HISTORIA ATEA DE LAS RELIGIONES (I)

Historia atea de las religiones (I)




Fermín Huerta Martín





“La teología, al ser por su contenido una seudociencia, se ve obligada a pesar de todo a emplear los métodos del pensamiento lógico, que se vengan de ella empujando el pensamiento a las contradicciones, incoherencias, sofismas y absurdos puros que se encuentran en el sistema dogmático de la religión.” Vol. I pág. 274.


A pesar de sus casi mil páginas (en dos volúmenes), Historia atea de las religiones de A. Kryvelev se lee con facilidad y el interés de la obra no decae en ningún momento. Esta edición en español es de 1984 el volumen I y de 1985 el volumen II realizada por Ediciones Júcar, la obra original es de 1965 y su titulo original era Historia de las religiones. Sobre su autor apenas he encontrado información, por lo menos en español, es realmente curioso y triste la sobreabundancia de información, muchas veces repetitiva, que se puede encontrar sobre muchos autores en Internet y la casi total ausencia de información sobre otros autores. Ya me ocurrió cuando intente documentarme sobre Enrique Rodríguez Solís para mi artículo Clero anticlerical.

Para intentar remediar un poco esta situación he decidido dividir este artículo en dos partes, mi comentario en este primer texto y el mes que viene os copiare el fragmento del libro titulado Escepticismo y librepensamiento.

Por descontado que si es posible os recomiendo la lectura integra del libro que por Internet aun puede comprarse de segunda mano.

Como decía, de Kryvelev apenas he encontrado un par de comentarios de Francisco Diez de Velasco quien comenta: “la pertenencia del autor a la Escuela soviética de historia de las religiones. Para la que el estudio de las religiones era un instrumento de propaganda política, en este caso antirreligiosa, patrocinada por las más altas instancias del poder”, también comenta: “la visión fundamentalista-marxista” del autor. Ambas cosas quedan claras con la lectura del libro, pero no creo que eso desmerezca su lectura.

El planteamiento del libro es el siguiente:

En el volumen I el capítulo primero esta dedicado a la Aparición de la religión, el segundo a las Religiones de las sociedades antiguas del Mediterráneo, donde habla entre otras cosas del judaísmo. Siguen tres capítulos dedicados al cristianismo. El sexto a la iglesia ortodoxa rusa.

En el volumen II, hay cuatro capítulos dedicados al cristianismo, tres capítulos al islamismo y el octavo y ultimo al budismo.

El texto esta apoyado con un abundante material bibliográfico de sumo interés.

Tras repasar las notas que he tomado después de leer el libro, han “emergido” una serie de coincidencias temáticas entre las diversas religiones de las que os destaco estas:

1- Fragmentación del credo.

2- Los milagros.

3- Violencia religiosa.

4- Relaciones con el poder.

1- Fragmentación del credo.

De la primera de ellas podríamos decir que o el dios de turno (o su profeta) no habla claro o los fieles de turno no le entienden. Si hay una constante que se repite entre las religiones en el libro tratadas esa es la de la fragmentación religiosa. Esta división es un argumento contra esos mismos credos en sus pretensiones sobrenaturales, pues si el dios de turno hubiera revelado con claridad y los hombres le hubieran entendido correctamente nunca se hubiera producido la menor disputa entre su rebaño, pero sin embargo la imagen real de las religiones es exactamente la contraria, impera el fraccionamiento y así lo hace ver Kryvelev en las religiones que analiza.

Los judíos se dividen en Zelotes, Esenios, Saduceos, Fariseos, Jasidistas, etc.

Los cristianos en católicos, protestantes, ortodoxos, etc. Dice Kryvelev: “El historiador eclesiástico del final del siglo IV Filastreo determina con la cifra de 156 el número total de herejías que habían existido en los primeros siglos del cristianismo.”

En el islamismo tenemos los sunitas, chiitas, mutazilitas, ismaelitas, etc.

En el budismo encontramos: hinayana, mahayana, lamaísmo, etc.

2- Los milagros.

¿De que sirve creer en un dios todopoderoso si no se manifiesta? Otro de los temas recurrentes de las religiones estudiadas en el libro es la apelación a los hechos milagrosos.

De sobra son conocidos los milagros que proclama el cristianismo, quizás no tanto los de otras confesiones.

Dice en la pág. 195 del tomo II:

“El Corán admite el carácter milagroso de todas las circunstancias relacionadas con el nacimiento (la concepción virginal) y se reconocen igualmente los milagros realizados por Jesús.” (…) “Entre ellos figura el mito que narra como Jesús, siendo niño, daba vida a los pájaros que había modelado con el barro.” (…) “Mahoma no hizo milagros, se le reconocen tan sólo unos milagros en los que desempeñó un papel pasivo: adquirir el Corán del arcángel Gabriel y dominar instantáneamente la capacidad de leer esa obra que nadie había compuesto, el viaje a Jerusalén y su retorno, realizado todo ello en una noche, la ascensión al cielo, etc. También fueron milagros todos los momentos de la revelación, que iba siendo transmitida en sus visiones.”

Pág. 366 del tomo II:

“La fe en los milagros está expresada en el budismo con una claridad no menor que en otras religiones. La concepción de Buda estuvo acompañada por treinta y dos signos milagrosos.” (…) “Buda no dejó de hacer milagros, muchos de ellos análogos a los milagros evangélicos. También se “transfigura” como Cristo.” (…) “Los discípulos, como cuentan los historiadores tibetanos, adquirieron la facultad de realizar milagros: montar en un rayo de sol, volar como los pájaros, convertir los cadáveres en oro, etc. “

3- Violencia religiosa.

La violencia religiosa institucionalizada se convierte en Inquisición, y esta no es exclusiva del catolicismo:

Pág. 358 tomo I: “Los principios que se encontraban en la base de la Inquisición protestante eran plenamente análogos a los principios que inspiraban a los inquisidores católicos más celosos.” (…) “Análoga fue la práctica de la Inquisición anglicana. La herejía, especialmente la católica, se equiparaba allí a la alta traición.”

Pág. 242 tomo II: “A los herejes los suprimían sin ceremonia jurídica alguna. Y eso no sólo durante las represalias contra las sublevaciones masivas, sino en cualquier momento. Simplemente, cuando a los califas o a sus jefes militares y funcionarios subordinados les parecía conveniente. Pero, además de esto, en muchos casos era necesario castigar a los más notables con fines de aleccionamiento. Para esto hacía falta la correspondiente institución. No tardaron en establecerla. En los años 783-784, el califa Mahdí declaró a todos los herejes criminales contra el Estado y estableció una especie de inquisición.”

4- Relaciones con el poder.

Aunque las religiones parece que tenga su vista puesta en el “mas allá” la realidad es que todo su contenido se dilucida en el “mas acá”, eso se nota sobre todo en las relaciones que mantienen con el poder terrenal.

Aunque los ejemplos son múltiples, es muy representativo las relaciones que mantuvieron diversas confesiones con un mismo poder, el zar ruso:

Pág. 412 tomo I:

“Junto con el cristianismo de Bizancio a Rusia vino la idea del origen divino del poder. La propaganda de esa idea ocupaba en toda la predicación un lugar aún mayor que la popularización de las verdades dogmáticas del cristianismo.

En sus sermones y manifestaciones literarias los ideólogos eclesiásticos propagaban activamente esa idea. Como puede servir la famosa “Palabra sobre la ley y la felicidad” que pertenece al primer metropolita ruso Ilarion. Concretamente palabras para elogiar al príncipe Vladimir y para elevarlo casi a una dignidad divina. El metropolita coloca a Vladimir a la misma altura que al emperador Constantino. Pronto fue conferido incluso oficialmente al príncipe de Kiev el mismo título de Igual a los apóstoles, que la servil iglesia bizantina ofreció al emperador. La iglesia rusa canonizó no sólo a Vladimir, sino también a Olga.”

Pág. 321 tomo II:

“Nosotros los musulmanes de Rusia, siendo los más leales a la autocracia rusa y temiendo la difusión… del panislamismo y de las ideas que destruyen la vida de los pueblos, como el socialismo y el anarquismo, y siendo, por consiguiente, estas ideas contrarias a los fundamentos de nuestro islam, hemos decidido luchar por la vía legal contra esas cosas. Nosotros, los musulmanes rusos, estamos limpios de todas las nuevas ideas…, que vinieron de otros países. Serviremos a nuestro zar blanco y a su trono tan fielmente como lo sirvieron nuestros abuelos. Por eso la difusión de esas ideas sobre el socialismo, el anarquismo y el panislamismo, nos hace rogaros, postrados hasta el suelo, a Su Excelencia que nos permitáis celebrar una asamblea…”.

Pág. 454 tomo II:

“El gobierno zarista se vio obligado a contar con el hecho de la popularidad del lamaísmo entre los buriatos, y en el año 1728 lo legalizó en calidad de religión de la población local. S. V. Raguzinski, que firmó en nombre de Rusia el acuerdo con China, dejó a la administración local una instrucción cuyo significado apuntaba la importancia de preparar lamas provenientes de la población local y no admitir lamas del Tíbet, “para que los bienes de los súbditos rusos no fueran a parar a manos de los extranjeros, sino a las suyas”. El punto principal consistía en la necesidad de utilizar a la Iglesia lamaísta para los intereses políticos e ideológicos de la autocracia. En el año 1741 se dispuso que los lamas tenían que prestar un juramento especial al gobierno y expresar su “lealtad a Rusia”. Recaía sobre el gobernador general de la región de Irkutsk la confirmación de la candidatura para ocupar la jefatura del clero lamaísta, para ser bandido-bambo-lama. El clero lamaísta expresaba celosamente sus sentimientos leales con respecto a los zares e inculcaba esos mismos sentimientos a los creyentes. Catalina II fue proclamada encarnación de la diosa Tsagan-dara-ehe, y los zares que la sucedieron se transformaron, al ser descendientes suyos, automáticamente en reencarnaciones de esta diosa.”

Como curiosidad os copio también algunas citas que incluye el autor sobre el tema ciencia y religión.

Vol. 1 pág. 370: “En 1163 el papa Alejandro III publicó una bula, en la que se prohibía a personas de dignidad espiritual el estudio de la química o de las leyes de la naturaleza.”

Pág. 372: “La iglesia divisó un adversario fuerte en el sistema heliocéntrico, que fue plasmado ampliamente por primera vez en el libro de Copérnico. Esta teoría asestaba un golpe a los fundamentos de la doctrina cristiana. Con ella se negaba el sistema de Ptolomeo, que concordaba con el mito bíblico acerca de Josué que había detenido el Sol (Jos 10,12)”

Pág. 377: “Nada, sin embargo, está en condiciones de rehabilitar a la iglesia de aquel daño enorme que hizo a la ciencia y a la cultura de la humanidad.”

Pág. 378: ”En el trabajo de Chiaramonti, dedicado al futuro papa Urbano VIII, al cardenal Barberini, se decía lo siguiente: “Los animales que poseen la capacidad de moverse, tienen extremidades y músculos; la Tierra no tiene extremidades ni músculos, por lo tanto no puede moverse. A Saturno, a Júpiter, al Sol y a otros planetas los obligan a girar los ángeles. Si la Tierra se moviera en el centro tendría que encontrarse un ángel que la hiciera moverse, pero allí viven sólo los diablos…”

Pág. 379: “En la persecución de la ciencia y de los científicos el protestantismo no quedaba rezagado con respecto al catolicismo.”

Pág. 381: “Temía al desarrollo de las ciencias de la naturaleza y aunque con frecuencia lanzaba la acusación contra la actividad científica de que esta última conducía al ateísmo, el procedimiento más popular y que actuaba con mayor fuerza fue la acusación de brujería.”

Pág. 382: “El clero no sometía a persecuciones bárbaras sólo a los hombres de ciencia, sino también sus trabajos. La quema de libros fue un procedimiento extendido de la actividad de la Inquisición y en general de toda la reacción eclesiástica. No se quemaban sólo las publicaciones nuevas, consideradas heréticas, sino también los libros valiosos de las generaciones anteriores, que constituían el tesoro cultural de la humanidad. Los conquistadores españoles en Méjico quemaron, bajo la dirección del clero, una cantidad enorme de escritura pictográfica de sus aborígenes. El cardenal Jiménez destruyó en Granada un gran número de libros y manuscritos árabes, muchos de los cuales eran traducciones de los trabajos de autores griegos. En 1490 Torquemada ordenó quemar varias Biblias hebreas y luego en Salamanca quemó más de seis mil libros bajo el pretexto de que estaban contagiados de judaísmo o impregnados de brujería, magia, encantamiento y otras supersticiones.”

Vol. 2 pág. 22: “En 1770 y 1771 el papa Clemente XIV publicó uno tras otro dos decretos especiales que condenaban las obras de La Mettrie y Voltaire. El concilio de la Iglesia francesa adoptó en 1770 la decisión de condenar el Sistema de la naturaleza, de Holbach. En la motivación de esta condena ocupó un puesto principal el argumento de que la concepción de Holbach conducía a que todo el poder del rey se trasladara al pueblo y … a fin de cuentas tales enseñanzas llevaban al abismo de un caos total”

Pág. 123: “El desarrollo de las ciencias naturales durante el período examinado completó la ruina del cuadro bíblico y, consecuentemente, judeocristiano del mundo. A partir del siglo XVI y con más claridad a medida que pasaba cada decenio se venía manifestando este fenómeno.

En realidad, del cuadro bíblico del mundo no quedó nada. El momento más dramático para esta concepción y para la doctrina eclesiástica fue cuando el darwinismo estableció el origen evolucionista del hombre.”

Pág. 126: “La Iglesia católica acogió hostilmente todos los descubrimientos de la ciencia del siglo XIX que pudieran socavar la dogmática ortodoxo-católica. Al no quedar satisfecho con las condenas particulares sobre cada una de esas cuestiones, el papa Pío IX anametizó en su Syllabus con cartas pastorales, encíclicas y “alocuciones consistoriales” toda una serie de “errores” perniciosos que, de acuerdo con las consideraciones del Vaticano, condenan a los que los sostienen a los tormentos eternos del infierno. (…) El Syllabus formulaba la secular y tradicional pretensión del papado al papel de fuente única de la verdad.”

Lamentablemente el autor no esta acertado en sus reflexiones finales donde vincula: “el ocaso del capitalismo está conectado también con el ocaso de la religión como ideología y como institución social” añade mas adelante: “La liberación de los hombres de esas cadenas espirituales que les ha colocado la religión, tendrá un significado progresista importante en el ulterior desarrollo de la sociedad.”

A día de hoy no ha habido ocaso del capitalismo, como se sabe, fueron los “países socialistas” los que padecieron el ocaso y posterior desaparición en cuanto “socialistas” y ahora se reducen a un pequeño número de países con características bien diferentes. Mientras que el sistema capitalista sale de sus crisis a costa de los mas desfavorecidos (pues este es uno de los papeles que tienen asignados en este sistema).

Tampoco hay ocaso de la religión en su conjunto aunque muchas encuestas muestran una paulatina disminución de fe en algunos países.

Una manera de intentar ayudar por parte de los ateos al ocaso de la religión es seguir el consejo del autor del libro cuando dice:”El hecho de mostrar el verdadero papel que la historia de la religión ha desempeñado en la historia social, política, ideológica y cultural de la humanidad coloca en manos de los propagandistas de la cosmovisión materialista y, por consiguiente, atea, un material considerable.”

En la actualidad Internet puede servir de forma inmejorable para esta tarea inmensa y seguramente como en el caso de la batalla contra las pseudociencias (con las que la religión sin duda esta relacionada) tenemos todas las de perder, pero si no aportamos nuestro granito de arena, haciendo cosas como esta, recordar la existencia de un libro interesante escrito hace 46 años, entonces solo nos quedaría el lamento o la indiferencia por el resto del mundo.

Dice Kryvelev en la página 13 del primer volumen: “Ninguna imagen ni tema, ningún elemento de las representaciones y las creencias religiosas surge de una fuente extramundana, ya que éstas no existen. Pero el ser, que se refleja fantásticamente en las creencias religiosas, cambia constantemente. De generación en generación se acumulan las modificaciones tanto de sus formas externas como de su contenido interno, condicionando a veces incluso saltos cualitativos, que se alternan a su vez con períodos de evolución gradual. Estas modificaciones abarcan todos los aspectos de la vida social y particular del hombre, creando con el tiempo un nuevo carácter de producción, una nueva forma de vida social, basada en las relaciones de producción modificadas y en una nueva estructura de las clases en la sociedad, otras formas de la familia y del matrimonio, otras formas de vida y de relaciones mutuas entre la gente. Se desarrolla la ciencia, cambian y se perfeccionan las representaciones de los hombres acerca del mundo en el que viven. Por mas fantástico que sea el espejo religioso en el que se refleja el contenido del ser social, el cambio de este último no puede dejar de provocar cambios en el reflejo mismo. A pesar del conservadurismo de la ideología religiosa paulatinamente incluso los dioses cobran otro aspecto y su modo de vida aparece completamente diferente, y la situación en el mundo sobrenatural se presenta diferente a los hombres.”

Merece la pena seguir intentándolo.



INFORMACION

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