viernes, 10 de abril de 2020

TEORÍA FILOSÓFICO-ONÍRICA DE LOS DOS LADOS





















TEORÍA FILOSÓFICO-ONÍRICA DE LOS DOS LADOS
Fermín Huerta Martín

“Todos los días suceden en el mundo cosas que no se explican por las leyes que conocemos de las cosas. Todos los días, habladas durante un momento, se olvidan, y el mismo misterio que las ha traído se las lleva, convirtiéndose el secreto en olvido. Tal es la ley de lo que tiene que ser olvidado porque no puede ser explicado. A la luz del sol, continúa siendo normal el mundo visible. El ajeno nos acecha desde la sombra.”
Libro del desasosiego. Fernando Pessoa.

1
La realidad consta como mínimo de dos lados. Ambos de diferente naturaleza pero igualmente materiales. Para el hombre esto se traduce en una actividad en un lado que se desarrolla cuando se está despierto y otra actividad en el otro lado que se desarrolla mientras dormimos. Definiremos a ambos puestos como lado 1 el despierto y lado 2 el dormido. El cerebro es el órgano que enlaza ambos lados. El sueño es el instrumento físico que utiliza el cerebro para reducir su actividad en el lado 1 y así potenciar la actividad del lado 2. La memoria y el yo residen en el lado 2 pero solo pueden tener una experiencia física por mediación del cerebro y la materia del lado 1. Anexo 1.
2
“Ha sido sólo un momento, y me he visto. Después, ni siquiera sé decir ya lo que ha sido. Y, por fin, tengo sueño, porque no sé por qué, creo que el sentido es dormir.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

“Esta manera de enfocar el fenómeno del sueño tiene ciertas consecuencias heurísticas. Le quita algo de misterio al fenómeno. No tenemos que buscar tan penosamente una explicación ya que podríamos considerar el sueño como el estado “normal” o “basal” del cerebro, y que lo raro fuese estar despierto. No tenemos porqué sugerir que ese estado de sueño sea esencial para la “estabilización de los rastros de los recuerdos”, para “recargar las sinapsis” (…) sólo tenemos que “explicar” el estado consciente (…) podríamos decir que el estado consciente es la manera que tiene el animal de preservar el estado inconsciente (…) el estado de alerta, la atención, sobrevienen para que el animal pueda “hacer su vida” (…) habiendo logrado estos fines, habiendo hecho que el milieu intérieur sea tan óptimo como sea posible, el estado consciente ya no es necesario y el cerebro puede pasar otra vez a su estado basal.” Pág. 380.
EL CEREBRO. C. U. M. Smith.
“El estado de vigilia es aquel que nos importa prácticamente, mientras que el sueño es lo más ajeno a la acción, lo más inútil del mundo. Como, desde el punto de vista práctico, es un accesorio, somos llevados a considerarlo, desde el punto de vista teórico, como un accidente. Apartemos esa idea preconcebida, y el estado de sueño nos aparecerá al contrario como el substratum de nuestro estado normal. Él no se sobreañade a la vigilia: es la vigilia la que se obtiene por la limitación, la concentración y la tensión de una vida psicológica difusa, que es la vida del sueño. En un sentido, la percepción y la memoria que se ejercen en el sueño son más naturales que las de la vigilia: la conciencia se entretiene allí en percibir por percibir, en recordar por recordar, sin ninguna preocupación por la vida, desinterésense: por ello mismo pasan del yo de la vigilia al yo de los sueños, menos tenso, pero más extenso que el otro. El mecanismo de la vigilia es entonces el más complejo, el más delicado, también el más positivo de los dos, y es la vigilia, mucho más que el sueño, lo que reclama una explicación.” Pág. 139.
La energía espiritual. Henri Bergson.
3 ANESTESIA
“A pesar de que se administran anestésicos a millones de pacientes cada año, los mecanismos farmacológicos que producen la pérdida de conciencia y la analgesia se conocen mal.”
Anestesiología. Investigación y ciencia,  nº 105.
Peter M. Winter, John N. Miller.
“Si se llega a probar la hipótesis de que la pérdida de conciencia por la anestesia está causada por la inhibición del movimiento de los electrones en los microtúbulos (diminutos tubos de pared proteínica que forman el esqueleto de las células), entonces podrían darse procesos cuánticos no-algorítmicos que hiciesen surgir la conciencia.” Pág. 154.
El problema cerebro-mente. Enric Trillas.
“Tales procesos se desarrollarían en los microtúbulos, partes de las células en las que, según el anestesiólogo Hameroff, las aplicaciones anestésicas indican que se inhibe el movimiento de los electrones al suprimirse la conciencia.” Pág. 205.
El problema cerebro-mente. Ramón Pascual.
3A
La anestesia no anula la conciencia, la anestesia desactiva los mecanismos cerebrales que el lado 1 utiliza para contactar con la conciencia que se encuentra en el lado 2.
3B
“Un camino importante hacia la respuesta de preguntas relativas a las bases físicas de la consciencia surge de un examen de lo que precisamente desconecta dicha consciencia de forma muy concreta. Los anestésicos generales tienen precisamente esa propiedad –completamente reversible, si las concentraciones no son demasiado altas—y es un hecho notable el que la anestesia general puede ser inducida por un gran número de sustancias completamente diferentes que parecen no tener ninguna relación química entre sí (…) A medida que los gases anestésicos se difunden entre las células nerviosas individuales, sus propiedades dipolares eléctricas (que no tienen mucho que ver con sus propiedades químicas comunes) pueden interrumpir de este modo las acciones de los microtúbulos (…) Como apoyo para las sugerencias de que es el citoesqueleto el que está directamente afectado por los anestésicos generales, puede comentarse que no son sólo los “animales superiores”, tales como los mamíferos o los pájaros, los que quedan inmovilizados por dichas sustancias. Un paramecio, una ameba, o incluso el mantillo verde de las ciénagas es afectado de forma análoga por los anestésicos del mismo tipo y concentración aproximada (…) Presumiblemente, para que la consciencia aparezca en general no es un citoesqueleto como tal lo que es relevante, sino alguna acción física esencial que la biología se las ha arreglado astutamente para incorporar en la actividad de los microtúbulos. ¿Cuál es esta acción física esencial? (…) es a través del control citoesquelético de las conexiones sinápticas como esta interfase cuántico/ clásico ejerce su influencia fundamental sobre el comportamiento cerebral.”Pág. 391.
Las sombras de la mente. Roger Penrose.
4
Esta teoría está filosóficamente justificada en el segundo género de materialidad de Gustavo Bueno y en el “cono” de Henri Bergson. De hecho la figura geométrica del cono, que termina en un punto, nos viene bien como imagen, mejor aún seria dos conos  unidos por ese punto. El punto seria el cerebro y los dos conos serían los dos lados de la realidad. Los sueños serian la actividad en el otro lado del cono, donde no rigen las normas o la lógica que existe en el lado contrario. Quisiera dejar claro que ambos lados pueden ser perfectamente materialidades de diferente orden ontológico, no hablo de materia/espíritu sino de diferentes materias.
5
“Sueño es la fusión con Dios, el Nirvana, sea en las definiciones lo que fuese; sueño es el análisis lento de las sensaciones, sea usado como una ciencia atómica del alma, sea dormido como una música de la voluntad, anagrama lento de la monotonía.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

Mientras trabajaba en la elaboración de este texto sucedió una cosa sorprendente, buscaba frases relativas al sueño en el libro de Fernando Pessoa llamado Libro del desasosiego,  frases que pensaba usar para acompañar mis reflexiones, el libro lo empecé a leer en 1986, por alguna razón que desconozco dejé de leerlo, tengo anotaciones hasta la página 48, leía simultáneamente el libro de Piaget 6 estudios de psicología y debió interesarme más porque después continué con su  Psicología y epistemología. El caso es que el libro durmió (con algún manoseo) en mi biblioteca hasta que decidí leerlo en el verano de 2019. En otro lugar he escrito las impresiones que me produjo su lectura global. Lo interesante aquí es el contenido de la entrada 267, pues era ni más ni menos  que un resumen en toda regla de mi teoría. Comprenderéis mi sorpresa y hasta estupefacción. Hay un nexo de unión entre Pessoa y yo, se trata de Bergson, en alguna parte he leído que fue seguidor suyo, quizás la lectura de Bergson le llevara a esa reflexión o quizás es una reflexión ajena a esa lectura. En mi caso está claro que fue la lectura de Bergson (y lecturas científicas sobre estos temas) la que me hizo entender partes de la obra de Bueno que no aceptaba y de la mezcla de estas dos influencias surge el presente texto.
Confesada ya la falta de originalidad de mi teoría procedo a copiar la entrada 267 de Pessoa que tan extraña y maravillosa sensación me produjo su lectura.
6 (267)
“Pienso a veces con una satisfacción (en bisección) en la posibilidad futura de una geografía de nuestra conciencia de nosotros mismos. A mi modo de ver, el historiador futuro de nuestras propias sensaciones podrá quizás reducir a una ciencia exacta su actitud para con su conciencia de su propia alma. De momento, estamos en el principio de este arte difícil —arte todavía; química de las sensaciones en su estado alquímico por ahora. Este científico de pasado mañana sentirá un escrúpulo especial por su propia vida interior. Creará de sí mismo el instrumento de precisión para reducirla a analizada. No veo dificultad esencial en fabricar un instrumento de precisión, para uso autoanalítico, con aceros y bronces sólo del pensamiento. Me refiero a aceros y bronces realmente aceros y bronces, pero del espíritu. Y tal vez así mismo deba ser construido. Será quizás preciso concertar la idea de un instrumento de precisión, viendo materialmente esa idea, para poder proceder a un riguroso análisis íntimo. Y naturalmente será necesario reducir también el espíritu a una especie de materia real con una especie de espacio en el que existe. Depende todo esto del aguzamiento extremo de nuestras sensaciones interiores, que llevados hasta donde pueden ser, sin duda revelarán, o crearán, en nosotros un espacio real como el espacio que existe donde están las cosas de la materia, y que, además, es irreal como cosa. Ni siquiera sé si este espacio interior no será tan sólo una nueva dimensión del otro. Tal vez la investigación científica del futuro venga a descubrir que todo son dimensiones del mismo espacio, ni material ni espiritual por eso. En una dimensión viviremos como cuerpo; en otra viviremos como alma. Y hay quizás otras dimensiones donde vivimos otras cosas igualmente reales de nosotros. Me gusta a veces dejarme poseer por la meditación inútil del punto hasta donde esta investigación puede llevar. Tal vez se descubra que aquello a lo que llamamos Dios, y que tan patentemente está en otro plano que no la lógica o la realidad espacial y temporal, es un modo nuestro de existencia, una sensación de nosotros mismos en otra dimensión del ser. Esto no me parece imposible. Los sueños también serán tal vez o también otra dimensión en que vivimos, o un cruce de dos dimensiones; como un cuerpo vive en la altura, en la anchura y en la longitud, nuestros sueños, quién sabe, vivirán en lo ideal, en el yo y en el espacio. En el espacio, por su representación visible; en lo ideal, por su presentación de otro género que la de la materia; en el yo, por su íntima dimensión de nuestros. El propio Yo, el de cada uno de nosotros, es quizás una dimensión divina. Todo esto es complicado y a su tiempo, sin duda, será aclarado. Los soñadores actuales son tal vez los grandes precursores de la ciencia final del futuro. Pero eso no viene al caso. Hago a veces metafísica de éstas, con la atención escrupulosa y respetuosa de quien trabaja de veras y hace ciencia. Ya he dicho que hasta es posible que esté haciéndola realmente. Lo esencial es que yo no me enorgullezca mucho de esto, dado que el orgullo es perjudicial para la exacta imparcialidad de la precisión científica.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.
7 PENROSE
“Estoy convencido de que nunca estoy despierto. No sé si no sueño cuando vivo, si no vivo cuando sueño, o si el sueño y la vida no son en mí cosas mixtas, intersecadas, de las que mi ser consciente se forme por interpenetración.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

La teoría de Penrose sobre la conciencia, expuesta por ejemplo en Las sombras de la mente, es un buen ejemplo del modelo que nos gustaría para nuestra teoría filosófico onírica. Aunque se le puede acusar de ser una mera especulación, el autor propone una teoría sobre la mente compatible con la investigación científica, postula además los posibles mecanismos de existencia y funcionamiento, nuestra teoría solo modificaría un aspecto de la teoría de Penrose. Para nosotros, las tubulinas (o el retículo vesicular presináptico que Penrose cita de Eccles) no generarían la mente sino que serían las responsables de contactar con la mente. Lo importante es el modelo de explicación que aúna la especulación filosófica con la ciencia. Lejos de explicaciones espiritualistas.
En el libro citado de Penrose habla de “materia mental” y de una “mente” dualista que es (lógicamente) externa al cuerpo. Este no es nuestro caso, la materia mental no es estrictamente externa y está por ver a que leyes se somete. Mi propuesta no es algo “externo” al cuerpo, hay contigüidad de contacto en esas tubulinas o lo que sea, entre los dos lados. Lo que implica que esa materialidad contacta con la otra dentro del cerebro. Comenta Penrose “Es difícil, sin embargo, argumentar contra un punto de vista semejante de un modo riguroso, puesto que por su propia naturaleza está despojado de reglas claras que la permitirían someterse al argumento científico.” Este es clarísimamente el reto al que nos enfrentamos, extender la cientificidad al lado 2. Penrose lo dice admirablemente: “qué lugar podría llegar a encontrarse dentro de una ciencia que indudablemente se extenderá mucho más allá del ámbito limitado que admite hoy (…) debemos buscar mucho más profundamente dentro de las estructuras “materiales” físicas y reales que constituyen los cerebros (…) no hay en definitiva otra solución que sondear más profundamente en las verdades que realmente yacen en las raíces de la Naturaleza (…) Incluso si de hecho hay efectos importantes de una naturaleza cuántica que son esenciales para el funcionamiento de los microtúbulos y para la acción cerebral consciente, podría no ser fácil demostrar su presencia mediante experimentos concluyentes”, y esta es nuestra postura.

8
“Para mí, el cerebro es como una plancha llena de agujeros, que dejan pasar la conciencia pero no la crean” Conversaciones con Bergson, J. Chevalier.



Imaginemos una figura como la anterior, con dos departamentos de igual tamaño separados por una lámina por la mitad horizontalmente, la parte superior está llena de agua, la inferior esta vacía. Si el separador fuese una trampilla, todo el contenido de la parte superior podría pasar a la inferior, si el separador no puede moverse pero podemos realizar agujeros por donde puede haber un trasvase de contenido de uno a otro lado. Esto es lo que realiza el cerebro con cada microtúbulo, un poro por el que puede circular contenido de uno a otro espacio. A más conexiones neuronales mayor conciencia, las neuronas después intentan reconstruir mediante conexiones la unidad original del “líquido” contenido arriba y ahora vertido abajo.  Al nacer el cerebro del niño comienza a hacer contactos con el lado 2 (el superior en la imagen). Aquí podríamos usar la imagen que utiliza Antonio Dopazo en Bergson y el problema de la creación “alma universal como interioridad sin conciencia”. Los poros del cerebro contactarían con el contenido de 2 vacío de todo registro, las experiencias adquiridas en 1 empezaran a llenar de registros (memoria) el lado 2 personal del sujeto. Quizás como plantea Bergson este registro es total y se conserva integro. De alguna manera ese registro es personal e intransferible, debe haber algún mecanismo (pues no hay que olvidar que estamos hablando de una forma de materialidad) que garantice esto. Que garantice el acceso a una porción virgen de contenido en 2. Que garantice el mantenimiento de la misma porción durante toda la vida del sujeto. Queda finalmente abierto el asunto del destino post mortem de esta porción una vez utilizada ¿Qué puede ocurrir con ella?
Pueden darse varias opciones:
Que el registro se borre y pueda ser utilizado por otro individuo. Quizás cada persona tenga un código de acceso diferente que garantice su accesibilidad individualizada.
Que el registro ocupado siga existiendo una vez rotos los lazos con el lado 1. Pero sin posibilidad de aumentar el registro, lo cual solo es posible en el contacto con el lado 1, inutilizado tras la muerte del individuo. Dice un insigne representante del Materialismo Filosófico:
 “¿Qué ocurre con los contenidos psíquicos en la muerte cerebral? El materialismo filosófico no puede aceptar ni que pervivan ni que se aniquilen”
Principios y problemas abiertos del materialismo discontinuista. Javier Pérez Jara.
¿Podemos hablar en este caso de supervivencia de la mente tras la muerte del cuerpo?
Cabe la posibilidad de que exista lo que denomino supervivencia onírica, esto se deduce del planteamiento que he realizado a lo largo del presente artículo sobre la importancia de los sueños, como actividad del yo en el lado 2 cuando la conexión con el lado 1 esta disminuida pero no desaparecida.
¿Persistirá así indefinidamente esta actividad onírica tras la muerte? Si la memoria se conserva intacta tiene un material asegurado para construir sus historias-sueño. La clave está en saber si ese yo-memoria tendría algún tipo de autonomía exclusiva en el lado 2 tras la desconexión total con el lado 1. Es decir en saber si ese lado 2 sería una interioridad con conciencia o con registros de conciencia pero sin conciencia. Evidentemente la cuestión está abierta. Si algún día podemos construir una maquina capaz de operar con este tipo de materialidades quizás sea posible contactar con memorias completas de personajes históricos muertos y solucionar todos los enigmas pendientes de la historia de la humanidad.
También es factible que este registro separado del lado 1 se disuelva gradualmente como parece el destino de toda materialidad.
9
“Quiero sentir al sueño llegar como vida, y no como reposo.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

En nuestra ontología dualista, el lado 2 solo puede “manifestarse” en contacto con el lado 1, durante la vigilia el lado dominante es el 1, durante el sueño el lado dominante es el 2, pero en ninguno de ambos casos hay separación total de ambos. El yo y la memoria son partes materiales del lado 2. Para operar en el lado 1 necesitan las conexiones que las neuronas establecen en el cerebro con el lado 2. Las “entradas” con información se producen en el lado 1 a través de los sentidos y de ahí parten las necesidades de búsqueda para la acción en la memoria del lado 2. No podemos suscribir la afirmación de Bergson de que la memoria lo registra todo. En todo caso postulamos una asimetría entre los contactos neurales y el contenido del lado 2. Para que hubiese una simetría completa en ambos lados, debería haber un contacto total entre los dos lados, cosa que no ocurre. Precisamente es el incremento en el número de conexiones lo que establece el concepto de evolución intelectual, desde el ser más primitivo al ser humano actual.
Para Eccles la memoria esta codificada neuralmente en el cerebro (lado 1), dice en El yo y su cerebro pág.425 “La mente autoconsciente puede provocar actividades cerebrales que resultan efectivas a la hora de retirar información de los bancos de datos que probablemente se hallan ampliamente distribuidos por la corteza cerebral (…) La información recuperada se interpreta desde las áreas de relación del cerebro y se contrastan con los resultados esperados en virtud de lo que podríamos denominar la función de reconocimiento de memoria de la mente autoconsciente. En virtud de este reconocimiento de memoria, la mente autoconsciente puede descubrir que la recuperación del banco de datos es errónea.” Esto supone una duplicidad, pues la mente autoconsciente (lado 2) es el árbitro que dilucida cuando un recuerdo es correcto, lo que implica que debe existir allí también. Para nosotros, la memoria está en el lado 2 codificada de algún modo, durante la vigilia los entramados neuronales monitorizan la mente autoconsciente. Cuando uno busca una palabra olvidada (en mi caso, palabras recurrentes que olvido, tallarines, diabético, castidad), se puede tener una imagen o contexto de lo buscado, pero falta el nombre, no se da con él, la parte del circuito neural que debe contactar con la parte de la memoria que lo almacena sufre alguna disfunción, tras un esfuerzo de búsqueda se restablece la función o se consigue un enlace alternativo, se encuentra el nombre olvidado, pues durante la vigilia la memoria solo es posible en la unión de los dos lados. Al ser ambos materiales pueden existir malfuncionamientos en ambos lados, al recordar la palabra olvidada puede darse error, creer que se ha recordado correctamente y no ser así. Se tendrá que recurrir a otras formas para comprobar el recuerdo, preguntar a alguien, buscar en un diccionario, en Internet, etc.
Así la palabra “tallarines” esta espacialmente en el lado 2, pero el requerimiento de búsqueda parte del lado 1 que es el que recibe el estímulo que inicia la acción. La memoria no está duplicada.
El que el yo y la memoria habiten el lado 2 no quiere decir que sean lo mismo. Cuando la interacción de los dos lados requieren la búsqueda de una palabra, esta se encuentra codificada (si es el caso) en el lado 2 área memoria, pero no en el lado 2 área yo. El yo del lado 2 es en última instancia quien decide si es la palabra correcta o no, pero no porque disponga de una memoria interna propia y duplicada que le habilite a tomar esa decisión. Por eso pueden darse los errores, el yo puede equivocarse al tomar una respuesta por correcta.
10 PREGUNTAS
¿Por qué las células nerviosas no se reproducen? Pág. 27.
No se ha obtenido una respuesta firme a la pregunta ¿Cuál es la base física de la memoria? Pág. 34.
¿Cómo puede un sistema constituido por unidades si/no, inflexibles, dar una respuesta flexible capaz de adaptarse? Pág. 131.
¿Cómo pueden ser convertidos los efímeros flujos de iones de los impulsos nerviosos, que tan solo duran unos pocos milisegundos, en un rastro que puede durar toda la vida?¿Cómo puede un tal engrama convertirse otra vez en potenciales de acción dinámicos durante el proceso de recordar?¿Qué forma podría adoptar un engrama que poseyese tales cualidades? Pág. 354.
El cerebro. C.U.M. Smith.
¿Cómo se pasa de eventos físicos a eventos psíquicos? Pág. 267.
¿Cómo pueden reducirse a procesos cerebrales y términos neurocientíficos, esto es, moléculas, potenciales de acción y circuitos, los pensamientos y las emociones? Pág. 269.
El problema cerebro-mente. Francisco Mora
11 IGNORANCIAS
Cuando se consiga un teoría física del cerebro. Pág. 270.
Los neurobiólogos no tienen casi la menor idea sobre los posibles orígenes del pensamiento simbólico. Pág.279.
Las relaciones entre mente y materia no están resueltas, sino tan solo almacenadas, en la teoría del comportamiento. Pág. 305.
El problema de la memoria individual, espera todavía a su Darwin. Los Galápagos del cerebro están todavía por visitar, o si lo han estado todavía tenemos que aprender sus lecciones. Pág. 341.
El estudio de los procedimientos que tiene el cerebro para aprender, no nos responderá fácilmente a la pregunta de dónde almacena el cerebro la información que ha aprendido, o bajo qué forma se almacena esta información. Pág.350.
La neurofisiología solo nos ayuda a explicar el comportamiento de otros, y de nosotros mismos, en tanto en cuanto nos podemos observar “desde el exterior”: no ilumina la naturaleza de nuestra propia experiencia individual. La dicotomía entre mente y cerebro, experiencia y comportamiento es mucho más profunda que esto. El neurofisiólogo solo podría demostrar unos ciertos potenciales de acción y unas ciertas reacciones químicas a nivel sináptico. Pág. 392.
El cerebro. C. U.M. Smith.
El sistema en conjunto tiene propiedades que superan las previsibles en un simple sistema modular. Pág. 53
Aún no es posible dar una explicación completa del desarrollo de ninguna parte del cerebro y mucho menos del cerebro en conjunto. Pág. 69.
Las benzodiacepinas son el tipo de fármacos psicoactivos más ampliamente recetados, no obstante, todavía estamos sin conocer su mecanismo de acción. Pág. 90.
Vale la pena señalar que nadie tiene la más remota idea acerca del porqué las rutas del sistema nervioso muestran esa sorprendente tendencia a cruzarse. Pág. 116.
Problema real, de qué manera, exactamente, analiza el cerebro la información. Era como si la representación pudiera ser un fin en sí misma en lugar de servir a una finalidad más sutil. Como si lo que el córtex hiciese fuese complacer a algún geniecillo  que estuviera sentado en el interior de la cabeza y supervisara las imágenes que se movían a través del córtex. A lo largo de este artículo  demostraremos que, cuando menos para la visión, el mundo está representado en una forma muchísimo más distorsionada, cualquier geniecillo que intentara entresacar información  de la proyección cortical acabaría perplejo y desconcertado. Pág. 116.
Desconocemos el sustrato biológico de la fatiga cerebral, de su aparición al prolongarse el estado vigil y de su desaparición. Pág. 206.
El cerebro. Libros de Investigación y ciencia.
Por extraño que parezca, no entraña ninguna ventaja, desde un punto de vista evolutivo, que algunos tipos de dolor sean conscientes. Pág. 501.
El yo y su cerebro. Popper y Eccles.
Es impensable el paso de la física del cerebro a los correspondientes hechos de conciencia. Pág.80.
La apariencia subjetiva o la cualidad experiencial de lo mental, aún está fuera del ámbito de cosas que pueden ser explicadas con los principios científicos con que contamos. Pág. 80.
No tenemos ni el menor atisbo de una teoría general que nos explique por qué una cierta operación física del sistema nervioso central humano da lugar al tipo de conciencia que produce. Pág. 81.
Las ciencias no demostraran probablemente nunca la intimidad del funcionamiento cerebral. Pág. 262.
Ciertamente las neurociencias actuales están todavía muy lejos de aportar una hipótesis integrada del funcionamiento cerebral que permita explicar en términos neuronales los fenómenos más complejos (procesos mentales). Pág. 266.
Ningún área es destino final común del procesamiento del cerebro. No hay en la corteza cerebral teatro alguno en el que se represente el acto final, ni lugar o morada para un supremo analizador ajeno o propio al cerebro. La corteza cerebral parece ser como una madeja sin principio ni fin. Pág. 279.
Desconocemos, verdaderamente, cómo funciona el cerebro. Pág. 288.
Desvelar la lógica de los procesos cerebrales, que subyacen a los procesos mentales, requerirá de una nueva y diferente aproximación científica a la que se ha seguido hasta ahora. Las neurociencias están faltas de una revolución. Pág. 288.
El problema cerebro-mente. Varios autores.
12 SUEÑO
El sueño puede deberse a una inhibición activa de la conciencia, pudiera no ser un mero relajamiento de la tensión cerebral; sino un estado de actividad diferente. Pág. 379.
Muchas neuronas corticales están bastante más activas durante el sueño que en estado consciente. Pág. 380.
El cerebro. C.U.M. Smith
El ritmo del metabolismo cerebral es relativamente constante tanto de día como de noche e incluso puede verse ligeramente aumentado durante los periodos de sueño de la noche. Pág. 85.
Actividad llena de misterio que son los sueños. Pág. 206.
La necesidad biológica de soñar no parece imponerse, puesto que, al parecer, perturba el descanso reparador del organismo. Pág. 206. Las neuronas no descansan mientras dormimos,  tienen una actividad diferente de la que efectúan cuando estamos despiertos. Pág. 206.
Se comprende mal como puedan los sueños constituir una ventaja evolutiva. Pág. 206.
El cerebro. Libros de Investigación y ciencia.
El sueño sigue siendo, en muchos de sus aspectos, una incógnita. Pág. 17.
Todos tenemos una experiencia personal de lo que es el sueño, pero su origen, sus mecanismos y su significado funcional siguen siendo en gran parte un misterio. Pág. 21.
Durante el sueño tiene lugar una compleja actividad en el encéfalo: la actividad neural y mental puede llegar a ser mayor en ciertas fases del sueño que en vigilia. Quedan aún muchas incógnitas por resolver y todavía no se puede responder satisfactoriamente a preguntas tales como ¿Qué sucede en el cerebro durante el sueño? O ¿por qué se necesita tanto dormir? Pág. 21.
El EEG del sueño REM es muy similar al de vigilia (…) esta similitud es sorprendente si se considera que dichos estados son tan distintos desde un punto de vista comportamental. Pág. 38.
Tradicionalmente se ha supuesto que el sueño sirve para el reposo y la restauración del desgaste que el organismo ha sufrido en vigilia, pero los datos experimentales indican que el aumento de actividad en vigilia no siempre produce un aumento del tiempo de sueño subsiguiente y, por otra parte, es obvio que el reposo físico no basta para suprimir la necesidad de dormir. Pág. 79.
Pese a casi medio siglo de estudio científico del sueño, incluyendo las tres últimas décadas de intensa investigación moderna, la función del sueño sigue sin esclarecerse. Esto no significa que no se hayan planteado hipótesis sobre la cuestión, al contrario, hay quizá demasiadas si se considera la escasez de datos consistentes que apoyen cada una de ellas. Pág. 80.
Se han propuesto varias hipótesis sobre cuál puede ser la función del sueño, pero aún no se sabe con certeza su significado biológico. Pág. 101.
Dicha coherencia sugiere que el ensueño no es el producto de una actividad cerebral aleatoria, como defienden ciertos modelos neurofisiológicos de la construcción de los sueños. Pág. 174.
Todavía no se puede determinar los mecanismos de formación de los ensueños. Pág. 179.
Sueño y procesos cognitivos. Varios autores.
El sueño es una inconsciencia natural y repetida de la que desconocemos hasta su razón de ser. Pág. 558.
Cuando nos hallamos profundamente dormidos, la mente autoconsciente escudriña y no encuentra ningún modulo que reaccione los más mínimo. Es entonces cuando estamos inconscientes. Entonces, algunos módulos llegan a reaccionar un poco, desarrollando alguna actividad coherente. Eso produce que la mente autoconsciente lea un sueño. Pág.571.
El yo y su cerebro. Popper y Eccles.
El sueño nos permite entrar en nosotros. Pág. 103.
En el sueño solo vivimos para nosotros. Pág. 104.
Yo me desintereso de la situación presente, me duermo. Los recuerdos inmóviles se ponen en movimiento. Pág. 107.
En el sueño, nos volvemos a menudo indiferentes a la lógica, pero no incapaces de lógica. Pág. 112.
El sueño es la entera vida mental menos el esfuerzo de concentración. Pág. 116.
La energía espiritual. H. Bergson.
13 ESPACIALIDAD
“Para darle relieve a mis sueños, necesito conocer cómo es como los paisajes reales y los personajes de la vida se nos aparecen en relieve. Porque la visión del soñador no como la visión del que ve las cosas. En el sueño, no se da e posarse la vista sobe lo importante y lo no importante de un objeto que hay en la realidad. Sólo lo importante es lo que ve el soñador. La realidad verdadera de un objeto es sólo parte de él; el resto es el pesado tributo que paga a la materia a cambio de existir en el espacio. De manera semejante, no hay en el espacio realidad para ciertos fenómenos que en el sueño son palpablemente reales. Un ocaso real es imponderable y transitorio. Un ocaso de sueño es fijo y eterno.”
Libro del desasosiego. F. Pessoa.

En contra de la opinión de Eccles, quien dice en El yo y su cerebro pág. 422 “aunque esté en conexión con zonas especiales del neocórtex, no es necesario que la mente autoconsciente posea la propiedad de la extensión espacial (…) podemos considerar que el Mundo 2 tiene una propiedad temporal, pero no espacial” y del propio Gustavo Bueno que habla del segundo genero de materialidad diciendo: “los procesos reales dados antes en una dimensión temporal que espacial” defendemos la espacialidad del lado 2, eso se basa en nuestra concepción de la materialidad de ese lado. Si la ciencia habla de materia y energía oscura (leo en un artículo reciente: “De existir realmente, el hexaquark podría explicar el misterio de la materia oscura, esa "otra clase" de materia que no emite absolutamente ningún tipo de radiación y que, por lo tanto, resulta indetectable incluso para los instrumentos más sofisticados. “ José Manuel Nieves ABC 05/02/2020) nosotros mantenemos (mientras no se encuentren pruebas contundentes en contra) la espacialidad del lado 2, tampoco (contradiciendo a Bueno) puede darse proceso real antes en una dimensión que en otra. Si trillones de neutrinos atraviesan la Tierra sin interacciones compartiendo el mismo espacio, no veo porque negar la espacialidad del lado 2, nos parece un paso previo a negar la materialidad de ese lado y un acercamiento muy peligroso a la espiritualidad.

NOTA FINAL
Aunque esta es una propuesta filosófica, la ciencia no tiene por qué quedar al margen. Lo apuntado de anestesiología y neurología evidencia la posibilidad de seguir investigando intentando encontrar el mecanismo cerebral de contacto de los dos lados. Este descubrimiento nos pondría en la posición de poder abordar la investigación de los contenidos del lado 2 con los contenidos del lado 1.
Este artículo no está cerrado, lo iré ampliando según tenga motivos para ello, datando las sucesivas ampliaciones.

ANEXO 1, 13/04/2020
Cuando publique este texto lo publicite en mi Facebook con el objetivo de que lo leyera el mayor número de personas posible, pero solo mencione a un posible destinatario, Gerardo Primero, el motivo fue que días antes de la publicación habíamos tenido varias conversaciones muy interesantes a través de Messenger y le comunique que trabajaba en ese artículo. Gerardo tuvo la amabilidad de leerlo y hacerme una serie de interesantes críticas relacionadas con su idea de lo que debía ser un texto de filosofía científica. Él tiene una idea más estricta que yo de esa noción, aunque de alguna manera los dos nos situamos bajo ese mismo paraguas. Hubo por su parte varias propuestas concretas muy oportunas sobre las que me gustaría hacer un comentario. La frase inicial “la realidad consta como mínimo de dos lados” debería reescribirse por esta otra: “la conciencia o mente consta como mínimo de dos modos de procesamiento”, la frase de Gerardo es más concisa y detallada, la mía es más literaria, podríamos decir. También uso la palabra “realidad” sin definirla. En verdad no he entrado en definiciones rigurosas de ninguno de los términos que utilizo. Pero mi filosofía se da en un contexto determinado que estaría compuesto por mis otros escritos y mis autores favoritos (Bunge, Bueno y Bergson), así como mi adhesión al materialismo. Esto acota el espectro de las posibles definiciones de términos. Podría decir que mi frase inicial se transforma en la frase de Gerardo en el transcurso del artículo. Aquí podríamos apelar a la distinción que realiza Gustavo Bueno entre ejercicio/representación. Podríamos decir que la frase sugerida por Gerardo esta ejercida en el desarrollo del texto pero no representada. En realidad si consideramos este anexo 1 como parte del texto, si estaría ya representada.
Resulta evidente que la realidad de la que hablo que tiene dos lados no se refiere a los polos de un imán ni a los extremos de una galaxia, sino a los procesos cerebrales vigilia y sueño, como denotando dos  realidades ontológicas que incluyen dos materias diferentes. Conformando todo ello una realidad unitaria que contase de diferentes partes.
Su segunda propuesta es todavía más oportuna, se refiere a la frase “el cerebro es el órgano que enlaza ambos lados”, Gerardo comenta: “los modos de funcionamiento no son “enlazados” por el cerebro, sino que es el cerebro (y otros subsistemas) quien los realiza.” Evidentemente el cerebro realiza los modos de funcionamiento que incluyen algo que contacta con el cerebro y como tal es cerebro. En este sentido puedo admitir la corrección de Gerardo como más concisa que la mía que sería más literaria.

ANEXO 2, 18/04/2020
El hombre no debe poder ver su propia cara. Eso es lo más terrible que hay. La naturaleza le ha concedido el don de no poder verla, así como el de no poder mirar a sus propios ojos.
Sólo en el agua de los ríos y de los lagos podía mirar su rostro. Y la postura, incluso, que tenía que adoptar era simbólica. Tenía que inclinarse, que rebajarse para cometer la ignominia de verse.
El creador del espejo envenenó el alma humana.
Libro del desasosiego. F. Pessoa.
Durante algunas ocasiones en el pasado (no sé si podría volver a autoprovocarmelo), mi propia contemplación en un espejo cuando estaba solo me producía una extraña reacción, era una especie de negación del autorreconocimiento, como si esa contemplación no identificase mi rostro con mi yo, iba acompañada también de una especie de aislamiento del mundo, como si yo y mi imagen del espejo entráramos en un túnel de luz giratoria que nos separaba del mundo. Llegaba un momento que tenía que parar y separarme del espejo pues desconocía y me asustaba las consecuencias de seguir con aquella sensación. Temía muchas cosas, como un shock cerebral que me dejase secuelas o siendo más positivo y fantasioso un salto dimensional a otro espacio o tiempo. En cualquier caso nunca me atreví a continuar con esa sensación, pasados unos segundos recuperaba la cordura, seguía con mi vida e intentaba olvidar la experiencia para la que no tenía explicación. Pensaba que eso era fruto de mi natural introversión. Nunca he sido de mirarme al espejo, pero no entendía esa reacción que me sucedía, tras exponer mi teoría en el presente artículo, puede conjeturarse una explicación a ese interesante fenómeno. Es posible que el yo, que se configura en los dos lados, que actúa en los dos lados, pero que reside materialmente en el lado 2, no se identificase con esa imagen que en realidad no era él. Eso provocaría la reacción descrita. El yo material del lado 2 no se identificaría con esa imagen de un rostro del lado 1 a través del cual actúa. Los efectos físicos explicados serian consecuencia de esa perplejidad del genuino yo del lado 2. Unos efectos físicos que implican la materia del lado 2 y por eso esa sensación extraña en el lado 1. Una vez más ha sido la lectura del fragmento de Pessoa que encabeza este anexo el que me ha hecho caer en la cuenta de este asunto.
ANEXO 3, 30/10/2020
La segunda materialidad solo puede comunicarse usando los cuerpos en la primera materialidad, cuando se desconecta del cuerpo “vive” para sí misma sin posibilidad de comunicación, sus sueños son su nueva vida, alimentados por su memoria integral y construidos en “historias” por su yo. La materia en el lado 2 es como una cinta de casete virgen vacía, así no puede desarrollarse el yo que está en potencia allí. Cuando la materia del lado 2 contacta con la del lado 1 empieza a grabar, a registrar todos los acontecimientos, paralelamente el yo se desarrolla en base a esa información según se amplía la memoria. Los sueños son el “entrenamiento” de lo que nos acontece tras la muerte, en el sueño, el yo distendido construye historias con lo almacenado en la memoria. En el lado 2 se vive solo para sí mismo, no hay posibilidad de comunicación con otras partes del lado 2, eso solo es posible en el lado 1. Tras la muerte, los restos del cuerpo humano se disgregan en el lado 1, pero en el lado 2 su materialidad ya no es interrumpida por el ciclo vigilia/sueño, libre de esa necesidad, vuelve a vivir solo para sí mismo, esta vez con un contenido de memoria que garantiza la multiplicidad de sueños-historia. Al igual que el casete, su función es durar hacia delante. Es decir, preservarse en el tiempo como estructura material y avanzar en su movimiento de construirse sueños.