¿QUE ES EL EGO PARA EL ETERNALISMO?
Fermín Huerta Martín
“Sólo es posible poner de acuerdo ambos sistemas de relojes, y con ello generalizar la noción de simultaneidad, cuando c=∞; esto es, en el caso de que se disponga de una acción, empleable con el fin indicado, que se propague instantáneamente. En la Mecánica clásica no hay nada que se oponga a la existencia de estas acciones y, por ende, a que en principio sea posible aceptar la noción de un tiempo absoluto.”
Blas Cabrera. Principio de relatividad.
①
El eternalismo al que voy a referirme en este texto es la filosofía del tiempo que ha perfilado en diversos artículos el profesor Gustavo Esteban Romero (profesor titular de Astrofísica relativista en la Universidad de La Plata), cito y enlazo los artículos en español que sobre el tema he podido consultar suyos:
La venganza de Einstein: ondas de espacio y tiempo.
http://factorelblog.com/2016/02/15/la-venganza-de-einstein-ondas-de-espacio-y-tiempo/
Sobre la ontología del espacio-tiempo. https://www.dropbox.com/s/8r5pnp8s3fq5w18/Copia%20art%C3%ADculo%20romero.%20.pdf?dl=0
http://arxiv.org/abs/1509.08981
Presentismo y 4-dimensionalismo: una respuesta a Fermín Huerta Martín.
En el Facebook de Lectura y análisis de las obras de Mario Bunge del 17 de abril de 2015 y aquí:
http://ferminhuerta.blogspot.com.es/2015/04/tiempo-para-el-presentismo-filosofico.html
¿Qué es el presente?
http://www.iar.unlp.edu.ar/boletin/bol-jun12/Que%20es%20el%20presente.pdf
Tiempo y filosofía.
http://www.iar.unlp.edu.ar/divulgacion/art-difu-pdf/Romero-G-E-Tiempo-Filosof%C3%ADa.pdf
Elogio de Parménides. Una modesta visión de la eternidad.
http://www.iar.unlp.edu.ar/divulgacion/art-difu-24.htm
¿Es posible viajar en el tiempo?
http://www.filosofiaenlared.com/2015/02/es-posible-viajar-en-el-tiempo_18.html
Vaya por delante mi profunda admiración a Gustavo y no solo por sus textos sino también por su actitud frente a la ciencia y la filosofía.
Antes de entrar en materia quisiera resaltar la importancia de su artículo Sobre la ontología del espacio-tiempo, para el desarrollo del eternalismo y de la filosofía científica (y esto lo digo sin estar de acuerdo con algunas partes del articulo). Recomiendo su lectura absolutamente.
El tema del eternalismo está de plena actualidad debido a la supuesta detección de ondas gravitatorias en septiembre de 2015 y su comunicación en febrero de 2016. Gustavo considera que el descubrimiento prueba que el presentismo es falso, sin entrar a valorar esta apreciación (que como presentista no acepto) cabe resaltar la simbiosis entre ciencia y filosofía que la noticia representa.
En un artículo anterior ya hice un esbozo de crítica al eternalismo (Tiempo para el presentismo filosófico http://ferminhuerta.blogspot.com.es/2015/04/tiempo-para-el-presentismo-filosofico.html). En esta ocasión voy a centrarme en un aspecto más concreto, el cual considero el punto más débil de este enfoque filosófico sobre el tiempo.
Para definir mejor la postura del eternalismo de Gustavo sobre este tema copio algunas partes de su artículo ¿Qué es el presente?
“Sostengo que el ‘ahora’ y ‘aquí’ emergen de la existencia de individuos auto-conscientes en un cierto entorno. Estos individuos no perciben el tiempo, sino los cambios en las cosas. En forma similar, percibimos las relaciones espaciales entre las cosas, no el espacio. En particular, no percibimos el paso del tiempo, sólo los cambios de nuestro cerebro. No hay presente per se, como tampoco olor, dolor, alegría, belleza, ruido, ni ninguna cualidad secundaria sin individuos sensibles.
Lo que llamamos “el presente” no está en el mundo; emerge de nuestra interacción con las cosas.”
“Hay ciertas experiencias que agrupamos como presentes, y solemos pensar que este agrupamiento de eventos viene dado por el mundo, no por nosotros. Esto es, sin embargo, una ilusión. Sostengo que el uso de tiempos verbales no es necesario, y de hecho no aparece, en las ciencias naturales. Esta idea ha sido expresada claramente por Poeppel (1978) sobre la base de sus investigaciones neurológicas:
[…] nuestro cerebro tiene un mecanismo integrador que compone secuencias de eventos en el contenido de la conciencia, haciéndolos parecer para nosotros como el presente. La integración, que se extiende en forma objetiva sobre el tiempo, es luego la base sobre la cual experimentamos una cosa como presente.
[…] El ahora, el presente subjetivo, no es algo en forma independiente, sino un atributo de la conciencia. Cada objeto de la conciencia es siempre necesariamente ahora, de allí la sensación del “ahora”.”
“Los eventos físicos están ordenados por la relación ‘antes que’, o ‘después que’, y ‘simultaneo con’. En la representación de las leyes de la física no hay ‘ahora’ o ‘presente’. Lo que llamamos ‘presente’ no es ni una propiedad intrínseca de los eventos ni un instante de tiempo, como tampoco una cosa en movimiento. El ‘presente’ es una relación entre un cierto número de eventos y un individuo auto-consciente.” ”El devenir no es una propiedad de los eventos físicos, sino de la conciencia de dichos eventos. Llamamos ‘devenir’ a la serie de estados de conciencia asociados a un cierto curso de eventos. Los eventos no pasan, sólo son. Hermann Weyl (1949) lo sintetizó en estas palabras:
El mundo objetivo simplemente es, no transcurre. Sólo mi conciencia, subiendo por la línea de mi vida, hace que una sección de este mundo torne a la vida como una imagen fugaz en el espacio que cambia continuamente en el tiempo.”
Si hiciéramos caso de las citas de Poeppel seleccionadas por Gustavo reduciríamos el problema del movimiento del mundo al problema del movimiento del cerebro. Aun dando por buena su frase “no percibimos el paso del tiempo, sólo los cambios de nuestro cerebro” y aun cuando aceptásemos que los eventos son y no transcurren, no podríamos eliminar el transcurrir del cerebro.
Me parece innegable la similitud de este planteamiento con un fragmento de la Crítica de la razón pura (Primera parte §7) de Kant:
“Explicación. Contra esta teoría, que concede al tiempo una realidad empírica, pero que combate su realidad absoluta y trascendental, se me ha hecho por hombres entendidos una objeción que me parece ha de ocurrir también a aquellos lectores que están poco habituados a estos asuntos. Se me objeta diciendo: las mudanzas son reales (lo cual prueba el cambio de nuestras propias representaciones, aunque se quisieran negar todos los fenómenos exteriores, así como sus cambios). Ahora bien: los cambios sólo son posibles en eI tiempo; luego el tiempo, por consecuencia, es algo real, la respuesta no es difícil: concedo todo el argumento, el tiempo es indudablemente algo real, a saber: la forma real de la intuición interna. Tiene, pues, una realidad subjetiva en relación a la experiencia interna: es decir, yo tengo realmente la representación del tiempo, y de mis propias determinaciones en él. Por consiguiente, el tiempo no es real como objeto, sino sólo como el modo que tengo de representarme a mí mismo como objeto. Si pudiera contemplarme o ser contemplado por otro ser, sin esta condición de la sensibilidad, las mismas determinaciones que hoy nos representamos como mudanzas, darían un conocimiento en el cual la representación del tiempo, y por consiguiente la de mudanza, no existirían. Su realidad empírica permanece, pues, como condición de todas nuestras experiencias. Más la realidad absoluta no se puede, según lo manifestado, conceder al tiempo. Este no es más que la forma de nuestra intuición interna (Yo puedo decir: mis representaciones se suceden; pero esto solo quiere decir que nosotros tenemos conciencia de ellas como una sucesión; es decir, según la forma de nuestro sentido interno. No es por esto el tiempo algo en sí mismo, ni tampoco una determinación dependiente objetivamente de las cosas). Si se quita de esta intuición la condición especial de nuestra sensibilidad, desaparece igualmente el concepto de tiempo; porque esta forma no pertenece a los objetos mismos, sino al sujeto que los intuye.”
La clave del asunto está en la frase: “mis representaciones se suceden; pero esto solo quiere decir que nosotros tenemos conciencia de ellas como una sucesión”, la cuestión sería entonces ¿puede tenerse conciencia de una sucesión, sin que a su vez esta toma de conciencia sea una sucesión? Porque el eternalista podría decir: en el transcurso de un evento estático pero eterno el cerebro recibe la alucinación entera de su vida sin llegar a moverse. Pero entonces la cuestión es ¿Quién o qué proceso inyecta en el cerebro la alucinación de una vida en movimiento mientras la realidad es inmóvil?”
Atendiendo a esta frase: “Sólo mi conciencia, subiendo por la línea de mi vida, hace que una sección de este mundo torne a la vida como una imagen fugaz en el espacio que cambia continuamente en el tiempo.” Cabe esta opción: ¿Qué recorre la colección de eventos congelados de principio a fin de una vida y vuelve a empezar dándoles vida? Y esa es la base de nuestra alucinación del presente, ¿una conciencia viajera no material? (“Abstracción hecha de la dificultad de que la migración trascendental de una conciencia a lo largo del espacio-tiempo estático necesitaría ella misma un cierto tiempo, y por lo tanto tendría que ser introducido de nuevo, al menos, un tiempo “psíquico” del mundo” Hedwig Conrad-Martius, El Tiempo).
En este marco la duración de los eventos “congelados” tiene su importancia, la cuestión es engañosa, porque los eventos son, no transcurren, deben ser eternos todos ellos. Pero dado que la conciencia los recorre para darles vida debe estar un tiempo en cada uno de ellos, de lo contrario, no pasaría del primero. Esta duración posibilita la ilusión presentista del presente. Podríamos decir que el presentismo es el fenómeno de un eternalismo que sería el noúmeno (el eternalismo, al mantener una postura tan antiintuitiva tiene que amoldar esa visión del mundo con el “fenomenismo presentista” para reinterpretarlo explicando que produce ese fenómeno, pero sin poder destruirlo del todo).
En el primer caso el eternalismo se niega a si mismo pues esa estimulación continua que recibe el cerebro congelado no puede a su vez estar congelada como pretenden los eternalistas sin caer en contradicción. En el segundo caso el eternalismo se convierte en una rama del idealismo vía el espiritualismo de la conciencia viajera no material.
A esta cuestión la llamare “el problema fundamental del eternalismo” PFE. Y la primera consecuencia que tiene es que hace inviable que este modelo de eternalismo pueda considerarse como un tipo de materialismo.
②
En su respuesta a mi primer artículo donde criticaba el eternalismo Gustavo realiza una serie de afirmaciones que voy a comentar:
Asimetría.
“El mundo 4 dimensional es asimétrico, lo que quiere decir que es perfectamente compatible con la evolución biológica y cosmológica. Un universo sin evolución sería auto-similar (perfectamente homogéneo e isotrópico) en todas sus dimensiones”
“El mundo en 4 dimensiones no puede cambiar en principio: todos los cambios (eventos) están ya contenidos en él. Lo que si tiene el mundo son asimetrías sobre la dimensión temporal.”
Gustavo parece quedarse satisfecho al considerar que su eternalismo es “compatible” con la evolución, sin embargo el presentismo es evolución.
Cuando utiliza las palabras “variación” “evolucionando” “asimetría” cabe preguntar ¿hay algo autónomo que varía y evoluciona? NO, dado que Gustavo dice: “El devenir no es una propiedad de los eventos físicos” “Los eventos no pasan, sólo son” Por lo tanto no hay variación ni evolución reales, solo hay una conciencia (PFE) que visualiza las viñetas congeladas de un comic y les da movimiento. Y la asimetría es tal porque en una viñeta se ve un disparo y en la siguiente cae un cuerpo, ambas estáticas por sí, pero dinámicas para la conciencia que las lee. Por lo tanto toda la cuestión nos vuelve a remitir al PFE.
El recurso de la asimetría sirve para reintroducir el supuestamente destruido presente, que de por si lleva incorporada la asimetría “pasado, presente, futuro” también lo hace cuando dice en Sobre la ontología del espacio-tiempo:
“Los eventos están (parcialmente) ordenados por las relaciones de precedencia. Las relaciones (antes de-; después de-; simultáneo con-) entre los eventos, no cambian, ya que son en sí mismas relaciones temporales, y no existe más que una sola dimensión temporal”.
Ahora ya no se menciona “el observador” como cuando en su respuesta a mi artículo dice “hay eventos que son pasados para ciertos observadores, y que esos mismos eventos son futuros para otros observadores”. Ahora las relaciones entre eventos no cambian porque hay una sola dimensión temporal. No sé si esto está relacionado con lo que dice R. Penrose en La nueva mente del emperador pág. 550: “Lo que hace que el tiempo “fluya realmente” es la asimetría entre el número de dimensiones espaciales (3) y temporales (1).”
Me pregunto ¿Cómo se sabe que esta asimetría no es una ilusión producida en nuestro cerebro? ¿Por qué el presente es una ilusión y la asimetría no?
Simultaneidad.
“la existencia de 4 dimensiones y un campo métrico implican un ordenamiento parcial de los eventos, y no su simultaneidad”
De los argumentos de Gustavo:
“Todo los momentos (y por lo tanto también eventos) pasados presentes y futuros existen de la misma forma” Sobre la ontología del espacio-tiempo.
De la cita de Weyl (1949): “El mundo objetivo simplemente es, no transcurre “
De Elogio de Parménides. Una modesta visión de la eternidad. “El espacio-tiempo cuadridimensional, matemáticamente representado por la variedad, es inmutable, eterno, inmóvil, único, así como el universo de Parménides.”
Implican la simultaneidad de los eventos, lo contrario es una incoherencia lógica.
Repetición.
“Nada más alejado del mundo cuadridimensional. Nada se repite en este, no es un mundo cíclico. Cada evento es único y está ligado a los demás por leyes físicas. Es un mundo sin magia. Es el mundo que la ciencia va descubriendo.”
Analicemos esta afirmación a la luz de los dos supuestos que conforman el PFE. Si nada se repite ¿quiere esto decir que la estimulación al cerebro se da solo una vez? o ¿el recorrido de la conciencia viajera es único? Si imaginamos cada uno de estos procesos como “un evento” y estos se dan solo una vez, ya tendríamos un evento que no sería eterno, pues estos eventos solo pueden ser eternos si son cíclicos, si se repiten, pues son sucesiones. Si no se repiten están en el mismo plano que la existencia presentista que es única. Conclusión: o hay repeticiones o hay eventos no eternos.
Todo.
“El mundo 4 dimensional no es temporal, el tiempo es una de sus dimensiones, y cuando se lo considera como un todo, no tiene sentido atribuirle propiedades temporales, en particular, decir que es “presente”.”
Uno estaría tentado de completar esta reflexión así:
“el mundo 4 dimensional no es espacial, el espacio es una de sus dimensiones, y cuando se lo considera como un todo, no tiene sentido atribuirle propiedades espaciales”
Pero en realidad no se puede hacer, aunque solo sea porque dice en Presentismo y 4-dimensionalismo: una respuesta a Fermín Huerta Martín: “Pues bien, en mi visión el mundo podría ser perfectamente finito o infinito, pero el tiempo es sólo una de las dimensiones sobre las que se EXTIENDE, no algo que “pasa”.” Es decir el mundo no es temporal pero si espacial (“Cuando Einstein capturó el tiempo en la Relatividad Especial, de nuevo lo transformo en espacio” P. Yourgrau, Un mundo sin tiempo, pág. 34). Sin embargo esta apelación al mundo como un todo hay que matizarla, yo soy de los que consideran que una entidad infinita puede ser un todo (en contra del criterio mantenido por ejemplo por Gustavo Bueno), como en este caso el mundo, pero es un todo peculiar, un todo que no tiene ni entorno ni contorno, solo tiene dintorno. Es, todo el, interioridad, por eso cuando se lo quiere tratar como algo aislable puede llevarnos a situaciones comprometidas. El mundo como todo no es algo diferente de su composición y de hecho Gustavo cumple con ello al decir “se extiende” pero porque previamente a aceptado la transformación de tiempo en espacio. Pero igual que el espacio está todo el dado simultáneamente, el tiempo einsteniano espacializado también debe estar todo el dado simultáneamente. De lo contrario los viajes en el tiempo no serían posibles. Si Gustavo cree (tal como expone en Tiempo y filosofía) que hace 40 años recibió la visita de sí mismo de dentro de 20, es porque ambos “egos” coexistían simultáneamente, compartían el mismo presente, de lo contrario nunca se hubieran podido encontrar.
Ego.
El ego solo tiene sentido en el presentismo (como unidad) porque en el eternalismo deja de ser una unidad y se convierte en una multiplicidad perdiendo así su sentido. Se convierte en una multiplicidad ya sea convirtiéndose en parte de algo, dice Gustavo en Tiempo y filosofía: “El niño que fui es una parte temporal de un objeto más extenso, que soy yo. El niño es diferente de quien escribe hoy, pero aun así se trata de la misma persona, porque ambos son sólo partes de algo más vasto”
Ya sea multiplicándose (“¿O es que hay tantos “yoes” como momentos en el tiempo?” Palle Yourgrau. Un mundo sin tiempo.)
Un ego no puede estar frente a si mismo (a no ser que este frente a un espejo), el eternalismo con sus viajes en el tiempo posibilita la multiplicidad del ego. Un viajero en el tiempo podría regresar a todas las fechas de sus cumpleaños e ir juntando en su nave todos sus yos de diferentes edades y después jugar un partido de futbol todos sus yos juntos.
③
Termino con un texto que refleja el estado de ánimo que produce el eternalismo incluido en el libro de H. Conrad-Martius:
“Sin un transcurso temporal verdaderamente real, el mundo estaría, por decirlo así, muerto (…) Sin él, el mundo se congelaría en un puro museo. En un museo que además sería “eterno”, puesto que sería atemporal. Una prisión más temible que el mundo temporalmente infinito es el mundo estático atemporal. Pues donde no hay ningún movimiento real del tiempo, sino que todo está fijado de una vez por todas, no se puede ni “intentar” salir, excepto con la “conciencia”, un mediocre sucedáneo.”
Otros artículos míos sobre el tiempo:
Tiempo en Bunge
Tiempo y devenir en el materialismo filosófico
Tiempo para el presentismo filosófico
¿Qué es el ego para el eternalismo?
Henri Bergson y el eternalismo