo ha sufrido en vigilia, pero los datos experimentales indican que el aumento de actividad en vigilia no siempre produce un aumento del tiempo de sueño subsiguiente y, por otra parte, es obvio que el reposo físico no basta para suprimir la necesidad de dormir. Pág. 79.
Pese a casi medio siglo de estudio científico del sueño, incluyendo las tres últimas décadas de intensa investigación moderna, la función del sueño sigue sin esclarecerse. Esto no significa que no se hayan planteado hipótesis sobre la cuestión, al contrario, hay quizá demasiadas si se considera la escasez de datos consistentes que apoyen cada una de ellas. Pág. 80.
Se han propuesto varias hipótesis sobre cuál puede ser la función del sueño, pero aún no se sabe con certeza su significado biológico. Pág. 101.
Dicha coherencia sugiere que el ensueño no es el producto de una actividad cerebral aleatoria, como defienden ciertos modelos neurofisiológicos de la construcción de los sueños. Pág. 174.
Todavía no se puede determinar los mecanismos de formación de los ensueños. Pág. 179.
Sueño y procesos cognitivos. Varios autores.
El sueño es una inconsciencia natural y repetida de la que desconocemos hasta su razón de ser. Pág. 558.
Cuando nos hallamos profundamente dormidos, la mente autoconsciente escudriña y no encuentra ningún modulo que reaccione los más mínimo. Es entonces cuando estamos inconscientes. Entonces, algunos módulos llegan a reaccionar un poco, desarrollando alguna actividad coherente. Eso produce que la mente autoconsciente lea un sueño. Pág.571.
El yo y su cerebro. Popper y Eccles.
El sueño nos permite entrar en nosotros. Pág. 103.
En el sueño solo vivimos para nosotros. Pág. 104.
Yo me desintereso de la situación presente, me duermo. Los recuerdos inmóviles se ponen en movimiento. Pág. 107.
En el sueño, nos volvemos a menudo indiferentes a la lógica, pero no incapaces de lógica. Pág. 112.
El sueño es la entera vida mental menos el esfuerzo de concentración. Pág. 116.
La energía espiritual. H. Bergson.
13 ESPACIALIDAD
“Para darle relieve a mis sueños, necesito conocer cómo es como los paisajes reales y los personajes de la vida se nos aparecen en relieve. Porque la visión del soñador no como la visión del que ve las cosas. En el sueño, no se da e posarse la vista sobe lo importante y lo no importante de un objeto que hay en la realidad. Sólo lo importante es lo que ve el soñador. La realidad verdadera de un objeto es sólo parte de él; el resto es el pesado tributo que paga a la materia a cambio de existir en el espacio. De manera semejante, no hay en el espacio realidad para ciertos fenómenos que en el sueño son palpablemente reales. Un ocaso real es imponderable y transitorio. Un ocaso de sueño es fijo y eterno.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

En contra de la opinión de Eccles, quien dice en El yo y su cerebro pág. 422 “aunque esté en conexión con zonas especiales del neocórtex, no es necesario que la mente autoconsciente posea la propiedad de la extensión espacial (…) podemos considerar que el Mundo 2 tiene una propiedad temporal, pero no espacial” y del propio Gustavo Bueno que habla del segundo genero de materialidad diciendo: “los procesos reales dados antes en una dimensión temporal que espacial” defendemos la espacialidad del lado 2, eso se basa en nuestra concepción de la materialidad de ese lado. Si la ciencia habla de materia y energía oscura (leo en un artículo reciente: “De existir realmente, el hexaquark podría explicar el misterio de la materia oscura, esa "otra clase" de materia que no emite absolutamente ningún tipo de radiación y que, por lo tanto, resulta indetectable incluso para los instrumentos más sofisticados. “ José Manuel Nieves ABC 05/02/2020) nosotros mantenemos (mientras no se encuentren pruebas contundentes en contra) la espacialidad del lado 2, tampoco (contradiciendo a Bueno) puede darse proceso real antes en una dimensión que en otra. Si trillones de neutrinos atraviesan la Tierra sin interacciones compartiendo el mismo espacio, no veo porque negar la espacialidad del lado 2, nos parece un paso previo a negar la materialidad de ese lado y un acercamiento muy peligroso a la espiritualidad.

NOTA FINAL
Aunque esta es una propuesta filosófica, la ciencia no tiene por qué quedar al margen. Lo apuntado de anestesiología y neurología evidencia la posibilidad de seguir investigando intentando encontrar el mecanismo cerebral de contacto de los dos lados. Este descubrimiento nos pondría en la posición de poder abordar la investigación de los contenidos del lado 2 con los contenidos del lado 1.
Este artículo no está cerrado, lo iré ampliando según tenga motivos para ello, datando las sucesivas ampliaciones.

ANEXO 1, 13/04/2020
Cuando publique este texto lo publicite en mi Facebook con el objetivo de que lo leyera el mayor número de personas posible, pero solo mencione a un posible destinatario, Gerardo Primero, el motivo fue que días antes de la publicación habíamos tenido varias conversaciones muy interesantes a través de Messenger y le comunique que trabajaba en ese artículo. Gerardo tuvo la amabilidad de leerlo y hacerme una serie de interesantes críticas relacionadas con su idea de lo que debía ser un texto de filosofía científica. Él tiene una idea más estricta que yo de esa noción, aunque de alguna manera los dos nos situamos bajo ese mismo paraguas. Hubo por su parte varias propuestas concretas muy oportunas sobre las que me gustaría hacer un comentario. La frase inicial “la realidad consta como mínimo de dos lados” debería reescribirse por esta otra: “la conciencia o mente consta como mínimo de dos modos de procesamiento”, la frase de Gerardo es más concisa y detallada, la mía es más literaria, podríamos decir. También uso la palabra “realidad” sin definirla. En verdad no he entrado en definiciones rigurosas de ninguno de los términos que utilizo. Pero mi filosofía se da en un contexto determinado que estaría compuesto por mis otros escritos y mis autores favoritos (Bunge, Bueno y Bergson), así como mi adhesión al materialismo. Esto acota el espectro de las posibles definiciones de términos. Podría decir que mi frase inicial se transforma en la frase de Gerardo en el transcurso del artículo. Aquí podríamos apelar a la distinción que realiza Gustavo Bueno entre ejercicio/representación. Podríamos decir que la frase sugerida por Gerardo esta ejercida en el desarrollo del texto pero no representada. En realidad si consideramos este anexo 1 como parte del texto, si estaría ya representada.
Resulta evidente que la realidad de la que hablo que tiene dos lados no se refiere a los polos de un imán ni a los extremos de una galaxia, sino a los procesos cerebrales vigilia y sueño, como denotando dos  realidades ontológicas que incluyen dos materias diferentes. Conformando todo ello una realidad unitaria que contase de diferentes partes.
Su segunda propuesta es todavía más oportuna, se refiere a la frase “el cerebro es el órgano que enlaza ambos lados”, Gerardo comenta: “los modos de funcionamiento no son “enlazados” por el cerebro, sino que es el cerebro (y otros subsistemas) quien los realiza.” Evidentemente el cerebro realiza los modos de funcionamiento que incluyen algo que contacta con el cerebro y como tal es cerebro. En este sentido puedo admitir la corrección de Gerardo como más concisa que la mía que sería más literaria.

ANEXO 2, 18/04/2020
El hombre no debe poder ver su propia cara. Eso es lo más terrible que hay. La naturaleza le ha concedido el don de no poder verla, así como el de no poder mirar a sus propios ojos.
Sólo en el agua de los ríos y de los lagos podía mirar su rostro. Y la postura, incluso, que tenía que adoptar era simbólica. Tenía que inclinarse, que rebajarse para cometer la ignominia de verse.
El creador del espejo envenenó el alma humana.
Libro del desasosiego. F. Pessoa.
Durante algunas ocasiones en el pasado (no sé si podría volver a autoprovocarmelo), mi propia contemplación en un espejo cuando estaba solo me producía una extraña reacción, era una especie de negación del autorreconocimiento, como si esa contemplación no identificase mi rostro con mi yo, iba acompañada también de una especie de aislamiento del mundo, como si yo y mi imagen del espejo entráramos en un túnel de luz giratoria que nos separaba del mundo. Llegaba un momento que tenía que parar y separarme del espejo pues desconocía y me asustaba las consecuencias de seguir con aquella sensación. Temía muchas cosas, como un shock cerebral que me dejase secuelas o siendo más positivo y fantasioso un salto dimensional a otro espacio o tiempo. En cualquier caso nunca me atreví a continuar con esa sensación, pasados unos segundos recuperaba la cordura, seguía con mi vida e intentaba olvidar la experiencia para la que no tenía explicación. Pensaba que eso era fruto de mi natural introversión. Nunca he sido de mirarme al espejo, pero no entendía esa reacción que me sucedía, tras exponer mi teoría en el presente artículo, puede conjeturarse una explicación a ese interesante fenómeno. Es posible que el yo, que se configura en los dos lados, que actúa en los dos lados, pero que reside materialmente en el lado 2, no se identificase con esa imagen que en realidad no era él. Eso provocaría la reacción descrita. El yo material del lado 2 no se identificaría con esa imagen de un rostro del lado 1 a través del cual actúa. Los efectos físicos explicados serian consecuencia de esa perplejidad del genuino yo del lado 2. Unos efectos físicos que implican la materia del lado 2 y por eso esa sensación extraña en el lado 1. Una vez más ha sido la lectura del fragmento de Pessoa que encabeza este anexo el que me ha hecho caer en la cuenta de este asunto.
ANEXO 3, 30/10/2020
La segunda materialidad solo puede comunicarse usando los cuerpos en la primera materialidad, cuando se desconecta del cuerpo “vive” para sí misma sin posibilidad de comunicación, sus sueños son su nueva vida, alimentados por su memoria integral y construidos en “historias” por su yo. La materia en el lado 2 es como una cinta de casete virgen vacía, así no puede desarrollarse el yo que está en potencia allí. Cuando la materia del lado 2 contacta con la del lado 1 empieza a grabar, a registrar todos los acontecimientos, paralelamente el yo se desarrolla en base a esa información según se amplía la memoria. Los sueños son el “entrenamiento” de lo que nos acontece tras la muerte, en el sueño, el yo distendido construye historias con lo almacenado en la memoria. En el lado 2 se vive solo para sí mismo, no hay posibilidad de comunicación con otras partes del lado 2, eso solo es posible en el lado 1. Tras la muerte, los restos del cuerpo humano se disgregan en el lado 1, pero en el lado 2 su materialidad ya no es interrumpida por el ciclo vigilia/sueño, libre de esa necesidad, vuelve a vivir solo para sí mismo, esta vez con un contenido de memoria que garantiza la multiplicidad de sueños-historia. Al igual que el casete, su función es durar hacia delante. Es decir, preservarse en el tiempo como estructura material y avanzar en su movimiento de construirse sueños.